Capítulo 32|Maldivas.

—¿Y bien?. — Su interrogación me toma por sorpresa. —¿Qué película te gustó más?   

Es increíble que me haya hecho ver casi veinte horas seguidas las siete películas de la saga de Harry Potter, de las cuales debí haber dormido más de un cuarto del tiempo; sin embargo, Rainer apenas si ha cerrado los ojos. Vaya que eso es ser un fanático.

Trato de recordar los nombres de las películas y lo mucho o poco que admiré, por lo que me declino hacia la última.

—La siete. — Él parece no estar del todo convencido.—¿La tuya?

—Lo dije en ese momento: el prisionero de Azkaban.

Bostezo un poco.

—¿Quieres dar un paseo?, necesito estirar los tendones. — Asiento encantada, tanto que me levanto de un salto.

Observo la montaña de utensilios de vajilla que hay alrededor, pues mientras Rainer era feliz y no estaba durmiendo, tenía que distraerme con algo y que mejor que comida deliciosa preparada por el Chef del restaurante.

—Necesitaré una liposucción después de finalizar nuestro viaje. — Se queja.

Desearía golpearlo.

¿Liposucción?

Está igual o mejor que desde que salimos, yo soy la persona que ha subido alrededor de dos kilos.

Odio no tener un cuerpo genéticamente perfecto.

—¿Qué tipo de música te gusta? — Su pregunta me toma desprevenida.

Aferro mis dedos a su brazo, la caminata está comenzando muy bien.

—No lo sé, ¿Adele? ¿Bruno Mars?... —suspiro. —Soy amante de la música con significado, no es como que me guste un solo intérprete.

Asiente.

—Prefiero los podcast.

Río.

Es exactamente lo que imaginé.

—Mientras dormías... —Me detengo para así prestarle atención. —Me llamó el ingeniero a cargo del Software que estamos generando. Hay un par de asuntos que hay que arreglar Personalmente y que si no los atiendo a la brevedad puedo perder todo el avance junto con el dinero invertido. Debemos volver a California después del viaje a las Maldivas.

Mi sonrisa decae.

—A menos que sigas el recorrido con alguien más, tal vez Myrthe o Rebeca. Aún no he cancelado vuelos y recreaciones... —Niego.

—Volvemos a California, ya habrá más tiempo para viajes. — Me encojo de hombros. — De igual forma tengo la sensación de querer estar cerca de Myrthe y que mejor que en unos días.

—Prometo que retomaremos todo desde donde nos quedamos. — Toma mi mano y besa su torso. — Además, falta muy poco para las fiestas navideñas y teniendo en cuenta que no las celebraré con mi familia, quiero que planees nuestras vacaciones.

Navidad.

Año nuevo y mi cumpleaños...

—Tenía pensando que podríamos ir a Fiji, Dubai, Alemania o Holanda, he escuchado de una villa privada cerca de una cueva con aguas termales. — Nos detenemos en el puente que nos transporta al sembradío de tulipanes.

—Estaba pensando en los Beverly Hill's. — Su reacción me da gracia.

—Te puedo llevar a Japón y tú estás pensando en hacer un viaje local. —Se burla. — Además odio Beverly Hill's.

—Japón no suena mal. — Bromeo.

—Bien, investiga sobre hoteles, vuelos y centros turísticos.

Rainer comienza a caminar en dirección al campo de flores.

—Mi abuela amaba las Peonias, eran su flor predilecta. — Avanzo a él. — El día de su boda, la floristería cometió un error y en lugar de llevar Peonias llevó tulipanes.

No entiendo su punto, por lo que sólo me detengo a observar como acaricia delicadamente las flores.

—Cuando ella llegó al altar se percató de que no era lo que ella había deseado; sin embargo, a pesar de no estar conforme,  solía decir que lo último que le importó en ese momento fueron las flores pues se estaba casando con el hombre de su vida. —Toma la flor y la lleva por debajo de su nariz con la finalidad de aspirar su aroma. —  los tulipanes le traían un recuerdo feliz, por ello, mientras perdía la memoria debido al cáncer...

Trago grueso.

¿Cáncer?

—... Mi abuelo le llevó Tulipanes todos los días durante cinco años y cada vez que ella los veía lograba recordar a Leopold.

Toma otra flor.

—En el testamento de mi abuelo dejó una cláusula que solo yo pude leer, en donde me especificaba que quería que yo esparciera sus cenizas junto a las de mi abuela...

—¿Rain..? — Lo interrumpo al creer hacia dónde va la conversación.

—Sí, aquí está. —lo veo cerrar los ojos. — él debió sembrar este campo para que ella descansara en el mejor recuerdo que tenían ambos.

Lentamente su cuerpo se va flexionando de manera en que sus rodillas quedan en contacto con la espesa tierra.

