━XIX. Thomas


━━━━━━━━━━━━
CAPÍTULO DIECINUEVE
THOMAS.
━━━━━━━━━━━━




LA HOGUERA ARDÍA, LOS FRASCOS con la mezcla de Gally se pasaban entre todos, los gritos ensordecían el lugar. El estado de ánimo era contagioso y no había ningún ceño fruncido en el Claro. Bueno, casi todo a excepción del Novato. Obviamente, todavía se estaba recuperando de los acontecimientos del día: subir por la caja y experimentar lo que era vivir en el Claro por primera vez.

—Mi señora.—Leo guiñó un ojo, entregándole un frasco de vidrio a Lorelei, lleno hasta la mitad del líquido ámbar. Ella lo aceptó, riendo.

—Gracias, buen señor.

Llevándose el frasco de vidrio al borde de los labios, sorbió lentamente, haciendo una mueca indiscreta ante el sabor que golpeaba su lengua y recorría su garganta.—¡Lori!—una voz más joven chilló, haciendo que se volviera y se fijara en Chuck.—Me alegro de que estés bien. Realmente nos asustaste antes.

—Oh, gracias Chuck.—sonrió agradecida, dando golpecitos con los dedos contra el costado del vaso.—Escuché que le has estado mostrando el Claro al Novato. ¿Tiene material de ser un habitante?

El chico de cabello rizado rió, encogiéndose de hombros y asintiendo con la cabeza.—Es muy curioso, pero creo que encajará bien.

—Por no mencionar lo lindo que es.—Leo habló y mientras Chuck parecía imperturbable, Lorelei no pudo evitar fruncir el ceño mientras miraba al moreno con curiosidad.

—Espera, ¿te gustan...?

—¿Los chicos? Si.—contestó, evitando sus ojos tímidamente.

Ella solo sonrió de nuevo, excepto que era más amplia y estaba llena de aceptación. Ella se puso de puntillas y pasó un brazo por sus hombros.—Nunca lo habría adivinado. Bien por ti, L. Tienes mucho por donde elegir.

—¿Estos feos shanks?—él preguntó, con la nariz arrugada.—No, ninguno cumple mis expectativas. Y no te preocupes, Newt está fuera de los límites, lo entiendo.

—¿Fuera de los límites?—Lorelei arqueó una ceja, sin darse cuenta.

—Si, con eso que tienen. Hacen una linda pareja, no voy a mentir.—Leo tarareó, tomando un trago de su bebida.

—Newt y yo no tenemos nada, no sé de qué estás hablando.—la rubia dijo, haciendo un pequeño puchero con sus labios.

—Oh, Lorelei, tan feroz pero completamente inconsciente...—exhaló por la nariz, mirando al chico más joven que estaba a su lado.—¿Verdad, Chuck?

—Si...—el chico comenzó a responder pero se congeló ante la mirada que estaba recibiendo de la chica del claro. Pero él también vio la química entre ella y el segundo al mando. Desde el principio, desde que ella sostuvo un cuchillo contra su garganta, hasta ahora, cuando él corrió en su ayuda después de su repentino colapso. Sin duda alguna, las chispas estaban allí, aunque lo reconocieran o no.

—Te mira como si fueses una diosa, en serio.—Leo agregó, con su brazo alrededor de su cintura.

—¿De qué estás hablando? Soy una diosa.—ella dijo, fingiendo estar ofendida.

—Te gusta exagerar, ¿eh?

—Lo intento.

—Volviendo a Newt...—Leo se humedeció los labios con un brillo en sus ojos. Lorelei gimió en voz alta mientras rodaba los ojos de forma dramática.

—¿En serio, Lee?

—¡Lo digo en serio, Lo!—exclamó, sintiendo ya los efectos de la receta de Gally infestar sus venas.—Están enamorados el uno por el otro y ninguno de los dos lo admitirá. Pero escúchame cuando te digo... Norelei será real.

—Estás delirando.—Lorelei contestó, apartando el brazo del chico de su cuerpo mientras daba unos pasos hacia atrás.

—Y tú estás ciega.—él resopló, apenas moviéndose cuando ella lo empujó. Con el cabello sobre el hombro, comenzó a alejarse, pero no sin escuchar que Leo le gritaba:—¡Eso es! Ve corriendo hacia tu novio.

Lorelei le mostró el dedo del medio sin voltearse hacia él. Lorelei encontró al rubio arenoso sentado en el pasto con su espalda apoyada contra un grueso tronco a unos metros de la hoguera.—Hey, extraño.

Él miró hacia arriba.—Hey, Lori.

Se sentó a su lado, haciendo malabares para que su bebida no cayera.—¿Escuchaste la voz de nuevo?—Newt cuestionó.

