La Verdad al Descubierto
Capítulo 15
El coche de la policía avanzaba rápido por las calles oscuras, las luces parpadeantes reflejándose en las ventanas mientras Taehyung miraba hacia afuera, su mente repleta de preguntas y miedos. La oficial, concentrada en el camino, no podía evitar lanzar miradas furtivas a los chicos a través del espejo retrovisor.
—Estamos cerca de un lugar seguro —anunció, su voz seria y tensa.
Taehyung sintió que su corazón latía con fuerza. —¿Qué hay de los intrusos? ¿Quiénes son?
—No lo sé con certeza, pero parece que están tras algo que su hermano descubrió. —La oficial tomó un giro brusco, y los chicos se aferraron a sus asientos.
La atmósfera en el coche era pesada, cargada de una mezcla de miedo y determinación. Jimin miró a Taehyung, su expresión inquieta. —¿Qué crees que estaba intentando decir Seokjin?
Taehyung respiró hondo. —No estoy seguro. Pero tengo que descubrirlo.
De repente, el sonido de un golpe resonó desde el maletero, interrumpiendo sus pensamientos. Todos se miraron, el miedo palpable en el aire.
—¿Qué fue eso? —preguntó Namjoon, su voz casi un susurro.
La oficial apretó los dientes, su mirada fija en el camino. —Parece que no estamos solos. Mantengan la calma y no hagan ningún movimiento brusco.
Taehyung sintió que la adrenalina corría por sus venas. Las palabras de Seokjin retumbaban en su mente, llenas de misterio y temor. Necesitaba respuestas, pero en este momento, su seguridad era lo más importante.
Finalmente, la oficial se detuvo en un área apartada, un lugar rodeado de árboles y sombras. —Es aquí —anunció, bajando el cristal de la ventana para hablar con un colega que se acercaba—. Necesitamos poner en marcha el protocolo de seguridad.
Taehyung sintió que el aire se volvía pesado. —¿Qué protocolo?
—Nada de esto es normal. Es mejor que esperen aquí mientras revisamos la zona —dijo la oficial, su tono brusco.
Mientras la oficial se bajaba y se dirigía a su colega, Taehyung miró a Jimin y Namjoon, sintiendo cómo la inquietud crecía dentro de él. —Debemos averiguar qué está pasando. No podemos quedarnos aquí sin saber nada.
Sin pensarlo dos veces, Taehyung abrió la puerta y salió del coche. —¡Tae! —gritó Jimin, pero era demasiado tarde. Taehyung ya había decidido que no podía esperar más.
Se movió hacia el bosque, su corazón latiendo con fuerza mientras se adentraba en la oscuridad. Las sombras parecían moverse a su alrededor, y el sonido de las hojas secas bajo sus pies resonaba como un eco en la noche.
—Tae, ¡espera! —llamó Namjoon, corriendo detrás de él.
—No podemos quedarnos sentados sin hacer nada. —Taehyung se volvió, sus ojos ardían de determinación. —¡Debemos encontrar respuestas!
Mientras se adentraban en el bosque, un escalofrío recorrió la espalda de Taehyung. Sabía que algo los estaba siguiendo, algo siniestro que acechaba en la oscuridad. El aire se volvió pesado, y el silencio era abrumador.
De repente, escucharon un sonido. Un crujido detrás de ellos. Taehyung y Namjoon se giraron rápidamente, sus corazones latiendo con fuerza.
—¿Quién está ahí? —gritó Namjoon, su voz temblando ligeramente.
El silencio se volvió ensordecedor. Pero entonces, emergiendo de las sombras, apareció una figura. Su rostro era familiar, pero la expresión que llevaba no era la que Taehyung recordaba.
—¿Seokjin? —preguntó, el temor apoderándose de su voz.
La figura sonrió, pero no era una sonrisa amable. —¿Te gusta lo que encontraste?
Taehyung sintió que la tierra se desvanecía bajo sus pies. —¿Qué has hecho?
—Todo lo que debiste haber visto —respondió la figura, acercándose lentamente. —Los secretos que tu hermano trató de proteger.
Antes de que Taehyung pudiera reaccionar, un grito desgarrador resonó en el aire. —¡Tae, cuidado!
Un grupo de sombras apareció detrás de ellos, encapuchados y amenazantes. La figura familiar se convirtió en un recuerdo borroso mientras el peligro se cerraba sobre ellos.
—No puedes escapar de la verdad, Taehyung. —La figura rió, una risa macabra que resonó en el aire mientras se lanzaban hacia ellos.
En ese instante, Taehyung sintió que todo su mundo se desmoronaba. La oscuridad lo rodeaba, y no había forma de saber quién era amigo y quién era enemigo.
La última imagen que tuvo antes de que la oscuridad se tragara todo fue la de su hermano sonriendo, pero esa sonrisa se desvanecía rápidamente, dejando solo un vacío que le heló la sangre.
Y así, en medio de la penumbra, la primera temporada llegó a su fin, dejando un eco de preguntas sin respuesta y una promesa de que la búsqueda de la verdad apenas comenzaba.
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