XVII

Después de escuchar el pedido de ayuda de Sunoo, su voz entrecortada, demasiado evidente que estaba llorando y además estaba asustado, se notaba tan claramente en su voz, Ni-ki cambió de dirección sus pasos  corriendo de inmediato sin colgar la llamada con Sunoo, esperando poder saber más exactamente de su ubicación.

Hubiera pedido un taxi, pero sus piernas eran mas rápidas a esa hora, pura trancadera que solo lo ralentizaría más.

-Sunoo...- corría tan rápido como sus piernas se lo permitían, pero cuando llegó a la dirección que Sunoo le dijo con dificultad, se encontró con un prostíbulo de mujeres, Sunoo no podía estar ahí, principalmente porque era menor de edad.

Entonces pasó de alto ese local, sin saber que su lindo omega estaba esperando su llegada.

Pero cuando pasó por la puerta de aquel lugar, ahí sintió las feromonas de su pequeño chico, asustado de lo que podría pasarle al ser un omega se adentró rápidamente, buscando con dificultad entre todo el humo a Sunoo.

Solo seguía un muy pero muy débil rastro de feromonas asustadas, miedo era lo único que sentía en ese camino que lo guiaba a una habitación, no estaba cerrada con seguro, ahí se encontró a una mujer desnuda sentada en la cama.

-Si quieres hacerlo tendrás que pagar- fumó de su cigarrillo.

Ni-ki ni le tomó importancia, pero no podía ver a Sunoo, no sabía dónde estaba, la habitación estaba llena de feromonas de alfa, feromonas que utilizaban  para debilitar a los omegas.

-¿Dónde está?- Ni-ki pregunto sin mirarla.

-¿El omega? en el baño, pero no quiere salir- señaló una puerta sin luz saliendo de ella.

Ni-ki con rapidez se acercó a esa puerta y al querer abrir alguien la jaló volviéndola a cerrar.

-¡No!- gritó la persona dentro.

-Sunoo, soy yo.

-¡Por favor ya basta!-utilizaba todas sus fuerzas para mantener cerrada la puerta.

-Sunoo..- no encontró más remedio que empujar más fuerte abriendo la puerta de un jalón.

-P-por favor... no quiero....- la luz estaba apagaba pero aún así se veía su pequeño cuerpo en el suelo, temblando y llorando.

Se acercó a él, pero cuando tocó su brazo el omega empezó a gritar y forcejar para que lo soltara.

-Soy yo- su voz fue calmada en todo momento, no quería alterarlo más de lo que ya estaba.

Cuando la mano de Ni-ki se entrelazo con dificultad con la de Sunoo, cuando su calidez se hizo notar, cuando la calma traspasó el terror que tenía el omega, cuando eso sucedió, Sunoo se lanzó a abrazar  a su alfa, aferrándose a su cuello sin querer soltarse.

-Vamos a casa- lo llevaría con él, no estaba seguro de quién le hizo eso a Sunoo.

Se alejó un poco de Sunoo, pero solo provocó que el omega siga llorando aún mas fuerte temiendo por el abandono de su alfa.

-Tranquilo, no me voy a ir, solo quiero cubrirte, debe estarte haciendo frio- se sacó su chaqueta y con esa envolvió a Sunoo.

Después de ser tapado, se aferró al cuello del alfa de nueva cuenta, se abrazó de ahí sintiéndose tan seguro como no se sentía en otro lado.

-Tranquilo, ya estoy yo aquí- lo levantó cual princesa y evitando alguna clase de contacto con la chica, salió de la habitación, esta vez, encontrándose con el padre de Sunoo.

-Yo confié en  ti, pero infectaste a mi hijo, lo llevaste al pecado y ahora ambos se irán al infierno.

-Y yo confié en que su casa sería un lugar seguro para mi omega... creo que el que irá al infierno será usted, nosotros solo nos amamos, mientras usted daña personas diciendo que es en nombre de Dios, Dios es bueno, los malos son ustedes, ustedes son los verdaderos demonios.

Y caminó hasta la salida evitando otra clase de contacto, pronto se dio cuenta que Sunoo se había dormido en sus brazos sosteniendo con su mano la remera de Ni-ki.

-Estaremos bien... te lo prometo- lo llevó a su casa frente a la mirada confundida de sus padres por el estado de Sunoo, pero Ni-ki solo les dijo que ya les dirían más tarde, que dejen a Sunoo descansar.

Sacándole la ropa a su omega y colocándole algo ligero, lo acostó y arropó en la cama acostándose a su lado, su rostro tenía un moretón en la mejilla y su cuerpo algunos golpes y rasguños, su pobre omega debió haber sufrido demasiado en esas 2 horas en las que se separaron después de su cita.

Sunoo en ningún momento se apartó demasiado del cuerpo del alfa, sus manos buscaban las contrarias buscando un refugio, seguía teniendo miedo.

Te prometo que estarás bien, estaremos bien.








5/5










Cami~

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