02.




Megan ayudó a su primo a ponerse de pie sintiendo que su humor caía considerablemente al escuchar la alarma sonar sin cesar, aunque parecía que a ella era a la única que le molestaba aquel ruido ya que ninguno de los presentes parecía dispuesto a hacer que esta parara. Los tres hombres se miraban entre sí como buscando palabras para indagar sobre la chica, pero solo Isaac parecía dispuesto a preguntar ya que Derek realmente no le importaba en lo absoluto y Stiles estaba a nada tener un ataque de pánico.

—¿Qué haces aquí, Megan? —Isaac le miró ya sintiéndose mejor, haber escuchado a su prima le había recobrado algo de energía, ya no lloraba y al estar de pie mostraba la gran diferencia de estaturas que había entre los dos Lahey, Megan a duras penas le llegaba hasta su hombro y eso le pareció tierno.

—Soy tu tutora —admitió sorprendiendo a todos sobre todo a Stiles que juraba que aquella chica era de su edad, pero tal parecía que no era así, Megan al ver la confusión en el rostro de su primo decidió aclarar un poco su situación—. Tengo 22, Isaac. Soy la única familia que tienes y por ende soy tu tutora legal —ninguno esperaba que la chica tuviera 22 años, Isaac solo recordaba que ella era su prima mayor, pero no recordaba que fuera más grande que el por al menos 6 años—. Ahora, ¿Qué esperan para irse? ¿Una invitación? —por primera vez Megan miró al chico de chaqueta de cuero notando lo guapo que este era, lástima que este parecía tener un humor de perros por la manera tan fría en la que miraba a la rubia.

—N-nosotros no, eh... —Stiles intentó hablar para decir algo que le hiciera creer a la chica que todo era un mal entendido, pero en el instante en el que ella le miro todos sus intentos se vieron apagados, para Megan el tan solo ver al chico le hizo sonreír, él era tierno.

—Tranquilo —Megan miró a Isaac notando lo nervioso que este se encontraba, quizá por el hecho de que su prima pudiera sospechar sobre su secreto y el del que ahora era su Alfa; pero Isaac ni siquiera se podía imaginar lo mucho que su prima ya sabía e intuía—. Tu y yo hablaremos después —le advirtió Megan mientras se cruzaba de brazos—. No pediré explicaciones, así que es su momento de irse antes de que lleguen los oficiales —tanto Isaac como Derek se miraron entre sí antes de correr fuera del lugar dejando a Megan con un Stiles algo atarantado y un sujeto desmayado en el suelo, la rubia no podía evitar pensar que aquel era su primer día como tutora legal de Isaac y ya le había ayudado a escapar haciéndolo un fugitivo, definitivamente ella no ganaría el premio a mejor tutor.

—Yo... —Stiles iba a decir algo más, pero justo antes de que las palabras salieran de su boca aparecieron tres oficiales que solo miraron a los dos chicos y al hombre inconsciente en el suelo—. Eh, él lo hizo —señaló al sujeto al notar que todo les incriminaba a él y a la prima de Isaac, cualquiera pensaría que habían liberado a Isaac.

—En mi defensa, solo quería un café —Megan se encogió de hombros divertida por la situación en la que se encontraba, no llevaba ni una noche en Beacon Hills y ya comenzaba a tomarle cariño al lugar, sobre todo por lo interesante que sería vivir ahí.



Megan bajó del auto mientras tomaba todas sus cosas que se encontraban en el asiento del copiloto, cerró el auto y caminó ante la mirada de varios estudiantes hasta la entrada de la escuela de Beacon Hills. La noche anterior Megan se había encargado de intentar resolver la situación legal de Isaac tomando en cuenta que había escapado y ahora ella debía hacerse cargo de todo lo que su primo hiciese, el Sheriff la dejo ir al igual que a su hijo sabiendo que ninguno parecía lo suficientemente fuerte para noquear a aquel hombre.

—Hola, soy Megan Lahey y me dijeron que debía venir aquí para que me explicarán sobre el trabajo que voy a desempeñar —informó con una sonrisa a pesar de que la mujer regordeta frente a ella le mirara con aburrimiento.

