↠Capítulo 10. "Esto es el comienzo"
Rowan.
El andar de Chrystel se detiene frente al espejo rectangular que hay en una de las paredes cercanas a las habitaciones de invitados.
Es entonces cuando veo lo que ella había mencionado antes y no entendí a qué se refería:
Mis ojos han adquirido una tonalidad dorada, que brilla con el simple roce de la luz del candelabro. Al aproximarme más al espejo para vislumbrar bien el aspecto, hallo unas pupilas alargadas de forma vertical como si fuesen las de un felino. Ciertas líneas rojizas tratan de llegar al centro de la misma.
—Tus manos...
Me aparto para dirigir mi vista hacia mis manos. Las yemas de los dedos se tornaron un poco más apagadas que el resto de mi piel, pero poco a poco comienzan a brillar con una intensa luz que no logro descifrar de donde viene.
Es una luz cálida, amarillenta que llega a tomar un color anaranjado. Parecen brillos de luciérnagas, mis dedos cosquillean cuando este brillo se intensifica. Por alguna razón, no puedo apartar la vista de él y al mismo tiempo, percibo como si el aire me faltara.
—Bien, ahora tranquilízate... —murmura Chrystel, se acerca a mí con lentitud para no asustarme—. Trata de no alterarte más. Sé que te desespera, pero puede ocurrir algo.
Asiento ante su voz con la vista clavada en las yemas de mis dedos delgados. Está claro que es magia, pero ¿proviene de mí?¿O no?.
Fuerzo a mi respiración a calmarse. La sensación de explotar cosquillea en mi interior como señal de que mi ansiedad ha incrementado sus niveles y debo obligarme a respirar hondo, a exhalar unos cuantos segundos y contener la respiración. Eso siempre me ha relajado si se trata de ataques de pánico.
No obstante, la presión de esa sensación de que podría morir o de qué estoy en peligro, golpea contra mi corazón. Se vuelve tortuoso respirar, sentir, pensar, incluso hasta hablar. No sé qué hacer, he perdido el hilo de donde estoy.
Se siente como si no fuera yo misma la que controla este cuerpo.
Soy una espectadora más de mi vida. Otra vez.
Por primera vez en mucho tiempo me sucede algo así.
—Rowan, respira —habla una voz que dista de ser similar a la de Chrystel. Reconocería muy bien a la dueña de ese tono autoritario y frío, pero que conmigo intenta ser más suave.
—No... no puedo.
—Claro que puedes —se planta frente a mí, impidiendo que yo vea mi reflejo. Alzo mi cabeza para encontrarme con su mirada gris que me evalúa de forma inquisitiva, doy un leve asentimiento y ella coloca sus manos en mis mejillas—. Dime dos cosas que puedas oler, tres cosas de tu color favorito y cuatro que puedas saborear.
Sé muy bien lo que hace. Intenta distraerme para que no colapse.
Cierro mis ojos unos segundos antes de abrirlos de nuevo y suspirar con nerviosismo.
—Tu... perfume —empiezo en un murmullo—, el de Chrystel. Eh, mis guantes —señalo los guantes de seda negra que cubren mis manos—. Mi cabello, tu vestido. Y no sé, no hay algo que pueda saborear aquí.
—Pero al menos te he distraído, ¿no? —susurra con un aire protector.
Me percato del tacto de sus dedos y uñas que chocan contra mis mejillas frías, el roce es suave, aterciopelado, casi cariñoso y no me produce ese sentimiento de querer apartarla o salir huyendo, como me ha ocurrido con todos en estos años. Al contrario, la anhelo más cerca de mí, que me rodee con sus brazos pálidos y elegantes, que me abrace y yo pueda permitirme descansar mi cabeza en su pecho.
Es muy extraño, ¿Por qué la quiero cerca de mí?
Ella parece recordar lo que sucedió el primer día que nos vimos, pues se aparta, pero con la delicadeza necesaria para no asustarme.
—¿Lo viste, Luciale? —inquiere Chrystel en dirección a la rubia parada frente a mí.
—Sí, en otras ocasiones también —confiesa y yo frunzo el ceño.
—¿Qué? —suelto de la nada—. ¿Viste como mis ojos cambiaban de color?
