24.




Megan no sabía cómo era que se sentía en esos momentos, había salido hecha una furia de la que fue la casa de Derek por el simple hecho de sentirse traicionada tanto por Derek como por su primo, ninguno le había mencionado sobre el plan de buscar a Erica y a Boyd, además de que creyeron que podían mentirle en su cara sin que pudiese enterarse en algún momento y también sentía un profundo miento ante la noticia de la llegada de la manada de alfas a Beacon Hills, aquella era la peor pesadilla de las sirenas ante la historia que precedía la relación de ambas razas y ahora ella debía lidiar no solo con un alfa, sino con una manada, misma que si se enteraba de su existencia seguramente querrían tenerle a su lado a cualquier costo, eso incluía que lastimaran a las personas que ella amaba.

Meg miró su celular al escuchar que este sonaba nuevamente, no había dejado de recibir llamadas y mensajes insistentes porque respondiera, pero ignoró cada uno de ellos concentrándose en el cuerpo de agua frente a ella, había caminado hasta el lago, mismo que le transmitía paz, justo lo que necesitaba y buscaba intentando mantener a raya sus emociones ante la agitación que presentaba el agua por su presencia, realmente no lograba controlar tanta cantidad del liquido al suprimir su naturaleza, pero al tener emociones fuertes era como si estas se dejasen llevar por su parte sirena. 

—Soy un ser de luz, no al maltrato animal, no al maltrato animal —inhaló reteniendo el aire y exhaló sin prisa buscando relajarse, realizaba algunas poses de yoga o al menos lo intentaba al nunca haber hecho yoga en su vida, solo copiaba lo que alguna vez vio en películas, a las protagonistas de estas parecía funcionarles y ella creyó que también podría servir. Pareció funcionar por un par de minutos, sus emociones negativas comenzaban a alejarse cuando su celular ya no recibió ningún mensaje o llamada—. Soy buena persona, no al maltra... —el timbre del celular volvió a romper el silencio y con ello la poca paz que tenía se fue al demonio, tomó el aparato molesta y contestó sin dejar hablar a la otra persona—. ¡No soy buena persona, voy a patear tu trasero, por primera vez en mi vida maltrataré a un animal y ese serás tú! —el agua del lago comenzaba a agitarse ante su enojo—. ¿Qué quieres, Hale?

—Megan, por favor, tenemos que hablar.

—Hablar, tu trasero. Voy a golpearte y después golpearé a Isaac. Así es, sé que estás escuchando, estás en problemas, ambos desearan que nunca haya venido a Beacon Hills —amenazó furiosa para después colgar sin esperar respuesta, resopló y pateó una pequeña roca que fue directo al lago mismo que seguía agitándose con fuerza—. ¡Estúpidos pulgosos! —tomó sus cosas y se fue de ahí dando pisadas fuertes, la chica sin notarlo con cada paso creaba olas en el agua del lago, al menos hasta que se alejó lo suficiente y esta volvió a estar tranquila, todos deberían aprender a no hacer enojar a una sirena.



Meg había tenido que tomar un taxi en cuanto notó que tenía que cruzar medio pueblo con tal de llegar a su casa y no estaba loca como para realizar ese trayecto descalza, al bajar del taxi no se sorprendió al ver a Derek, este le había mandado un mensaje informándole que le esperaría para poder hablar, por lo que apretó la correa de su bolsa caminando hacia la casa con las llaves en mano, pasó de largo al hombre abriendo la puerta de la casa y entrando por está dejándola abierta sabiendo que el hombre lobo entraría.

—Megan, yo... —tomó el hombro de la chica esperando que esta girase al ver que le ignoraba, pero no fue exactamente lo que ocurrió, Megan tomó la mano de Derek con tal fuerza que de un solo movimiento este se encontraba recuperando el aliento y con la espalda contra el suelo.

—Te dije que iba a patear tu trasero antes de hablar —Megan no se molestó en ver si el hombre se encontraba bien, caminó como si nada hubiese ocurrido subiendo las escaleras hacia su habitación dejando a un Derek adolorido y sorprendido ante la fuerza que la rubia podía llegar a tener, ahora si que se arrepentía de hacer enojar a la sirena.

