10.





Megan había tenido que conducir el preciado Camaro de Derek Hale después de que este la abandonara, habían seguido el rastro que el Kanima había dejado y de un momento a otro Derek había detenido el auto y salido de este para después correr lejos de ahí dejando a Megan con ganas de golpearlo, se había pasado al lado del conductor y esperó alguna señal del alfa para poder seguirlo. Poco después Derek le marcó informándole que los Argent habían interferido y ahora estaba en un club llamado "Jungle" en el cual había entrado el Kanima.

—Maldición —se quejó la rubia al no poder pasar entre las personas, Megan se las había ingeniado para llegar al club que Derek le había dicho y tuvo que utilizar sus habilidades de sirena para hacer que el guardia le dejara entrar.

—Chica que hermoso cabello —halagó un drag queen lo que provocó que varios pusieran su atención en la chica y también halagaran su cabello.

—Muchas gracias —agradeció Megan con una sonrisa, a pesar de que su cabello había sido peinado por sus propias manos y su atuendo no fuera el ideal la chica seguía siendo hermosa y aquellos hombres se lo confirmaban por los halagos que decían hacia su persona.

—Deberías darnos tips para tener el cabello así —se emocionó uno de ellos y los demás también lo hicieron, Megan hubiera querido hablar más con ellos, pero su vista localizó al lobo gruñón entre la gente del club.

—Me encantaría, pero debo encontrarme con alguien —señaló a Derek que sobresalía entre la gente por su altura y complexión.

—Ese hombre es hermoso —mencionó uno de ellos mientras la chica escribía su número en el teléfono de uno de ellos tras que estos se lo pidieran.

—Sí, es lindo —sonrió sin despegar su vista del hombre lobo—. Espero volver a verlos —se despidió comenzando a caminar entre las personas que bailaban, cuando estuvo segura que alcanzaría al gruñón de su alfa notó un aura oscura entre las personas—. ¡Derek enfrente tuyo! —gritó sabiendo que el de ojos verdes le escucharía, Megan había reconocido el aura de la última vez que había enfrentado al Kanima, aquella aura de color gris oscuro, casi parecía que había sombras a su alrededor, un aura que solo mostraban aquellas personas que habían asesinado a sangre fría.

La gente comenzó a gritar y a correr empujándose entre ellos intentando salir del lugar, Megan fue arrastrada por la gente hasta la salida, no importó cuanto intentará quedarse o cuanto intentará alcanzar a Derek al final termino corriendo al igual que todos hacia la salida, esperaría a Derek en su auto para evitar ser vista por los policías que comenzaban a llegar, fue en ese momento que Megan se preguntó el por qué no se había quedado en su casa.



El portazo del lado del piloto provocó que Megan pegara un pequeño grito y saltara en su lugar, no tuvo tiempo de pensar en nada ya que el auto arrancó a una gran velocidad haciendo que la chica se aferrara a su asiento mientras rezaba para no chocar, después de que el auto saliera del estacionamiento giro a ver a Derek que comenzaba a disminuir la velocidad del auto, este apretaba con fuerza el volante y su ceño estaba más fruncido de lo normal.

—Dime que al menos encontraste al Kanima —pidió la rubia tras colocarse el cinturón de seguridad, no quería morir por la velocidad que el hombre lobo empleaba en el auto.

—Lo encontré, te escuche y cuando estaba frente a él le rebane la garganta —murmuró entre dientes, pero aquello no terminaba ahí, el enojo del hombre lobo mostraba que algo había salido mal y eso no le gustó a Megan.

—¿Por qué siento que eso no dio por terminado todo este tema del Kanima? —Derek suspiró sonoramente intentando calmarse, no podía desquitarse con la chica, no necesitaba otra pelea en ese día—. Derek mi casa está del otro lado —cambió de tema al notar que Derek no le contestaría y también que iban en la dirección equivocada.

—Lo sé, no iremos a tu casa.

—Creí acordar ayudarte a encontrar a Jackson y después iría a mi suave cama —puntualizó la palabra suave, realmente necesitaba dormir como un tronco o simplemente invernar todo un mes después de todo el estrés y el caos que Beacon Hills le provocaba.