—Ah sí, la nueva —giró en su silla hasta un mueble del que sacó varios folders y se los entregó a la rubia—. Estos son los chicos que estarán bajo su cargo. Los horarios y expedientes de cada uno de ellos. Siga caminando y casi al final del pasillo a la derecha está su oficina la reconocerá porque la puerta está siendo pintada —Megan asentía cada que podía entendiendo cada cosa que la mujer le había dicho, en cuanto Megan salió de aquella oficina no pudo evitar pensar que la mujer que le había dado los folders se parecía a Roz de Monster Inc. hasta podía creer que en cualquier segundo esta le gritaría sobre el papeleo que no había hecho.

—Debo dejar de ver tantas películas —murmuró la rubia sin dejar de caminar hacia la que ahora sería su oficina, sintió que la mayoría de los alumnos le miraban y no le extrañó pensando que Beacon Hills era un lugar pequeño y que era poco común ver un rostro nuevo—. Aquí está, puerta a medio pintar —en cuanto Megan entró a la oficina no pudo evitar recordar aquellos días en los que veía películas con su madre y en estas se veían las oficinas de los consejeros estudiantiles, como extrañaba a sus padres—. Erica Reyes, bonito nombre —leyó el primer expediente en cuanto acomodo sus cosas y estuvo sentada frente al escritorio, siguió leyendo el expediente de la chica que estaba en la fotografía; rubia, ojos marrones, con varias imperfecciones y una mueca en los labios. La chica había sufrido ataques epilépticos dentro de la escuela y varios de sus estúpidos compañeros la molestan por ello, Megan no pudo evitar soltar un suspiro en cuanto supo que en Beacon Hills también había personas de mente cerrada. Un par de golpes en la puerta hicieron que Megan dejará la lectura a un lado—. Pase —la puerta fue abierta y por esta entró Erica, la misma chica que estaba en la fotografía del folder.

—H-hola —susurró algo bajo, pero aun así Megan logró escucharla y sonrió intentando darle más seguridad a la chica—. Vengo a mi hora de apoyo —Megan revisó el horario y confirmó que aquella era la hora en que Erica contaba todo aquello que le acomplejaba y esperaba que la nueva consejera pudiera ayudarle.

—Claro linda, siéntate —Erica obedeció y se sentó en una de las sillas frente al escritorio, la chica abrazó su mochila mientras intentaba no ver a Megan a los ojos—. Tranquila, sé que tener una nueva consejera da miedo, pero no muerdo, yo escucharé todo lo que tú quieras decirme y te aconsejaré lo mejor que pueda —Erica miró a Megan comenzando a relajarse al notar que la rubia frente a ella en verdad parecía preocupada.

—¿Puedo iniciar? —aquella pregunta provocó ternura en Megan, haciéndole recordar por qué trabajaría con adolescentes, ellos no sabían realmente lo que querían, la mayoría solo se dejaba llevar por las hormonas y era por ello que existían consejeras en la escuela—. Hay un chico que me gusta, nunca me ha mirado o yo le he hablado, tengo miedo de que si se entera sobre mis problemas él también se burlará. Todos lo hacen, solo porque nací con algo que los demás no, yo solo... quiero ser normal —contó Erica mientras Megan le miraba, en ningún momento despegó su mirada de Erica y eso provocó que Erica se sintiera escuchada por primera vez en mucho tiempo.

—Erica tú no necesitas preocuparte por lo que los demás digan, ellos no saben por lo que tu pasa, ellos son débiles mientras que tú eres fuerte y no lo digo solo por ser tu consejera, lo digo como alguien que tiene ojos. Erica tu eres muy linda, ese chico verá lo mismo que yo veo y si no lo hace eso solo significa que no es el indicado —Erica sonrió sinceramente después de mucho tiempo, su ahora nueva consejera se había ganado su agradecimiento y sentía un nudo en la garganta después de escuchar lo que Megan dijo de ella—. Demuéstrales a todos que no eres la burla de nadie, pero claro todo dentro del reglamento o me tacharán de mala consejera en mi primer día de trabajo —bromeó Megan intentando que la hora que pasarían juntas fuera más relajada y sin tantas formalidades, los adolescentes acostumbraban a notar cuando un adulto solo hacia las cosas por compromiso y no porque lo deseasen por esto Megan prefería que no todo fuera tan rígido en sus trabajos.

