Capítulo 10: Mahoraga
Algo a destacar de Satoru Gojō, era lo bueno que era con los jóvenes, siendo más específicos, sus alumnos. La confianza que se establecía entre este y dichos individuos era algo de respetar, pues no solo les aconsejaba sobre el Mundo de la Hechicería, sino que, también les contaba historia acerca de esta.
Tal como aquella vez que contó sobre el Clan Zenin y el Clan Gojō. Dos de los Tres Grandes Clanes del Mundo de la Hechicería. En algún punto, hubo una rivalidad demasiado poderosa entre ambos Clanes. Técnicas monstruosas existían en esos clanes. Satoru Gojō era poseedor de una, y Megumi era poseedor de la otra. Pero he ahí, teniendo una conversación amistosa sin sed de sangre o algo por el estilo. Una gran diferencia a como fue en el pasado en el que los portadores de tales técnicas lucharon hasta morir.
"Entonces, y según usted dice, la Técnica de las Diez Sombras, ¿está al nivel suyo?" Megumi miró confundido a Satoru.
"Así parece. En aquel tiempo, lucharon hasta morir, y todo por un Shikigami" Satoru respondió viendo tranquilamente a su alumno con el ceño fruncido.
"Oh..."
"Si. «Oh...». Pero nosotros no tenemos necesidad de matarnos. Hay que romper esa tradición. Que aburrido sería que se repitiese"
"Tiene razón. Pero tengo curiosidad. ¿Qué lo hace tan poderoso?" con una total confusión, Megumi miró a su profesor esperando una respuesta compleja.
"Su nombre es Mahoraga. Y su poder es simpl; se adapta. Demasiado bien" fue su respuesta.
Megumi asintió. Lo entendió, pero parecía que poner a prueba dicho Shikigami le haría saber mejor sobre ello. De todas formas, sería un problema de igual manera.
Sonando "Symphony Of Destruction;
Megadeth"
El rugido de aquellos dos hizo temblar el lugar en el que se encontraba la mayoría de los Hechiceros. Cosa que, obviamente, llamó la atención de todos.
Sukuna estaba maravillado, pero de igual manera estaba con la guardia en alto.
Vió como aquel ser levantó su brazo derecho, el cual parecía ser una hoja filosa y dió el golpe, el cual solo hizo que aquel impactara contra el suelo. Luego de ello, fue a por él.
Un golpe tras otro notó ciertas cosas sobre ese Shikigami. También pudo ver como aquella cosa que flotaba sobre Mahoraga, la cual desconocía, daba vuelta cierto tiempo después de haber recibido algún ataque. Quizá así sería contra todo ataque.
Probó un corte algo superficial, y logró ver qué la herida sanó, por lo que intensificó la potencia de estos haciéndole múltiples danos por todo el cuerpo, y vaya sorpresa.
Luego de eso, Kurama se reincorporó colocándose al frente de Sukuna, mientras que Mahoraga se colocó detrás suyo
"Ustedes dos son unas malditas bestias en estos momentos. No me voy a contener nada" dijo Sukuna colocando sus manos juntas.
En su consciencia, Naruto estaba fuera de sí. Tal como aquellos tiempos en el que Kurama tomaba el control respondiendo con el odio de su compañero. Pero, en esta ocasión había una diferencia, Kurama no estaba consciente. Parecía estar en un sueño profundo, pues no despertaba pese a los gritos que Naruto le hacía con una furia incontrolable.
Tal parecía que ahora era Naruto el que respondía con el odio de Kurama sumado al suyo.
Y tenía razones. Satoru estaba sellado, y Sukuna no dejaba de ser un imbécil tratando a los demás como la mierda.
Ahora, a su vista, se encontraba Sukuna haciendo un sello de manos. Su mente daba vueltas mientras recuerdos del pasado llegaban a él. Algo lejano, pero a la vez cercano, y... al parecer, no era con Maki, Panda, Togē, Satoru, Nobara, Megumi, Itadori y Yūta.
Un rostro viejo pero amenazante estaba ante su recuerdo. Este gritaba como loco al querer luchar contra alguien en específico.
A su lado estaba un rostro bastante conocido por él. Aquel que gritaba se lanzó contra la otra persona, pero simplemente lo traspasó, como si de un fantasma de tratara.
"¡No quiero luchar contra tí! ¡Así que déjenme ir a dónde Sukuna! ¡Es el único con el que quiero darlo todo!" se mostró histérico, lleno de sed de sangre, pues escuchó de otra persona que Sukuna estaba cerca.
Todo era confuso. Por el momento no sabía de que se trataba, pero eso le hizo pensar, que hubo una etapa de su vida que no sabía nada. No le tomó importancia en toda su estancia en ese lugar. Era como si no hubiera vivido. Con ello, la incertidumbre llegó a él y le inundó de preguntas.
Preguntas de las cuales buscaría respuestas.
"Eres el único que queda. Así que, cuídate"
Los recuerdos iban y venian de un momento a otro.