—Sí, pero no había visto antes que chispearas con tus dedos —aclara sin perder esa seriedad de la que me he acostumbrado—. Estoy investigando sobre ello, no te preocupes.
—Yo...
—No quise decirte para no alarmarte. Podrías haber reaccionado peor que recién y no quiero tener problemas con mis personas de confianza —masculla con cierta dificultad antes de suspirar—. En cuanto tenga la información suficiente sobre esto, hablaremos sobre ello.
Las tres nos quedamos en silencio sin saber que responder ante los dichos de Luciale. Fuera de ello, sigo conmocionada por lo que ha pasado hace unos minutos.
Mis ojos brillaron y mis manos también, no solo eso, también pude permitir que alguien me tocara sin alejarlo de un golpe o salir corriendo para esconderme y llorar en silencio.
No tuve la necesidad de forzar una sonrisa como sucedía con Jenna cuando me abrazaba, o con mi padre.
Por primera vez en mucho tiempo, logré que mi mente se calmara y que mi cuerpo no esté alerta.
—Gracias por avisarme, Chrystel —espeta la enigmática mujer que me ha acogido en este mundo antes de esfumarse en el aire, dejando una nube de polvo violeta brillante a su paso.
...
Tras lo ocurrido hace unas horas, preferí encerrarme en mi habitación a comer algo mientras leo los libros que me trajo Luciale.
Perséfone se recuesta a mi lado en la cama, descansa con su pancita hacia arriba mientras cierra sus ojos. Sonrío y le toco las orejas para luego dejarla dormir.
Mi mirada se concentra en el libro en mis manos mientras llevo un pedazo de la magdalena de chocolate a mi boca. Agradezco que hasta ahora me han dado comida que consumía con anterioridad.
El sabor amargo pincha mi garganta, no soy fan de las cosas sin azúcar, pero por cuestiones de salud debo privarme de consumir glucosa o carbohidratos en grandes cantidades.
Esperen.
¿Por qué me dieron una magdalena de chocolate amargo sin preguntarme antes? Dudo que Luciale ingiera este tipo de alimentos como para que ella decida dármelos.
Sacudo la cabeza para concentrarme mejor en la lectura. El primer libro que agarré era uno titulado "Al craston".
«La creación»
Capítulo 1: Los orígenes.
Hace milenios, si nos guiamos por el tiempo de la Tierra y no por el de este universo, una mujer se alzó contra la ciudad en la que vivía.
Pertenecía a los demonios esparcidos en la Tierra para controlar el caos. Junto a otras especies sobrenaturales, fundó esa ciudad remota en Rumanía, que se convertirá en su hogar hasta que decidiera abandonar el régimen dictatorial de la misma.
Ekaterina Miroslava era su nombre. Una mujer de temer según sus allegados, una mente revolucionaria y un alma libre. Ella jamás iba a quedarse de brazos cruzados viendo como su gente y ciertas especies eran utilizadas solo a beneficio de los humanos o la Corte del Cielo.
Ekaterina huyó y creó en su escape un portal a otra dimensión. Un mundo nuevo se abría a sus pies por el gran poder que corría por sus venas.
El diablo no se sintió amenazado, de hecho, apoyó este nuevo mundo con la idea de que de esta forma se acabaría el caos en la Tierra. Reinaría la paz después de tanto tiempo y los humanos vivirían en su mundo, ajenos de todo. Existirían en un mundo perfecto e ideal para ellos.
Ekaterina se convirtió en Skara, la diosa que todos alabarían. Una figura que sería inmortal, eterna y recordada por todos a pesar de que ya no se materializa hoy en día.
Skara, que en el idioma que ella inventó significa «Bondad personificada», es nuestra diosa creadora. A diferencia de las deidades humanas, de ella hay pruebas científicas de su existencia y de que realmente nos creó a cada uno, no a su imagen y semejanza, pero sí para que gobernemos con ella.
«Bienvenidos a Lilium, el mundo donde todo es posible. Y donde la magia reina en cada lugar. »
...
Luciale.
Sostengo mi frente con una mano, mi vista viaja a las enciclopedias desperdigadas por el escritorio de mi despacho. Estuve aquí por varias horas seguidas, iba a tomar un descanso, pero también me dije a mí misma que Rowan espera respuestas de mi parte.
