Mientras los caballos nos llevaban a casa, no podía evitar pensar en Ariadna y Melody, dos chicas con destinos diferentes con un solo camino... "YO".

Una de ellas con una profecía infinita y camino a convertirse en reina, mientras la otra, con un amor tan profundo pero un sacrificio hecho por el bien del reino que la acogió. Desde niña mi madre había educado a Melody con el propósito de convertirla en un simple peón, llegue a pensar que nuestra boda cambiaría todo para ella, lamentablemente no fue así.

-Brian,-Llamo Nitha,-Esa chica en el río, no parecía Ariadna, estaba confundida y asustada.

-Es normal aun no sabe la verdad, debemos darle tiempo, probablemente esta noche, esa clase de evento creará una sugestión que la obligará a preguntar muchas dudas.-Dije seguro de mis palabras.

Por fin llegamos al castillo, mientras los sirvientes recibían los caballos Joseth llegó muy alegre a recibirnos, siempre me ha encantado el entusiasmo y alegría que la caracterizan es como una niña, si no fuera por la diferencia entre especies ella y Coral serían muy unidas.

-Hermanos.-Nos abrazo alegre.-Que bueno que llegaron, tenemos visita, la princesa Yaneth de Grandel está aquí con... La intención de novia.

Lo que dijo Joseth me hizo enfadar, al parecer mi madre no quiso esperar para reemplazar a Melody. Nitha me tomó del hombro preocupada.

-Solo está preocupada por ti, no quiere que sufras.-Dijo Nitha.

-No tiene derecho.-Dije entre dientes susurrando.

Entre al salón principal donde todos estaban reunidos, ahí pude ver a la princesa, era bella pero no lo que yo quería para mi, aun me encontraba de luto.

-Hijo mío, te presento a la princesa Yaneth, tu futura...-La interrumpí.

-Ni siquiera lo pienses.-Mire a la chica.-No se ofenda pero como sabe, la chica con la que me iba a casar acaba de fallecer, no estoy listo para compromisos por el momento.

-Puedo entenderlo príncipe Brian, el amor no se puede reemplazar, el corazón es quien debe elegir a quien amar.

-Exactamente, con permiso.-Después de esas palabras me fui a mi habitación.

Me acosté en la cama para descansar un poco, y sin darme cuenta me quedé dormido.

>>"Brian, sirviente de la obscuridad, mancha tus manos de sangre para reinar junto aquella que sostendrá tus anhelos."<<

Desperté sobresaltado, por todo lo que había en ese sueño, me asustaba la idea de reinar con mi hermana, esa estúpida profecía tenía que terminarla de una vez por todas y solo podía lograrlo con su llegada.

Me levanté de la cama y me vestí para ir a ver los preparativos de su fiesta de cumpleaños de Ariadna, todo tenía que ser perfecto para ella, sabia que estaría deprimida así que el propósito era alegrarle la noche de su cumpleaños, después de que todo pasara la guerra contra el clan vecino era lo de menos.

Solo quedaba un pequeño pendiente, que Tobi o su padre estropeara el plan que costó años armar, antes de iniciar el movimiento fui a donde mi madre para disculparme por mi comportamiento con Yaneth.

-Hijo mío, admito que tu respuesta a la bella princesa, no fue la más correcta o gentil, pero tienes razón, apenas Melody trascendió y por su memoria respetaré tu luto.-Dijo mi madre.

-Gracias madre por entender, cuando esté listo, me casaré con quien tu consideres una alianza apropiada.

Después de esas palabras salí de ese lugar, sabía que había firmado mi sentencia, pero no me importaba con tal de evadir esa profecía, si era la única salida debía tomarla a como dé lugar, casarme con Ariadna no es apropiado. Ni por tanto oro, joyas o incluso la corona, mi destino será solo ser su fiel sirviente.

Me senté en la banca del jardín a meditar, no pude evitar mirar un colibrí cerca, el mismo colibrí que de unos días para acá se ha estado cruzando en mi camino, como si me espiara esperando que cometa un error. Respiro hondo desviando mi atención a la decoración del jardín, ya falta poco para su llegada y todo estará bien, tomará el lugar que le corresponde junto a mi madre junto a mi madre quien la entrenara para tomar su lugar cuando muera.

-Brian, ven a ver esto, se que le encantara.-Llamo Joseth mostrando un ramo de rosas negras con blanco.

-Si, yo se que si le encantaran, son hermosas.

-Queremos que la niña baile el vals tradicional contigo, se que a papá le hubiera encantado. -Dijo Falon.

Yo mire al piso nervioso, nadie sabía de la profecía, y era mejor que siguiera siendo un secreto, por el bien de todos.

-Señor Brian y señorita Nitha, los caballos están listos para la llegada de la princesa, el cuervo llegó, sabe la verdad. -Dijo un guardia.

Nitha y yo nos miramos y comenzamos a prepararnos para ir por ella a la cascada, todo iba saliendo de acuerdo a los planes estipulados hace unos años, lo único que cambiaba era que mi padre era quien iría por ella.

Llegamos a la cascada todo ya estaba oscuro y desde el punto en el que estábamos se podía ver el castillo de Ungria con una celebración, era por Ariadna claro.

>>"El peligro acecha en todos lados."<<

Esa fue una advertencia, de esas que hacen que tus sentidos se pongan en alerta, comencé a ver a mi alrededor, todo estaba en silencio eso era más inquietante.

-Nitha, cuidado no estamos solos, nos observan.

-Lo sé, puedo sentirlo. -Dijo seria.

Nos pusimos en guardia, la presencia de algo o alguien puso el ambiente a nuestro alrededor en tensión, perdí de vista el castillo y cuando volví a ponerle atención, fue cuando un estruendo se escuchó a lo lejos; una parte del mismo, había explotado.

-Ariadna, Brian debemos ir por ella. -Dijo Nitha aterrada.

Por fin lo que nos observaba salió de su escondite, el tigre blanco de Tobi, nos miró con esos ojos llenos de fuego y furia para hablar en voz grave.

-Mi señor ha llegado primero, ¡Larga vida al clan Evans! -Después de eso corrió en dirección al reino de Ungria.

-¿Brian? -Llamo Nitha.

-Hijo de perra.

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"El amor no distingue sangre ni clase, por eso se le llama loco, solo personas normales saben la belleza que posee. Mientras nosotros probamos la tortura."

-Brian (Sirviente de la oscuridad)