La chica negó con su cabeza.—No.

—Eso está bien, supongo.

Un aliento inquietante salió de sus labios.—Realmente no lo sé.

—Significa que tienes el control.—el chico concluyó en voz baja.—Entonces si, tal vez sea bueno.

—Aunque todavía me hace un fenómeno.—Lorelei soltó una pequeña risa mientras tomaba un gran trago de la bebida. Las cejas de Newt se fruncieron.

—No eres un fenómeno.

—Primero, pongo un cuchillo en tu garganta, luego amenacé a unos chicos con una pala, hice sangrar los oídos de Robbie, aunque para ser justos, él es un completo idiota, así que no me preocupa que fuera él y entonces——

—Hiciste esas cosas porque tenías miedo. Razones completamente justificables. Deja de avergonzarte.—regañó Newt, tragando saliva.—¿Quieres saber lo que veo?

Ella resopló.—Supongo que me lo vas a decir de todos modos, ¿verdad?

—Maldita sea, lo haré.—confirmó, enderezando su postura y torciendo su cuerpo para poder observarla mejor.—Veo a una chica valiente y atrevida con los ojos más fascinantes que he visto en mi vida, que no tiene miedo de defenderse y defender lo que cree. Y detrás de ese exterior duro, hay un corazón de oro y una alma que solo quiere que la cuiden.

Los labios de Lorelei se sellaron y se tensaron en una sonrisa tímida. Sus ojos estaban ligeramente vidriosos y su corazón, por segunda vez en ese día, su corazón se hinchó abruptamente. Se dio cuenta de que sus ojos estaba sobre sus rasgos y, a pesar del rubor que cubría sus mejillas, ella se obligó a hablar.—¿Qué?

—Nada... tu solo...—para gran disgusto de ambos, su oración fue cortada cuando otra figura se dejó caer entre la pareja. El novato. Aclarándose la garganta, Newt fue quién cambió la conversación.

—Vaya primer día, Novato.—tomó el frasco entre sus piernas y se lo ofreció.—Toma. Es muy fuerte.

Aceptando el frasco con vacilación, el chico de cabello azabache tomó un gran sorbo e inmediatamente tosió incómodo.—¡Qué asco! ¿Qué es eso?

El rubio arenoso rió, tomó el frasco y se encogió de hombros.—No tengo idea, la receta es de Gally. Es su fórmula secreta.

—Pues eso no le quita lo imbécil.—murmuró el novato, mirando la hierba debajo de ellos. Lorelei resopló, de repente, el novato le agradaba un poco más. Levantó el frasco y e hizo un gesto y dijo:

—Brindo por eso.

—Te salvó la vida hoy.—Newt habló, ocultando una sonrisa de diversión.—Créeme, el Laberinto es un lugar peligroso.

—Estamos encerrados aquí, ¿cierto?

—Por el momento...—el segundo al mano giró sobre su costado, levantando un dedo hacia los habitantes que estaban detrás de ellos.—Pero ¿ves a esos tipos? ¿Allá, junto a la fogata?

El novato asintió en silencio.

—Son los Corredores. El tipo de en medio es Minho. Es el Guardián de los Corredores. Todas las mañanas, al abrir esas puertas...—señaló a las paredes de concreto cerradas.—Ellos recorren el Laberinto, trazan mapas, lo memorizan, buscan una salida.

—¿Cuánto tiempo llevan buscándola?—el novato preguntó, ansioso por la respuesta.

—Tres años.

—¿Y no han encontrado nada?

—Es más fácil decirlo que hacerlo.—el rubio sonrió suavemente, volteándose y levantando su dedo al aire.—Escucha... ¿Oyes eso?—se quedaron en silencio y escucharon el débil sonido de piedras golpeando y moviéndose.—Es el Laberinto que está cambiando. Cambia cada noche.

El novato lo miró con incredulidad.—¿Cómo es eso posible?

Lorelei parpadeó para salir de su trance; se había mantenido al margen de la conversación hasta ahora.—Puedes preguntarle a la gente que nos puso aquí. Claro que si alguna vez llegas a conocer a esos bastardos.

—Mira, la verdad es que solo los Corredores saben qué hay realmente allá afuera. Son los más rápidos y fuertes. Y deben serlo. Si no llegan antes del cierre se quedan afuera toda la noche.—explicó Newt con una expresión de seriedad.—Y nadie ha sobrevivido a una noche en el Laberinto.

—¿Qué les sucede?—el chico frunció el ceño.

Newt le dio un sorbo a su bebida.—Los llamamos Penitentes. Aunque nadie que haya visto uno ha vivido para contarlo. Pero están allá afuera.