Y mi mente también.
Lo que he visto en ella es la manifestación de poderes milenarios, de una magia que no pertenece a este imperio. Es la personificación de una leyenda.
La leyenda de los ojos del sol.
Dentro de las tantas leyendas aterradoras que recorren las calles de Astenont, se alza también la de los ojos del sol. Según se dice, Skara le otorgó a un grupo pequeño de la población total de este planeta unos poderes especiales.
Pueden destruir el mundo si ellos quisieran. Controlan la existencia de todos, sus poderes son peligrosos si se utilizan para fines nada benévolos.
Es por ello que considero que Nymra Polvest es una amenaza para todos. Ella pertenece a las ninfas del sol, portadoras de esos ojos dorados que he visto en Rowan.
¿Qué significa eso? Que ella es una descendiente de las últimas ninfas del sol, aunque a veces también se les ha nombrado como legendarios. Mi pregunta es cómo ella llegó a la Tierra, ¿Quién la llevó allí y con qué motivos?
"En el momento en que estén utilizando sus poderes, los ojos de una ninfa del sol se tornarán dorados. No sabemos a ciencia cierta qué repercusiones tendrá en el sol de Lilium, en el tiempo o en la armonía que gobierna este universo.
Un solo pensamiento de ellos puede materializarse y condenarnos a todos.
Skara ha escogido a cada uno de los portadores de esta magia milenaria, confía en la sabiduría de cada una de esas almas. Ella no se equivoca. "
No se aleja mucho de la realidad ese párrafo que acabo de leer. La noche cayó con más rapidez y pasó aún más veloz que de costumbre. Es obvio que esto fue producido por Rowan, pero no se lo diré todavía. No quisiera que reaccione peor y atentara contra su propia vida sin quererlo así.
Un par de golpes en la puerta me sacan de mi ensimismamiento. Levanto la mirada con una fugacidad que me obliga a disimular el pequeño sobresalto que generó ese ruido en mí.
Mis sentidos están más agudizados en la noche, sobre todo en la oscuridad. No necesito luz para leer o hacer otras cosas, puedo ver sin necesidad de ella.
—Adelante —espeto gélida.
La figura del actual emperador de Abdrion se deja ver una vez cierra la puerta tras su entrada. Me sorprende verlo aquí y parado frente a mí.
Vorkiov, conocido como Nirmovik entre sus ciudadanos, me sonríe de forma paternal. Ha dejado las formalidades por un día y se encuentra con ropa más cómoda que los trajes que usualmente viste.
Camisa gris arremangada hasta los codos y pantalones negros. Muy inusual en él. Su cabello castaño ondulado está algo despeinado, pero no pierde la elegancia que lo caracteriza.
Vorkiov, el amor de Dríhseida I y la persona por la que daría todo de su vida. El amor que se tienen el uno al otro es admirable, a pesar de las cosas que han pasado, todo lo vencieron juntos y hoy en día disfrutan de algo de paz.
Sus ojos grises, al igual que los míos, me observan dubitativos al encontrarme leyendo.
—¿Qué te trae por aquí, padre? —inquiero mientras me levanto de la silla—. Deberías estar descansando.
—Tengo información de tu interés, hija —sonríe al ver mi expresión interesada y toma asiento, hago lo mismo—. Tómate un descanso, sé que el tema de la chica humana te afecta, porque no es humana y...
—Es una ninfa del sol —lo interrumpo, apoyo mis codos en la mesa y mis manos quedan debajo de mi mentón. Su expresión se congela ante mi afirmación—. Estoy preocupada porque es más que eso. He visto indicios de que pertenece a otra especie.
—Y eso significa que es más inestable —asiento, dándole la razón—. Pero no he visto nada que nos indique que Rowan sea un peligro, Luciale.
Él indagó sobre la muerte de Rowan y por lo visto, no halló nada preocupante. Mi madre se encargó de ver el futuro a través de ella, tampoco encontró algo que signifique una señal de alerta para nosotros.
