❝4❞
-Oficial, de verdad, soy mayor de edad, no se donde está mi amiga la cual trae mi cartera -repetí por quinta vez, mis palabras tenían tantas mentiras que claramente este hombre se estaba dando cuenta, porque a pesar de decirle todo aquello con una seguridad enorme, no me creía aún, y no podía dejar que me llevase a casa y que mi padre me viese llegando en una patrulla, quedaría castigada por el resto de mis días hasta mi muerte.
-Mira niña, he tratado con tantas jovencitas como tú que me han dicho lo mismo, que ya esa trola no va conmigo, necesito tú dirección y el número de un mayor para avisar, fuiste encontrada en las afueras de la cuidad sola, sin identificación -solté un suspiro frustrada, la borrachera ya se me había bajado completamente con todo el susto de esto, y ya no había alcohol alguno en mi sistema, aún así, en la prueba de alcohol que me hicieron di positiva, otra razón por la que el oficial insistía tanto, menor, en una discoteca, en la otra punta de la cuidad y consumiendo alcohol, era ilegal de pies a cabeza, solo me faltaba una moto y un cigarrillo en la mano, venga, incluso la idea me tentaba, pero este hombre me estaba agotando la paciencia, solo quería que me dejase coger un taxi e irme sola, ¿era tan difícil? Solo una carga menos.
-Oficial, por favor, dejeme irme solita, yo puedo cuidarme, si quiere llame al taxi usted mismo por mi, pero no haga que le diga mi dirección y llame a mi padre -supliqué, como una opción, claramente a este hombre no lo ablandaba ni el algodón de azúcar, pero no perdía nada con intentarlo.
-Niña, ya te he dicho que no, y si no me dices el número de un mayor no me quedará más que llevarte a pasar una noche en la comisaría -abrí mis ojos aterrorizada, era peor eso, por supuesto, porque era peor pasar la noche en una celda con gente super mala que me doblaba en edad y tamaño y acabase violada en la celda, veía mucho CSI, a mi no me iba a engañar tan fácil.
-Por favor, oficial, se lo ruego, yo...
-Señor, alguien pregunta por ella -apareció un chico joven, de alrededor unos veinte y tantos años llamando nuestra atención. El hombre lo miró y le asintió.
-¿Cómo se llama?
-Jeon Jungkook, dice que es el padre de su novio -ante el nombre mencionado me puse alerta.
En la situación en la que estaba pensaba ya que Jungkook no vendría, habían pasado alrededor de una hora y media y él no había dado señales de vida a pesar de que dijo que vendría, ni siquiera me llamó más, por eso estaba pidiendo cortésmente que me dejasen irme sola, porque pensé que ya no vendría y se había dado cuenta de que meterse en mis asuntos no era de su incumbencia, pero supongo que me equivoqué, y una parte de mi se alegró de saber que sí había venido a buscarme.
-¿Jóven? ¿Me está escuchando? -me espabiló con una mano.
-¿Eh?
-¿Que si conoce a ese sujeto llamado Jeon Jungkook? -preguntó, como repitiendo la pregunta por segunda vez o tal vez más, me había quedado pensando sentada en la Luna, ya me daba cuenta.
-Sí, es el mejor amigo de mi padre y... Padre de mi novio, es verdad -afirmé, solo quería irme, porque sabía que si le pedía al señor Jeon que no le dijese nada a mi padre, él no lo diría, Jeon tenía una palabra sagrada, eso sí, igual que su hijo.
El oficial pareció meditando, supongo que porque ya no sabía si creer en mi o no, y que tal vez le estaba inventando todo para irme con ese señor que yo conocía perfectamente en vez de ellos llamar a mi padre, en parte era verdad, pero también era verdad que le conocía, pero ya este hombre no me creía nada, lo veía en su mirada sospechosa, y aún así, me dejó ir.
-Vale, puede retirarse ¿le cogiste los datos al señor, Lee? -le preguntó al chico, el asintió, supongo que estaba aprendiendo, no parecía veterano en esto ni saber mucho.
Giré en mis tacones y caminé por las patrullas que habían, pronto ví un auto muy diferente a ellas y supe que era Jungkook, me apresuré al verlo, y cuando llegué salió de detrás del coche sacudiéndose las manos, andaba en pijama pero con unas botas enormes que debían de pesar un quintal, y aún así parecía un modelo de Louis Vuitton, y cuando sus ojos se posaron en los mios, vio el cielo abierto, tanto como yo cuando supe que había venido segundos antes.
Sin pensarlo dos veces corrí hasta él y lo abracé por la cintura, me había asustado mucho y no sabía donde estaba y me aterrorizaba la idea de que me pasase algo, pero verlo era curatorio, eso sin duda alguna. Él no respondió a mi abrazo sabrá Dios porqué, pero me importó una mierda, porque yo sí que estaba sintiendo su calor, y su pecho firme pegado a mi mejilla derecha, esto era mucho mejor.
-Nanah ¿estás bien? ¿Té pasó algo? -preguntó, apartándome de su abrazo por mis hombros, mi vestido era corto y de mangas de tirantes y tenía frío, mientras él estaba tan calentito que no quería separarme.
¿Estaré bajo el efecto del alcohol todavía?