—Vamos a entrenar, debes ser igual de rápida que un lobo. Isaac te dislocó un hombro y casi te deja inconsciente, debes saber defenderte de un hombre lobo y también como derrotar a uno —aquello tomó desprevenida a la chica Lahey, nunca hubiera imaginado a Derek preocupándose por su manera de defenderse, Megan era fuerte y eso nadie lo negaba después de ver la manera en que lanzaba a Derek Hale, pero no tenía tanta experiencia luchando contra hombres lobo.

—No necesito entrenar Derek, sé defenderme y sobre lo que paso con Isaac yo no quería lastimarlo cosa que él sí hizo, pero he de suponer que dijiste algo como "Maten a Lydia a cualquier costo" —Megan era orgullosa y no admitiría en voz alta que en realidad sí necesitaba aquel entrenamiento, pero aquello pareció divertir a Derek ya que por primera vez en aquel día había sonreído dejando su enojo a un lado.

—No fue una pregunta, Megan. Quizá haya dicho algo parecido —admitió rodando los ojos y sin dejar de sonreír—. ¿Así que, soy lindo? —Megan lo miró sin entender aquella extraña pregunta, pero su mente recordó su conversación con las drag queen, él la había escuchado desde que había entrado al club y Derek no lo admitiría en voz alta, pero escucharla le había tranquilizado.

—¿Estuviste escuchando? —Megan pensó mejor lo que ocurrió—. Un momento, ¿Estuviste al pendiente de que estaba en el club y no me ayudaste? —frunció el ceño, él había podido ayudarle o pudo acercarse a ella, pero decidió dejarla a su suerte.

—No fue difícil saber que estabas ahí, tienes un peculiar aroma a mar y flores, es extraño —admitió mientras estacionaba el auto, cuando este estuvo apagado giró a verlas—. No te ayude porque estabas mejor lejos de Jackson, según recuerdo dijiste que no te gusta utilizar tus poderes —sonrió divertido al haber atacado a la chica con sus propias palabras.

—Vamos a entrenar —murmuró antes de bajar del auto, Derek le había golpeado justo en su orgullo y ahora Megan quería verlo en el suelo mientras se disculpaba con ella.

Los dos entraron a la estación que estaba completamente sola, en esos momentos ninguno se preguntó por los Betas de la manada, Megan se quitó la chaqueta arrojándola al suelo sin importarle que esta se ensuciara, ató su cabello en una coleta alta y Derek le miró cruzados de brazos.

—Creí que no querías entrenar.

—Pues ahora quiero entrenar —Megan sonrió con malicia mientras hacía que sus ojos brillaran, por primera vez en mucho tiempo sentía ánimos de entrenar, Derek rodó los ojos antes de quitarse su chaqueta y al igual que la chica tirarla al suelo, los ojos de los dos brillaban llenos de energía. Megan fue la primera en atacar lanzando un golpe que Derek pudo esquivar con facilidad por sus habilidades de hombre lobo, si él utilizaba sus habilidades ella también podría.

Su entrenamiento consistía en lucha cuerpo a cuerpo, pero Megan llevaba las de perder ya que su velocidad no se comparaba con la de Derek, aunque esto no le impedía darle lucha al alfa, ambos habían logrado golpearse, cabe decir que ningún golpe era con índole de lastimar al otro, pero estos seguían siendo golpes al final de cuentas.

—Ríndete —Derek respiraba con irregularidad mientras sujetaba a Megan, el de ojos verdes había logrado tumbar a la chica y se había colocado sobre ella para evitar que esta se moviera, el alfa creía que aquella pelea había terminado.

