Capítulo 11: La Resolución Del Más Fuerte

Sonando “Symphony Of Destruction;
Megadeth”

Temblor tras temblor se demostraba quienes eran los más fuertes en el lugar. Que no le quedarán dudas a los demás que presenciaban tales cosas.

La destrucción llamó la atención, que incluso los de Kyoto fueron avisados para ir a asistir en Shibuya. Parece que se estaba saliendo todo de control.

Edificio colapsando contra otro. Y así continuamente haciendo un efecto dominó ocasionando un gran número de muertes.

"Jajaja. Mira nada más que belleza" un hombre se acercó viendo tal situación llegando con Uraume, el cual se encontraba reposando por haber sido herido.

"Llevan un buen rato así. Es fuerte"

"Pues si que lo es. Te dejó así y aún continúa luchando contra Sukuna"

"Me tomó con la guardia baja, Kenjaku"

Él rió con mucha burla al escuchar eso. Le parecía una idiotez que Uraume se excusara con eso. "Está luchando contra Sukuna. En guardia o no, te hubiera destrozado"

Uraume solo chasqueó los dientes por lo molesto que era la situación. Haber sido vencido así sin más le era un gran golpe a su orgullo.

"Él es impresionante. El progenitor de todo esto está resultando una grata sorpresa" Kenjaku dijo posicionando sus manos al frente de Uraume y mostró como un aura envolvía a estas. "Si. Es energía maldita, pero está mezclado con la energía de ese chico"

"¿La puedes usar?"

"No. Solamente logro llegar a esto. Es más complejo de lo que parece. Algo me falta pero no sé que es"

Un pensamiento llegó a Uraume con lo demostrado. Bastante curioso. "¡Conoces a ese chico! ¡A ambos!"

La sonrisa retorcida de Kenjaku adornó completamente su rostro. "Es una larga historia. ¿Te parece escuchar algo de hace 1,000 años?"


Cómo si fuera un rayo láser, Kurama lanzó un ataque tratando de alcanzar a Sukuna, el cual corría y dejaban todo a su paso en añicos. Explosión y explosión envolvían a Shibuya en fuego y cenizas.

Pobres de las personas que no murieron por los ataques y tuvieron que hacerlo intoxicados.

"¡¿Qué rayos pasa aquí?!" Nanami apareció en el sitio cuando se le asignó la tarea de ir en busca de Maki y Togē. "Son...demasiado fuertes"

Era demasiado evidente que ese sería el pensamiento de alguien al ver ese poder de tal magnitud que ambos estaban demostrando.

"¡Ven aquí, Kurama!" Sukuna gritó viendo cómo Kurama corría hacia él a una gran velocidad. El puño conectó con efectividad en el rostro de Sukuna.

Una onda de choque se creó por una zona de alrededor 50 metros y muchas cosas salieron volando con el aire creado.

Los gritos de Kurama irradiaban calor que al momento de hacerlos los escombros se derretían.

Corrió de un lugar a otro, pareciendo que simplemente desaparecía. Era una velocidad impresionante y monstruosa.

El corazón de Sukuna dió un latido fuerte. "¡¿Qué? Al parecer no me queda mucho! Espero que a él tampoco, o el muchacho sufrirá un rato"

Kurama creó una Bijū-dama y la lanzó hacia Sukuna, la cual fue esquivada a duras penas. Aún así, se llevó algo de daño. Lo peor del asunto, fue que también parte de esa explosión, alcanzó a Nanami.

Esto fue notado por Sukuna, el cual no pudo contener la burla. Sabía que no había muerto por eso, pero si alguna maldición lo encontraba en el estado en que quedaría, sería un problema. Sin duda alguna, Itadori tendría algo con lo cual entretenerse.

Las seis colas se alzaron frente al rostro de Kurama y la boca de este se abrió. Estaba claro que sería esa esfera que Sukuna había estado enfrentando hace rato. Pero por lo que parecía, esta tendría aún más potencia.

Y tenía razón. El tamaño de esta era unas cuantas veces más grande de lo que le había acostumbrado.

Sukuna colocó su manos en aquel sello manual con el cual hacia su Técnica más poderosa hasta el momento.

"Expansión de Dominio: Relicario Maldito" sentenció con una mirada fría viendo que Kurama estaba cerca del radio de su alcance.

