XXI
Ya habían pasado tres años y medio desde que Ni-ki se fue, los dos meses antes de que se fuera, pasó casi todos los días con Sunoo, tomando muchas fotos, recuerdos, de todo para tener suficientes recuerdos hasta que se vuelvan a encontrar.
En esos tres años y medio, Sunoo ya tenía 21 años, a punto de cumplir 22, Ni-ki en 6 meses cumpliría 23.
Ni-ki solía visitar a Sunoo dos o tres veces por año, se quedaba en casa de los tíos de Sunoo por una o dos semanas, obviamente, al ser una pareja, satisfacían sus necesidades esas dos semanas que estaban cara a cara.
Sunoo entró a la universidad, estaba estudiando modismo y costura, mientras que Ni-ki entró a gastronomía, 4 años cabales para poder ir a Corea a especializarse en repostería.
Puede que estén separados, pero se amaban tanto que el lazo no físico no se rompía, sino que cada vez que se veían, se fortalecía cada vez más.
-¿Solo podrás quedarte cuatro días esta vez?- Sunoo pronunciaba triste en una videollamada con su novio.
-Tengo una defensa que adelantaron, créeme que si pudiera no me separaría de ti nunca... pero no es posible.
-No, está bien, tus estudios son importantes, te esperaré en tres días en el aeropuerto- besó la cámara de la pantalla.
-Te buscaré ni bien llegue- también besó la cámara de su computador para finalizar la llamada.
Sunoo lanzó sus rosados cabellos hacia atrás, dejando su computadora a un lado, creía que talvez la relación a distancia sería muy complicada, pero afortunadamente no, las llamadas y videollamadas constantes lo hicieron sencillo.
Suspiró yendo a su estudio, sus tíos convirtieron un cuarto de almacén a un estudio para que Sunoo pueda confeccionar y costurar sin problema, le regalaron maniquís y dos diferentes máquinas de coser, un maniquí hecho a la medida y todo para celebrar su cumpleaños número 20, querían lo mejor para su dulce sobrino.
Mientras que los padres de Sunoo no volvieron a contactarlo, tampoco es como si Sunoo quisiera volver a casa o extrañara su vida ahí.
Sunoo veía muy lucrativo y divertido el mundo de la moda, podía comprarse 4 metros de tela al mismo precio que la prenda ya hecha, y podía formar más de 6 piezas con esa tela además de hacer ropa que es de su gusto y para sus proporciones.
.
.
Los tres días pasaron con rapidez y ahora Sunoo estaba esperando a Ni-ki en el aeropuerto con una caja de los chocolates favoritos del alfa.
Sintió un calor repentino en su espalda, algo raro pues su celo apenas había pasado hace una semana, ignoró un poco ese calor pues dentro de poco desapareció y no lo volvió a sentir, cuando vio a su alfa bajar del avión de inmediato una sonrisa gigantesca se hizo presente en su rostro.
-¡Kinnie!- Sunoo se abalanzó hacia su alfa ni bien este entró al vestíbulo de llegada.
-¡Sun!- el abrazo de Sunoo lo desequilibró, ahora ambos estaban en el suelo.
-Te extrañé tanto- el omega besaba todo el rostro de Ni-ki, parando en sus labios hasta darse cuenta que estaban frente a muchas personas. -uhm...- se sonrojó al captar todas las miradas sobre ellos, mayoría eran por lo lindos que se veían.
-No te preocupes, vamos a ca-- sintió un aroma especial que provenía de Sunoo, era dulce y embriagante.
Ni-ki estaba ahí, pegado al cuello de Sunoo, aspirando aquel delicioso aroma, ya lo había sentido antes, era su celo, pero Sunoo le dijo que hace una semana pasó, entonces ¿Qué era?
Pronto, como si fuera pura coincidencia, el aroma de Ni-ki se intensificó, el pino y sándalo eran más fuertes, pero no podían quedarse en el suelo del aeropuerto.
Ni-ki se paró con Sunoo en brazos y entraron al primer hotel que vieron, pidiendo una habitación con cama matrimonial.
-N-no entiendo- Sunoo se sentía mareado, como si su celo hubiera vuelto es ese poco tiempo, pero no tuvo respuesta, Ni-ki lo tomó por las caderas abrazando su cuerpo.
-No proseguiré si no quieres... tengo supresores en mi bolso, pode--
-¿Esperé más de un año desde la última vez para que me digas que tienes supresores?- sonrió viendo a su alfa -yo no necesito supresores, solo a ti.
.
.
-¡Ah!- Sunoo gemía sintiendo a su alfa en su interior. -¡Márcame!
Sunoo sentía esa necesidad tan grande recorriendo todo su cuerpo.
Pese a que lo habían hecho veces pasadas, nunca formaron un lazo físico, pero la necesidad en ambos era gigantesca, querer estar unidos de todas las maneras posibles.
-¿No es un pecado cuando no estamos casados?- Ni-ki rió en broma.
-Pecado sería no marcarme cuando--
Pronto los colmillos de Ni-ki aparecieron, enterrándose en aquella clavícula tan bonita.
Ambos se sintieron por fin completos, unidos por fin al otro, no importaba el tiempo, el espacio o algo que no fueran ellos o su amor.
.
.
-¡¿Porqué llegaron tan tarde?!- su tío estaba refunfuñando en casa, ya era ma mañana siguiente, llegaron a las 10 de la mañana y no a las 5 de la tarde del día anterior.
-Tío, es que--
-¡Te marcó!- su tía se percató del aroma que ambos cargaban -¡Ahh!- chilló de alegría.
-¿Para cuándo los cachorros?- su tío habló mas tranquilo sabiendo lo que hicieron la noche anterior.
-Para después de que nos casemos- Sunoo rio en juego pero las orejas de Ni-ki se pusieron rojas.
-S-sí... yo iré a desempacar un poco- se guió a su habitacion compartida con Sunoo.
-¿Te propondrá matrimonio?- su tío lo miró abriendo mucho sus ojos.
-No lo sé ... se pone nervioso por todo.
Aunque sería lindo si lo hiciera.
Cami~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top