No iba a negar en decir que no dolía aquella escena que estaba transmitiéndose frente a sus ojos. Era difícil tragarse todas aquellas lágrimas que amenazaban en salir de sus ojos al ver como la persona que amaba estaba a punto de unir su vida con su amada, luego de tantos años de ser pareja.

Volvía a caer nuevamente en aquel vacío profundo y oscuro del que estaba escapando por tantos años y que tanto temió que llegará. Jeon Jungkook cerró sus ojos, dejándose caer en él suelo del lugar sin que nadie lo viera, mientras se hacía una pequeña bolita, y dejaba escapar todos aquellos sentimientos que reprimió por bastante tiempo.

Un amor imposible que consumía su alma, algo que jamás ocurriría ni aunque estuviese loco. Hasta sus sueños se encargaban de recordarle que debía dejar de ser un tonto y volver a la realidad.

La melodía hacía que el pulso de Jeon aumentará. El chico se encontraba en la segunda planta del lugar, con mayor acceso de la boda por cortesía del novio. Incluso parecía que Yugyeom lo hubiese hecho a propósito para torturarlo. Para que viera en vivo y a todo color como el menor se encontraba con una sonrisa plasmada en su rostro, tanto que parecía brillar con intensidad, haciendo añicos los sentimientos de Jungkook.

El momento parece haber llegado. La respiración se corta para el joven Jeon y nuevamente las lágrimas comienzan a caer sin previo aviso mojando sus mejillas mientras mordía su lengua, tratando de evitar gritar para detener todo y arruinarlo. 

La sonata hace su entrada cuando la hora llego y una figura delicada ingresa al lugar, luciendo tan brillante a la vista de todos, lo que resulta doloroso para Jungkook, que no le es fácil para lidiar con aquello. Tanto que su respiración es errática y comienza a temblar.

Vuelve él recuerdo egoísta a su cabeza, el querer tener a Kim Yugyeom con él, lo cual no era correcto y su corazón quien sufría de aquellos daños por los celos, desgarrando su pecho, dejándolo nuevamente herido y expuesto. Las cicatrices han sido abiertas nuevamente.

Es injusto como todo término de esa manera, siendo invitado a la boda de su mejor amigo, quien ahora se estaba casando con aquella chica quien también estimaba demasiado. La vida es tan injusta, cuando todo lo que tu cabeza imaginó nunca podría ser una realidad.

Jungkook siempre amó a Yugyeom en secreto y en silencio para si mismo, siendo su propio secreto más profundo. La misma familia de Yugyeom siempre supo de ello, que amaba a su hijo secreto, y aún así, le invitaron a presenciar la boda del chico, burlándose de él.

Eran crueles, pero Jungkook no pudo decir que no cuando se trataba de Yugyeom. Siendo mejores amigos, no podía decir que no, ya que podría ganarse el resentimiento de Yugyeom y era algo que no deseaba.

Lo menos que quería Jungkook, era que Yugyeom le odiase, aunque ahora su mente y corazón aún se negaba en aceptar que Yugyeom se esté casando, que esta a un paso de hacerlo. Uniendo su vida con aquella mujer que lucía un bello vestido blanco y largo.

Las palabras del sacerdote resuenan en las paredes.

Ella es hermosa y cuando sonríe, Jungkook puede ver el amor que siente por su mejor amigo. Se siente tan mal en querer ser él quien estuviera al lado de Yugyeom, uniendo sus vidas.

La sinfonía en el ambiente comenzó a cambiar drásticamente y Jungkook asoma su cabeza desde el segundo nivel de la planta para observar el transcurso de la boda, sintiéndose un masoquista total teniendo una vista perfecta de su mejor amigo Kim Yugyeom, al lado de su novia Chae Soo Bin. Ambos mirándose el uno del otro, sonriendo enamorados.

Las palabras del sacerdote comienzan, un pedazo del corazón de Jungkook se comienza a desprender de su lugar.

Pero hay algo extraño que Jungkook comenzó a notar y sabía el por qué. No podía evitar que sus ilusiones estuvieran allí y era tan lamentable.

Yugyeom mirada de reojo por varias direcciones, a lo que Jungkook suponía que le estaba buscando para sentirse apoyado por él en esos momentos tan importantes.

Mientras más cantaba la sinfonía de bodas haciendo eco en la iglesia, él corazón de Jungkook caía en pedazos.

Jungkook sonrió con dolor, observando lo apuesto que lucía el menor, tan elegante. Yugyeom le buscaba con la mirada, debía estar allí cómo su mejor amigo de toda la vida para darle apoyo en esa nueva etapa de su vida, pero sus pies no se movían y preferían observar en silencio, siendo él solamente.

Debería irse, es lo que pensaba Jungkook, tener que ver él acto final en la boda le deprimiría de por vida si se quedaba allí para verlo.

En ese momento Jungkook suspiro profundamente, tratando de suprimir sus sentimientos. Soo Bin haría feliz a su amigo, lo presentía porque convivió con ella bastante tiempo.

Solía visitar junto con Yugyeom la casa de la chica, era doloroso tener que haber visto cada muestra de afecto de ellos. Era una muchacha adorable, serían felices juntos, tenían sus planes y él no estaba en ellos. Ni siquiera la mínima posibilidad, el cómo buen amigo simplemente debía estar feliz por ambos.

De repente, todo se detuvo para el chico que veía él casamiento a lo lejos,  la sinfonía de bodas se escuchó a lo lejos para Jeongguk, y su corazón reacciono al encontrarse con la mirada cálida del menor.

Yugyeom volteó a su dirección, Jungkook se quedó estático en él lugar. Su corazón bombeó.

Yugyeom sonrió cálidamente, pero Jungkook no puedo responder a aquella sonrisa para su mejor amigo, eso hizo preocupar a Kim, quien vio el semblante detenidamente y su sonrisa se borró.

Jungkook comenzó a llorar, él padre llamó la atención de Yugyeom quien debía dar sus votos para después besar a la novia, pero no podía ver a otro lugar que no fuese Jungkook, quien sollozaba.

»Lo siento, Yugyeom. Arruiné tú día especial.

Yugyeom sólo pudo alcanzar a ver como su mejor amigo se perdía en él paisaje, dejando el lugar con lágrimas en su rostro y un corazón roto.

Y cuando menos lo pensó, sus piernas se encontraban avanzando detrás de Jeon.

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