—Mamá ya lo había mencionado, pero hay algo que no logra convencerme en todo esto —mis cejas se fruncen y suelto un suspiro agotado—. ¿Por qué una ninfa del sol terminaría siendo criada en la Tierra? Su lugar está en Astenont. O este mundo en todo caso.
—Eso sólo sus padres lo saben —opina mientras chasquea sus dedos y unos cuantos papeles aparecen en su mano derecha—. ¿Averiguaste algo sobre ellos?
—No encontré nada que me alarme cuando leí su sangre la primera vez que la vi —admito con mi mirada intrigada en los sobres que sostiene—. ¿Qué es?
—Hace una semana me pediste que revisaramos en los registros sobre algún maldito —me recuerda mientras me tiende los papeles amarillentos—. Si bien nuestros gobernadores han dado los resultados de sus investigaciones, preferí indagar por mi cuenta. Esto es todo lo que encontramos, pero espero que sirva de algo.
Mantengo mi semblante indiferente y tomo el primer papel amarillento para leerlo. Mis ojos divisan cada línea mientras mi mente comprende con una velocidad admirable.
Región de Weyt.
Marquesa: Griseynna Liels.
Extensión: 30.000km.
Sin rastros de malditos.
Valle Infernal forzado, pero estable. No hay signos de que ha sido atacado ni tampoco destruido algo.
Región de Mellster.
Conde: Kreim Liweul
Extensión: 90.000km.
Dos de sus habitantes son malditos.
Reprimo la sonrisa que quiere apoderarse de mis labios. Sabía que encontraría algo en el condado de Kreim, así como ahora estoy segura de que me lo comunicará ni bien pueda.
Sé que Kreim intenta no decepcionarme porque lo estimo bastante si se trata de temas referidos a su gobernación y organización del condado de Mellster. Es uno de los que más me preocupa porque se encuentra cercano a la capital, Leerralde.
Traducido a los idiomas humanos, significa «Renacimiento del alma».
Si las zonas aledañas a la capital son mal gobernadas, deja una mala imagen de los emperadores. O del imperio que tomará la heredera. No puedo permitirme que eso suceda, pero en parte entiendo a Kreim.
Él nunca fue la persona que quiere pedir ayuda, prefiere arreglar sus problemas solo y demostrar que sí podía hacerlo después de todo.
Pero ahora no importa. Esto es un tema serio y sí me necesita, lo tendrá que decir tarde o temprano.
Información de los identificados como malditos.
Nombre: Jeannara Dreskter
Edad: 21
Fecha de nacimiento: 25 de junio de 678.
Padres: desconocidos
Residencia: Condado de Mellster
Especie: maldito. Hada de la noche.
Puesto actual: estudiante de magias oscuras.
Nombre: Damra Dreskter
Edad: 18
Fecha de nacimiento: 3 de agosto de 680.
Padres: desconocidos
Familiares: Jeannara Dreskter (hermana), Katrina Van Ederd (prima materna)
Residencia: Condado de Mellster
Especie: maldito.
Puesto actual: estudiante para soldado de la Guardia Real de los Meire.
—Así que están unidas con la chica que está en tratamiento —puntualizo al terminar de leer los documentos, con una sonrisa satisfecha.
—¿Reconoces el apellido Dreskter? —me interroga mi padre para probar mi memoria.
Mis ojos viajan a su rostro al instante.
—Por supuesto, ¿Cómo olvidar a gente tan importante para ellos? —mi tono gélido no produce ninguna reacción en él. Amplío mi sonrisa engreída antes de continuar—, parece que deberé reunirme con ellos. ¿Qué piensas?
—Si lo consideras oportuno, yo no me opondré —responde despreocupado, sus cejas castañas se levantan antes de regresar a su posición inicial.
—Perfecto.
Ahora solo deberé hablar con Kreim en cuanto regrese a la capital. Dejaré que él me busque, porque tarde o temprano lo hará. Lo conozco mejor de lo que él cree.
...
¡Muchas cosas se avecinan! Entre ellas, un par de personajes que ya quiero que conozcan y que adoren tanto como yo.
¿Cómo están?¿Todo bien?
Después de unas semanas, he decidido actualizar. Se vienen actualizaciones semanales.
¿Quiénes vienen por los tiktoks? 👁️
¿Les gusta el curso de la historia?
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