—Muchas gracias,señorita Lahey. Intentaré seguir sus consejos —la chica se levantó provocandoque Megan mirara la hora y sin darse cuenta esta ya había terminado—. Porcierto —Erica creyó que sería lo mejor intentar animar a la que ahora sería suconsejera—. Lo está haciendo bien —sonrió antes de salir de la oficina dejandoa Megan sumamente feliz, la rubia sentía que en cualquier momento gritaría ybailaría de la emoción, realmente le gustaba ese trabajo.    



Por uno de los pasillos se podía ver como una chica rubia corría sin importarle que aquello estuviera mal visto, no conocía en absoluto la escuela, pero se dejaba guiar por su instinto desde que al estar tomando agua este vibró en su mano y segundos después ya se encontraba corriendo.

Empujó la puerta del que era el gimnasio y su vista se posó en el muro que había en este, reconoció a Erica aferrada a este para después ver como esta caía, Megan corrió lo más rápido que pudo rezando por poder llegar hasta la chic y detener el impacto; pero un chico se le adelantó tomando a la chica antes de que su cuerpo impactara contra el suelo.

—¡Ponla de lado! —gritó la de ojos azules al notar que la chica comenzaba a tener un ataque epiléptico, Megan se hincó frente a Erica e hizo todo lo que estaba en sus manos para que la chica no se lastimará. A su alrededor comenzaron a aparecer más alumnos—. ¡Llamen una ambulancia! —gritó con rabia al notar que arios grababan lo que ocurría en vez de llamar a emergencia, en cuanto las personas que grababan le escucharon guardaron de inmediato sus celulares—. Tranquila, todo estará bien —susurró mientras acariciaba el cabello de la de ojos achocolatados, Megan intentaba estar tranquila mientras esperaba a que la ambulancia llegara Erica ya había dejado de tener convulsiones, pero no podían moverla hasta que los paramédicos llegaran.

Pasaron un par de minutos hasta que la ambulancia por fin llegó y en cuanto los paramédicos se encargaron de Erica Megan se levantó llamando la atención de todos los alumnos sobre todo los de la población masculina.

—Es ella, la prima de Isaac —la voz de Stiles llegó hasta los oídos de Megan que solo se limitó a verlo de reojo y al chico que minutos atrás había salvado a Erica; "Hombre lobo" le gritó su subconsciente en cuanto sus ojos y los del moreno se cruzaron.

—Profesor, yo acompañaré a la alumna —le avisó Megan al entrenador en cuanto este estuvo a nada de deslindarse de Erica, el entrenador no dijo nada solo le miro y asintió repetidas veces. En cuanto Megan subió a la ambulancia escuchó los sollozos de Erica mientras uno de los paramédicos le atendía—. Tranquila, todo está bien, estarás bien —Megan intentó tranquilizarla.

—Intenté hacerlo, lo juro —la voz quebrada de Erica provocó que un nudo se formara en la garganta de Megan, la chica apenas era una adolescente y siempre debía vivir con miedo a que en cualquier momento tendría un ataque epiléptico y eso le parecía tan injusto a Megan, pero ella no podía hacer nada para cambiar la situación de Erica.

—Lo sé, cariño —Megan tomó su mano y no le soltó en ningún momento, Erica por otro lado lloró como si fuera una niña pequeña mientras apretaba la mano de Megan sintiendo que por primera vez alguien además de su madre estaba junto a ella.

