5|Celos y nuevas amistades P2.

Cualquiera pensaría que después de las presentaciones la incomodidad desaparecería, pero en el caso de este grupo no fue así y aún que los compañeros de Jared trataban de mejoras la situación, no era posible, y es que en realidad no había motivos para estar incómodos, más allá de que Scott había sido el último en enterarse sobre los nuevos invitados, no había puesto mala cara, ni le había reclamado al pelirrojo el descuido de no haberle dicho.

—Incomodo... —dijo Sara, intercambiando su mirada entre la pared y el techo.

—Sara. —el nombre de la peli azul salió en un siseo junto a un pequeño codazo que le dio Aleyka otra compañera de Jared.

—Suficiente —Daniel uno de los chicos que había llegado se levantó de su asiento y hablo. — Cocinare pizzas para todos, estoy seguro que después de comer podremos estar en paz.

A pesar de que la oferta sonaba bastante tentadora ninguna de las personas presentes hizo algún movimiento, haciendo que no solo el momento siguiera incómodo si no, que también se volviera vergonzoso.

—Scott, ¿Podemos hablar? —pregunto el pelirrojo, en un susurró para que solo el mencionado lo escuchará.

Scott asintió y los dos se dirigieron hacia las escaleras, cuando empezaron a subirlas, el moreno por instinto miro hacia el grupo de amigos para ver si se habían dado cuenta que estos dos se estaban marchando, para su sorpresa los encontró a todos ya desparramados haciendo bullicio por quién ayudaría en la cocina y quién pondría la mesa, Scott, soltó una pequeña risa llevando su mano hacia su boca para amortiguar un poco el sonido.

—Oye. —el moreno miro hacia el más alto y este se hacía señas para que lo siguiera a su habitación.

—¿Que sucede? —pregunto cuando llegaron a la habitación que le tocó a su mejor amigo.

—¿Estás molesto? —Scott se llenó de confusión, realmente no sabía a qué venía esa pregunta y buscaba en el cajón de sus recuerdos algo que Jared hubiera hecho como para hacerlo enojar. —¿Estás molestó por qué no te dije que ellos vendría?

—¡Aaah! —abrió su boca en forma óvalo y movió un poco su cabeza demostrando que al fin sabía de qué hablaba. —Te refieres a eso, mmm, no, en realidad no estoy molesto, solo sorprendido, agradecería que la próxima vez me avisarás que no seremos solo los dos.

El mayor asintió y procedió a decirle a su amigo que bajaría a ayudar a los demás en lo que falte, Scott asintió y lo vio irse de la habitación. Una vez que perdió el rastro del otro, giro y se dirigió hacia la ventana que daba al frente de la cabaña, se apoyó con su brazo izquierdo en ella y al otro lo llevo hacia su corazón apretándolo como si estuviera teniendo un ataque.

No quería admitirlo pero de alguna manera le había decepcionado el hecho de que en el viaje no fueran solo ellos dos como en un principio él había pensado, sentía que los compañeros de Jared habían llegado para interrumpir un momento de los dos.

Por su parte, el pelirrojo estaba un poco confundido, desde el primer momento había decidido no apurar nada, él tampoco sabía si los sentimientos que estaba teniendo por Scott eran o no románticos. Pero en el momento que vio un ápice de decepción en el rostro del menor solo quiso abrazarlo y echar a todo el mundo de la cabaña para que está quedará solo para ellos dos. Pero no lo hizo, por qué al no estar seguro de sus sentimientos prefería dejar que el destinó hiciera su jugada.

Más tarde cuándo la comida estuvo hecha, todos se sentaron a comer y muy sorprendidos comenzaron a halagar la pizza que su compañero había hecho.

—Pelado, no sabía que cocinabas tan bien. —halago Cristian sin dejar de comer.

—Primero traga antes de hablar —reprocho Sara haciendo cara de asco al ver la comida de la boca del mencionado. —Puerco.

—¿Por qué le dicen Pelado? —indago Scott, no le parecía coherente el apodo ya que Daniel claramente tenía cabello.

—Bueno, es que el tonto de Daniel quiso seguir tendencias cuando era más joven y se decoloro el cabello solo, puedes imaginar lo que sucedió. —Cristian no dejaba de reír al recordar cómo había quedado su amigo después de tratar de decolorar su cabello en casa.

—Es más tengo una foto. —Martin, otro compañero de trabajo de Jared se levantó y fue en busca de lo que parecía ser su celular, cuando volvió a sentarse le extendió el aparato a Scott y este lo tomó.

El moreno trató de contener la risa al ver la foto pero le era un poco imposible.

—Lo siento, no debería reírme. —dijo, devolviendo el celular a su dueño.

—No hay problema. —menciono el protagonista de la charla. — Ya lo superé, ahora, hasta yo me río de esa foto.

Por otro lado, el pelirrojo se había mantenido callado en todo lo que duró la charla, él comía su porción de pizza en silencio y prestaba atención a cada pequeña acción del que era su mejor amigo. De alguna manera le parecía un poco fascinante cómo había cambiado su punto de vista hacia él, antes no podía verlo más allá del hermano que nunca tuvo, y aún que fueron amigos por muchísimos años jamás había sentido otro tipo de cariño, a pesar de que ahora no estaba seguro de si estaba o no enamorado de Scott, si se había dado cuenta que el tipo de cariño que alguna vez sintió y el cariño que sentía actualmente, no eran iguales.

