❝2❞
Era dulce y... Menta. A eso era lo que olía el ser Jeon. Y me resultaba extraño y también me mareaba, Soobin nunca olía de esa manera, él siempre olía a una colonia en especifico, pero su señor padre tenía algo, como si fuese natural y se uniera con el de su colonia, no sabría describirlo, porque me tenía tonta. Sumándole el echo de tenerlo tan cerca, con mi rostro casi pegado a su prominente pecho, Jenny tenía un poco de razón, aunque ya yo hubiese admitido que el señor Jeon poseía músculos, esto era otra cosa, este señor estaba macizo y...grande.
—¿Hay alguien? —mi cuerpo se heló cuando escuché la voz de Linwoo hablando allá afuera.
—Vi a alguien, que no es lo mismo. Pero se esfumó, o se escondió —el señor Jeon se apretó más contra mi, por instinto levanté el rostro y me llevé la sorpresa de toparme con que sus ojos me estaban mirando, como esperando a la mía y no supe que hacer en ese instante.
—De seguro solo fue el perro de Jeon que anduvo por ahí —sentenció el hombre.
Trague saliva, las voces de allá afuera habían dejado de importarme de una manera mágica, como si solo existiesen los ojos intensos de este hombre. El señor Jeon tenía una mirada penetrante, tanto que me daba miedo que viese más allá de mi alma, traspasando todo, porque me intimidaba como no tenía una idea, y aún así, era incapaz de moverme, era enigmático y me estaba dejando llevar.
—Puede ser. Vamos, tenemos que seguir en lo nuestro —habló la señora Song, escuché sus tacones retumbar por el pasillo hasta que hubo un momento en el que no los escuché más. Y aún así, ni yo ni el señor Jeon movimos un músculo por al menos unos minutos.
Yo porque no podía moverme o siquiera dejar de mirarle, él porque esperaba estar completamente seguro que se habían ido, y me lo aseguró cuando se acercó mucho más a mi, abrió la puerta que había detrás de mi cuerpo perdiéndose de mi campo de visión para abrirla y mirar fuera, luego la volvió a cerrar para volver delante de mi. Sin embargo, ya no me miraba con intensidad, estaba más tranquilo y eso lo pude notar, al menos su entrecejo ya no estaba arrugado.
—¿Qué oíste Nanah? —su voz retumbó de lo grave que se escuchó en mi mente. Él tenía algo, algo que no sabía que era que me atraía y no me gustaba, era como si su colonia hubiese entrado en mi sistema y hubiese actuado como brujería para engatusarme —¿Nanah? ¿Estás bien? —sus manos se colocaron en mis hombro para sacudirme, yo ida miré su mano derecha, apreciando los tatuajes que sobresalían de por sus dedos, esos que el traje no ocultaba —¡Nanah, joder, responde! —me agitó con mucha más fuerza logrando mover todo mi cuerpo y lo miré, dubitativa por su reciente fuerza.
—¿Qué? —pregunté. Él soltó un suspiro de alivio y me soltó al ver que volvía a la realidad, él tenía la culpa.
—¿Qué oíste de esos dos? ¿Qué dijeron? —preguntó, yo hice una mueca con mi cara intentado recordar y un miedo se instaló en cada célula de mi cuerpo cuando caí en cuenta del verdadero motivo por el cual estaba ahí.
—Hablaron de una estafa, sí, quieren estafarlo en el negocio —señalé mirándolo, él movió los labios como si hubiera soltado una maldición que no oí y colocó sus manos en su pequeña cintura adornada por un cinturón precioso.
—¿Qué más dijeron? ¿Qué más oíste? Necesito saberlo, Nanah, si esas personas logran estafarnos nos vamos a ir en pique, y creo que eso no es lo quieres, ni quiere nadie —me insistió colocando nuevamente sus manos en mis hombros y doblándose un poco para que su rostro quedase delante del mio, el señor Jeon era guapo, punto y final.
—No...no dijeron más nada, luego tropecé y usted me encerró aquí y...
