19
El ocaso caía y todo se volvía oscuro, sólo un fino hilo de luna devolvía algo de claridad. Las luciérnagas danzaban por el aire fuera en su balcón y algunos pajarillos nocturnos hacían sonidos extraños escondidos en los arbustos de los jardines, pero para JungKook, quien había encontrado una fascinación por ver los pequeños acontecimientos que ocurrían a las afueras de su habitación, en ese preciso momento le valía un bledo.
Su concentración, su cuerpo y todo su ser se encontraba sumergido en aquel hombre de ojos mares, quien lo tocaba como nunca nadie lo había hecho, obsceno y sutil.
"¿Te gusta esto?"
"¿Quieres más?"
"No intentes detenerme"
Lo estaba volviendo loco, fuera de sí. Era una sensación que le costaba descifrar y aunque tratara de explicarse que le estaba pasando no podía, perdía la línea de pensamiento coherentes cada vez que sentía los labios húmedos del rubio besar los suyos. Había perdido la noción de lo que era correcto y de lo que no. Se encontraba cegado por la lujuria y placer. Con cada movimiento, con cada roce era como tocar el mismísimo cielo, pero para su desgracia, JungKook sabía que estaba muy lejos de llegar ahí.
Sus piernas se encontraban abrazadas a la cintura el demonio, sentado en su regazo, en el medio de la cama, y por orden del rubio, comenzó a menear sus caderas, inevitablemente tímido y torpe, ambos miembros comenzaron a rozarse y JungKook pudo jurar ver estrellas. Los dulces labios ajenos recorrieron su cuello, haciéndolo suyo, dejando marcas rojizas, mordiéndolo. Las manos grandes del demonio le cincelaban su espalda desde el torso hasta sus omóplatos y de vez en cuando el tacto de los dedos le provocaban cosquilleos que le hacían arquear su cuerpo. Sus mismas manos se enterraron en los cabellos oro, gimiendo suave sobre su oído, cerrando los ojos cuando el demonio lo empujaba de las cadera hacia sí, cerrando más el espacio entre ellos dos. Minutos pasaron en esa posición, a horcajadas sobre el rubio, moviéndose al compás, sus miembros unidos rozándose tanto que lo hacía querer fallecer.
—Ah... —susurró un gemido que colmó de pasión los oídos de ambos.
Fue en ese instante cuando el castaño sintió que su corazón se le salía. Esa mano traviesa que lo había acariciado durante toda la noche, bajó hasta su zona prohibida, delineó con el dedo índice su tallada entrada. El castaño asustado se aferró a la espalda del rubio y empezó a respirar con irregularidad. Este último lo notó, por lo que besó castamente su hombro, en un acto de reconforte, y luego prosiguió.
Con finura y la lujuria chispeando en sus ojos, el demonio introdujo su dedo hasta el final, recibiendo la respuesta que quería por parte de JungKook; ese sonoro gemido que retumbó en la silenciosa habitación. Continuó sacando e introduciendo tortuosamente su índice, acostumbrado al castaño a la extraña y nueva sensación, y haciendo que siguiera inconscientemente con sus movimientos de cadera. No pasó mucho cuando el demonio de ojos cielo, introdujo dos dedos más, aumentado la velocidad de las entradas. Con su mano libre, tomó la cara de JungKook y junto los labios, en un beso que era cortado por los gemidos del chico. Y sin autoridad ni aviso, el demonio introdujo su pene dentro del chico, sonrió con lascivia al sentir cómo la circunferencia lo apretaba, mientras el chico castaño se encogió, soltando quejidos mixtos, entre placer y disgusto.
—Mmh... JungKook... —empujó.
—N-no... ah... — puso las manos en los hombros del hombre y lo apartó para que se vieran a los ojos— De-deténte... no hagas esto... ah — otro empuje, más gemidos— Es-está mal... no... ah...
— Nada en este lugar está mal... sólo deja que te haga sentir bien...— meció de nuevo su pelvis — cariño... te sientes tan... mmh... te voy a follar como siempre he querido hacerlo.
— Tú... no...
Pero el demonio no lo dejó hablar más. Lo tomó de las caderas y lo lanzó a la cama, no dudó ni un instante en posicionarse encima de él y entrar de nuevo. Esta vez no empezó lento, marcó un vaivén rápido y fuerte, el sonido de sus pieles chocando era indecente, animándolo a ir más rápido. Podía ver su miembro penetrar al chico con lubricidad por preseminal y algo de su propia saliva. Soltando un par de gruñidos con maldiciones, llevó su vista hasta su lindo chico, el cual se encontraba gimiendo en descontrol, con sus ojos cerrados y una mano en la boca tratando de ocultar nefastamente los sonidos que esta producía. Sonrió lamiéndose los labios. Había esperado mucho por este momento.
