❝21❞
Esperé a que papá se encerrara en su habitación para yo salir sigilosamente, traía los zapatos en la mano para ponérmelos en la entrada (en mi casa la única que no seguía las reglas coreanas de dejar en la puerta los zapatos era yo porque sí) una vez que hube bajado las escaleras, me tropecé con un jarrón sin querer junto a la puerta y entré en pánico cuando este comenzó a tambalearse. Fui más rápida que Flash para coger el jarrón chino que valía más que mi vida y cuando lo tuve en las manos aguanté la respiración hasta que estuvo en su lugar sano y salvo.
—Fiuu —sequé mi frente de manera dramática, casi provocaba un desastre.
Me coloqué los zapatos en la entrada y salí al exterior cogiendo las llaves que estaban en la puerta. Corrí hasta salir del establecimiento en el que estaba ubicada mi casa hasta la esquina en la que vi el auto de Jungkook. El súper auto de Jungkook. Siempre había querido tener uno así cuando cumplí dieciocho pero reprobé ocho veces las pruebas de conducir, no era novedad cuando no podía diferenciar un Hyundai de un Mercedes Benz, el mundo del automovilismo era difícil, y el doble de difícil cuando estás en mi mundo.
Sonreí de oreja a oreja cuando Jeon me saludó desde dentro y abrí rápidamente la puerta de copiloto pata meterme dentro. Tuve la intención de besarle como bienvenida, pero tenía miedo e inseguridad por alguna razón, tal vez a que me rechace, como muchas veces hizo.
—Hola —lo saludé normal, él sonrió enseñando sus preciosos dientes que me recordaban a un roedor o a un conejo también.
No me acostumbraba a este Jungkook cariñoso, a este Jungkook que cedía, que se arriesgaba más, y me gustaba, me encantaba que fuera así, que a pesar de que aún debo de tenerle paciencia, él se está arriesgando conmigo, está yendo detrás de mi después de que yo fui detrás de él varias veces, a esto me refería, esto era lo quería por parte de él, que ambos mostráramos ese interés por el otro.
—Puedes besarme, Nanah —dijo sonriendo y lo miré.
—¿En serio?
—¿En serio me estás preguntando, tú, Park Nanah? ¿Quién eres tú y que hiciste con la Nanah que se lanza encima de mi todo el tiempo? —me mordí mi labio inferior, y me sonrojé, me sonrojé mucho, incluso sentí mis orejas arder —¿Estás siendo tímida? —se sorprendió, no sabía que me pasaba, de verdad que no.
Aún así me acerqué a él lo suficiente para que su respiración y su risa de burla hacia mi extraño comportamiento se cortara de golpe. Sentí su respiración en mis labios y también la calidez de estos casi sobre los mios. Lo miré a los ojos, sintiendo millones de chispas eléctricas por todo mi cuerpo de solo tenerlo de esta manera.
—Esta si es la que me gusta —sonrió y acortó él mismo la distancia que separaba nuestros labios.
Sentí que un volcán hizo erupción dentro de mi, sentí que todo me estallaba y también sentí mucho calor cuando sus propios labios se encargaron de abrir los mios para que su lengua se introdujese en mi cavidad.
Volví a sentir ese cosquilleo de la mañana cuando comenzamos a provocarnos cuando una de sus manos acarició mi cuello, una corriente eléctrica se extendió por todo mi cuerpo hasta acabar entre mis piernas.
El beso subió de intensidad, la boca de Jungkook se pegó tanto a la mía y con tanta voracidad que de lo dulce había pasado a la obsceno y excitante, sintiendo sus labios succionar los mios, la suavidad de estos, sintiendo su nariz rozar con la mía cada vez que se movía, en como su lengua chocaba con la mía y se encontraban en una danza húmeda como mis bragas en estos momentos, como su piercing rozaba mi lengua y labios excitandome a más no poder.
Jungkook me devoró, me quitó todo el oxígeno que disponía con aquél beso, me devoró abriendo su boca hasta abarcar completamente la mía, volviendo el beso demasiado sucio, demasiado sexy, demasiado para mi cuerpo extremadamente caliente, y supe que Jungkook estaba igual que yo cuando mi mano escurridiza llegó a sus pantalones y su elección semidura me recibió dando un respingo ante mi toque.
Jeon gruñó en mi boca y la otra mano que no tenía en mi cuello fue astuta y certera cuando llegó a mi pecho derecho y lo apretó, lo estrujó tan fuerte sobre mi blusa de mangas cortas que gemí rompiendo el beso y abriendo la boca, boqueando como un pez. Sentí los labios hinchados (y también literalmente), me dolía el cuello de estar girada hacia el costado, pero eso era lo de menos.
—Súbete, Nanah, anda —me invitó.
—¿Aquí? —pregunté, alarmada de momento, Jungkook se detuvo y me miró.