No importaba, el cuerpo de Jeon me estaba dando un refugio que necesitaba, solo aparté mi rostro de su pecho para mirarle alzando mi rostro.
-Estoy bien, pero tengo frío -mencioné, Jungkook me apartó completamente y ahí sí que sentí mucho frío, tanto que los huesos se me helaron de manera alarmante.
-Vamos dentro del auto, está más caliente dentro -asentí, perdida, y cuando lo ví abrirme la puerta para que entrase, me sentí culpable.
Lo estaba jodiendo todo, absolutamente todo, yo era la novia de su hijo, ahora que ya no estaba borracha, ahora que tenía sentido común por mi vida y lo que era, me estaba dando cuenta de la consecuencia de mis actos, lo estaba jodiendo con mi comportamiento tan infantil, de no pensar primero en Soobin, que mientras él dormía y pensaba veinticuatro horas al día en mi yo intentaba ligarme a su padre y lo peor era que... No me sentía mal por ello, había una parte de mi que decía que me detuviera, que no estaba bien que hiciese eso, pero otra, la más macabra me atraía al señor Jeon como si él fuera un imán y yo un puto metal con cargas alteradas.
No entendía nada en mi cabeza y tampoco sabía lo que pasaba en la de Jeon, pero lo que si sabía, muy claro, era que se estaba resistiendo por lo mismo por lo que el sentimiento de culpa se instalaba en un pequeño espacio de mi pecho, que estaba aterrado por acercarse a la novia de su hijo, el ser que más amaba en el mundo y segundo, a una chica dieciocho años menor que él. A mi me importaba bien poco la edad, porque teniendo el doble de la mía se veía increíble, diría yo que hasta mejor. Pero esto, esto que me atraía a él necesitaba alejarlo, necesitaba poner mis límites porque él me lo pedía con su mirada, y era tan terca, como siempre, que no quería, no quería poner unos límites si eran para alejarme de él. No quería, simplemente no podía.
El trayecto de vuelta a nuestro barrio, exactamente el mío en Incheon, una residencia carísima en donde vivía Suhyung a dos cuadras de mi casa, fue silencioso. El viaje fue largo porque claramente me había metido en el culo del mundo por una fiesta de mierda que ni siquiera disfruté. Cuando se detuvo delante de mi casa, no me bajé, ¿porqué? Porque su perfume estaba extendido por todo el lugar, tan adictivo que me mareaba.
-Nanah, ya estamos frente a tu casa -me señaló la portada de mi casa, esa que se abría con reconocimiento facial. Al menos adoraba ahora que fuese así porque mi padre no me escucharía -Nanah...
-Lo se, se que estamos delante de mi casa, señor Jeon, ¿pero qué pasa si no quiero bajarme? ¿Me va a obligar? -pregunté, conectando mi mirada con la suya y sus ojos negros me atraparon.
-Nanah, no hagas las cosas más difíciles, por favor, necesito que entres a tu casa ahora, son las cuatro de la mañana y... ¿Qué haces? ¡Nanah! -se alteró en cuanto quité mi cinturón de seguridad y pasé una de mis piernas por encima de él hasta colocarla del otro lado encima de su asiento, quedando a horcajadas encima de él, esto estaba jodidamente mal, ¿qué estaba haciendo? -Nanah...
-Su perfume, señor Jeon, quiero sentir su perfume de cerca, eso es lo que quiero, una sola vez, la primera y la ultima y no me volveré a sobrepasar, pero déjeme oler su perfume -un brillo se instaló en sus ojos, un brillo que identifiqué como deseo, mi vestido se encontraba doblado desordenadamente en mis caderas debido a la posición y el volante me estaba matando la espalda, pero estaba completamente loca, sí, eso.
-Nanah, no, baja, por favor -pidió, con súplica.
-Sus palabras dicen eso pero no hace nada por evitarlo -me acerqué suavemente a él, oliéndolo sin descaro alguno, su colonia tenía algo, definitivamente tenía algo que hacía que me comportara de esta manera.
Se quedó callado, por un momento, ahí, mirándome con ese brillo intenso y abrazador en su mirada, tan cerca de mi, tragando duro y con la respiración irregular, pensé que me dejaría aunque sea pasear mi nariz por su cuello, pero en cuanto quise acercarme y hundir mi nariz en su hueco, me levantó con tanta agilidad y sin esfuerzo alguno hasta dejarme nuevamente en el asiento del copiloto, que suspiré, frustrada, ¿porqué? ¿Por haber rechazado a la novia de su hijo? ¿Por querer probar la piel de alguien mayor? ¿Por estar completamente loca y enfurecerme por tener él un ápice de cordialidad? Todo era una puta mierda, y salí de inmediato de su auto, con vergüenza y sintiéndome la persona más tonta del mundo.
Porque yo era novia de su hermoso hijo.
Y él no se merecía esto.
«...❀...»
Hola por aquí! ¿cómo están?
Yo aquí actualizando, y actualizaré más seguido, tanto por aquí como por Mafia, voy a tener tiempo y tengo que aprovechar.
Bueno, ¿qué tal el capítulo? Tal vez algunas ven que va muy rápido, otras que esto es una locura, pero esto es solo el comienzo, apenas se desarrolla la historia del todo.
Dejenme en los comentarios que piensan del capítulo y de lo que está pasando en general.
Lxs sarangheo❤
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