—Ya ya, lo entiendo —se separó al instante. Y yo sentí un vacío que no entendí ni pizca —Tu padre y mi hijo te deben de estar buscando, anda sal —me pidió, no de manera autoritaria, solo me lo estaba pidiendo pero por su tono la decisión de salir estaba en mis manos, y yo ahora mismo no sabía si realmente lo que quería era eso, alejarme de él, porque si pusiera un pie fuera de este lugar, la realidad me iba a azotar de golpe y me iba a arrepentir de muchas cosas e iba a recordar cual era mi vida realmente.
Al verme que no moví ni una pieza de mi cuerpo me miró, y me odié a mi misma cuando sus labios se curvaron en una sonrisa y yo tuve muchísimas ganas de imitarlo, el señor Jeon me había embrujado y necesitaba desembrujarme rápidamente.
—¿Qué haces Nanah? ¿No te quieres ir? —negué —¿Porqué?
—No lo sé, no lo entendería —su sonrisa que era lo más parecida a la de un conejo se esfumó y volvió la mirada del principio, tan intensa que sentía calar mis extremidades.
—Vete Nanah, esto no es correcto, si mi hijo pasa por aquí y...
—Usted me encerró, no estamos haciendo nada ¿no es así? —sus ojos brillaron y no supe la razón, tampoco iba a preguntarla.
No hubo palabra alguna por al menos unos minutos en los que permanecimos mirándonos como dos tontos, lo bonito era que su mirada me imponía mucho, pero no me invitaba a despegarla de la mía, era como si me atrajese que me mirara de esa manera tan penetrante.
No fui consiente de lo demás porque pasó demasiado rápido, pero el señor Jeon se encontraba invadiendo mi espacio, me había acorralado a la puerta detrás de mi logrando que se escuchase un estruendo con el impacto, y al tenerlo así, con su cuerpo atrapando el mío, me sentí mucho más intimidada y tentada, su calor y su colonia volvieron a hacer ese efecto, ese que me mareaba, sus ojos encontraron los mios y no parecía contento con tenerme así, yo tampoco, porque en los dos había culpa.
—¿Qué haces Nanah?
—¿Qué hace usted señor Jeon?
Nuestros ojos eran la viva intensidad, y el lugar reducido que me permitía su cuerpo estaba elevando mi temperatura a una velocidad alarmante.
Me detuve en mirarle su cabello menta, peinado hacia atrás y engominado, descubriendo su frente, por la cual fui testigo cuando resbaló una gota de sudor, no era a la única al menos que esto le estaba afectando. Sus manos se encontraban a cada lado de mi rostro y sus piernas rozaban las mías, una entre la otra, esto no se vería bien ni de lejos. Lo ví tragar saliva y escucharlo con lujos de detalles, lo ví acercar el rostro mucho más y de tonta cerré los ojos, ¿Esperando qué? ¿Un beso? ¿Un pico? ¿Qué abriera la puerta detrás de mi para que saliera? Exactamente eso último. Porque lo próximo fue que mi cuerpo se separó del de él como si una corriente me arrastrase, y mi rostro que se encontraba hirviendo y las mejillas coloradas, me ardían, de la vergüenza y del momento.
Porque cuando el aire me batió el rostro y la realidad me golpeó me di cuenta de lo habíamos no hecho allí dentro, y de la mala persona que había sido, porque no había pensando ni un segundo en Soobin, mi novio, su hijo, y eso me hizo darle una ultima mirada y salir corriendo agitada. Cuando estuve en las escaleras me agarré el pecho. ¿Qué había hecho? ¿Porqué con él? ¿Qué estaba esperando que pasara? ¿Quería realmente que me besara el padre de mi novio?
No entendía nada de lo que había pasado ni porqué había pasado, pero no quería pensar más en eso, quería olvidarlo y dejar de pensar que pude haber hecho una locura si no hubiese sido gracias a que él sí que estaba pensando, él sí que tenía claro todo, y yo era una niñata que se había dejado llevar por no se qué cosas, porque tampoco encontraba el motivo por el cual había permanecido tan inmóvil y hechizada.