—Jamás —Megan entrelazó sus manos con las de Derek causando confusión en el hombre lobo, este le miraba con el ceño fruncido e intentó quitar sus manos de las de ella—. Mírame, Derek —la rubia había acercado su rostro al de él hablando tranquilamente, su melodiosa voz hizo que Derek comenzara a relajar su cuerpo hasta caer en un trance—. Ayúdame a levantarme —tal y como la chica pidió Derek le ayudo a levantarse sin despegar su vista de la de ella, sus ojos habían dejado de ser rojos y ahora eran de su tono normal, verdes cual esmeraldas—. Ahora dirás que te he ganado y soltaras mi mano.

—Me ganaste —justo después de mencionar estas palabras soltó la mano de la chica, Derek parpadeo varias veces sin entender lo que había ocurrido, ahora estaba de pie y no recordaba haberse levantado, ni siquiera recordaba qué había ocurrido después de que Megan entrelazo sus manos, su vista se clavó en la de ella y supo que ella le había hecho algo—. ¿¡Qué mierda hiciste!? —se acercó peligrosamente a ella con la furia brillando en sus ojos, quizá no ameritaba aquella reacción, pero pensar que la chica le había utilizado cual marioneta le enojaba, ni siquiera sabía si había dicho algo personal, quizá ella le había hecho hablar más de lo debido.

—No hice nada malo, solo utilicé uno de mis poderes creí que era justo, después de todo tú estabas usando tu velocidad de hombre lobo —murmuró ella, su voz era baja y había tartamudeado un poco, estaba asustada, tal parecía que él la lastimaría en cualquier momento, cada paso que él daba ella daba otro retrocediendo, hasta que tropezó y cayó al suelo, Megan sintió que la respiración le faltaba al recordar lo que había vivido varios años atrás.


«Megan se había perdido cuando tenía siete años, se había separado de sus padres mientras estos estaban discutiendo sobre si debían regresar o no a su casa, era de las pocas veces que la familia Lahey-Altum salía a pasear como una familia normal, pero Athena seguía creyendo que salir de su hogar era mala idea, claro que esto no lo entendía aun la pequeña Megan, pero aquel día siempre quedaría gravado en su memoria.

Recordaba el estar llorando en una calle al no ver a sus padres cerca, un hombre se había acercado a ella ofreciéndole ayuda para buscar a sus padres, ella aceptó al ver que el hombre sonreía, se dejó guiar por aquel hombre al creer que este le llevaría con su madre; pero aquello no paso, ellos nunca fueron en la dirección correcta. Aquel hombre había llevado a la pequeña rubia a un callejón, le había empujado dentro de este, se había colocado sobre ella y había intentado violarla, la pequeña de siete años había gritado por ayuda, ella quería a su madre, pero nadie lograba escucharla. Aquel día había sido el primer día que Megan utilizó sus poderes, cuando aquel hombre intentó romper su vestido Megan utilizó sus poderes, le había controlado sin siquiera notarlo y había hecho que aquel hombre se suicidara frente a ella con una pistola que este cargaba, la pequeña Megan había dejado de gritar, había dejado de llorar solo miraba el cuerpo sin vida de aquel hombre y la sangre que manchaba sus manos.»


—¡Aléjate! —Megan sollozó asustada mientras se arrastraba en el suelo lejos de Derek, ella jamás hubiera querido que Derek le viera llorar, que le viera de aquella manera tan débil en la que se encontraba—. Solo no te acerques —su voz era temblorosa mientras más lágrimas empapaban sus mejillas, aquella imagen hizo que el enojo de Derek se esfumara y se preocupara por la rubia frente a él.

—Megan... —intentó acercarse a ella, pero esta no lo dejo ya que se había levantado y huyó de la estación, Megan sabía que Derek no le había hecho nada malo, pero no quería seguir ahí, no quería seguir recordando. Derek quiso seguirla, quiso saber qué había pasado, pero no fue tras ella.

La razón por la que Megan no utilizaba sus poderes era por su pasado, aquel del que ella tanto huía, aquel que le traía malos recuerdos y era aquel pasado el motivo por el cual Megan jamás confiaría plenamente en los humanos.







. . .

Me da tanto sentimiento hacer sufrir a Megan, es una pequeña bebé que se preocupa por las personas que ama, que olvida que también debe preocuparse por ella misma. 




Pelirroja W


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