Derek tardó algunos minutos en ponerse de pie, siguió los pasos de la chica hacia la habitación que ya conocía bien, cuando ingresó en esta la rubia ya se encontraba en el baño y dentro de la ducha, el hombre soltó un suspiro antes de ingresar al baño sentándose en la tasa de este con tal de iniciar la plática que ya había aplazado lo suficiente, sabía que Megan estaría más tranquila al estar en contacto con el agua, aunque también sabía que si utilizaba las palabras incorrectas o hacía enojar más a la chica podría utilizar el agua como un arma, pero era un riesgo que correría.

—Quería decirte todo e iba a hacerlo, pero las pesadillas empeoraron, tu conexión al parecer te provoca dolor ante la distancia, hubo noches en las que tuve que quitarte el dolor porque no lograba que despertaras —se enfocó en el vapor que comenzaba a generarse ante el agua caliente que la chica utilizaba—. No quería que las pesadillas empeoraran por la noticia de la llegada de la manada de alfas, sé bien lo que pasaría si se enterasen de tu existencia, pero no permitiré que te hagan daño, lo lamentarán si lo intentan. Lo siento, siento no decirte toda la verdad, pero no miento al decir que lo hice para protegerte.

El silencio prevaleció por varios minutos, Derek solo lograba sentir los movimientos de la chica, siempre respetando la privacidad de la rubia del otro lado de la cortina, el agua dejó de correr lo que indicaba que Meg había terminado de bañarse, la mano de Megan se mostró fuera de la cortina con tal de tomar una de las toallas colgadas, bastaron unos segundos para que esta ya se encontrara fuera de la ducha frente a Derek con solo una toalla tapando su cuerpo, de su cabello aún caían gotas de agua y mantenía su ceño fruncido.

—Te lo dije, te dije que eso de "ocultar información para no lastimar a alguien" es una porquería, solo lastima a la otra persona, hace que desconfíes y no proteges a la otra persona, solo retrasas lo inevitable —salió del baño con Derek siguiéndole—. Tienes suerte de que en verdad necesitaba esa ducha o de lo contrario seguirías en el suelo —Derek tomó asiento en la cama mientras esperaba que la chica tomase ropa para cambiarse.

—Aprendí la lección, tienes más fuerza de la que imaginé y no volveré a ocultarte nada. Necesito tu ayuda, Isaac no recuerda nada, Peter tiene un método, pero no confío en él —Megan tomó su ropa interior y se la colocó aun con la toalla enredada en su cuerpo, sin molestarle la presencia del hombre lobo—. Confío en ti, en que elegirás lo mejor para nuestra manada y necesito que me ayudes a decidir si será lo mejor —la chica giró a verle ante sus palabras.

—No es tan fácil, tú no solo me dirás palabras bonitas y caeré, no, tú lo prometerás, me darás tu palabra de que no volverás a ocultarme nada, sé que esto de confiar en alguien y de tener una sirena en la manada es nuevo, pero no puedo ni quiero empezar a dudar de ti, si eso ocurre nuestro lazo se debilitará y no sé qué puede conllevar eso, no pienso averiguarlo, me gusta lo que tenemos así quiero tu palabra —giró de nuevo dejando caer la toalla con tal de colocarse una sudadera de la escuela misma que le había prácticamente robado a Isaac, realmente poco le importo que Derek viese su cuerpo o que no llevaba sostén, este ya le había visto de aquella manera o con menos.

—Te doy mi palabra, te doy mi palabra de no ocultarte más información en la que te veas involucrada o nuestra manada —Derek esperó alguna palabra o gesto que demostrara que estaba perdonado.

