12-¡JACKPOT!

Narrador.

Los tres jóvenes caminaron en silencio en busca de la entrada que estaba casi camuflada entre las rocas. El lugar era rocoso y gracias a la luz de la luna en plena oscuridad pudieron dar con ella evitando así tener que utilizar las linternas. Tn llevaba unos explosivos de última tecnología que había preparado Lucas para volar todo el lugar. Weems no era partidaria de matar a la gente pero en estos casos era imposible. Sabía de buena mano que los contactos y su red de gente era tan grande que seguramente acabarían en la calle y asesinando de nuevo o huyendo no sin antes llevarse por delante a tantos excluidos como fuera posible.

Ángel examinó la puerta, estaba cerrada. Asmo colocó un pequeño dispositivo en la cerradura electrónica y Lucas hizo el resto.

―Dentro―susurró Tn satisfecho.

Abrieron la puerta de golpe y Ángel apuntó con sus armas. No había nadie y eran unas escaleras que llevaban a un piso inferior. Cerraron con cuidado, bajaron tratando de no hacer ruido y se asomaron por el pasillo mirando a ambos lados.

―Deben de estar durmiendo―susurró Asmo.

Cruzaron el largo pasillo hasta llegar a una puerta. Escucharon voces y enseguida se colocaron a ambos lados porque está contaba con un pequeño cristal.

―Menuda noche más tranquila―dijo uno de los guardias pasando por el otro lado.

―No por mucho tiempo―pensó sonriente Tn.

―Si, la máquina no ha logrado matarlos al parecer, pero si que los ha dejado muy mal heridos y estoy seguro que intentarán escapar de la academia. Si lo hacen estarán muertos―comentó el otro que le acompañaba.

Nota: Al ser un refugio y remodelado, todo los pasillos y habitaciones son bastante grandes y anchas.

Tn sacó su arma con silenciador para no llamar la atención. Las pistolas de Ángel también las tenía aunque no le gustaba llevarlo. El bastón de Asmo era una especie de arma modificada que pronto usaría.

Cuando ya no escucharon las voces y los pasos se alejaron, abrieron la puerta y echaron un vistazo. Nadie a la vista.

―En marcha―dijo Tn.

El pasillo se dividía en dos, miraron un mapa de la pared que utilizaban estos para guiarse y sacaron una foto. Tn buscó con el dedo la habitación que deseaba.

―Muy bien, yo iré por aquí―comentó―vosotros ya sabéis que hacer, Asmo...ten cuidado.

―Tranquilo líder―respondió confiado.

―Ten cuidado jefe, sino sobrevives Miércoles te matará―advirtió sonriente este.

―Lo sé, pero como dijo una vez Tezozo...la muerte me tendrá...cuando se lo gane.

El grupo se separó.


Punto de vista de Tn.

Después de memorizar en mi cabeza el plano del mapa, caminé por el pasillo. Iba con cuidado apuntando con la pistola por si alguno aparecía. Las puertas a mi derecha eran los dormitorios y algunos dormían plácidamente mientras que otros jugaban a las cartas en silencio para no despertar al resto. Coloqué en las puertas por dentro de la cerradura un diminuto explosivo con control remoto. Lucas realmente era o una de dos; un genio o un loco por ser capaz de crear aquel tipo de explosivos.

―Ahora a la derecha―susurré.

Al asomarme vi a dos guardias venir en mi dirección mientras charlaban alegremente. Viendo que podían encontrarme, me metí en los dormitorios de unos que no había nadie despierto cuando estos cruzaron por el pasillo.

Escuche un bostezo cercano a mí, uno de ellos abrió lentamente los ojos y se los restregó. Al tenerlos totalmente abiertos, notó la punta de la pistola en su frente justo antes de que yo apretase el gatillo. Muerte en el acto y sin provocar ruido alguno que pudiera despertarlo. Era la primera vez que mataba a alguien, pero era la única opción.

―Lo siento, pero habéis cruzado unos límites donde la muerte es lo único que os merecéis―pensé viendo el cuerpo de este sin vida y con un agujero en la frente.

Salí cuando se marcharon y di la vuelta por el pasillo. Tenía menos puertas pero eran donde se guardaba los uniformes. Así que encima del mío me puse uno que encontré en las taquillas.