Su mano derecha tomó el miembro del castaño y empezó a masturbarlo al mismo ritmo que las embestidas, esto hizo que de forma desesperada, JungKook empuñara sus manos en las sabanas, jalándolas. El placer que sentía era demasiado intenso para su inexperto cuerpo. Ya no podía tapar sus gemidos ni sus gritos, ya no podía evitar ver al hombre encima de él moviéndose violentamente, ya no podía no sentirse excitado por imaginarse cómo se vería la escena desde afuera. Fueron todos esos pensamientos sucios y pervertidos que lo hicieron llegar al climax, su primer orgasmo real, y explotó entre los dedos largos que aún continuaban moviéndose. Sin embargo aquella exquisita sensación no termino allí; un pos-orgasmo lo hizo tomar de nuevo las sabanas cuando sintió el pene del demonio tocar un punto exacto repetidamente, que lo hizo eventualmente correse de nuevo, pero esta vez sintió como algo líquido lo llenaba por dentro y supo por los gruñidos gruesos y bestiales que el demonios soltó, que él también estaba sintiendo aquella intensa sensación.
Un par de minutos después, sus respiración se iban calmando poco a poco. Ambos aun se mantenían unidos en uno. TaeHyung descansó su cabeza en el pecho del chico, tan cerca que podía escuchar su corazón latiendo con fuerza. El menor no tenía el valor para moverse, estaba expectante a lo siguiente que iba acontecer. Sus manos fueron soltado el agarre de las sabanas y puedo sentir como su zona baja se iba calmando, su mirada estaba sumergida en un punto invisible en el techo y ahí, inmerso en pensamientos, cayó en cuenta de lo que había hecho. Una ola de emisiones explotó en su pecho, fragmentos bíblicos pasaron como carretes de película por su cabeza, golpeándolo. Pecado, pecado, pecado.
Abrió los ojos en par, aterrado. Observó por encima de sí, al hombre que reposaba sobre su cuerpo sudoroso, al ser con el cual había hecho cosas que jamás pensó hacer en su vida. Rememoró todas las veces en que se hincó al borde de su cama a rogar perdón por sentirse de una manera diferente con algunos de sus amigos hombres y cada vez que tenía la necesidad necia de hurgar en sus pantalones y aliviar el dolor punzante en sus partes, pero se negaba, se rehusaba hacerlo por temor a ser descubierto y castigado, porque las palabras de su mamá le retumban cada vez que tenía las intenciones, "Dios lo ve todo." Entonces, ¿él lo había visto?... lo había visto revolverse de placer, gritar y gemir obsceno, se enteró de lo bien que lo hicieron sentir esas manos, de lo a gusto que se sintió tener esos labios húmedos sobre su boca...
"Soy un pecador"
Estuvo al borde de la locura, a pasos de saltar del balcón de la habitación y acabar con lo que sea que fuese aquello, porque se estaba culpando por cada acción cometida, se odiaba, se sentía asqueroso, insolente a todas las alabanzas que alguna vez recitó, pero todo el torbellino de pensamientos se disiparon al instante cuando sintió ese pequeño toque en su mejilla, un par de labios posados con delicadeza seguido de una nariz restregándose contra su piel en una caricia dulce.
Sus ojos que todavía se encontraban abiertos y ahora llorosos, se dirigieron veloces al hombre creador de sus problemas y logró ver una lágrima rozar sus pestañas.
—No lo hagas... no te asustes de esto... me duele... — tomó su cara y junto las frentes—, me duele ver el arrepentimiento en tu rostro.
JungKook sólo mantenía la mirada fija, viendo verdaderamente el dolor en sus ojos mares.
—Espere una eternidad por ti, pagué con dolor los errores que cometí... pero amor mío, no me arrepiento de nada.
Lo besó, lo besó tanto que quiso llorar cuando sintió ese par de manos temblorosas acariciar su mejilla y enredarse entre sus cabellos.
— TaeHyung...
☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆.。.:*・°☆*
Hola, hola... tarde pero seguro(? Perdón por la demora en serio ✋🏻
Espero que les guste ✨💕
Voy a ponerme al día con este fic.
Gracias a todxs por los votos y comentarios, los veo todos y me rio mucho con algunos. 13 k 💜✨
Adioooo 👋🏻
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