—Siempre soñé con tener un amor con él de ellos, pues los vi en el peor momento y siempre se mantuvieron juntos hasta en el último momento. — Me coloco a su lado. — mi abuela fue internada de urgencia en el hospital, estuvo aproximadamente un mes en donde los doctores no daban más esperanza, ella solo iba a sufrir si la manteníamos conectada.

Trago nuevamente.

—Así que mi abuelo demostró lo mucho que la amaba y aceptó, la desconectaron esa tarde. Él la dejó ir como último acto de amor y con la esperanza de volverse a reencontrar pronto. —Abrazo su cuerpo. — Entonces entendí que amar es soltar cuando ves que la persona no es feliz.

—Ey... — Lo interrumpo para que guarde silencio. — Debemos ir a la villa, necesitas tranquilizarte y descansar.

Rainer parece no salir se su transe, es como si se mantuviera dentro de su mente llena de tristes recuerdos.

—Remy. —aprieto su cuerpo. —Todo está bien, estoy aquí.

Líneas de lágrimas resbalan por sus mejillas, él no parece percatarse.

—¿Remy? — su pecho se infla con impetuosidad.

El miedo me corroe.

¿Qué sigue?

¿Qué hago?

—Olivia, no puedo respirar. —Sus ojos se pierden al infinito. —Me duele el pecho, necesito respirar.

Lloro al no saber que hacer.
Aprieto mi cuerpo contra el suyo, no se me ocurre nada mejor.
Acaricio su cabello, hasta que siento como poco a poco su respiración se va normalizando.

He lidiado con mis propios ataques de ansiedad, sin embargo, hacerlo con los de Rainer me han dejado petrificada.

—¿Liv?— No separo mi cuerpo de él, aún no puedo procesarlo, necesito tiempo. —¿Preciosa? No llores, ¿qué ha pasado?

Volvió.

—Vamos a casa, necesitas comer algo...

Dejo de llorar en silencio y ahora lo hago libremente.

No me muevo, ha sido mucho por hoy, más de lo que puedo soportar. Perder a Rainer es lo peor que me podría suceder ahora.

Él me abraza sin entender qué ha pasado, me alegra que no hace más preguntas, solo toma asiento y me coloca sobre su regazo.

Ya está todo bien, él está bien.

Tuve tanto miedo de perderlo que me es inexplicable ahora, lo único que deseo es abrazarlo.



......




Llegar a las Islas Maldivas fue una travesía poco convencional, desde que tomamos el vuelo, hasta que subimos al hidroavión.

Las cosas con Rainer no van del todo bien, no después de que le dijera todo lo que pasó esa tarde. Él, ha estado distante y nervioso, como si apenas quisiera cruzar mirada conmigo. Han sido tres días bastante largos.

—Buen día, señor Greenwood. —Saluda el aparente dueño del hotel donde vamos a hospedarnos.

—Feliz de volver, Gerry. —Responde Rainer, su tono de voz ha vuelto a ser neutro y lleno de desigualdad.

—Su familia se está hospedando ena Villa del Sur, yo reservé dos alas que pueden interesarle. —Mi novio ni siquiera la observa. — Una cabaña de lujo sobre el mar, Para cinco personas o una suite imperial bajo el mar en el hotel.

—¿Olivia? — Yo me encojo de hombros.

—Estaremos tres días, preferimos la cabaña. — él hombre asiente efusivo.

—Haré que transporten sus pertenencias y es un placer alojarlo a usted y a su familia. — Este solo le da un simple asentimiento.— Su transporte  en el resort lo hemos adaptado a un carrito de golf, posteriormente lo estará esperando su camioneta Jeep 4x4 Para transportarlo en la arena.

—Gracias.—Respondo al ver que Rainer no lo hace.

—Vamos a prepararnos, hoy es la maldita razón por la que estamos aquí. — cambia de tema.

Le doy una mirada de disculpa al hombre, él  asiente.

Ayer hablé con Beck, el plan comienza con Rina y conmigo llevando a Rowan al salón para que nos preparen, posteriormente iremos a la isla donde se va a celebrar la supuesta gala y es ahí donde toda la familia va a estar sentada en mesas alrededor de donde estará la decoración. Es increíble que Rowan no sospeche nada, yo lo habría hecho desde que me dijeran que la gala es en las maldivas.

Rainer y yo nos transportamos al resort en donde nos hospedáremos, analizo el alrededor con un poco de deslumbra... ¡Dios!... El lugar es sumamente mágico, hay un tobogán que da pie desde el segundo piso y te lleva directamente a la cama sobre el agua que yace a un costado. Por dentro está amueblado completamente con todos los electrodomésticos. Subimos al segundo piso en donde se encuentra nuestra habitación, los ventanales son prácticamente la mejor parte además de tener una terraza con muebles para disfrutar del desayuno. Maravilloso en palabras claras y concisas.

