Al parecer, según relataba Bonett, Slenderman se comunicaba telepáticamente con él, pidiéndole así, realizar varios asesinatos, como muestra de ser digno de convertirse en su aprendiz.

El fanático resaltó que el ente de gran estatura y sin rostro le repetía una y otra vez la misma frase:

"Kill 'em all" ( Matalos a todos )

Lo que conllevaba que Stan obedeciera como un esclavo.

Su manera de matar era simple, oculto en los callejones sin salida de la ciudad, él tomaba por sorpresa y incrustaba una de sus hachas en el cráneo de las personas, las arrastraba al fondo del oscuro pasillo para destriparlas, apilar sus restos en bolsas de consorcio y quemarlas con el cadáver dentro, a fin de ocultar la evidencia.
Algunas veces, vestía con un suéter marrón y gris, una gorra blanca y negra, unos anteojos redondos naranja y un bozal sosteniendo una o ambas hachas;
otras, con un pasamontañas y una sudadera con capucha color amarilla, cargando dos pistolas automáticas de 9mm,