Capítulo 39| Espina En El Pecho .
Los días pasan más rápido de lo que me gustaría, pues para mí, pareciera que hace apenas unos días fue el fallecimientos de Myrthe cuando prácticamente sobrepasa de los dos meses. Tiempo en el que he comenzado a buscar el sentido a mi vida, un pasatiempo que me haga sentir plena y ese ha sido leer por las mañanas.
Nunca dejas de aprender y eso es verdad.
La próxima semana Rainer y yo viajaremos a Palm Springs para el cumpleaños de Rina, y el de Ruel al mismo tiempo; así que mientras aprendo, planeo el viaje y nuestros atuendos. ¿En qué momento me volví un ama de casa? No lo sé, solo sé que no me desagrada.
Las cosas en la empresa de Rainer van cada vez mejor, por ello, ha decidió contratar más personal para así sacar el primer prototipo de su smartphone lo antes posible.
Ayer tenía un par de exámenes, así que voló a la universidad y volvió a media noche.
Sí todo sale como lo hemos estado planeando, su graduación será antes de lo esperado y el lanzamiento será a finales del año próximo.
—Olivia. — Bajo un poco mi libro para así prestarle atención a Levi. — Rainer me pidió que te llevara a la empresa, tiene asuntos importantes para discutir contigo.
En arco una ceja.
¿Por qué no lo dijo antes?
Ni siquiera me he quitado la ropa deportiva.
— Es urgente.
Pienso qué es lo que Rainer toma por urgente y pueden ser miles de cosas, así que sintiendo los nervios recorrer toda mi espina. Sigo a Levi al auto y en la empresa, hasta la oficina de mi novio.
— Suerte. — Intenta sonreir.
No sé que me asusta más, el intento de Levi por sonreir o la urgencia de Rainer.
— Pase, señora Greenwood. — la secretaria me abre la puerta.
Adentro, Rainer está en su silla ejecutiva, frente a él hay una mujer vestida con harapos y al lado contrario una melena rizada tiene las palmas sobre su rostro.
—¿Rainer!? — Interrogo con voz temblorosa.
Las tres personas levantan la mirada hasta mí provocándome un escalofrío y miles de nervios.
—Toma asiento, esposa.— La mujer me sigue con la mirada. Hay algo dentro de mí que dice que la conoce.
—¿Pasa algo malo? — Tomo asiento.
—¿Lo haces tú o lo hago yo? — Directamente le pregunta a la mujer. Ella ni si quiera se inmuta. —Bien, lo haré yo.
Tira sus cabellos hacia atrás, cierra los ojos, suspira y luego se recompone.
—Estuve un tiempo investigando a tu familia. — Mi corazón se sobresalta. — contraté a los mejores detectives de América y Europa, pues quería que tu supieras quienes fueron tu padres.
La vista se me nubla. He comenzado a llorar.
— Así que entre tantas investigaciones, uno de los detectives encontró a una mujer enlazada con tu padres. La hermana de tu madre. — Muerdo mi labio. — Indagamos más a fondo y contramos cosas que aunque me duela, tengo que decírtelas.
—Señor Gr...— Rainer golpea su escritorio y la hace guardar silencio.
—¿Quieres toda la verdad, Rati?
Observo a la mujer y al chico.
¿Quienes son ellos?
¿Qué hacen aquí?
¿Quién soy?
¿Quienes son mis padres?
Son dudas que siempre he tenido y que ahora que estoy apunto de describir me dan pavor.
—Respetaré tu decisión. — Mi corazón pareciera que fuera a estallar.
Necesito respuestas, así que asiento.
—Dímelo todo. — Sostengo la mirada a pesar de sentir el mundo caer.
—Hace veintiocho años una pareja dio a luz a dos bebés, una niña y un niño. — Trago. — Ambos se amaban más de lo que a la hermana de la mujer, le gustaría. La mujer estaba molesta, tanto que ideó un plan para recuperar al amor de su vida, el hombre con el que su hermana había contraído nupcias; lo que no contaba es que su plan era un mierda con miles de fallas. Por ello, un día como cualquier otro; Oliver Blanchart y Jackelyn Loodwidge fallecieron en un accidente de auto, dejando a sus dos hijos huérfanos...