Que coste que el angelito y el diablito que tenía en los hombros también me miraron desconcertados igual que Jungkook, hasta el gato que había en la casa que estaba fuera que se veía por la ventanilla de detrás de Jungkook me miró igual.
—¿Te pasa algo Nanah? —fue lo que preguntó.
Yo también quería saber si me pasaba algo, la verdad, ¿qué estaba pasando conmigo? ¿Ahora me iba a hacer la doble dura con él?
—No, no me pasa nada —y no mentía, no me pasaba nada importante, nada que pudiera impedir este momento, pero Jeon no estaba seguro de ello, así que se alejó de mi, me dio mi espacio (y mi mano reclamó cuando se alejó del bulto de sus pantalones) y me miró.
—Puedes hablar, conmigo, ¿lo sabes? —asentí —¿Entonces?
—De verdad que no me pasa nada, no se porqué me estoy comportando de esta manera —le dije con total sinceridad.
—Vale, entiendo, saldremos de aquí —mencionó.
Yo no dije nada, solamente dejé que arrancara el auto y me llevara a donde él quisiera. No estuvimos mucho más de diez minutos en carretera cuando se detuvo en un parque que estaba bastante cerca de mi casa.
—Ya estamos lejos de tu casa, Nanah —dijo, yo lo miré, él estaba algo serio.
—¿Estás molesto? —pregunté pequeña, él cerró los ojos y me miró haciendo una pequeña sonrisa.
—Joder, Nanah, claro que no, no podría molestarme contigo jamás —me dijo de manera dulce y calmada.
—Me gusta que menciones mucho mi nombre al hablar —dije, sus ojos esta vez me atravesaron.
—Y a mi me pone cachondo que seas tan tímida, ven, súbete aquí, Nanah, vamos a besarnos un rato.
A pesar de que mi cara era un tomate viviente, esta vez si me subí encima de él, clavándome el volante en la espalda, pero no me quejé.
—Te pusiste falda a propósito, eh —sus manos acariciaron mis muslos que rodeaban los de él y volví a sentir un cosquilleo por todo mi cuerpo.
—Tal vez —contesté, sus ojos me perforaban viva.
—Eres una chica sucia, Nanah —sus dedos se metieron por debajo de mi falda y acariciaron los elásticos de mis diminutas bragas.
Abrí mi boca en busca de aire y jadear. Vi claramente cuando mis ojos abandonaron los suyos hasta descender por su cuerpo la erección que volvía a alzarse entre ambos, la tenía delante, solo era estirar una mano.
Pero no pude hacerlo, me aferré a los musculosos muslos de Jungkook y me encorvé hacia atrás contra el volante cuando los dedos de Jungkook acariciaron mi clítoris por encima de la tela húmeda de mis bragas, las tenía empapadas, y sonrió al sentirlo.
—Quítate las bragas —me ordenó.
Me ayudó en el trabajo de levantarme un poco de encima de él para resbalar las bragas por mis piernas y deshacerme de ellas, dejándolas en el asiento que antes ocupaba, sentía mucho cosquilleo en mi vientre y también tenia tanto calor que mi frente comenzaba a sudar.
Jungkook hizo el trabajo de enrollarme la falda en la cintura hasta que mi intimidad quedó a su vista, lo vi con lujos de detalle cómo tragó saliva al mirarme fijamente ahí abajo. Me sentí arder ante su mirada de deseo, Jungkook siempre me miraba como si quisiera comerme.
Se apresuró con manos temblorosas y desesperadas a desabrochar sus pantalones de mezclilla extra grandes y bajar su bóxer y enseñarme su brillante, rosado y apetecible glande, y esta vez me tocó tragar saliva a mí.
Teniéndolo así, lo primero que imaginé fue: vamos a follar, pero sus palabras siguientes fueron muy distintas y me enseñaron más o menos el rumbo de esto, y supe que no follaríamos todavía.
—Escupe aquí, Nanah —señaló su punta, estaba tan duro que su polla era capas de estar erguida por si sola.
Me incliné todo lo mejor que pude y dejé que un chorro de mi saliva resbalara por su punta, tuve la intención de besarla porque me tentaba mucho, pero Jeon me apartó.
—Bien —jadeó —Dame tu mano —extendí mi mano derecha hacia él.
Chillé al sentir el calor y la humedad de su boca chupar mis dos dedos, tanto el índice como el dedo corazón, me los chupó dejándolos totalmente húmedos, empapados de su saliva y habló.
—Ahora tócate para mi, pequeña Nanah —me lamí mis labios sintiendo la excitación recorrer mis extremidades.
Llevé los dos dedos que Jungkook había empapado por mi a mi centro y comencé a moverlos en círculos encima de mi clítoris. Gemí de gusto al hacer esto para él, era mucho más estimulante si él me miraba con tanta lascivia en sus ojos. Perdí el control de mi respiración y aumenté el movimiento de mis dedos sobre mi botón cuando Jungkook esparció con su mano la saliva que yo había dejado sobre su pene y comenzó a masturbarse.
