Hasta ahora, la experiencia de Drew con el motel de carretera en el que habían pasado la noche no se podría definir como buena. Más bien, había sido bastante mala.

Para empezar, estaba el hecho de que los colchones daban asco. No porque se te clavaran todos los muelles, sino porque seran poco higiénicos.

También que el baño parecía el mismo que el de Psicosis, y eso no hacía más que darle escalofríos.

Que los de al lado estaban teniendo una noche loca. Tan loca que se había tenido que poner los cascos para no oírles.

Y que Ezra roncaba como si la vida le fuera en ello.

Mirándolo de otra forma, estaba bastante bien para lo poco que habían pagado.

Cuando el despertador sonó, lo único que hizo fue apagarlo de mala gana y volver a meterse en la cama.

Pero no pudo dormirse otra vez.

Tenía cosas que hacer.

Como saber qué se traía Ezra con Olivia.

Llamar a Karma para ver qué tal la noche de chicas.

Pensar si debería tener una charla con Brooke.

O sacar a Andrew del calabozo en el que llevaba metido dos días por hacer a saber qué.

Sí, estaba claro que sería un día interesante.