«El chico corrió suerte, la tía lo amaba tanto que decidió quedarse con él, contrario a la niña que era la más parecida a su madre y a la que le guardaba odio, mismo odio que la llevó a dejarla en un orfanato a sus tres meses de nacida. Con el paso de los años, la mujer recibió el seguro que los padres habían dejado a sus hijos, al igual que la fortuna que les pertenecía, por lo cual, dejando de lado su pasado, se mudó a Australia, país donde formó una familia con un hombre que le arrebató todo. Karma suelen decirle. Jacke, el hijo de la pareja fallecida se mudó lejos de su tia y su abusivo marido, fue ahí donde conoció a una mujer de la alta sociedad con quién comenzó a formar el legado Blanchart...
—Los Blanchart de Australia. — Espeto en un hilo de voz. Mi corazón galopa con intensidad. Rainer asiente.
—Jacke es tu hermano... — Puntualiza.
Siento que mi cerebro hace un corto, debido a que todo es difícil de asimilar y a la vez tan fácil, pues se siente como si las piezas de un rompecabezas de unieran; sin embargo la figura no tuviera sentido. ¿Desde cuándo Rainer ha estado investigando? ¿Tengo familia? Todos estos años sufriendo y peleando con uñas y dientes pudieron haberse evitado si el egoísmo de una persona no hubiese sido punto de intervención.
Tengo un hermano, uno de mi misma sangre y que además nació el mismo día que yo.
Durante años sentí que algo me faltaba y la respuesta ahora está frente a mí.
El hombre levanta su rostro, a lo que mi corazón revela lo que ya intuía desde que entré. Es exactamente una versión masculina mía con el mismo tono de ojos celestes, simetría y labios delineados.
Es mi hermano, tengo un hermano.
—Jacke Blanchart, her... Herma... Hermana. —Balbucea conmocionado.
Quisiera decir que no acabo de llenarme de rencor hacia una persona que acabo de conocer, sin embargo, sería mentir. Aborrezco a la mujer que me arrebató la oportunidad de ser feliz.
—Quiero que se vaya. — Le pido a Rainer con firmeza y en un tono que pocas veces he utilizado. — Saca a esa mujer de aquí, Rainer.— continuo cegada por las emociones.
—Oliv... — Aprieto los puños y el parece ver en cuenta.
—¡Rainer, sácala! — Pido hiperventilando. —¡No la quiero ver!
No soy así, yo soy mejor que esto.
—Fuera. — Su tono me hace flaquear y caer en la realidad. — Mi esposa no quiere verte, así que pídele a Levi qué te lleve al aeropuerto y que pague los vuelos. Vuelves hoy mismo a Australia.
—Necesito dinero... Yo... — Rainer sonríe cínico y la mujer se hunde en la silla donde está situada.
—No quieres hacerme molestar... — Chasquea la lengua. —es mejor que te marches o voy a terminar con lo poco que te queda Gwendolyn. — La mujer se tensa.
—Vete, Jailyn. —pide Jacke nada amistoso.
La mujer suelta un quejido y se marcha.
Quisiera poder compadecerme y darle el dinero que necesita porque ahora yo tengo de sobra y sé lo que se siente no tener un solo peso para comer e indirectamente ella es mi familia, mas sin embargo, no puedo.
¿Soy mala persona por no tener piedad?
Quisiera poder justificarla, Siempre trato de ayudar a los demás, de ver lo mejor, pero no puedo, no con ella.
—Tal vez tengan mucho por hablar, yo iré al laboratorio y...— Tomo su mano para así evitar que se levante.
—¿Puedes quedarte? — Le pido temerosa.
Necesito tener un soporte, alguien en quién confiar y sostenerme cuando sienta que voy a caer.