—Yo lavare los platos. —menciono el moreno, comenzando a levantar los platos y cosas sucias que estaban en la mesa para luego llevarlas hacia la pileta que se encontraba en la cocina.

Jared iba a levantarse para ayudarlo pero alguien fue más rápido que él.

—Déjame ayudarte. —Sara fue la que se interpuso en la acción del mayor.

El mencionado la miró y frunció el ceño ya que sabía muy bien que Sara odiaba hacer la limpieza, es más siempre que se juntaban era la primera en salir corriendo para no acomodar las cosas, limpiar o lavar los platos, a Jared le pareció muy sospechoso, pero solo se resignó y vio como los dos, se dirigían a hacer su trabajo.

El más alto no pasaba desapercibido ningún movimiento del dúo, veía como estos reían en la cocina y charlaban en voz bajá, pero lo que más le molestó fue cuando Sara colocó una mano en el hombre de SU amigo, aun así como siempre no hizo nada más que soltar un resoplido y seguir observando.

Cuándo terminaron de lavar se acercaron al grupo.

—Sara y yo subiremos un momento. —los ojos del pelirrojo parecían salirse de su órbita ¿Scott pensaba subir a su habitación con ella? ¿Para qué exactamente?

Estuvo perdido en sus pensamientos por alrededor de diez minutos, pero aun así se había dado cuenta que ya había pasado mucho tiempo, así que tomó la decisión de subir y averiguar qué estaban haciendo.

En puntillas de pie se acercó a la puerta de la habitación, al llegar, pegó la oreja en esta, pero el material era demasiado bueno como para dejarlo escuchar algo. Irritado pasó la mano por su cabello despeinándolo, y volvió a intentar escuchar, pero solo había silencio.

De repente la puerta se abrió sorprendiéndolo y causando que se tambaleara, miro a la causante y Sara solo lo saludo para luego bajar las escaleras, en cambio Scott se quedó observándolo luego giro su cuerpo y volvió a entrar en la habitación, Jared como un perrito lo siguió.

—¿De que hablaron? —pregunto, mirando el techo, tratando de parecer desinteresado.

—No seas chismoso, no es tu problema. —contesto.

—O vamos, siempre me cuentas todo.

—De amor. —eso fue todo lo dijo, luego se marchó dejando al susodicho más confundido y aún que no lo admitiría también un poco celoso.

¿Por qué demonios Sara hablaría de amor con Scott?

Al bajar otra vez a la sala de la pequeña cabaña, se encontró una escena molesta para sus ojos.

Scott y Sara se encontraban sentados en el sillón uno al lado del otro a las risotadas y el moreno estaba pasando su brazo por encima del espaldar del sillón, si bien, no la estaba tocando, para Jared era como si ya se le hubiera tirado encima.

Sus pies se movieron por decisión propia y cuando menos se dió cuenta estaba entré ellos dos.

—Está un poco fresco ¿no? —el ambiente estaba medio incómodo.

—Estamos en pleno verano, Jared. —Sara fue quien hablo esta vez.

—A sí, claro, claro. —aun así el jamás se movió de ese lugar.

Sara y Scott intentaron seguir con la conversación pero por más que lo hacían Jared no dejaba de estar metiéndose en la charla, llegó hasta un punto en el que no dejaba que el moreno mirara a la chica.

—Oye tu ¿Acaso estás celoso o qué? —Sara ya un poco fastidiada tomo del hombro al pelirrojo y lo giro haciendo que este la mirara a los ojos.

¿Celoso? ¿El? ¡Jamás!.

—¿Pero qué estás diciendo? —con el ceño fruncido se levantó del sillón quedando frente al dúo. — ¿Celoso de quién estaría? Que estupidez. —y dicho eso escapó cual preso en prisión, solo que él fue en dirección a la habitación que le tocaba.

Cuándo llegó cerró la puerta y se sentó en la pequeña cama.

"¿Celoso de quién? Claramente de nadie"

Jamás admitiría estar celoso, menos del que se supone es como su hermano.

"Solo intentaba que Scott estuviera a gusto, nada más"

Se recostó en la cama tratando de tranquilizarse y sacar los malos pensamientos de su cabeza, soltaba pequeño suspiros y tomaba respiraciones profundas.

—¿Que fue eso? —pregunto Scott, para después tomar asiento al lado de él.

—Scott —pronuncio, incorporándose para estar a la misma altura. —Solo quería que estuvieras cómodo, no pienses mal, a veces Sara puede ser molesta, por esa razón trataba de estar cerca, no es que estuviera celoso... —el pelirrojo fue cortado por la voz del moreno.

—Solo me estaba contando que está peleada con su novia, por culpa de una ex. —Scott jugaba con sus manos y miraba el suelo, al darse cuenta que Jared estaba callado lo miró. — Solo te contaba por qué preguntaste antes.

Después de reaccionar el más alto solo asintió con la cabeza y se regañaba así mismo mentalmente por haber sacado malas conclusiones.

—Deberíamos bajar con los demás.

—Ya se fueron, Cristian dijo que habían alquilado la cabaña de al lado para estar más cómodos. —dijo — Yo también debería irme a dormir. —dicho eso se levantó y camino hacia la puerta para luego voltear — Mañana nos levantaremos a las 9 AM para ir a la playa y luego a comer.

Jared asintió y el susodicho se marchó.

—¡Aaaa! —tapo con una almohada su cara para ahogar el gritó — Debiste haberte visto como un idiota. —susurro con su cara aún escondida.


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