❝38❞

Le echaba de menos como no tenía ni una idea.

Era insoportable la manera en la que la felicidad de uno podía depender de otra persona así por así, cuando estás enamorado.

Sabía que Nanah la estaba pasando mal porque ambos no estábamos juntos, los mensajes y las llamadas eran muchas, siempre cuando yo pudiera y ella pudiera o a veces el cambio de horario nos jugaba una mala pasada y era insoportable. Quería a Nanah a mi lado y ella me necesitaba de igual modo a su lado.

Habían pasado dos malditos meses y eran como si el tiempo no pasara, el día se me hacía eterno aquí, me había costado acostumbrarme al horario diferente a Corea y a había veces en que en la noche no dormía absolutamente nada y necesitaba dormir por el día con urgencias.

Era tan distinto a como cuando estaba con Nanah, los días se iban tan rápido cuando yo lo único que quería era que el tiempo se paralizara completamente y quedarme a su lado todo el tiempo, pero no, ahora yo estaba lejos de ella y no sabía si iba a volver, el negocio de Anna y sus padres iba bastante bien y mis cuadros se vendían como el agua potable.

Anna había insinuado más de una vez en las últimas semanas que tal vez fuera mejor que me quedara más tiempo, yo la verdad, si Nanah estuviera conmigo aquí, me quedara el tiempo que fuera necesario o toda mi vida, pero no, ella estaba en Corea y yo estaba en el otro lado del mundo separado de ella y no me parecía bonito estar de esta manera.

Tenía claro cuando me tenía que ir y Nanah me iba a estar esperando ese día en el aeropuerto, nos abrazaríamos y besaríamos, además de que nos diríamos lo mucho que nos echábamos de menos y lo mucho que no amábamos, así de bonito y simple, y luego iríamos a hablar con Jimin y mi hijo para contarles lo que pasaba entre los dos.

Ambos necesitábamos nuestro final feliz aunque hubiera un secreto escondido. Yo no podía contarle a Nanah, aunque le mostrara la evidencia había un porcentaje muy bajo de probabilidad de que me perdonara y un porcentaje de más de la mitad de que me apartara de su vida, y no quería corre riesgos, porque yo quería estar con Nanah mi vida entera, vivir a su lado y amarla hasta el fin de mis días. Eso era lo que tenía que pasar.

Caminé hacia la oficina de Anna, ella era una de las que llevaba las cuentas de la galería y me había mandado a buscar, a decir verdad, me mandaba a buscar unas tres veces al día solo para tocarme un poco los cojones y no era divertido para mi pero ya comenzaba a acostumbrarme.

Entré a su oficina y ella me recibió con una sonrisa de lado a lado y por alguna extraña razón, se comenzaba a respirar maldad aquí dentro y no me daba un muy buen presentimiento que me sonriera de esa manera. Algo tenía entre manos y no quería descubrirlo aunque ella me lo fuera a decir de todas maneras.

Anna era una persona cruel y una psicópata que solo sabía conseguir las cosas amenazando, de eso me había dado de cuenta hace ya algún tiempo y no era sano para ella ni para nadie que fuera de esa manera.

—Vaya, pensé que no vendrías, te has tardado media hora en llegar después de mi llamada —puse mis ojos en blanco.

—No debería de haber venido pero al fin y al cabo eres mi jefa y no tengo otra opción —dije, ella soltó una risilla divertida mientras yo permanecía serio y me sentaba en una de las sillas frente a ella.

—Que listo eres.

—¿Para qué me llamaste? —fui al grano, a Anna le gustaba hablar mucho conmigo y a mi todo lo contrario, así que lo mejor era ir por lo directo con ella.

—Mi papá me dijo que ayer volviste a rechazar el contrato por más tiempo de los tres meses —asentí, dándole la seguridad de que así era, y una sonrisa perversas se le instaló en su rostro —Qué lástima, yo pensé hacer esto por las buenas nuevamente pero ya veo que no eres un hombre fácil —se encogió de hombros tranquila.

Yo por mi parte me puse rígido en la silla y fruncí el ceño sin comprender y teniendo un mal presentimiento entre ambas cejas.

—¿Qué quieres decir? —pregunté.

—Que me temo que haya tenido que recurrir a la violencia, no, mejor dicho, al dolor con lo que más quieres —el miedo se instaló en todo mi cuerpo y solo hubiera querido ser un asesino de mierda para no haber tenido compasión y coger a Anna de cuello hasta matarla —Le contaré todo a Nanah, y no servirá de nada ese video que tienes tu contra mi porque de todos modos te va a odiar. Claro, eso va a pasar, si no llamas, la dejas, y te quedas más tiempo trabajando con nosotros, está en tus manos, o la dejas tú, o hago que ella te deje y te odie para siempre —me dio un tic nervioso en el ojo y todo mi cuerpo comenzó a temblar, esta mujer estaba completamente loca. No sabía esa obsesión que tenía conmigo y me estaba costando mi felicidad junto a Nanah.

Si la dejaba yo, iba a sufrir, y si Anna le contaba todo iba a sufrir el doble, y eso no era lo que yo quería, estaba claro que a Anna no le importaba la felicidad de su hija, solo le importaba ella y nadie más.

—Estás loca —le dije de frente, tan enfurecido que era capás de golpearla y matarla con mis propias manos.

—Dime lo que quieras, ya no me afecta, y ya estás advertido, o la dejas tu y te quedas con nosotros, o yo misma hago que ella te deje para siempre —sonrió como si nada y todo mi interior se estremeció, esta mujer no estaba bien de la cabeza.

—Dame unos días, no puedo hacer sufrir a Nanah de esa manera, dejame prepararla al menos —negó de un lado al otro y me pasé las manos por el rostro frustrado —¡Es tu hija, joder!

—Es lo que hay, Jungkook, dícelo pronto, y retírate que tengo cosas que hacer —me quedé mirándola unos segundos sin creer que esta mujer hubiera sido en algún momento el amor de la vida de Jimin.

Jimin no se merecía una mujer como esta, me alegraba de que se hubieran separado en el pasado porque él no podía estar con una persona así.

Me di la vuelta y salí echando humo por el cuerpo y apretando mis pisadas en el suelo de pura rabia contenida por esta psicópata que Nanah tenía como madre.

Una vez estuve en mi oficina, la que había habitado desde que llegué aquí y en donde pintaba, me dejé caer en el suelo sin resistir más mis pies y llorando, tenía un inmenso dolor en el pecho que no era capás de hacerlo desaparecer por más que pudiera.

¿Porqué yo y Nanah no podíamos estar juntos?

¿Porqué no podíamos ser feliz?

¿Era el precio por el pecado que habíamos cometido por la diferencia de edad?





«...❀...»
Drama😈

Lxs sarangheo

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