❝16❞
ᴹᵃʳᵃᵗᵒ́ⁿ ¹/³
El perfil de mi padre se alumbraba cada vez que pasábamos un foco de la carretera, su vista iba pegada al frente, concentrado en manejar como un profesional refinado y que sabía lo que hacía.
A veces me retractaba de la manera en la que lo trataba, sabía que era mala con él, que le contestaba de manera incorrecta y aún así, diciéndole cosas hirientes, él me las perdonaba y a los segundos de habérselas dicho intentaba ponerme la mejor de sus sonrisas como si no hubiera pasado nada.
En el fondo siempre le sentí un poco de riña a mi propio padre por lo de mi madre, porque a veces sentía que la culpa de que ella me dejase fuese de él, pero siempre acababa dándome cuenta de que estaba equivocada, que no era de esa manera que me imaginaba yo, porque ella había tenido toda la culpa y la decisión de dejarme había sido de ella, no de mi padre, y lo admiraba en silencio por eso.
Sabía que le afectaba que yo no le dijera lo orgullosa que estaba de él, o que no le dijese nunca lo bien que lo hacía con su trabajo, o lo felicitara por algún logro, sabía que le afectaba que fuera más afectiva con los demás que con él, y a pesar de eso, nunca me ha dicho nada al respecto, y me gusta, me gusta que me de mi espacio porque yo sabré cuando decírselo, porque él sabía que estaba pasando una mala racha y un mal momento y no se atrevía a meterse hasta que yo misma me sentase a su lado o lo buscara en su trabajo dispuesta a contarle todo eso que me atormentaba.
Y lo haría, pero todavía no era el momentos adecuado para eso.
Por ahora seguiría estando nuestra relación como hasta ahora, con el pequeño cambio de que la Nanah de antes había vuelto y renovada, y con ganas de ser más afectiva con él y remendar las grietas que en algún momento le había hecho con mis palabras y actitud.
En el trayecto hacia la casa de los Jeon, dejé que mi mano viajara hasta la de él, y a pesar de saber que se había sorprendido por mi repentino ataque, hice como que era algo bastante natural y él dejó que todo el camino nuestras manos estuvieran entrelazadas, y su calor paternal me llenó de una calidez que quería sentir siempre a partir ahora.
La Nanah de antes había vuelto, o al menos eso creía y tenía un plan mínimamente preparado, y dejaría que las cosas fluyeran a partir del momento en el que entrase por la puerta de la casa de los Jeon.
Cuando mi padre estacionó su auto en la entrada y ambos salimos separando nuestras manos, pasé mis manos por el vestido que traía para alizarlo y luego caminamos juntos dedicándonos una sonrisa cálida hasta llegar y tocar la puerta principal.
Un nudo de desagrado en el estómago se me formó cuando fue la misma Yeonhee quién nos recibió. Mostré una sonrisa como si nada hubiera pasado y también una reverencia para luego entrar antes que mi padre una vez ella se hizo a un lado.
—¿Ya llegaron todos? —oí que le preguntó mi padre a la mujer.
—Si, estábamos esperando por ustedes —al oír aquello, caminé hacia donde se escuchaban voces hasta llegar a la cocina.
Allí estaban Hoseok, Yoongi, el cuál me guiñó un ojo apenas me vio, Namjoon y Seokjin con Kyujoon, Taehyung con Suhyung, también estaba Jenny sola, Somi apenas me vio me dio un abrazo con alegría, Soobin cuando lo miré apenas me dirigió la mirada y me extrañó mucho, y...él. Jungkook me miraba fijamente, como intentando hallarme algo nuevo, o como si me estuviese pintando en su mente, me miraba como siempre que me veía e intentaba grabarme en su memoria.
Desvíe la mirada con una sonrisa una vez llegué hasta todos, estábamos completos y no quería arruinar nada con una mala cara.
—¡Nanah, Jimin-ah! ¡Por fin llegan! —el tono alegre que siempre poseía Hoseok nos recibió.
—Espero que no hayan comenzado sin mi, eh —mi padre se hace escuchar.
—Claro que no, los estábamos esperando, sientense —nos señaló el mismo hombre.
Tomé siento entre Suhyung y Kyujoon y de frente me quedaron tanto Jenny como Soobin, esto parecía un Deja Vu como para cogerle miedo, pero no iba a mostrar cuanto me afectaba que Soobin ni siquiera tuvo la decencia de saludarme o devolverme la mirada.
—¿Le pasa algo a Soobin? —le pregunté a mi mejor amigo sabiendo que ambos eran hombres y podían entenderse mejor, el castaño me miró.