"Y toma esto. Perdiste la tuya. Puedes quedártela"
En su mano estaba aquella bandana que los caracterizaba como Shinobi.
Un hombre se postró ante él con una mirada algo reconocible. Se sentía extraño porque sabía que había visto a alguien así en algún momento. La cicatriz en su frente era algo a destacar.
"Será mejor que tengas cuidado en este lugar. La Sinergia tardará un buen tiempo en realizarse. Pero sobre todo, será mejor que tengas cuidado cuando alguien diga..."
Se esfumó. Tal recuerdo se esfumó en un abrir y cerrar de ojos, por así decirlo. Parecía ser que era un recuerdo importante.
Y si. Pues aquellas palabras de las que fue advertido fueron dichas por su enemigo.
"Expansión de Dominio: Relicario Maldito"
Ahora sí. Los cortes de Sukuna estarían a otro nivel. Le daría con tanta fuerza para que no le dé tiempo de adaptarse y así acabar con este asunto, pero para su mala suerte, estos golpes no tenían mucho efecto en Kurama. Para este eran simples golpes como cualquier otro. Quizá esa otra energía le daba alguna clase de invulnerabilidad.
Un rugido salió de este y Mahoraga se lanzó contra este lanzado un golpe, el cual fue respondido con otro y así impactando entre estos y creando una onda expansiva que al parecer estaba afectando el Relicario Maldito de Sukuna, cosa que le sorprendió. Le era una total sorpresa tener a esos dos frente a él.
Si se hacía con el poder de ambos, nadie le podría hacer frente. Satoru no sería más que una simple hormiga ante su colosal poder.
Su sonrisa retorcida volvió a él dejándose llevar por la emoción, así haciendo que una abismal cantidad de cortes diera en todo el lugar a un radio de 200 metros.
Cómo Megumi le sería importante, se habían alejado del lugar en el que estaba él, aunque bueno, Kurama fue el que lo hizo retirarse tanto.
Vaya sorpresa, parecía ser que ahora sí estaba ocasionando cierto daño en Kurama, ya era un avance. Quizá Mahoraga estaba afectando en algo, pues solamente al tener a este peleando contra él le hizo algo. Tendría que esperar para sacar sus conclusiones con más exactitud.
Aunque de igual manera, lo mismo podría suceder con él. Debería tener más cuidado.
Teniendo eso en mente, concentró todo su poder para terminar con Mahoraga. De cualquier modo, lo indispensable es lograr hacerse con el cuerpo de Megumi para volverlo a invocar. Y al haber sido vencido por él, lo tendría bajo su poder, y después de eso, su segunda parte del plan se llevaría a cabo.
"Tengo que hacerme con el poder de esos dos, a como dé lugar" dijo Sukuna viendo a Kurama quieto pese a que estaba recibiendo ataques uno tras otro.
Mahoraga caminaba hacia ellos tratando de resistir lo mejor posible, y lo estaba logrando. Para su mala suerte, una esfera púrpura había sido creada por Kurama y fue disparada.
El miedo y confusión se hacía presente en cada persona que presenciaba como el lugar en el que vivían estaba siendo destruido de la nada.
Lloraban y gritaban de impotencia al no saber que hacer, si es que se podía hacer algo. Unos malditos escombros les impedían el paso para salir del edificio en el que habían buscado refugio, pero fue todo lo contrario.
De pronto, estos escombros fueron destruidos por dos jóvenes. Una alegría total para ellos.
"¡Vamos, Togē, sácalos de aquí, yo me encargaré de sacar a los que no están en este piso!" Maki exclamó entrando al edificio.
Pese a que se le dijo a detalle que ella debía estar con Nobara y los otros dos, ella quiso ayudar a Togē. ¡Vamos, que Nobara estaba con Nanami, podía confiar en que no les pasaría nada grave!
Al parecer el destino no les sonreía. Pues una intensa luz los cegó por lo resplandeciente que era, y un inmenso calor le acompañaba.
No les daría tiempo para salir de allí a todos. Lo mejor sería que se salvara quien pudiera.
Y así fue. Maki solo tomó a un par de niños y saltó por la ventana, siendo totalmente consciente que no morirían si caían siendo sujetadas por ella.
Pero hubieron malos cálculos. Si fueron alcanzados.
Todo fue reducido a cenizas. Mahoraga ya no estaba. Solo quedó aquella cosa que flotaba sobre ella.
Pero...
Aún estaba él...
Su mayor rival actualmente estaba intacto. La única diferencia era que un esqueleto lo cubría haciendo parecer que llevaba una armadura. Además de eso, dos colas más salieron ahora dando como resultado seis.
Sin decir nada, lo miró tratando de predecir que es lo que haría. Pero lo único que hizo fue sacar vapor de su boca mientras hacía un rugido algo ahogado. Estaba actuando como un depredador momentos antes de saltar hacia su presa.
Esto aún no había terminado.
Fin del Capítulo.
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