―Espero que Ángel no me confunda con uno de ellos y me pegué un tiro―pensé mientras me miraba. Me puse también una gorra de ellos para que el resto no me pudiera identificar tan fácilmente.

Mientras que yo iba a la zona de armas y tecnología donde tenían almacenados los explosivos y otras armas que usarían contra nosotros, Ángel y Asmo irían a buscar al líder y a los demás. Se encargarían de eliminarlos antes de que pudieran transformarse o utilizar sus habilidades, todo era un ataque sorpresa.

Camine por los pasillos y bajando otras pocas escaleras. El sitio era enorme y por suerte los guardias no me dijeron nada. Alguno me preguntó que tal iba todo y yo respondí relajado que todo estaba muy tranquilo como siempre y que esperaba órdenes para acabar con esos asquerosos excluidos.

―Si, son asquerosos―contestó uno de ellos―son gente que no debería existir, pero para eso estamos nosotros, para acabar con esa plaga.

―Exacto―dije―bueno, seguiré vigilando está zona, si quieres descansar un poco, todo está muy tranquilo por las noches.

―Gracias camarada, te lo agradezco, si ves al jefe dile que estoy revisando unos explosivos―me contestó.

―Por supuesto.

Puertas con cajas acumuladas, otra que daba a la cafetería, otras al almacén de suministros o salas de reuniones.

―Bueno, ya falta menos―pensé caminando tranquilo, habíamos elegido buena hora para actuar.

Luego baje otras escaleras, era la zona que buscaba, mi objetivo. Allí eran los laboratorios donde en una de las puertas, a través del cristal, vi las armas que estaban siendo fabricadas. El personal a cargo estaría durmiendo ya que las luces estaban apagadas salvo algunas pequeñas que dejaban entrever que estaban construyendo pues estaban a medias.

―Esas son las bombas que me dijo Lucas―pensé viendo la cantidad de explosivos―si eso lo llevan a la academia...todo el mundo morirá.

Tenían un montón de salas y zonas de construir. La puerta del final era mi objetivo, estaba codificada y seguramente solo los altos cargos podían acceder a ella. Coloqué el dispositivo de Lucas y le avisé por radio, él me dijo que le diera unos minutos.

Iba viendo en la pantalla un montón de números ir apareciendo como en las películas. Necesitaba abrirlo cuanto antes.

―¿Quién eres tú?―escuché una voz no muy lejos de mí.

―Mierda...


Narrador.

Ángel y Asmo emprendieron la marcha por su lado. Aprovechando la zona y las puertas que llevaban a salas vacías de reuniones o vestuarios ya que estaban cerca del lugar de entrenamiento, pudieron evitar ser vistos por el enemigo. Ambos se miraban mientras escuchaban detrás de la puerta a los guardias patrullar por los pasillos y hablar entre ellos. Asmo sabía lo que decían los que hablaban en ruso traduciéndoselo a Ángel.

Subieron por unas escaleras con cuidado y dieron a un nivel superior. Allí solamente había tres habitaciones y una de ellas era la del líder. Se acercaron pero no estaba en su interior, no había nadie y en las otras tampoco teniendo que regresar.

Al volver a bajar se toparon con un grupo muy numeroso que acudía a la habitación de entrenamiento junto a varios hombres de alto rango. Los reconocieron por sus medallas y gorras.

―¿Reconoces a alguno Asmo?

―No, puede que no estén aquí y solamente sea una pequeña base de operaciones.

Aprovechando el lugar, se colaron dentro de las habitaciones que estaban vacías ahora ya que todos habían salido para colocar una pequeña carga explosiva.

―Perfecto, ya está, en marcha―comentó Ángel.

Entonces la puerta del cuarto se abrió dejando ver a un soldado que entraba en camiseta de tirantes y un cigarro en la boca. Por acto reflejo el joven le disparó en el pecho varias balas que perforaron su cuerpo sin problemas y dejando un rastro de sangre.

―Menos mal―dijo este―uno menos.

Pero entonces el soldado que aún estaba con vida a punto de morir alcanzó el botón de la alarma que tenía cerca. A pesar del intento de Ángel, se encendió y estos maldijeron. El lugar empezó a retumbar debido a los pasos de los soldados que salieron en trompa ya armados de la sala de entrenamiento.

