❝11❞

Sentía sonidos, como el del agua cayendo sobre el suelo, también como si alguien estuviera quejándose, estaban lejanos, pero eran lo suficientemente fuertes como para yo escucharlo, y a medida que iba despertado, la voz a través de los gruñidos y gemidos se me hacía mas conocida.

Cuando tuve mis ojos abiertos, estrujando estos mismo con el dorso de mi mano, vi una luz a mi derecha, porque la puerta del baño estaba abierta, y entendí los sonidos al instante, Jungkook se estaba dando un baño, pero esos sonidos... ¿se habría caído? ¿Le habría pasado algo?

Yo me encontraba aún desnuda, y mientras bajaba de la cama, y caminaba descalza hasta el baño los recuerdos de hace unas horas volvían a mi cabeza poniéndome roja y calurosa. Estaba por amanecer, me imaginaba que eran al rededor de las seis o las cinco de la mañana, pues el cielo aún mantenía la luna en él. Nos habíamos dormido tarde luego de que terminara mi pintura, le había dicho tantas cosas bonitas por pintarme tan bien, que sentí envidia por lo hermosa que me había dejado en el lienzo, totalmente desnuda, recordaba tenerlo a mi lado hasta caer dormida, sin embargo, seguro no había pasado mucho si estaba tomando una ducha.

Cuando me escabullí por la puerta del baño, el cual poseía ventanas de cristal, me llevé la preciosa y morbosa imagen de Jeon masturbando su duro miembro. Recordé todas las veces que me lamenté mientras me hacía sexo oral el no tenerle desnudo y apreciar cada relieve de su cuerpo, pero esto fue mucho mejor, porque no era solo su cuerpo, era su expresión, o la manera en la que los músculos de sus brazos se contraían cada vez que bombeaba su mano alrededor de su pene, y mi vista cayó justo ahí, en su miembros, erecto, hinchado, con las venas resaltando toda su longitud, y la punta más rozada que más me imaginé.

Parecía frustrado, gruñía con frustración acumulada, seguía en su trabajo pero no parecía mejorar, parecía empeorar con cada movimiento de su mano, y me sentí muy húmeda y curiosa por saber que era lo que lo retenía.

Me acerqué mucho más a la pared trasparente que nos separaba, su mirada no perdió tiempo en caer sobre mi, y la de él estaba muy mal, estaba contraído, como si estuviese aguantando algo que no era capaz de soltar. Lo miré, tenía que examinarlo desnudo, en la plena faceta que quería en todos mis días. Sus hombros eran anchos, sus pectorales sobresalían con gusto, dando a saber lo fornido y duro que estaba, sus brazos eran musculosos y anchos, y su mano tatuada completamente de su hombro hasta la punta de sus dedos me pareció impresionante y muy, muy sensual su abdomen estaba definido, a pesar de ser tan ancho en la parte superior, su cintura era algo que podría envidiar hasta una chica, porque era pequeña y delgada, y sus abdominales comenzaban a juntarse en una V venosa dando paso a su hombría, sus muslos eran... Dios, eran musculosos de verdad, hasta me dio mucho envidia, y todo eso sumándole su altura, era la imagen del hombre perfecto con el cual pecar, y por eso nada me detendría a pecar con el, porque valdría la pena al final.

Vi como separó su mano de su longitud. Jungkook estaba premiado, cargaba con una polla que con solo verla o te hacia sentir muchas mariposas en el estómago, o te daban ganas de correr, porque vaya hombría que se cargaba entre las piernas. Miré su rostro, sus piercing brillaban y su cabello caía mojado por su rostro cayendo gotas de agua continuamente. Ahí supe su cara contraída: no podía correrse.

Entré a la ducha con él, y al instante el agua comenzó a recorrer mi cuerpo, y me relajó mucho.

—No quería despertarte —me habló, como si no tuviera una erección enorme entre sus piernas la cual no puede hacerla estallar.