—No soy tonta, con ello aún puedes ocultarme cosas, pero lo aceptaré, solo porque sé que eres un lobo solitario y lo mucho que te cuesta confiar en alguien —se acercó a este, en ese momento solo fueron verde contra azul, se negaban a separar la mirada del otro, Megan se sentó despacio en el regazo de Derek pasando sus piernas por los costados de este y recostó su rostro en el hombro de este, Derek pasó sus brazos por la cintura de Meg y le abrazó, habían necesitado tanto aquella cercanía aunque ninguno lo admitiese en voz alta, demasiado orgullosos como para decirlo—. Tampoco confío en Peter, pero tiene más experiencia con lo sobrenatural que cualquiera, veamos cuál es su método y si Isaac acepta.

—De acuerdo —suspiró recostando su frente en el hombro de la rubia, se sentía extrañamente cómodo, casi como si se hubiese quitado un gran peso, posiblemente nunca lo exteriorizaría, pero estar lejos de Megan le molestaba, aún más sabiendo que era su culpa—. Lo que dije era en serio, no dejaré que te hagan daño, lamentarán el venir aquí y amenazar a nuestra manada.

—Lo lamentarán, pero aún debemos saber qué es lo que quieren, tomando en cuenta de que aún no he tenido una visita de algún alfa que no seas tú, yo no soy la razón, posiblemente desconozcan de mi presencia aquí —se separó solo para mirar a Derek, alzó su mano para colocarla en la mejilla de este y esparcir ligeras caricias en esta—, así que, ¿por qué venir a Beacon Hills? Algo no cuadra, tengo un mal presentimiento y temo que sea la razón de mis pesadillas, que tenga que ver con Boyd y con Erica.

—Lo averiguaremos, juntos.

—Sabes, tu faceta romántica me gusta y mucho —acercó sus rostros hasta el punto en el que sus labios se rozaron, ambos disfrutaron aquella cercanía—, aunque no va a la par de tu aura de chico malo y rosto de lobo gruñón.

—No era lo mismo que decías la otra noche —sonrió con malicia y juntó sus labios con los de la chica, Megan siguió el beso mismo que le provocaba más de un suspiro y las manos de Derek acariciando su cintura y una de sus piernas no ayudaba en contenerse, a Megan le encantaba la manera en la que Derek lograba hacerle sentir ya fuese con solo un beso o con caricias, ya habían pasado meses desde su primer beso y su relación había progresado considerablemente hasta el punto en el que el hombre había confiado algunos detalles de su pasado que a nadie más le había dicho—. Te quiero, Meg —murmuró para volver a besar a la chica, quien aceptó gustosa, para sorpresa de ambos él había sido el primero en decir aquellas palabras un mes atrás mientras se encontraban en la cocina preparando la cena, ese día Megan casi deja caer la mezcla de hot cakes por la sorpresa y Derek estuvo por huir de ahí al notar lo que había dicho, pero sus palabras y sentimientos fueron correspondidos.

—Te quiero, Derek —los besos comenzaron a subir de tono al igual que las caricias que ambos se proporcionaban, al menos así fue hasta que Megan sintió la mano de Derek adentrándose bajo su sudadera, por lo que se separó con lentitud para no dar una señal errónea—. No habrá sexo, tómalo como un escarmiento, lobo malo —Meg sonrió cual niña para después separarse por completo y gatear por su cama hasta recostarse en ella, escuchó a Derek gruñir molesto, lo que provocó su risa—. Vamos a dormir, mañana tendremos que ir con tu tío malvado y un cachorro con el cual sigo molesta —Derek miró a la rubia por unos segundos para después soltar un suspiro y colocarse de pie.

—Ahora vuelvo —caminó hacia el baño y cerró la puerta de este, aceptaría aquel escarmiento al saber que se lo merecía, pero primero necesitaba tiempo para quitarse aquella presión que la chica había provocado.

Megan Lahey había logrado que Derek Hale cayera completamente a sus pies y él le protegería a cualquier costo.






. . .

¿Me han extrañado? Bueno regreso con algo un poco picoso, veamos que tal les va a nuestro hombre lobo y a nuestra sirena con la llegada de los alfa.

Estoy emocionada ahora que he retomado la historia <3




Pelirroja W


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