Ángel y Asmo escucharon unas explosiones no muy lejanas, seguramente Tn había activado los explosivos al escuchar la alarma ya que era parte del plan en caso de ser detectados. Ángel salió disparando a diestro y siniestro mientras saltaba de pared en pared para esquivar los disparos de los enemigos.

―¡La verdad estaba empezando a aburrirme de tanto sigilo!―gritaba emocionada disparando desde el aire e impactando los proyectiles en las cabezas y cuerpos de los enemigos.

Asmo levantó el bastón y apuntó como si fuera un arma, apretó un botón que tenía en el mango y este empezó a disparar una ráfaga de balas como si de una ametralladora se tratase.

Ángel se colocó a un lado de este.

―Fiu, necesito una de esas―dijo sonriente.

Enseguida empezaron a llegar mucho más soldados y Asmo no tenía para todos así que apretó otro botón y un pequeño misil salió disparado impactando en uno de los soldados. Al hacerlo explosionó en muchos pedazos manchando de sangre al resto.

―¡Joder con Lucas!―dijo Asmo emocionado―bueno...es hora de sacar al monstruo―se desprendió del colgante y su cuerpo empezó a crecer hasta convertirse en una gran criatura ante la vista de todos los presentes.

En la sala de entrenamiento cercana los altos rangos daban instrucciones en ruso y en inglés a los soldados que ya estaban preparados para el ataque con su uniforme y arma lista.

―¡Matad a esa escoria!―ordenaba uno.

―¡Si señor!―contestaron todos.

Echaron a correr en dirección al lugar donde los otros ya estaban disparando tras las puertas cuando escucharon un rugido que los dejó paralizados. Las pisadas resonaron por la base mientras estos aguardaban apuntando a las puertas.

Un fuerte golpe rompió la entrada dando paso a una gran criatura con un chico encima de este disparando a todos los presentes.

Asmo en su forma monstruosa aplastó a uno de ellos, luego agarró a otro para lanzarlo con fuerza contra una de las paredes convirtiendo a este pobre en chicle. Con sus garras dejó a otros tantos partidos por la mitad pero lo peor no fue eso, sino que agarró las partes para comerlas mientras la sangre se derramaba por todo su cuerpo dando una imagen monstruosa.

―Delicioso...llevaba tiempo sin comer carne humana―la sonrisa macabra de la criatura hizo temblar las piernas de los presentes que trataron de abrir fuego pero antes de apretar el gatillo se vieron con un par de balas dedicadas de parte de Ángel.

―¡Te cubro compañero!―gritó este haciendo unas acrobacias en el aire de nuevo antes de caer sobre su lomo de nuevo―¿podrías lanzarme hacía arriba?.

Asmo obedeció y desde la altura, Ángel utilizó un arma más potente que era una especie de bazooka portátil que disparó contra los altos rangos y los dejó hecho pedacitos pequeños.

―¿Quién dijo que no soy un chico explosivo?―dijo al aterrizar.

El Wendigo arrasaba con todo a su paso, era imparable despedazando a sus enemigos para luego devorarlos, algunos incluso estaban vivos y agonizaban o gritaban de dolor al sentir las fuertes mandíbulas de la criatura. Ese sonido de los soldados pidiendo clemencia, llorando o chillando era música para él.

―Corred...corred...el Wendigo anda suelto y si no tenéis cuidado devorados acabaréis...―canturreaba un poco con la voz mezclada de Asmo y la criatura.

Con todos derrotados, se quedaron mirando el lugar, todos yacían muertos...bueno, los restos de los enemigos que poco a poco terminaba de devorar Asmo.

Una puerta cercana a ellos se abrió ya que la sala tenía dos entradas. Un grupo de soldados entró y Ángel estaba ya preparado cuando lo que vio le dejó incrédulo pues poco a poco mientras caminaban, estos se convertían en excluidos ya fueran hombres lobo, vampiros u otros seres similares.

―¿Listo para seguir?―preguntó este a su amigo transformado.

―Por supuesto.

El grupo echó a correr en dirección a ellos dos que se prepararon para acabar con ellos.


Punto de vista de Tn.

El hombre de allí llevaba una bata de científico y me preguntaba que estaba haciendo allí y quien era.