—Creo que es mejor que nos reunamos más tarde, yo me voy hasta mañana, así que podemos ir a cenar esta noche. — Abrazo mi cuerpo como zona de protección.
—Nosotros pasamos por ti al hotel. — Rainer de sienta a mi lado. — Olivia tiene que asimilar todo y estoy seguro que quiere saber de ti y tu familia, sus sobrinos.
¿Sobrinos?
—Josephine y Janelisse querrán conocerla. — Sonríe afligido.
Supongo que él tampoco debe estarla pasandola bien.
—Nos vemos más tarde y gracias por encontrarme, Rainer. — Ambos se observan un segundo y luego Jacke se marcha.
Minutos después de que Jacke coloca un pie afuera mi mundo se cae y no me queda más que aferrarme de Rainer. Lo abrazo con todas mis fuerzas mientras mis lágrimas bajan por mis mejillas.
Intentaron abusar de mí.
Viví una mierda en el orfanato.
Pasé por el desprecio de las familias pudientes que me hacían un lado por mi sobrepeso y el tono tan claro de mis ojos.
Sufrí burlas.
Viví días con solo las sobras que la vecina solía invitarme e incluso con solo una botella de agua.
Trabajé día y noche para pagar mis estudios.
Eso y más tuve que pasar para sobrevivir solo porque una persona me arrebató todo.
¡Dios!, toda mi vida creí que mis padres me habían abandonado porque no me querían, crecí creyendo que era una basura y estorbo, básicamente algo inservible, siendo que la historia no fue así. Ellos no me abandonaron por voluntad, fueron forzados a hacerlo.
Nunca había odiado tanto a alguien como lo hago ahora.
La mano de Rainer de resbala sobre mi espalda, él no dice una sola palabra, solo se limita a consolarme en mi desdicha.
Es más de lo que mi mente puede soportar.
¿Cómo serán ellos?
¿Me pareceré a mamá o a papá?
¡Mierda, jamás había sentido tanta impotencia!
Los dedos se Rainer me acarician la espalda mientras lloro y él me llena de besos alrededor de mi coronilla. De pronto siento que tengo siete años y estoy sola en una habitación donde apenas era posible habitar; sentada sobre la cama, con las piernas junto al pecho y mis brazos rodeando de ellas. Llorando mientras me pregunto cómo se sentirá ser amada y con el único consuelo de que tal vez el futuro podría ser mejor. Era una chiquilla, no podía quejarme porque era imposible huir y al menos ahí tenía comida y acceso a educación. ¿A dónde más podía ir? Sentía que estaba maldita y por ello me habían abandonado, me creí todos los insultos al punto de que mi autoestima comenzaba a traicionarme y mi única salida era hacerme daño físico. "la goda Olivia" "La quedada" "La muñeca diabolica".
Sigo llorando, porque en el fondo continuo siendo esa niña que no ha podido superar sus miedos y que está necesitada de amor. Un amor que Rainer me da y muy a mi pesar, ya soy dependiente.
.....
Despierto alrededor de las cinco de la tarde. No sé en que momento me quedé dormida, lo que si sé es que fue provocado por el desgaste emocional.
Rainer me observa levantar del mueble, así que hace a un lado sus papeles y viene hacia mí. Dejo caer mi cabeza sobre su pecho y de inmediato comienzo a escuchar el sonido de los latidos de su corazón. Una melodia embelesante.
—¿Estás segura de querer hablar con Jacke? — Deposita un beso en mi coronilla. — Podemos planear un viaje luego del cumpleaños de Rina y...
—Quiero hablar con él. — escondo mi rostro en la curva de su cuello.— Mi cabeza no deja de dar de vueltas, sin embargo, no quiero que él se retire del país sin que podamos quedar en buenos términos. Puede ser la última vez que lo vea y no deseo que se lleve una mala impresión, pues tanto él como yo, no tenemos la culpa de los errores del pasado.