—¿A qué hora vendrán por ti? — de recuesta sobe la cama.

—Seis. — supongo que asiente, ya que no pronuncia una solo palabra.

Los primeros días insistía en hablar con él, ahora, prefiero tomar mi distancia hasta que decida que es momento de hablar.

Tomó asiento en la terraza, saco mi móvil y escribo dos mensajes para dos personas diferentes: uno es para Myrthe y el otro para Rebecca. La única que responde es la última.

Becca:
Avisame cuando llegues a la ciudad, necesitamos vernos y que mejor que en una salida al Mall.

Me limito a responderle un emoji de corazón.

—Iré a dar un paseo, vuelvo más tarde. — No me permite responder, sale de la habitación.

Mientras disfruto de mi latente soledad, me dedico a observar una película en una de esas aplicaciones de stream que Rainer contrató, ni siquiera me percato que me he quedado dormida, hasta que la llamada de Ruel hace que regrese a la vida.

—Estamos afuera, sal o te dejamos.

Dicho eso, cuelga la llamada.

Los hermanos Greenwood son tan amables.

Busco la maleta, ya a la vista, voy directo a tomar el vestido, accesorios y zapatos para esta noche, posteriormente salgo de la cabaña.

¿Con afuera se referían a...?

Mierda.

—¡Livvie! — Ruedo los ojos. Ruel está aquí. — Atrás, estúpida.

Antes de girar, le muestro del dedo grosero.

—Respetame, podría ser tu madre. — Él ríe.

—Eso significa que eres una anciana...

Al girar me sorprendo, ¡un yate! ¿Al menos tienen permiso? Es zona fuera de yates, había un maldito letrero.

—Súbete o te dejamos. — Truena ambos dedos.

—Londres te ha convertido en un monstruo.

—Monstruo ya era. — Rina arremete contra él.

—Al menos no soy una perra que dejó a su novia porque necesitaba succionar miembros masculinos...

—Al menos no soy un idiota que se acostó con la heredera de una de las familias más poderosas y le dijo que no la quería para una relación. —abro los ojos.

¿Cómo es que no lo sabía?

¡¿Por qué no sabía esa historia?!

Indignación.

—Al menos no me hicieron una campaña de odio masivo por ser odioso. — Rowan ríe.

—Al menos no... Al meno no...

—¡no puedes decirme nada! ¡Soy perfecto! — la interrumpe.

—Al menos gano lo doble de lo que ganas. — ruedo los ojos.

Tal parece que ya se llevan nuevamente.

—Es porque estudio, una vez que sea cirujano vas a pedirme dinero.

Mientras ellos siguen discutiendo, subo al yate antes de que decidan dejarme. Saludo a Rowan una vez que estoy arriba, me es inevitable pensar que en un par de horas estará comprometida con el hombre que ha amado desde hace años.

—Han estado peleando desde que nos encontramos en el aeropuerto, Rina aún le guarda rencor.

Típico de Rina.

— Entonces... — Espeta en voz alta, la mayor de las hermanas Greenwood. — ¿Ya no sales con Gigi? —Rina niega.

—Estoy conociendo a alguien más. — Suspira. — Gigi es linda, es solo que... Me asfixiaba tanto amor y no poder tener buen sexo; así que en una fiesta, durante la gira de su banda, conocí a un hombre y una cosa llevó a la otra, a tal punto que dormí con él, Georgina se enteró y me perdonó ; sin embargo, hubieron más infidelidades y por ello, sus amigos terminaron con nuestra relación.

—Eres una perra sin responsabilidad afectiva. —Ataca Ruel.

—Ella se lo buscó, no aceptó que termináramos. — Responde tajante. — Ahora salgo con Austin Backer.

—Seguimos con los cantantes. — Ella sonríe.

—¡Es que son excitantes y más los guitarristas! ... En fin.— Señala a su hermano. — Sigues tu con la historia de La copia de París Hilton.

Gruñe.

—No hay nada que contar... Después de la gala en Mónaco, volvimos a la universidad y apenas tuvimos tiempo de convivir, así que conocí a una chica pelirroja de la que no recuerdo su nombre pero que va en mi curso. Tuvimos sexo, Blake se enteró y armó un escándalo en el miércoles de fogata. — suspira. — Hablamos un poco, una cosa llevó a otra y bueno, tuvimos sexo.

—Eres un sucio. — Chilla Rina.

Todos la miramos mal.

—Cómo sea, quedamos en ser exclusivos para sexo y tener una relación abierta con respecto a conocer personas.

—Esperen. —Interrumpe Rowan. — Iré por algo de beber y no quiero perderme ni un detalle de esto.

Río.

Ella se levanta y va por una botella de Champagne y copas, a gran velocidad; una vez que está sentada, Ruel continúa con su historia.

—Ayer fue a mi habitación, y conversamos un poco, ella me confesó que está enamorada de mí.