—Muy bien, ya fueron suficientes preguntas por una noche.—Lorelei aplaudió, cansada de la atmósfera sombría que se estaba creando a su alrededor.

—Lori tiene razón.—se movió Newt.—Se supone que eres el invitado de honor.

—Oh... oh, no.—el novato murmuró en voz baja, lo que hizo que la chica sonriese mientras se levantaba.

—Vamos, idiota. La atención está en ti.

De mala gana, permitió que lo levantaran y le mostraran el perímetro mientras Newt le explicaba los trabajos.—... y tenemos a dos Docs, Clint y Jeff.—Pasan casi todo su tiempo vendando a los Carniceros.

—¿Y si quiero ser Corredor?

Tanto Newt como Lorelei compartieron una mirada antes de que el rubio arenoso respondiera.—¿No oíste nada de lo que te dije? Nadie quiere ser Corredor. Además, deben elegirte.

—¿Quiénes?—el novato de repente se tambaleó hacia adelante cuando dos cuerpos chocaron contra él por detrás; uno de ellos era Gally.

—¿Qué dices, Novato? Vamos a ver si tienes agallas.

—¡Novato! ¡Novato! ¡Novato!—Jeff comenzó a cantar, lo que provocó que más y más voces se unieran a la conmoción, incitando al Constructor a luchar y demostrar su fuerza. Lorelei rodó los ojos sin una pizca de entusiasmo.

El novato encontró su camino hacia el círculo, recibiendo una ronda de aplausos de aceptación.—Muy bien. De acuerdo, las reglas son sencillas, Novato. Yo intento sacarte del círculo y tú intentas durar más de cinco segundos.—Gally le informó.

Risas se escucharon.

Maldito. Fue todo lo que pensó Lorelei.

Corriendo hacia él, el Constructor lo empujó contra los entretenidos habitantes del claro, antes de empujarlo fuera de la arena. El chico farfulló, sintiendo que una sustancia subía por su garganta.

—Vamos, Novato. Aún no terminamos.—Gally dijo, haciéndolo levantarse.

—Deja de llamarme Novato.

—¿Dejo de llamarte así? ¿Y cómo quieres que te diga?¿Shank?—más risas se escucharon.— ¿Qué opinan, amigos? ¿Les parece que es un shank?

Irrumpiendo hacia adelante, el novato luchó contra él, contra él, pero una vez más, Gally tenía la ventaja.

—El novato tiene mucha... ¿energía?—Lorelei habló con Leo, quién apareció a su lado con los brazos cruzados.

—Algo.

—¿Sabes qué? Creo que sí te voy a llamar Shank.—comentó Gally, alisando sus pantalones.

Otra vez, el novato se lanzó hacia Gally, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura; logrando por primera vez lo movió fuera de la arena.—¡Oh, si! ¡De eso es lo que estoy hablando!—Lorelei vitoreó con valentía.

—Nada mal para ser Novato, ¿eh?—el chico pelinegro sonrió, pero definitivamente habló demasiado pronto, porque el pie de Gally se balanceó hacia atrás, tirándolo bruscamente al suelo, su cabeza chocó contra la superficie dura. Y luego quedó paralizado, visiblemente rígido cuando la comprensión apareció en sus rasgos.

—...Thomas. ¡Recuerdo mi nombre! ¡Soy Thomas!—se levantó del suelo, sonando aliviado.

—¡Thomas!—Alby habló y todos celebraron, caminando hacia adelante para saludar y felicitar al novato como uno de los suyos. Aceptó palmaditas en la espalda e incluso bebió del brebaje de Gally. Todo fue alegría hasta que un grito estalló dentro de las cuatro paredes.

—¿Qué diablos fue eso?—Thomas se estremeció, con los ojos muy abiertos.

—Eso, amigo mío, fue un Penitente. No te preocupes, estás a salvo aquí con nosotros. Nada atraviesa esos muros.—el Constructor lo tranquilizó.

—Bien, chicos. Hora de irnos a dormir. Vamos.—todos siguieron las instrucciones de Alby y se dispersaron hacia sus hamacas con algo de entusiasmo.

—Eso fue espeluznante, ¿verdad?—la rubia tarareó, mirando fijamente a las paredes, siendo la última que quedaba con el novato.

—... Si.—el chico contestó ante la atención de la desconocida y, de repente, recordó lo que pasó cuando la conoció.—Espera, nunca lo pregunté, pero, ¿qué pasó hoy temprano?

—Nada de que debas preocuparte.—su voz apenas salió. Extendió una mano hacia él.—Pero ahora podemos presentarnos oficialmente, soy Lorelei.

Él sacudió su mano.—Thomas.



VOTEN—COMENTEN :)
━━━━━━━━━━━━

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top