—Ha estado así desde que llegamos, así que parece ser algo de antes, no de ahora —me dijo, yo asentí, y supe que ambos no habían hablado hoy de nada.
La cena transcurrió con tranquilidad, traté de evitar el comportamiento de Soobin todo lo que podía a pensar de provocarme una poderosa inquietud y curiosidad de saber el porqué de su acritud, intenté meterme en las conversaciones haciendo mis típicos comentarios sarcásticos y haciendo reír a todos, también me reí bastante con las anécdotas que contaba Namjoon debido a su torpeza y de la cara de su hijo porque sabía lo mucho que le avergonzaba su propio padre sin razón alguna.
Evité por completo la manera en la que Jungkook me miraba, pero me percaté muy bien de la poca atención que le prestaba a Yeonhee a pesar de que esta ponía mucho de su parte para llamar su atención, porque esta solo estaba en mi y un toqué de orgullo me golpeó en algún momento durante la cena, porque toda la atención de Jungkook estaba enfocada en mi mientras esta vez yo era la que esquivaba sus miradas, parecía que habíamos cambiado de roles y esto me daba a entender que estaba haciendo las cosas bien y tal y como yo las quería.
La comida estuvo deliciosa y cuando terminamos de comer y nos desplazamos del comedor a la sala de estar en donde Seokjin colocó algo de música para bailar, me quedé riéndome apoyada en una ventana de una esquina de Namjoon y sus torpes pasos por seguir a su novio.
Pude ver con claridad como Soobin subía las escaleras alejándose de todos, y a pesar de tener la curiosidad de saber muchas cosas de las que me había dado de cuentan hoy de él, no me moví, incluso no lo hice cuando Jungkook se colocó a mi lado, apenas lo miré de reojo al sentir su intensa mirada sobre mi.
—Estas...bonita hoy —me dijo, me ruboricé pero mi cabello rubio fue efectivo al ocultarlo de su mirada, o al menos eso esperaba, porque había sido un acto involuntario, solo había sido el efecto de su preciosa voz calar en mi.
—Gracias —no lo desprecié porque sería de muy mala educación, y además añadí —Tú también lo estas.
—Gracias —imitó mis palabras.
Hubo un silencio entre los dos y me permití ver como Jenny subía las escaleras mirando hacia todos los lados como si no quisiera que nadie la viese, y me invadió una nueva curiosidad, no era culpa mía ser tan observadora y a la vez tan curiosa.
—¿La pasaste bien en Daegu? —la voz de Jungkook me hizo volver a él.
—En parte, me hizo darme cuenta de muchas cosas y despejar un poco —respondí con total sinceridad.
—Se te nota, y me alegro mucho —esta vez si logró que lo mirara, y sus brillantes y profundos ojos negros me atraparon, me gustaba mucho este hombre.
—¿No tienes nada que decirme? —tuve que preguntar.
—¿Tú tienes algo qué decirme a mi, Nanah? —volvió a copiar mis palabras, en este caso, mi pregunta.
—No es el lugar correcto ni el momento indicado para decirte que me gustas, además de que lo sabes de sobra, pero Jungkook, si de verdad no sentiste nada ese día en Busan necesito que me lo digas con sinceridad, y que si sentiste, te dejes llevar más por tu corazón que por tu cabeza, y que el que arriesga, no gana, y que esta vez, tú vas a ir detrás de mi, porque ya yo he ido detrás de ti muchas veces —le aclaré. Él no mostró ninguna expresión en su rostro.
—Nanah, sabes que esto está mal, además de que yo estoy con Yeonhee y...
—¿Y es mentira? Me decepciona más que hayas hecho justo eso para lastimarme, y lo hayas logrado, y sin embargo mirame aquí, diciéndote que si vienes a buscarme, yo estaré para ti, creo que me merezco que pienses un poco mejor las cosas —terminé por añadir.
Jungkook agarró aire para hablar pero no tuvo el tiempo necesario para hacerlo porque Kyujoon se acercó a mi y pidió que bailara con él y no me negué a hacerlo.
Y mientras me alejaba de él volví a sentir ese alivio que había sentido cuando le había contado todo a Yoongi, porque ya esto no dependía de mi, sino de cuantos pasos Jeon estaría dispuesto a arriesgar por mi, porque yo, yo ya había arriesgado todo por él y no tenía vuelta atrás.
«...❀...»
Jajaja el tan esperado maratón por fin empieza. Espero que lo disfruten.
Necesito que comenten que piensan al final de cada capítulo como hacemos en todos los capítulos hasta ahora, eso me motiva.
Nos veremos más tarde.
Lxs sarangheo❤
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