Rodeé sus hombros con mis brazos poniéndome de puntillas, y nuestros cuerpos desnudos se restregaron, mis pechos fueron aplastados por el suyo y pene quedó pegado a mi vientre.

—Pero lo has hecho, ¿necesitas ayuda? —pregunté, mirándolo a los ojos, sus enormes manos me sostuvieron por la cintura —¿Qué te pasa? —intenté hacerle hablar, con un tono dulce y comprensivo.

—Me duele, pero no soy capaz de dejarme llevar —me contestó, con una palpable frustración en el rostro.

—Yo puedo hacerlo por tí, Jungkook, me duele que no me hubieses llamado —tragó saliva, el agua volvía resbaladizos nuestros cuerpos, y me encantaba que me tuviese así de apretada contra él.

—No es correcto, Nanah.

—Y dale con eso de nuevo —me frustré yo esta vez, quitando mis manos de sus hombros —Jungkook, ¿me acabas de hacer un oral, me has hecho sentir lo que nunca he sentido, me acabas de pintar desnuda después de decirme miles de guarradas juntas y todavía crees que esto es incorrecto? Se que lo es, pero todavía estamos aquí, tu y yo solos, y necesitas que yo te ayude con esto, porque soy la única que puede hacerte sentir bien en estos momentos ¿no es así? —le acaricié el rostro con admiración, y él me acarició las caderas a su gusto.

—Es así, Nanah, también lo se, y si estoy duro todavía, es porque no puedo hacerla bajar si no me ayudas ¿es eso lo que querías que te dijera? —levantó una ceja.

—No específicamente, pero me vale.

Fue justo lo que necesité para romper toda la distancia que nos separaba para que nuestros labios se juntasen. Sus labios esta vez fueron lentos, lamiendo mi boca con calma y suavidad, la suficiente como para dejarme muy en paz, a pesar de sentir cada palpitación de su pene contra mi vientre.

Sus enormes manos acariciaran mi cuerpo, deslizando estas con ayuda del agua por la curva de mi cintura, el arco que unía mi espalda hasta caer en la canal de mi culo, erizando toda mi piel, poniéndose de gallina y ahí se detuvo, y apretó, apretó tanto que me vi en la necesidad de gemir en su boca.

La lengua de Jeon fue ávida, danzando con la mía como si fuesen una sola, me encantaba la manera en la que me besaba, en la que succionaba mis labios, en la que su lengua acariciaba mi labio inferior y a veces el superior cada vez que entrada a mi boca, en como su nariz recta tocaba la mía en cada movimiento de su cabeza.

Mis manos tampoco quisieron quedarse quietas, no debían de quedarse quietas justo ahora, por eso también acaricié a Jungkook, pasando mis palmas por su piel suave llena de músculos, recorriendo sus hombros y rozando sus clavículas, sintiendo cada tensión de su cuerpo como si fuera mío. También paseé mis manos por sus brazos, sintiendo el grosor de estos, incluso sintiendo la tinta bajo la yema de mis dedos cuando rocé el derecho. Viajé por sus pectorales, llevándome su dureza en la mente y acaricié cada uno de sus cuadritos, era el chico más definido que había tocado en la vida, y joder, me dio envidia que estuviese así en sus treinta.

Cuando descendí más, un pelín más en cada tramo de su abdomen, la punta de su pene entró en contacto con mis dedos y paseé uno al rededor de su punta caliente e hinchada, aunque, todo el cuerpo de Jungkook desprendía una calidez que era difícil de encontrar en alguien, y me encantó que fuera tan acogedor en todos los sentidos.

Ante mi tacto, gruñó en mi boca, haciendo vibraciones, la cual me recorrió el cuerpo hasta convertirse en una punzada justo entre mis piernas. Jungkook atrapó mi labio inferior con los suyos, estirándolo de una manera sensual que cuando lo soltó, me dejó suspirando de delicia. Abrí mis ojos lentamente, y el rostro del mayor se encontraba sonrojado, y muy, muy necesitado.

