Capítulo 3

Taehyung se acomodó en su escritorio y encendió la laptop de Seokjin una vez más. Había algo en esos archivos que lo atraía y repelía a partes iguales, una mezcla de temor y fascinación que lo impulsaba a seguir viendo, como si esas grabaciones pudieran darle respuestas a las preguntas que lo atormentaban desde la muerte de su hermano.

Al abrir el siguiente video, se encontró nuevamente en la habitación de Seokjin. La cámara estaba apoyada en algún lugar, enfocando el rostro de su hermano. Esta vez, Seokjin parecía más pálido que nunca, y sus ojos estaban enrojecidos, como si no hubiera dormido en días. Sus manos temblaban mientras se pasaba los dedos por el cabello en un gesto nervioso. Comenzó a hablar en voz baja, y cada palabra parecía cargada de un peso oscuro que apenas podía soportar.

—Hoy… hoy lo volví a ver. Esa mirada… esa sonrisa… —Seokjin respiró hondo, como si intentara calmar el temblor en su voz—. Es como si… como si llevaran máscaras que ocultan monstruos, algo que no pertenece a este mundo.

Se llevó una mano al rostro, cubriéndose los ojos, y su voz se quebró levemente.

—No sé cuánto más pueda soportarlo. Cada vez que cierro los ojos, veo esos rostros… las mismas miradas vacías y llenas de… de hambre. No sé qué buscan, pero sé que es algo oscuro. He oído sus planes, susurrados en las sombras. —Bajó la voz a un susurro, como si temiera que alguien lo oyera, incluso dentro de la seguridad de su propia habitación—. Ellos… juegan con la gente como si no valieran nada… como si fueran juguetes.

Un sollozo escapó de sus labios, y Seokjin se tapó la boca, mirando hacia la cámara con una mezcla de terror y desesperación.

—Si alguien encuentra esto, por favor… cuida de mi familia, cuida de Taehyung… que no les pase nada. Yo… no puedo permitir que nadie más sufra como he visto que lo hacen. Es como si el mal mismo caminara entre nosotros, disfrazado de hombres comunes. Y yo…

Seokjin se interrumpió al escuchar un leve golpe en la puerta, seguido de la voz de Taehyung.

—¿Hyung? —llamó Taehyung suavemente desde el otro lado, y Seokjin miró hacia la puerta, los ojos muy abiertos, como si la realidad lo hubiera atrapado de repente.

Seokjin rápidamente tomó un respiro y se compuso, apagando momentáneamente el miedo en su rostro, pero sin detener la grabación.

—Adelante, Tae —respondió, tratando de sonar calmado.

La puerta se abrió y Taehyung entró con su habitual sonrisa, sin notar el pánico en los ojos de su hermano. Al ver la cámara, su curiosidad se encendió y saludó con un gesto juguetón.

—¡Hola, cámara! —dijo Taehyung, lanzando una mirada divertida a Seokjin, quien forzó una sonrisa para seguirle el juego.

—Hey, Taehyungie —Seokjin respondió con una risa nerviosa, ajustando la cámara ligeramente para evitar que captara más de lo necesario.

—Mamá dijo que ya está la cena —anunció Taehyung con su habitual alegría. Por un momento, el ambiente sombrío se disipó, y la habitación se llenó del calor familiar que siempre rodeaba a los dos hermanos.

—Claro, vamos —respondió Seokjin, dejando escapar una sonrisa genuina, aunque sus ojos todavía reflejaban el temor que intentaba esconder. Antes de cerrar la grabación, miró la cámara una última vez, como si en ese momento se despidiera de algo mucho más grande.

—Nos vemos luego —murmuró, y con una última mirada hacia Taehyung, detuvo la grabación.

Cuando el video terminó, Taehyung se quedó en silencio. Aquel simple instante, con su hermano fingiendo normalidad, era ahora una despedida llena de secretos que jamás había comprendido hasta ese momento.