❝9❞
Me desesperó el hecho de que Jungkook se quedase callado cuando yo había hecho una pregunta bastante clara y concisa, no había ciencia, solamente tenía que decirme cómo me lo vio sin darme cuenta y de paso darme el truco para yo espiarlo igualmente y así poder verle desnudo, no era algo malo, no estaba preguntándolo como algo malo, al contrario, si me dijese que lo pintó sirviéndole yo de inspiración lo abrazaría, me abalanzaría a él y...lo besaría, y le dijera que me pintara otra vez, desnuda, en su cama, en la cocina, en el sofá, en la escalera, en la piscina de su casa, donde fuera, solo tenía que responder con la verdad.
Pero había un pequeño detalle, porque al verlo abrir la boca para hablar y despegar su mirada de la mía, supe que me iba a inventar una trola, pensando que yo me pondría furiosa.
—Por Dios, Nanah, ¿qué dices? Ni si quiera sabía que tenías un tatuaje entre tus...tetas, no es un tatuaje que pudiera ver si no es sin ropa, así que ve atando cabos y saca tus conclusiones, tengo que irme, esperame aquí —me quedé sin capacidad de decir ni pío como el pollito, porque él se dio la vuelta y se perdió haciendo su trabajo, saludando a gente que no conocía una mierda y hablando con ellas de cosas que tampoco escuchaba.
Me molestó, ¡claro que me molestó! Me molestó el hecho de que me mintiese, porque me estaba mintiendo, Jungkook cuando te hablaba seguro te miraba a los ojos y no fue capaz de sostenerme la mirada esta vez, claro que me estaba mintiendo, y ahora si estaba molesta, o se dio cuenta de que si me decía la respuesta que quería estaría más loca por él de lo que ya estaba o de verdad pensó que si me mentía me quitaba un peso de encima.
¿Es que no se da cuenta que lo persigo como perro faldero? ¿No se da cuenta que me tiene comiendo de su mano y si me pide que me ponga de rodillas y lama sus zapatos lo haría aunque después muriera de humillación conmigo misma? De verdad, había que estar muy ciego para no darse cuenta, ¿qué era lo que lo detenía?
Que eres la puta novia de su hijo, Nanah, ¿no te enteras?
Ni una puta mierda, señora subconsciente, me importa un carajo, estoy a siete horas de mi novio en auto y en lo que menos voy a pensar esta noche es en él.
Estás. Completamente. Loca.
Mi mente intentaba hacerme entrar en razón, pero a quién iba a engañar, lo mio con Soobin no iba a poder ser mientras existiera su padre, me había convencido de eso ahora, en este momento que estoy lejos de él, a lo mejor cuando lo vea me arrepiento, pero ahora no, ahora le voy a hacer ver a Jungkook que deje de limitarse tanto conmigo de una puta vez porque no aguanto más, me tiene siempre en una discordia con mi mente continuamente.
La exposición de arte fue bastante entretenida, Jungkook tenía talento para expresar sentimientos que uno no se podía ni imaginar que sentía con solo mirar un lienzo lleno de pintura, pero es que pintaba de puta madre, aparte de la pintura de MI tatuaje, mi favorita fue la que pintó su rostro en negro como si estuviese llorando en todas partes, la pintora parecía regada, y aunque daba un toque macabro, era asombroso, y su nombre Begin me encantó, él estaba a otro nivel, de verdad que si.
Entre lo que me tragué toda la exposición de arte y en lo que pensaba qué le iba a decir para que no me rechazara, pasaron las horas y fui testigo de como las personas comenzaron a abandonar el lugar poco a poco, acercándose a Jungkook antes para felicitarlo por su gran trabajo, yo lo hubiera hecho, o mejor, yo voy a hacer, lo voy a apremiar por hacerme venir a una exposición por primera vez y ver tanto arte precioso.
Una vez el lugar quedó solo, Jungkook comenzó a acercarse a mi, y yo, de tonta, me lo saboreé con la vista nuevamente como era de costumbre, la única manera de detener esto era dejarme recorrer su piel de punta a cabo, solo así dejaria de mirar tanto como los músculos de sus muslos se contraen con cada movimiento que hace, o como su ceño permanece fruncido y lame sus labios volviéndolos de un rosado bonito y apetecible al ojo humano...
Debía de parar. Por mi salud mental.
—Bien, ya nos podemos ir —me avisó el mirándome. Yo es que me perdí en su boca —Nanah, te pierdes, vuelve conmigo —chasqueó sus dedos frente a mi cara y fruncí el ceño al haberme cortado el rollo y de qué manera —¿Ya volviste?
—Sí, he estado aquí siempre —le respondí un poco indiferente. Normal, si es que de verdad me había perdido en el relieve de sus labios mientras hablaba.
—No parecía, venga, vamos —hizo un movimiento de cabeza para insitarme a seguirlo.
Yo me puse de pie y caminé detrás de él, y agradecí a Dios haber sido tan inteligente de coger la retaguardias, porque vaya culo que se cargaba el Jeon, tan...poderoso. Me he imaginado tantas cosas sexuales con él en medio segundo que si se las cuento ahora mismo me coge miedo, de verdad.