Tardaron al menos cinco minutos en llegar al hospital, para pesar de ambas rubias tuvieron que separarse cuando le pidieron a Megan llenar ciertos papeles antes de que la familia de Erica llagase al hospital. La chica Lahey estaba sentada en una de las varias sillas de espera del hospital mientras miraba hacia el frente—. Debes estar bromeando —murmuró entre dientes al ver a un hombre de chaqueta de cuero pasar por uno de los pasillos mientras empujaba una camilla en la que se encontraba una Erica medio inconsciente—. ¿Acaso es un pedófilo? —se preguntó mientras se ponía de pie y comenzaba a caminar por el mismo lugar por el que había visto al hombre lobo—. ¿Enserio? —suspiró mientras rodaba los ojos al leer el cartel fuera de la habitación en el que el hombre lobo había metido a Erica; "Morgue" decía aquel cartel y Megan solo pudo pensar en las miles de películas de terror que había visto.

—¿Y si no solo desaparecieran esas cosas, sino que mejorará lo demás? —Megan decidió entrar al escucharle, encontrándose con Erica lo suficientemente cerca el de chaqueta de cuero como para besarlo y que este tuviera las manos en las piernas de las chicas no mejoraba la imagen.

—Yo diría que eres un pedófilo —se recargó en el marco de la puerta mientras se cruzaba de brazos ganándose la mirada asustada de Erica y una no tan agradable de Derek—. ¿No te basto con mi primo? No te creí de esos gustos —se burló antes de acercarse a ello, bueno en realidad se acercaba a Erica ya que seguía preocupada por ella—. ¿Estás bien, Erica?

—Él dice que puede ayudarme, que puede sanarme —Erica la miró esperanzada, quizá aquella sería la salvación por la que tanto había rezado, Megan por otro lado comenzó a unir cabos, aquel alfa buscaba betas y qué mejor que aprovecharse de aquellos que eran marginados y vulnerables—. ¿Cómo? —miró de nuevo a Derek.

—Puedo enseñarte —por primera vez desde que Megan lo había visto el hombre sonrió, no lo suficiente para que la sonrisa llegara hasta sus ojos, pero algo era algo. Derek cambió el color de sus ojos de verdes a un rojo escarlata.

—¿Le dijiste las consecuencias? —Megan suspiró resignada, ella no era nadie para negarle aquella oportunidad a Erica, pero quizá podría persuadirla—. Al parecer no lo hiciste — agregó al notar la mirada confundida de Erica sobre ella—. Puedes morir. Es una de las muchas consecuencias, pero lo que conlleva ser como él es otra cosa; no podrás vivir como alguien normal siempre vivirás rodeada de peligro. ¿Estas dispuesta a eso? —Erica miraba a ambos adultos dudando sobre su decisión, pero al final la mordida siempre era tentadora

—Acepto —la chica Lahey asintió antes de girarse para evitar ver cómo Erica era mordida, no era de su total agrado ver aquella escena, se escucharon las quejas de Erica en la habitación y varios gritos que eras reprimidos. La habitación se llenó de silencio mientras los dos adultos aguardaban a que la transformación se completase o que Erica muriera en el proceso, pero en cuanto Derek notó que la chica había logrado sobrevivir le ayudo a levantarse.

—Soy Derek Hale, tu alfa —aquella era la primera vez que Megan escuchaba su nombre y no pudo evitar pensar que era un lindo nombre; por otro lado, Megan intentaba no reírse ante la innecesaria mención de que él era el alfa de la chica—. ¿A dónde crees que vas? —le preguntó a Megan con perceptible molestia en su voz en cuanto notó que esta les seguía de cerca.

—Con ustedes, no dejaré a un pedófilo con mi primo y con Erica. Al final de cuentas soy su consejera estudiantil —Derek gruñó al escucharla por segunda ocasión decirle pedófilo.

—Andando y deja de decirme pedófilo —habló entre dientes mientras accedía a que la chica los acompañara no entendía muy bien por qué había accedido, pero sabía que la prima de su primer beta ocultaba muchas cosas que quizá le interesarían en su momento.

—Megan Lahey, ungusto —habló divertida la rubia mientras comenzaba a seguirlos ocultándose decualquier persona para evitar ser vistos; aquello sería emocionante.    







Pelirroja W


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