Las tres abrimos la boca.

—¡¿Qué respondiste?! — Interroga Rowan. —¡Ruel...!

Él levanta una ceja.

Espera.

¿A qué hora el yate comenzó a avanzar?

—Estamos saliendo oficialmente...

Sin embargo, el yate no importa ahora.

—¡Mi hermano sale con una Schwarzenegger! — Chilla.

—Calla. Cenamos con sus padres ese mismo día. — Llevo una mano a mi boca.

—¿Y la quieres? — la observo confundida, es la primera vez que habla Rina en los últimos cinco minutos.

Suspira pesadamente.

— La quiero, sin embargo, creo que me gusta la pelirroja.

Rowan y yo nos observamos mutuamente con evidente asombro.

— Tenemos una relación de amor-odio. — Bebe un poco de Champagne. — Con Blake todo es feliz, ella es una mujer maravillosa; siempre trata de que cumpla con mis deberes, no deja que beba en exceso, pasa por mi para ir a entrenar, se viste impecable, ama los animales tanto como yo, se asegura de que mantenga una buena alimentación y siempre trata de hacerme feliz. Sin embargo; con la pelirroja saco mi peor versión, soy antipático y competitivo.

—Bien, haré una llamada para que consiga una beca en otra universidad y así puedas ser feliz con Blake, ella es la mujer que mereces...

—Creo que solo estoy confundido. —Bufa e interrumpe el plan de Rowan. — Seguiré con Blake, espero llegar a amarla como ella lo hace conmigo.

—Ahora es mi turno. — Bebe un poco de su copa, se levanta y se coloca al frente. —Creo que estoy embarazada...

Su expresión no es como lo imaginaba, inclusive podría pensar que está sufriendo por dentro.

Espera.

¿Sospecha que está en cinta y aún así sigue bebiendo alcohol?

—Tengo dieciocho días de retraso...

—¿Beck lo sabe? — Ella niega.

—¿Quieres tenerlo en caso de que la posibilidad no sea errónea? — Pregunto.

Ninguno de los presentes parece pensar con raciocinio en este momento, de hecho, no nos movemos hasta que una de las de trabajadoras de Yate nos trae un plato lleno de frutas exóticas.

—Creo que no estoy lista para ser madre. — intenta beber de su copa, mas antes de que lo consiga, Ruel se la arrebata. —Los bebés son responsabilidades y yo no estoy lista, además... Regan perdió a su bebé, Rainer y tú, tuvieron un embarazo fuera de lo común... Y si... ¿Qué tal que es una maldición y el feto tiene algún daño?

Apenas si recordaba mi embarazo, es como si se hubiese borrado de mi memoria y en este momento Rowan lo desbloqueo nuevamente.
Estuve embarazada, para esta fecha ya estaríamos a un par de meses de tenerlo con vida. La Entiendo, un bebé es una responsabilidad y yo en ese momento no la quería.

—Voy a decírselo a Beck esta noche.

Bebo de mi copa.

Esto va cada vez peor.

—¿Se imaginan un bebé de Rowan y Beck? — Yo intento asimilarlo. — un dios o diosa rubio.

Puedo entender cómo se siente ella y eso me hace pensar en... ¿Qué pasaría si estuviera en su lugar?

¿Me gustaría ser mamá?

Hace meses descartaba la idea, hoy no me parece tan mal. Es un bebé, mío y de Rainer.

Ryder y Rachelle.

Tres años e incluso cinco, no suenan tan mal.

Golpeo mis mejillas, el calor me está afectando sin que me percate.

Luego de la revelación de Rowan, Rina toma el protagonismo del círculo de confesiones, hasta que llegamos al hotel en donde van a prepararnos.

Al llegar, nos atienden con una decena de copas con cócteles de diferentes sabores; yo tomo uno y lo bebo hasta que lo termino.
Adentro del hotel, nos llevan a un ala diferente que es en donde se encuentra el spa.

¿Podría amar más la vida de los millonarios?

La primera en ingresar a la cabina de hidromasaje es Rowan, mientras a nosotras y a Ruel, nos hacen acostarnos sobre camas para una descompresión profunda.

Mientras estoy ahí, olvido todos los problemas, a Rainer y en general, mi vida.

A disfrutar los últimos días de gloria antes de volver a la maldita realidad.

Solo espero que la realidad no me golpee en la frente y el extraño presentimiento que me abruma sea algo bueno en lugar de ser todo lo contrario.

Todo va a estar bien.

Tiene que estarlo.

¿O no?










.....







Holiwi!!

Dejo este capítulo por aquí y me fugo a dormir.

No creo poder actualizar mañana, así que nos vemos pronto.

Lxs amo.

Dulces sueños para mi aunque sean las nueve de la mañana.

Lol

Besos.

abrazos.

-Thifany.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top