Intentó calmarme, parecer una persona normal y corriente hasta que salimos de la galería y un Mercedes ultima gama nos esperaba fuera, era negro y brillaba en su totalidad, era precioso, cuando fuera grande queria tener un auto así, y sí, este es el mismo en el cual me recogió la vez de la fiesta.
Jeon, como era una persona educada y servicial, me abrió la puerta de copiloto y yo no dudé en entrar, luego, él se montó en su lado de piloto y el motor rugió que hasta sentí una carga eléctrica de lo bonito que me pareció el ronroneo. Fuimos callados todo el camino a quien sabe donde, yo estaba ideando un plan maestro (otro) en mi mente para llevar a cabo a penas llegásemos a donde sea que él me llevaba, porque no creo que fuéramos a irnos de nuevo para Seul cuando ya casi era medianoche, y él no parecía con ganas de interrumpir mis locuras mentales, seguro, porque tampoco mencionó nada.
Cuando el auto se detuvo, fue mi momento de mirar por la ventanilla y darme cuenta de que acabábamos de llegar a una casa, una cada enorme que me fue imposible resistir la manera en la que mi boca se abrió de puro asombro cuando bajé del auto.
—Puta mierda, de verdad voy a empezar a creer que tienes trato con la mafia —lo miré avanzar hacia las enormes escaleras que nos llevarían a la puerta de entrada a la casa, él soltó algo parecido a una risilla.
—Tranquila, tampoco es para tanto, es una casa —se encogió de hombros quitándole toda la importancia del mundo.
—Claaaro, porque es solo una casa más, más grande que la que tienes en Seul, es que hasta me creo que me digas que tienes una en Dubai —abrió las puertas por fin para entrar y...madre mía, esto estaba a otro nivel.
—¿Y si te digo que a lo mejor en Dubai no pero en Hawai si y es la casa de vacaciones te sorprenderías?
—Hombre, lo raro fuera que no me sorprendiera, me da riña porque vives mejor que mi padre, es solo eso —lo sentí soltar una carcajada que me encanto.
Anotado: Hacer reír más veces a Jeon.
La casa tenía un toque modernos con detalles antiguos de manera rústica, se entrelazaban los colores entre blanco y gris, era enorme y muy acogedora a pesar de su tamaño. También habían muchos cuadros -seguro todos pintados por Jeon- y esculturas bastante bonitas. En el centro nos recibió otra escalera para dejar la planta de abajo, y si lo de arriba eran los cuartos, iba a ser mi parte favorita de la casa.
Jeon subió con unos centímetros delante de mi y se detuvo en la segunda puerta que encontró una vez arriba. Habían cientos de habitación por un largo pasillo. Antes de abrirla me miró.
—Nanah, necesito que te encierres aquí hasta mañana y no hagas locuras, te lo pido por Dios, de verdad, necesitamos ser capaces de pasar una noche en la misma casa sin volvernos locos —sus palabras fueron precisas.
—El problema no es que hagamos una locura, el problema es que haremos una locura, me encantó tu exposición y... Pensé una manera de agradecerte, porque fue mi primera exposición de arte, y me encantó que fuera tuya —acorté todo lo que podía nuestro espacio, y sentí con lujos de detalles como su respiración de aceleró en segundos.
—Nanah...
—¿Cuál es tu habitación?
—Eres muy descarada, Nanah, ¿Ya no soy Señor Jeon sino Jungkook? —sus ojos me atraparon.
—Desde ese día dejaste de serlo, ¿donde está tu habitación? —volví a preguntar.
—Nanah...
—Por favor, si no me la dices, igual la buscaré así que...
—Al frente de la tuya, y la tuya es esta —abrió la puerta volviendo a poner un espacio considerable entre ambos, solté aire por su alejamiento.
—No cierres la puerta con seguro, por favor, te lo pido, o-olvidate esta noche de que soy tu nuera, y que solo somos tu y yo, dos personas en la misma casa, te lo pido ¿vale? —no me respondió nada, ni que si, ni que no cuando entré a la habitación y yo misma cerré la puerta.
Si, definitivamente estaba loca.
«...❀...»
Pero bueno, que aún estamos en Busan, y seguiremos estando.
He estado tan inspirada que si sigo con la inspiración al ful cuando mis exámenes acaben soy capaz de hacer maratón, y lo tengo muy pensado, hacer un maratón de cuatro capítulos un fin de semana, claro, para eso tienen que darme tiempo para tener cuatro capítulos listos, como ya lo tengo rondando en mi cabeza, me pondré a trabajar en ello, avisaré en mi perfil cuando lo haga.
Y bien ¿qué les pareció el capítulo? ¿Qué creen de lo que hace Nanah? ¿De la actitud de Jungkook? ¿Qué piensan que pasará en el próximo?
Spoiler: el capítulo 10 ya está hecho y terminé caliente hasta yo después de hacerlo, pero estará en reposo unos días más para tenerlxs con más ganas de leerlo😉.
En fin, yo me despido, y nos veremos en un próximo.
Lxs sarangheo❤
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