❝40❞
Una cosa que me preocupó fue no escuchar la típica manera de Jungkook de llamarme cada vez que cogía la llamada, y que su "Nanah" saliera sin pregunta, me hizo saber que algo andaba mal, pero todo era irrelevante cuando lo había echado tanto de menos.
—Jungkook... ¿c-como estás? —me tembló la voz cuando hablé.
—Bien Nanah, estoy bien, ¿y tú como estás? —preguntó esta vez, él quería saber de verdad como yo estaba, sabía que yo la estaba pasando mal.
—Extrañandote —oí un suspiro de su parte y aproveché para seguir hablando —¿Porqué no me habías llamado hasta ahora? Estaba preocupada y pensé que pasaba algo ¿pasa algo realmente? —pregunté.
—No estás en tu casa, Nanah y yo...
—¿Estás en Corea? —me quedé perpleja ante su confesión y abrí tanto los ojos que me dolieron por el esfuerzo de la sorpresa.
—¿Donde estás tú? —preguntó evadiendo mi pregunta.
—E-Estoy en la casa de Kyujoon pero tu ¿donde estás?
—Estoy en la esquina de tu casa, en la misma de siempre, fui a tu casa pero Hyesu me dijo que no estabas y...
—No te muevas de ahí, estaré en dos minutos ahí ¿vale? —salí del baño lo más rápido posible sintiendo una adrenalina en mi cuerpo que me impulsaba.
Colgué el teléfono a pesar de que quería seguir evacuándolo, pero necesitaba llegar rápido y su voz me desconcentraba. Salí disparada de la casa de los Kim escuchando un grito de Jin preguntando que pasaba pero yo los ignoré a todos corriendo a toda máquina para llegar a mi barrio.
La casa de Kyujoon no quedaba lejos de mi cuadra pero me sentía más cansada que nunca mientras corría, pero el simple hecho de saber que él había vuelto me hacía obviar cualquier dolencia física que sintiera, quería verlo, tocarlo, abrazarlo, besarlo y no soltarlo nunca jamás, lo necesitaba para mi, para mi vida.
Cuando entré a mi cuadra y vi en la esquina su auto mi corazón aumentó de velocidad y no por el cansancio además de que el pulso se me disparó. Jungkook al parecer me vio llegar desde adentro porque salió a mi encuentro y me lancé a sus brazos abrazándolo con todas mis fuerzas y con la esperanza de quedarme sumergida allí para siempre.
Jungkook era todo para mi desde que me di cuenta de que era el hombre de mi vida.
Sus fuertes y prominentes brazos me alteraron contra él fundiendo mi rostro en su pecho y haciéndome pequeña entre él. Su cabeza se rescató a mi coronilla y sus manos sobaron mi espalda. Contuve las ganas de llorar y de también reprocharle por el hecho de que no me avisó que vendría tan repentinamente, pero algún motivo debía de tener.
Lo había echado tanto de menos, su perfume, su tacto... Él.
Nos separamos y levanté la vista para encontrarme con unos ojos realmente preocupados y a pesar de que esta era nuestra bienvenida y reencuentro, algo estaba mal. Incluso obvie el hecho de darme cuenta de su cambio físico, como que se había teñido el cabello de negro como hace algunos años atrás lo tuvo y me dejé guiar por ese presentimiento.
—¿Qué pasa? —pregunté sin alejarme de él en el abrazo.
—Nanah, yo... Necesito que tu ahora me escuches y que lo hagas desde el corazón porque no voy a aguantar si te pierdo para siempre —fruncí mi ceño sin entender nada y lo dejé continuar —Nanah ¿tú me perdonarías un desliz, algo sin sentido pero que pasó sin más? —mi cuerpo entró en tensión.
Que no sea lo que estoy imaginando, por favor.
—Jungkook me estás asustando.
—Respondome Nanah —insistió.
Yo a Jungkook le perdono hasta lo más inhumano, eso no tenía réplica.
—Siempre te voy a perdonar, te amo —le respondí.
—Bien... Quiero que sepas que esto no debía de habértelo dicho así tan de repente, no es lo más indicado pero era peor si te lo decía por teléfono porque no es lo más correcto, y necesito que me escuches, que no me interrumpas y que aunque algo dentro de ti diga que no puede ser, que me entiendas, que esto lo estoy haciendo porque te amo como un tonto y que no quiero perderte, y prefiero que sepas la verdad de mi antes de que te hagan saber cosas que no son, o alguna historia camuflada por una mentira. Y... Te amo, Park Nanah, y juro que sea cual sea tu decisión, voy a apoyarte y no voy a renunciar a ti, no puedo vivir sin tí, Nanah —me mordí el labio que me comenzaba a temblar por todo lo que me acababa de decir.
Había miedo en mi interior, pero también sabía que ese algo que él me quería contar lo hacía por mi bien y porque me quería, ya había tomado una mala decisión con él aquella vez que vinimos de Busan, no iba a volver a cometer un error de esa manera.
Jungkook me sobó las mejillas disculpándose con la mirada y dejé que comenzara.