—En unas horas estaremos de vuelta en Seul, así que apresurate a hacer conmigo ahora todo lo quieras, luego, se acabará —algo dentro de mi se estrujó al oírlo decir eso, todo aquello me indicaba, que una vez en Seul, en nuestras casas, volvería todo a la normalidad, se acabaría esto, volveríamos a ser lo que éramos, el mi suegro y yo la novia de su hijo. Y me esmeraría, lo haría tan bien que no iba a ser capaz de olvidarme nunca.

Me acerqué hasta colocar mis labios en su cuello, sentí directamente como tragaba saliva y su manzana de Adán bajó y subió con dificultad. Recorrí su cuello con mis labios y mi lengua, sintiendo la calidez de su piel más a flor de piel, más mío.

Descendí besando todo lo que tenía a mi alcance, mezclado con el agua pero sin quejarme. Delineé sus pectorales, sus pezones hasta oírlo gemir de manera ronca y sensual, también sus abdominales, y cuando estuve de rodillas frente a él, teniendo su miembro frente a mi cara, lo miré, y él también me miró, o mejor dicho, me perforó con la mirada.

Agarré con mi diestra su pene, y solo con ese contacto, lo vi temblar, realmente la estaba pasando mal. Se lamió los labios sin despegar su mirada de la mía, su mano recayó en mi cabeza agarrando los mechones de mi cabello mojado cuando delineé con mi lengua desde la base hasta la punta con calma, sintiendo el relieve de sus venas contra mi músculo y deleitándome con la temperatura caliente que desprendía en su punta, la cual rodeé con mi lengua y luego cerré mis labios haciendo una succión justo en el centro.

Su glande parecía crecer con cada roce, y por mi cabeza viajó la imagen unido a la sensación de cuando me follase, sintiendo todo su tamaño y grosor dentro de mi, y una punzada en mi intimidad me atacó.

—Joder...Nanah, no me hagas...sufrir así —se quejó.

Ante su quejido doloroso, abrí mi boca introduciendo todo lo que mi interior bucal fue capaz de sorpotar, y a pesar de no meter mucho más de la mitad, cuando su punta tocó mi garganta, tuve una arcada que tuve que contener con su tamaño dentro. Sentí los dedos de Jungkook hacer presión en mi cuero cabelludo.

—Mierda... Uf —gimió.

En ningún momento dejé de mirarlo, viendo como su ceño se contrajo completamente debido a mi ataque, y cuando saqué toda su longitud de mi boca, ensalivado todo, dejándola más húmeda de lo que se encontraba por el agua, soltó el aire y abrió su rosada y apetecible boca en busca de controlarse.

—E-Eres...grande —le hice saber, el acarició mia hebras mientras sus comisuras se alargaban con un atisbo de sonrisa pícara, y sentí palpitar mi intimidad con más insistencia.

—¿Sí? ¿Te gusta? —preguntó juguetón, me encantaba esta faceta que había conocido de Jungkook en este pequeño viaje, me hubiese gustado disfrutarla toda la vida hasta la muerte, sin embargo, solo tenía unas horas para disfrutarla.

—Me encanta —aseguré.

Él sonrió más grande, aunque esta no duró tanto cuando ataqué nuevamente su miembro metiendo nuevamente todo lo que pude soportar, pero esta vez, mo saqué, y lo introduje nuevamente, masturbando con mi mano la parte que no tenía dentro de mi boca, también uní mi otra mano para acariciar sus testículos, y Jungkook cada vez temblaba más, su voz ronca gemía con insistencia con cada movimiento de mi cabeza introduciendo y sacando su glande de mi boca.