―Estoy vigilando―contesté―me ha parecido escuchar un ruido, pero supongo que era usted.

―Esta zona está bien vigilada―replicó―ahora haga el favor de marcharse o llamaré a sus superiores.

―Por supuesto―dije―esto...¿tiene fuego?.

―Claro―al rebuscar en su bolsillo le apunté con el arma y le pegué un tiro certero en la cabeza que lo dejó muerto al instante.

El sonido del cuerpo al caer al suelo me hizo temer lo peor ya que fue brusco y seco. Pero nada, allí no apareció nadie. Llevé el cuerpo a la sala más cercana dejando este sobre el suelo nada más entrar a la derecha.

Luego regresé para ver como iba la cosa y poco a poco la barra de carga llegó al final permitiéndome entrar a la habitación de las armas y municiones. Aluciné con la gran cantidad que tenían allí guardado junto a materiales inflamables.

―Bien...empecemos―saque de la mochila todo y coloqué por todos lados. Puse una gran cantidad y aún así me había sobrado así que tocaba regresar para activar los explosivos a distancia.

Al salir, escuché a mis compañeros maldecir. Entonces entendí el motivo. La alarma sonó y sino hacia algo, muchos soldados irían al lugar así que apreté el botón de las habitaciones. Eso acabaría con un grupo de cazadores y sobretodo, les daría algo más de tiempo. 

―Salgamos de aquí―eché a correr mientras les dije que ya tenía todo que tocaba irnos.

―¡TODO EL MUNDO A LA SALA DE ENTRENAMIENTO, INTRUSOS DETECTADOS!―se escuchó decir a una voz desde los altavoces.

Corriendo por el pasillo vi que había zonas derrumbadas pero sobretodo...los que estaban en las habitaciones salían llenos de sangre por todo el cuerpo, a algunos les faltaba algún brazo o piernas, en estos casos se arrastraban gritando y pidiendo ayuda médica.

―Tranquilos―en aquel estado no hacia falta usar la pistola―yo os daré la paz de la muerte.

Saqué la espada de Ángel y me fui abriendo paso en entre todos y cada uno de ellos terminando de matarlos. La sangre me salpicaba y empapaba mi ropa. Ahora ya no llevaba el traje de ellos.

―¡AYUDA!―gritaba uno antes de ser decapitado.

Otro fue atravesado por mi acero y sus tripas derramadas. En mi mente se formaba el recuerdo de mis compañeros en la enfermería. Solamente quería matarlos.

Solté un grito mientras blandía mi espada, uno a uno fueron cayendo como moscas, era hasta aburrido matarlos pero...sentía algo de placer por la venganza que el momento me brindaba.

―No hay nada que hacer, todos moriréis―rugía mientras sentía la adrenalina correr por mis venas.

Terminada la matanza fui hasta el lugar donde estaban ellos dos. Por suerte llevábamos todos un detector para localizarnos en caso de perdernos. Pronto me topé con unos charcos de sangre que eran abundantes. Y con lo poco que quedaba de los restos de los soldados.

Al entrar, vi al Wendigo de Asmo, era enorme y aterraba, estaba siendo asaltado y tenía un montón de hombres lobo encima, al fijarme vi que eran cazadores usando sus habilidades.

―Debo ayudarlos―saqué las pociones que habían preparado Justin y Alex―esto bastará.

Con toda mi fuerza, arrojé una de ellas a un enemigo. Explosionó en un pequeño ácido que derritió el cuerpo del vampiro entre gritos antes de caer muerto al suelo. Fui lanzando todas mientras Ángel esquivaba rodando o saltando los embistes de unos y otros.

―¡No miréis!―grité lanzando una granada cegadora.

Los gritos de los soldados se hicieron eco y enseguida se llevaron las manos a los ojos.

―¡Asmo, recuerda el plan!―grité.

Ángel se colocó a mi lado, ahora teníamos la espada en la funda a nuestra espalda y sacamos las pistolas apuntando. Asmo tomó la mochila que le dio Ángel y la lanzó cerca del grupo de soldados. No solo la de él, sino la suya también ya que todavía tenía muchas cargas explosivas.

―¡No lo digas...!―comentó Ángel adoptando una postura cool.