—Él puede venir cada que le plazca y tú puedes visitarlo cada día de los que tiene el año. Tu novio tiene un avión privado disponible para ti.— Susurra sobre mi oído debido a la cercanía en la que nos encontramo
—¿Desde cuando comenzaste a investigar a mi familia? — Rainer busca mi mano y la entrelaza con la suya. Es un gesto qué hace muy a menudo y que sin duda me encanta que haga.
—Apenas llegamos a california. — Muerdo mi labio. Eso se engloba a un par de meses. —Lamento mi reacción anterior, ni siquiera te he agradecido...
—Tienes derecho a enfadarte. —Rainer pasea su pulgar por mi mejilla. —ella te arrebató todo lo que tenías. Tal vez yo hubiera reaccionado diferente, sin embargo, cada persona piensa diferente y si para ti no querer saber de ella es lo mejor, es porque es la decisión correcta. Nunca dudes de tu voz interior.
—¿Me acompañarás con Jacke? — Sus ojos me analizan e intentar leerme, supongo que no debe ser difícil teniendo en cuenta que casi ruego por ello.
—Los miraré desde lejos. — No protesto, él tiene razón. — Tengo que preguntarte algo.
Coloco toda mi atención en él.
—Te escucho.
—La próxima semana nos vamos a Palm springs para el cumpleaños de Rina. — Asiento confusa. —Después tengo un par de asuntos en Japón y aunque desearía que vinieras conmigo solo voy por un par de días y no puedo llevarte.
¿No quiere pasar tiempo conmigo?
Tal vez ya lo he cansado.
—También es el cumpleaños de Verónica y nos ha extendido una invitación para celebrar con ella en casa de Richard. — Su mandíbula se tensa. — Entenderé si quieres asistir, no puedo prohibirte que mantengas una relación con mi familia a pesar de que yo no los quiera en mi vida.
—¿Le han dado el alta? — Niega de inmediato.
—Saldrá ese día y volverá al internado. Ha estado muy insistente en que asistamos, tanto que no siento confianza de ella. — coloco mi mano en su muslo, acción qué lo relaja y expulsa el aire qué no sabía que estaba reteniendo. — Trataré de volver para entonces si lo que decides es asistir...
Asiento.
—Lo pensaré.
Convivir con su familia sin que él esté presente se me hace una encrucijada con transforndo; no obstante ahí está de nuevo mi lado racional que se siente mal por no asistir al cumpleaños de Verónica, una de las víctimas de su esposo.
—Cerraré los archivos y nos vamos, debes tener hambre y Jacke debe estar esperando por nosotros. —Deja un rápido beso en mis labios y se levanta.
Hay algo en el pecho, como una espina que no deja de oprimir y pinchar al pensar en lo que Rainer acaba de decir. ¿A qué se debe tanta insistencia? ¿En verdad hay un trasfondo? Muy en el fondo, la voz que Rainer me pide seguir me grita que no asista, que será mejor quedarme en casa.
Probablemente debí hacerle caso a esa voz.
.....
Holiwisss!!!
Un capítulo cortito pero con un contexto gigante.
Estoy muuuy emocionada, juro que el giro qué va a dar la trama no van a esperarlo.
He visto que tienen un par de teorías y Dejenme decirles que no van tan mal.
El final ya está escrito, solo me falta pulirlo y agregarle más suspenso.
No confíen en nadie, aquí solo amamos a Olivia.
-7
Jacke no será importante para la trama por ahora, pero tenía que introducirlo para un futuro. Amenlo, pues será la voz de la razón.
¿Qué opinan de la tía? En lo personal la odio.
¿Recuerdan a Josephine la secretaria de Rainer? ¿No? Recuerdenla porque tendrá un papel muuuy secundario en el. Capítulo final.
Y bueno ya porque si sigo revelaré toda la trama.
En fin.
Lxs amo y como mañana voy a la playa probablemente escriba y tengan nuevo capítulo el lunes.
No es promesa.
Besos.
-Thifany asesina de Rainer.
Bromis. Con el niño no, con el niño no.
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