Estaba acabado.

Para su sorpresa, ahí estaba. La esfera no había desaparecido. Era muy resistente a este tipo de ataques gracias a la energía que poseía, sirviéndole como un escudo.

Cientos de cortes y el área en el que estaban siendo deshecho tal como pasó con Mahoraga.

La Bijū-dama fue lanzada dándole de lleno a Sukuna.

Al parecer, todo esto se había calmado.

Miedo. De momento, era lo que estaba sintiendo al saber que su buen amigo, Naruto, estaba enfrentando a aquella maldición que residía en Itadori. Maldición cuya capacidad de poder era tanta como para que su Maestro, Satoru, fuera el único en hacerle frente.

Nobara había llegado con Nitta, dudando de ir a dónde Ijichi había sido visto por última vez. Ambas temían en que haya muerto, pero por lo que se podría pensar por todo el desastre que había afuera de la estación, sería algo suicida. No era igual que cuando había ido por Maki. Las cosas eran más tensas en este momento.

"¡Nobara, tenemos que irnos de aquí! ¡Esto no tardará en derrumbarse! ¡Necesitamos ir con Shoko a revisar tu brazo!" Nitta le gritó sosteniendo su brazo izquierdo, tomando en cuenta que si otro brazo estaba fracturado, producto de la destrucción que aquellos dos estaban ocasionando.

"¡Pero...!"

"¡Pero nada! ¡No podemos hacer nada! ¡Está bien que son tus amigos, pero no podemos hacer nada! Tienen demasiada fuerza..."

Tenía razón. El no tener un poder que iguale la semejante cantidad de poder que los de Grado Especial poseían era algo fastidioso. No poder acudir en ayuda porque simplemente no significas nada a su lado era algo deprimente. El solo hecho de esperar el mejor resultado le generaba impotencia, tanta que hasta las ganas de llorar llegaban a ellas.

"Está bien...andando" Nobara, sin nada más que decir, aceptó lo dicho por Nitta y se fue con ella corriendo para buscar una salida.

Pero no estaban solas. Alguien les seguía los pasos.

Se levantó lentamente por causa del dolor que había recibido. Pero lo raro es que solo lo sentía en una parte del cuerpo. Ni siquiera se atrevió a mirar su cuerpo.

Paso tras paso caminaba por donde veía. No pensaba en donde iría o hacia donde se dirigía. Solo caminaba pensando en las vacaciones que tendría después de que esto se calmara. Ya estaba fastidiado.

Quizá por ahora podría ir a ayudar a la amiga de Itadori.

Si. Talvez necesiten ayuda.

"Vaya...Impresionante" saliendo de entre el polvo y la tierra, Sukuna dijo con algo de molestia. Se quejó por el dolor. "Nunca te olvidaré. Luchaste bien, lo respeto, pero aquí acaba esto ya" dijo caminando hacia Kurama, el cual estaba perdiendo aquel esqueleto y dos colas habían desaparecido. Tal parece que su poder llegó al límite. "Naruto Uzumaki. Kurama. No los olvidaré" de nueva cuenta, pasó su mano por encima de la otra, así creando aquella llama que había usado hace unos momentos antes. "¡¿Qué..!?"

Esquivando un golpe de Kurama, saltó hacia atrás. Su sonrisa apareció de nuevo. Ya de plano no caben dudas de que era alguien digno de su respeto.

En un rápido movimiento se colocó frente a Kurama con su ataque listo, pero para su sorpresa, él también ya estaba listo con otro ataque.

Ambos ataques chocaron, lo que ocasionó un maldito tornado de fuego de tamaño decente arrasando con todo lo que hallaba a su paso.

Sukuna cayó de rodillas con su sonrisa aún intacta. Solo fueron unos segundos, pues cuando esa sonrisa había desaparecido, fue cuando Itadori recobró la consciencia, dando como resultado, una mirada llena de horror.

Por otro lado, el rojo intenso de Kurama fue perdiendo intensidad poco a poco hasta que las colas desaparecieron y Naruto mostró su aspecto. Él solamente se quedó viendo el cielo nocturno con un inmenso cansancio.

No reaccionó ni siquiera al grito desgarrador de Itadori...

Fin del Capítulo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top