—¡Nanah! —la voz de Soobin me hizo mirar hacia mi lado izquierdo, el contrario por el que había corrido. Esto era una pesadilla, sin duda alguna.
Se acercó corriendo hasta llegar a mi con una sonrisa reluciente enseñando sus hoyuelos.
Tonta Nanah, eres una tonta total, ¿Con su padre, enserio? Das asco.
—¿Qué tienes? Estás agitada y...roja —su sonrisa desapareció cuando me vio en dicho estado, mi cabeza hizo corto circuito pensando en una excusa creíble.
—Me encontré a Bam, y salió detrás de mi y corrí —mentí, era más que obvio que era una mentira.
—¿Enserio? Pero si tu lo adoras, ¿porqué correrías? —claro, si el perro me ama y yo lo amo a él ¿cuál era la necesidad de correr? Pues ninguna, pero soy fatal para mentir y había metido la pata.
—Pues... Me quería ensuciar el vestido y pues... Hay, ¿me acompañas a la salida? Papá y yo ya nos vamos —cambié de tema radicalmente sin siquiera ocultar ese error, que estaba más que claro que me pasaba algo, y aún así, Soobin no dijo nada o preguntó al respecto cuando asintió y me acompañó hasta donde estaban todos reunidos y me acerqué de inmediato a mi padre.
La mirada de la señora Song recayó en mi de inmediato y me tensé de pies a cabeza, mi padre también lo hizo y mantuve toda mi atención en él.
—¿Me buscabas? —le pregunté con una sonrisa que solo la haría la niña del exorcista. Porque de seguro daba miedo, y todo era para que mi padre se diera cuenta de que debía de seguirme la corriente. Un intento nulo, claro.
—¿Yo? ¿Para qué? —quise golpear a mi propio padre y estrangularlo.
—¿No nos íbamos? Ya es tarde —nuestra conversación era digna de ver, mis caras eran dignas de una foto, y mi padre no captaba nada de nada.
—¿Tarde? Pero si son las nue...
—Nos íbamos, ¿verdad papá? —Park miró a mi novio, a la señora, a su alrededor y luego a mi.
—Claro, nos íbamos, para la casa, a las nueve, un viernes —recapacitó todo, yo asentí, complacida de que lo entendiese —¡Jeon! —ante su apellido fue difícil para mi no girarme para mirarlo mientras bajaba las escaleras con una elegancia que me hizo apartar la mirada de inmediato al sentir la suya sobre la mía.
—¿Porqué no te quedas? Pensé pasar esta noche con mi novia —las manos de Soobin me volvieron a la realidad cuando se colocaron en mi cintura. Lo miré, apenada completamente.
—Lo siento, ¿mañana te espero para almorzar? Es que estoy muy cansada hoy —mentí descaradamente.
—Vale, mañana te veo entonces —sus labios tocaron los mios y sonreí.
¿Cómo podía interesarme en alguien más teniendo a un novio tan lindo? Sería una mala persona si así fuera, porque estaría perdiendo a un chico de oro como lo era Jeon Soobin.
«...❀...»
—Nanah, me debes una explicación ¿no crees? —miré a mi padre mientras conducía.
—¿Yo? ¿Porqué? —me hice la desentendida total. No quería hablar de esas cosas con él, me incomodaba.
—Me has sacado prácticamente a la fuerza de una fiesta que es importante para mi, tu nunca fuiste así ¿qué pasó? —siguió indagando, yo miré por la ventanilla.
—¿A la fuerza? Tu te has ido porque has querido —su quijada casi se desmontó.
—¡¿Porqué he querido dices?! ¡Me estabas suplicando con la mirada que te sacara de allí! —alzó la voz, yo llevé mis manos a mis oídos de inmediato.
—No hables alto, estamos los dos lo suficientemente cerca como para escucharnos y hablar como personas normal —pedí, no es que hiciera lo que quisiera con mi padre, pero si que lo usaba un poco, como por ejemplo ahora.
—No estoy hablando alto.
—Claro que sí, casi me aturdes —soltó un suspiro.