―¡JACKPOT!―grité sonriente.

La explosión generó un choque de onda expansiva que nos tiró hacía atrás y Asmo se retiró, volvió a ser humano. Se colocó la ropa y el colgante. Ahora los enemigos estaban muertos o el fuego los había dejado en estado de agonizar. El Wendigo estaba satisfecho de carne humana para una buena temporada. Tocaba irse de allí.

―¡Bien hecho jefe!―gritaba Ángel.

―Hay que salir de aquí cuanto antes―corría sin cesar con ellos detrás.

―Hemos colocado las cargas donde nos has dicho―comentó Asmo.

―Perfecto.

Nos cruzamos con algunos que habían logrado escapar de las explosiones y derrumbes pero con un movimiento rápido de espada Ángel y yo nos deshicimos de ellos.

―No se te da mal jefe―comentó este sonriente―no esperaba menos de ti.

Salimos a la superficie y recobramos un poco el aliento. El aire fresco de la noche nos sentó de maravilla. Los tres sacamos los detonadores y cuando estuvimos a una distancia prudente, mejor dicho, cerca de la furgoneta, apretamos el botón. El lugar empezó a dar fuertes sacudidas y Elina que nos vio ensangrentados nos dijo que tocaba largarse. El suelo hasta se abría poco a poco. Arrancó y pudimos ver como el fuego emergía de la tierra hasta el cielo. Nadie podría haber sobrevivido a eso.

La chica nos dio agua y algo de comer para recobrar fuerzas. Ahora, todo el cansancio acumulado lo sentíamos por nuestro cuerpo.

―Os toca una buena ducha―dijo ella mientras conducía.

Casi me duermo por el camino hasta la academia. Al llegar a Nevermore, el grupo había salido a recibirnos gracias a Weems. Nos vieron y gritaron, otros lloraron y Enid me miraba en silencio. Al acercarme me dio un fuerte bofetón antes de abrazarme y estallar en llanto.

―¡NO VUELVAS A ARRIESGARTE ASÍ!―gritó antes de besarnos―primero una ducha...no me gusta verte así...cubierto de sangre...―se alejó un poco.

―A mi en cambio me encanta―Miércoles esbozaba una gran sonrisa y me besó ante la mirada de todos.

―Parece que tienes premio doble―comentó Ángel sonriente.

La directora estaba junto a Lucas en la entrada, nuestras miradas se cruzaron y asentimos con la cabeza...misión cumplida. Aunque sabía por la información que me dio Asmo y Ángel, que los líderes rusos y otros que deberían estar en la base, seguían con vida pues no estaban allí. Seguramente tendrían otro escondite, pero ahora tocaba descansar.

Nos duchamos, cenamos entre risas, bromas y alegría antes de irnos a dormir. Realmente estaba cansado, pero satisfecho de haber logrado una importante victoria.


Narrador.

No muy lejos de la base de operaciones destruida, el líder ruso bebía un poco de whisky mientras estaba acompañado de sus mejores hombres los cuales estaban entrenados y contaban con habilidades muy poderosas.

―Parece ser que no lograste matar a esa chica llamada Enid...ni siquiera la máquina pudo hacerlo, al igual que a los demás―dijo el líder bebiendo de nuevo―pero es mejor no enseñar nuestras cartas.

El vampiro que atacó a Enid, Tn y Miércoles estaba apoyado en la pared.

―Hemos perdido a hombres, máquinas, recursos...ha sido un duro golpe―dijo este sin despegarse de la pared.

―Puede, pero tenemos otras armas como la que hemos traído desde Rusia. Ese Asmo pagará todo el daño que me hizo―apretó la copa y los dientes―en caso de vernos acorralado utilizaré mi as bajo la manga.

―Espero que no...incluso yo temo a eso...―su voz temblaba.

―Es normal...pero por el momento esperaremos un tiempo para atacar, hay que planificar todo bien.

Este recibió una llamada.

―Excelente, parece ser que mañana nos llegará lo que he pedido―su sonrisa se volvió escalofriante al escuchar la información que le dieron desde el otro lado del teléfono.


Continuará...

Bueno gente espero que les haya gustado, me ha costado un poco narrar todo pero creo que ha podido quedar bien detallado y pueden imaginar las escenas.

Un saludo :D

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