Este es un tributo a nuestro a amigo(La Mon ahre) de parte de milchome y quien les escribe con muchísimo amor, espero que lo disfruten.💕

-Personajes: Keith Kogane y Lance Mcclain.
-Ship: Klance.
-Nota: Lo he pensado y decidí atender un pedido y en el siguiente hacer algo que me salga a mí para que no todo sea Klance y todos seamos felices ;)

Habían pasado ya algunos días desde aquella trágica noche lluviosa de marzo, Lance aún no comprendía porque se sentía tan mal cuando él había terminado las cosas y en ese momento no quería darle otra oportunidad, pero ahora se sentía tan solo que daría lo que fuera por un beso de sus exquisitos labios.

Se tiró en aquella cama que había escuchado y sentido todo el amor que había sido desprendido allí, incluso aún quedaba un poco del olor de cabello húmedo de Keith.

—Hoy volví, a dormir en nuestra cama y todo sigue igual, el aire y nuestro gato, nada cambiará.

Vio al gato negro que la madre de Keith les había regalado a ambos y le dedicó una mirada nostálgica tras recordar aquellos momentos vividos.

—Difícil olvidarte estando aquí. Oh, oh.

Se levantó y en un esfuerzo de olvidarlo todo se fue de esa habitación para evitar seguir recordando.

Se fue acercando lentamente al balcón tratando de que su ex salga por una de las ventanas de el edificio opuesto al suyo, pues en uno de los departamentos estaba Keith.

—Te quiero ver, aún te amo y creo que hasta más que ayer.

Vio una fotografía que tenía con Allura, una chica había inventado un rumor diciendo que se había besado con Lance. Esa fue la gota que derramó el vaso.

—La hiedra venenosa, no te deja ver. Me siento mutilado y tan pequeño.

Finalmente llegó al balcón donde tomó aire y siguió cantando.

—Ven, ¡y cuéntame la verdad! Ten piedad y dime porque ¡No, no, no!

Sus ojos querían doblegarse ante el dolor que atormentaba el corazón de Lance, pero terminaron por no hacerlo puesto que el castaño necesitaba transmitir su mensaje, necesitaba que lo escuche.

—¿Cómo fue que me dejaste de amar?

Se aproximó todavía más al balcón que lo dividía con su amado y volvió a tomar aire para no morir por falta de oxígeno

—Yo aún podía soportar, tu tanta falta de querer.

Se dio un breve receso, para ver si Keith salía: No pasó nada. Volvió a intentar.

—Hace un mes, solía escucharte y ser tu cómplice, pensé que ya no había nadie más que tú.

Lo único que se escuchaba en el ambiente era la gente murmurando cuando pasaba por el lugar.

—¡Ven! ¡Y cuéntame la verdad!

Estaba resistiendo lo más que podía, pero sus fuerzas se iban agotando.

—¡Ten piedad!

Esa fue su última frase, Keith estaba besándose con Allura.