—Vale —no despegó la mirada ni un solo momento de la carretera —Cuentame, tú nunca me dices nada, nunca se que te pasa, siempre que quiero hablar contigo de algo serio lo evades —lo miré —¿Porqué me haces eso?
—¿Él qué? —tomó una bocanada de aire como si estuviera agarrando paciencia, porque yo se la estaba agotando.
—El no confiar en mi.
—Yo si confío en ti, pero es que no me pasa nada, y si no me pasa nada, pues no tengo nada que contarte ¿no crees? —alcé una ceja.
—Bien, digamos que te creo, ¿y entonces porque salimos así de la fiesta? —giré mi rostro hacia la ventanilla.
—Estoy cansada y mañana tengo que estudiar.
—Tu no estudias los sábados, mala mente los domingos por la noche.
—Pues hoy si quiero llegar temprano a casa para mañana estudiar ¿bien?
El silencio recorrió el lugar, y me convencí de que no me volvería a preguntar, pero es que hablar con él siempre se me había supuesto algo incómodo, era como si sus consejos fueran tan infantiles como los que yo les daba a Suhyung, pero no se lo diría nunca, era incapaz de hacerlo sentir mal, decirle que necesitaba a una mamá que me entendiese, no a un papá joven y primerizo, y algo que agradecía de ese primerizo, era que siempre me daba mi espacio y no insistía tanto.
«...❀...»
—Kyujoon, eres un homofóbico de mierda —le reproché a mi mejor amigo. Él me miró.
—Y mi padre un gay de mierda —le pegué en el hombro con toda la fuerza que disponía, la cual no era mucha, y claro, me dolió más a mi que a él el golpe.
—Mira que eres antiguo, eso hoy en día se ve más normal que una mujer y un hombre, ¿cuál es el problema que te supone que tu padre sea gay? —preguntó Suhyung y yo la quise abrazar.
—Pues que no me gusta, no saben lo incómodo que es verlo besarse con otro hombre en mi cara.
—¿Lo han hecho en tu cara? —pregunté, extrañada.
—Los he cogido sin querer, ellos saben que esas cosa me incomodan e intentan no hacerlas delante de mi —mi amiga me miró. Esto era una tarea difícil.
—¿Si yo y Suhyung fuéramos lesbianas tu nos apartarías de esa manera? —pregunté, él me miró y luego a Suhyung para volverme a mirar.
—No es lo mismo.
—Es tan igual como lo que tiene tu padre con Seokjin —habló mi amiga.
—¿Lo tratas de tú?
—Él una vez me lo pidió —Kyujoon hizo una mueca de asco.
Al ver que esto era más bien de tiempo que de hacerle entrar en razón. Tomé una bocanada de aire para cambiar el tema.
—Bien, dejando el tema, ¿a qué han venido? Porque ustedes no vienen de gratis —dije. Ellos se miraron.
—Hoy cumple años el hijo de la directora, lo que quiere decir que hay fiesta, y veníamos a...
—Ni lo sueñen, no pienso ir a una fiesta hoy —Suhyung hizo pucheros, yo aparté mi rostro para que no me sobornara con eso. Sabía su efecto en mi.
—Pero Nanah, nos vamos a divertir, por favor, Kyujoon tiene a un ligue con la cual se va a ver esta noche y tenemos que apoyarlo —Suhyung me miró con cara de cordero y yo intenté ser fuerte, pero claro, intentar, porque fuerte no era ni físicamente.
—Os odio, os odio muchísimo a los dos —ellos sonrieron de oreja a oreja y yo me odié también a mi misma por ser tan débil.
Otra fiesta, esto me olía a problemas.
«...❀...»
Un capítulo largo que compensa un poco mi desaparición, y aquí han pasado algunas cosas. Antes que nada, quiero aclarar que no le tiren hate a Kyujoon por pensar así o ser como es, tiene su opinión, y su opinión no es que sea la mía, solo es un personaje que cumple con su papel. Creo que es importante aclarar eso por si hay algunos inconvenientes.
Y bueno ¿qué les ha parecido el capítulo? ¿Les gustó? ¿Qué piensan de él? Os voy a estar leyendo.
Me despido :)
Lxs sarangheo❤
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