Lo saqué de mi boca para crear un camino de besos y lamidas por toda su parte inferior hasta llegar a sus testículos los cuales bese, luego volví a retomar su glande, besando, lamiendo y succionando, Jungkook soltaba palabras sucias, guarras, lo suficientemente calientes como para que me sintiera muy caliente. Succioné su punta, una, dos veces, Jungkook se tensó completo, la mano que no tenía para sujetar su pene acabó en uno de sus firmes muslos y apreté cuando me lo introduje nuevamente en la boca, succionando y danzando mi lengua sobre él en el interior, y al oir su chillido lleno de desesperación, sentí su líquido bajar por mi garganta, acabando completamente dentro de mi boca.

Debido a que la mandíbula se me cansaba, tuve que sacarlo todo y terminé por masturbarlo hasta que su pene quedó completamente flácido, mientras Jeon jadeaba.

Me ayudó a levantarme de los azulejos del baño, y atrapó al instante mi boca con la suya, besando con ansias y desesperación, como si no acabara de tener un orgasmo acabando con algunas de sus fuerzas físicas. Me enganché a él por los hombros siguiéndole como mejor pude, hasta que una de sus manos se abrió paso en mi intimidad e introdujo de golpe dos de sus dedos logrando que chillara por la sorpresa.

—¡Jungkook! —me miró, con deseo y relajación fundidas en uno por mi imagen y su recién orgasmo.

—Nanah... Me encantó, joder —besó mi cuello, lamiendo mis clavículas hasta descender a mis pechos, atrapándolos con su boca mientras me penetraba con sus dedos una y otra vez con fuerza, haciéndome gritar del placer que sentía a pesar de no estar preparada para nada, dolía, pero era muy excitante, solo me dediqué a sujetarme de él mientras me hacia ver las estrellas.

Mamó de mis pechos como le dio la gana, mientras me daba unas embestidas más con sus dedos hasta sacarlos y comenzar a masajear mi clítoris con rapidez, retorciéndose contra él y perdiendo mi.estabilidad mental y física.

—Ah...ah...ah —gemí, sintiendo el nudo florecer en mi vientre, a punto de estallar, temblando de pies a cabeza ante sus caricias con presión en mi clítoris —M-Me v-voy a... ¡Jungkook! —grité cuando hizo algo que no tengo ni idea que fue como para que estallara de una manera tan demoledora.

Sentí todo mi cuerpo colapsar y colisionar como nunca, ni cuando me hizo sexo oral.

Se quedó abrazado a mi hasta que terminé de temblar, y como último nos besamos, lento como al principio, haciendo una danza exquisita y suave con nuestras lenguas. Me sentía bien, demasiado bien con él, a pesar de no haber habido penetración, los orgasmos que me había regalado Jeon, habían sido los mejores de mi vida, y necesitaba repetirlo, mañana, pasado, la semana que viene, el mes que viene y todos los dias de los años de mi vida.

—Vamos a dormir, Nanah, vamos a dormir abrazados hasta que nos toque irnos, porque luego, todo se acabará —me dijo, sobre mis labios, y asentí.

Ambos nos ayudamos a secar nuestros cuerpos con la toalla, y Jeon me llevó en volandas hasta la cama presumiendo de su fuerza, y ambos nos recostamos sobre su cama, deslizando una sábana sobre ambos mientras nos manteníamos abrazados hasta quedar dormidos, en paz y en tranquilidad disfrutando de nuestras pocas horas juntos...hasta que se acabase la magia.

«...❀...»
H

olaaaaaa!
Acabo de salir de una prueba de una carrera que quería y...no salí como quería pero no importa, es una de mis opciones entre muchas, así que esta no marca la diferencia, todavía hay camino que recorrer.

Pero bueno, quería publicar el capitulo hoy, porque es sábado y porque ya lo tenía hecho desde hace mucho.

Y...¿qué les pareció? ¿Se imaginaban más encuentros sexuales? Siento que me enamoro de estos personajes con cada capítulo ¿ustedes no?

Bueno, espero que les haya gustado y que lo hayan disfrutado que es lo importante.

Nos vemos pronto (eso espero)

Lxs sarangheo

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