Capitulo segundo: la vida llena de errores

Mateo se encontraba en la famosa plaza principal del reino, a la que le había costado llegar. Se sentó un momento admirando los famosos trueques que comenzaban a desaparecer con la llegada de una moneda nueva, admiró las aves comer desechos del suelo y al suelo enterrar los desechos con los días y la tierra. Apestaba, de eso estaba seguro de que el mundo no olía bien, ¿Qué es lo que olía bien?
El sexo, pensó Mateo de inmediato, el sexo huele bien. Porque después de unos minutos llega un aroma fuerte al abrazo de los que han logrado su cometido, un aroma que se podría considerar tentador.
Dulce, pero también dulce podría ser aquel aroma el chocar de las pieles en el cuarto acalorado.

A sus catorce años tenía la cabeza llena de cosas que no debería pensar, una inocencia incómoda llena de tanta información como pudiese, la vida daba vueltas y vueltas para él y aún así seguiría esperando poder salir del palacio caminando tan libre por donde quisiera. Por el mientras solo podría pensar.

Miró a los lados el trabajo de día a día de agricultores y brujos, doctores y curanderos que venían a promocionar productos u ambuletos que daban buena suerte, y Miguel quería uno.

Se levantó, caminó hacia aquel brujo y sellando sus labios con el dedo dando a entender que no debería gritar compró uno para lo que justamente necesitaba y llevaba tiempo pensando.

Hola chicos este como he dicho es un extra, es solo lo que pudo haber pasado en otras palabras u otro mundo en la historia, así que si quiere saber quién quitó de la inocencia virgen a Miguel léelo en la historia original, y de nuevo gracias por leer.