Dejé que Jungkook me contara lo que tanto le perturbaba y que era un secreto que tenía que quitarse de encima. Cuando comenzó a contarme y a involucrar a mi madre un mal presentimiento se extendió por mi cuerpo porque yo no quería odiarla. Justo cuando Jungkook me contó lo que había hecho, entre desesperadas explicaciones por su parte porque se sentía muy arrepentido por haber cometido ese desliz en el pasado y haber traicionado a mi padre. Me separé de él alejándolo solo por instinto, no porque lo estuviera rechazando.
No supe cuantas veces lo oí pedir perdón una y otra vez, desesperado por hacerme ver que aunque el tuviera culpa se arrepentía grandemente. Me llevé la mano a la boca sorprendida por aquel secreto que había ocultado tanto tiempo, y entendía que quisiera guardarlo, yo hubiera tomado una decisión parecida.
Si me hubiera acostado con el novio de mi mejor amiga sin duda hubiera querido guardarme el secreto hasta la tumba por tal de proteger una amistad que había llegado a amar con fuerzas, y también porque él no contaba -o tal vez sí- con que se iba a enamorar de mi de la misma forma en la que yo me había enamorado de él, esa parte la enfatizó mucho, y me lo imaginé de rodillas pidiéndome perdón desesperadamente para que lo entendiera, y que no lo hacía porque estábamos en la calle, a la intemperie.
Era un rollo que me costaba reproducir. Era algo que me costó entender pero no interrumpí a Jungkook en ningún momento dejando que se desahogara frente a mi, que me contara todo eso que lo tenía atado por dentro a un hierro caliente y que comenzaba a afectarle, porque él no quería perderme y alejarse de mi y mi madre era una loca maniática que lo quería lejos de mi lado.
Luego de que vi a mi madre, pensé que era una mejor persona, incluso le dije que no la odiaba, pero después de oír esto, saber lo que le había hecho a mi propio padre me di cuenta de que era una mierda de persona y no se merecía nada bueno de la vida. Yo había cometido errores como todo el mundo en la vida, pero era incapaz de sobornar a alguien de esa manera y desearle lo peor.
—Perdoname, Nanah, yo de verdad fui un cobarde porque pensé que le ibas a creer más a ella por ser tu madre que a mi, realmente dudé y también lo siento por eso, pero de verdad estaba desesperado, Anna me tenía entre la espada y la pared y no paraba de asegurarme de que tu me ibas a odiar y eso yo no me lo podía permitir, luego reflexioné conmigo mismo y me dije que me odiarías más si no te lo contaba yo mismo y... Por Dios, si quieres dejarme lo entenderé pero no voy a dejarte ir tan fácil, te daré tu espacio y tu tiempo pero insistiré de las maneras que sea necesarias porque te amo demasiado como para dejarte ir, Park Nanah —se acercó a mi cogiendo mis manos entre las suyas y sosteniéndolas.
Lo pensé, tenía que pensármelo, le creía, algo dentro de mi me hacía confiar en Jungkook fuera de la manera que fuera y yo tampoco lo quería lejos de mi vida, si había algo de lo que me había dado de cuenta en estos dos meses, era que dependía de Jungkook más de lo que imaginaba, lo sola que me sentía si no lo sentía cerca, o al menos en el mismo país que yo.
—Te creo —le respondí segura, él abrió sus ojos asombrado y sin creer que hubiera escuchado bien.
—Soy un idiota, Nanah, un cobarde, un insensible, un miserable de mierda, un infeliz, el...
—...el amor de mi vida —terminé por él tomándolo por sorpresa —Te creo porque se que no le mentirías y... Sí, es doloroso, aún no lo asimilo bien, son demasiadas cosas que me has dicho y... Esto le dolerá más a mi padre que a mi, no hiciste nada malo, eso fue antes de que yo tuviera uso de memoria y aunque involucra a mi padre no es un tema que me afecta a una escala mayor —también me aferré a sus manos.
—Dios, Nanah, no te merezco —hice una mueca y lo volví a abrazar y él me correspondió —Te extrañaba tanto tanto tanto —restregué mi rostro en sus camisa negra.
—Yo también —le dije —¿Sabes cuál es ahora el reto mayor? —le pregunté alzando la mirada.
—¿Cuál?
—Hablar con mi padre —su preocupación se vio reflejada en sus ojos e intenté tranquilizarlo, pero también estaba con mi padre, esto le afectaría mucho, demasiado, y no podíamos seguir ocultándolo.
«...❀...»
Tengo un sabor agridulce con este capítulo, siento que pudo haber quedado mejor pero me tardé en subirlo porque lo hice dos veces. La primera fue con Jungkook confesando todo por teléfono, luego me puse en el lugar de Nanah y me di cuenta de que así no servían las cosas. Y el segundo intento fue este y quedó medio soso. Igual siento que no podía quedar dulce y cariñoso cuando había un secreto detrás.
Espero aún así que les haya gustado.
Nos vemos pronto.
Lxs sarangheo❤
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