No sabía si Jungkook había sacado esto de alguna película porno, si se le había ocurrido de momento o cualquier cosa, pero esto era morboso, era sucio, era obsceno, el solo sentir el sonido de nuestros gemidos mientras nos tocábamos frente al otro, observando al otro, viendo como Jungkook contraía su entrecejo, como masturbaba su dura polla frente a mi, mientras yo maltrataba mi clítoris al mismo ritmo que Jungkook.
—Si, si, Nanah...m-métete un dedo, así... Joder —gimió al ver como mi dedo corazón se introducía poco a poco en mi entrada, sentí muchos escalofríos invadir mi cuerpo y sentí lo apretada que estaba cuando el dedo logró resbalar en mi humedad hasta el fondo.
—Jun-Jungkook —gemí, ida por el placer.
Jungkook aumentó la velocidad con la que se masturbaba, el contorno de las venas de su pene me atraían, la forma en la que su mano subía y bajaba una y otra vez en su largura, viendo como se hincaba con cada estímulo, en como su punta se enrojecía pareciendo que podría estallar.
Comencé un mete saca con mi dedo, lento al principio y luego yendo al ritmo descomunal que llevaba Jungkook con su mano.
Me sentía cerca, muy cerca, pero no quería correrme así, no de esta manera tan lejos de él.
Aparté mi mano de mi intimidad y me acerqué a Jungkook hasta pegar nuestros labios. Nos besamos con ansias, las manos de Jungkook detuvieron toda tarea que estuvieran haciendo para agarrarse a mi culo y pegarme a él como si pudiéramos fusionarnos.
Nuestras lenguas fueron sucias al intercambiar saliva, levanté un poco mi culo y gemí cuando logré la posición que quería. La polla de Jungkook me quedó justo entre mis pliegues abiertos y rozándome el clítoris. Jungkook gruñó en mi boca y mandó vibraciones a mi cuerpo y amasó mi culo como le dio la gana, incluso movió las caderas buscando fricción en nuestros genitales.
—Mierda, Nanah, me voy a correr, te sientes... Joder...te sientes tan bien —comentó lamiendo mi cuello.
Moví mis caderas con desespero, de adelante hacia atrás, logrando una fricción de nuestras intimidades demasiada perfecta y exquisita.
Me sentí arder, me sentí demasiado cerca al sentir con lujos de detalles las venas de Jungkook contra mi, sintiendo como la punta rozaba mi clítoris hinchado cada vez que iba de adelante hacia atrás.
Realmente me moví como si lo tuviera dentro, como si me estuviese follando con toda su polla dentro de mi húmeda intimidad.
Mis fluidos ayudaron a que resbalara nuestro roce, que se sintiera placentero, que nos hiciera estar en borde en menos de nada. Jungkook volvió a atrapar mi boca, una de sus manos nalgueó mi glúteo derecho y gemí, Jungkook sujetó con sus dientes mi labios inferior y volvió a besarme metiéndome la lengua y saboreando todo con demasiada obscenidad.
Estábamos sudando, mi cabello se pegaba a mi frente y Jungkook también sudaba mucho, mis manos se sujetaron de sus hombros, sentí su aro rozar mi lengua siendo un estimulo mayor. Mis uñas se clavaron con fuerza en sus hombros al sentir que iba a estallar, no aguantaba más.
—Nanah, me voy...me voy... —gimió contra mi, quise decirle que yo también, pero antes de que lo dijera estallé de la manera más intensa que lo había hecho nunca. Segundos después, Jeon manchó mi vientre y el suyo con su semen al estallar.
Estuve unos segundos teniendo espasmos y sintiéndome muy sensible de repente. Jungkook besó mis labios esta vez con lentitud, con cansancio, con satisfacción. Me sentí tan bien que me dejé caer en su pecho mientras el sujetaba mi rostro para besarme y peinaba mi cabello sudoroso para quitarlo de mi rostro. Cuando soltó mis labios y me miró, ambos sonreímos.
—¿Porqué esto es tan increíble? —pregunté, débil. Él dejó un húmedo beso en mis labios que solo duró dos segundos.
—Porqué es entre nosotros dos —respondió, con la mejor respuesta que podría obtener hoy.
Porque era entre nosotros dos.
«...❀...»
Hola! Tarde pero seguro, se que ya es domingo, pero como estuve toooodo el día estudiando sin descanso se me olvidó, y aproveché que lo edité más o menos decente ahora en la madrugada para subirlo, si ven algún errorsito por ahí me dicen, me duele mucho la cabeza.
Bueno, les he regalado una escena hot entre Nanah y Jungkook (😂) pa que no se quejen y porque yo el día que lo escribí seguro que tenia calor porque ahora que o leo no está mal. ¿Les a gustado? ¿Les gusta la evolución de esta pareja? Levanten la mano quién es Nakook (soy malísima haciendo ships lo siento)
Nos vemos.
Lxs sarangheo❤
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