Capítulo 27| Rainer.

Capítulo especial para personas especiales que me han estado acompañando tal vez no desde el día uno, pero sí constantemente. Gracias por todo su apoyo y bueno, espero que lo disfruten.   @rkivemylove  @aliciatovar8 y danna3791

...


Hacemos una parada en uno de los pueblos de Francia que Olivia marcó desde el comienzo. La arquitectura no es ostentosa, todo el lugar parece un golpe renacentista y colorido, pues tiene plantas por doquier y edificios bicolores.
Solo estamos de pasada por Ribeauvillé, pero es magnífica.         

—Según Internet hay un lago precioso en un par de kilómetros. —Espeta Olivia sumida en la pantalla de su móvil.

—Creí que querrías pasear y comprar un par de quesos...— Ni siquiera se inmuta, mantiene su misma postura.

Ella luce graciosa con su sombrero gigante, sandalias y vestido a los tobillos. Es básicamente la representación de un turista.

—Esta es la parada antes de seguir con la ruta. —Me muestra su móvil con el GPS en la pantalla. — Aún tenemos que visitar Conques y terminar en el festival luminicientico.

—No vamos a llegar a tiempo a Mónaco. — Trato de hacer que mi tono de voz sea neutro, sin embargo, se le asemeja más a uno molesto.

—Podemos rentar una habitacion en la ciudad. — Hace un puchero, siempre hace eso cuando intenta lograr algo.

Ha estado insoportable con su festival luminicientico.

—El jueves tenemos la reservación en el castillo de versalles. — Comienzo a caminar.

—Sí, lo sé. Marqué cada lugar que visitaremos y ya estoy al tanto que los próximos dos días son perdidos. — Me giro.

—¿Mañana? —Niega divertida.

—La gala en Montecarlo.

Lo recuerdo, confirmé mi maldita asistencia a la estúpida gala de beneficencia de los príncipes. No es que tenga mucha conexión con la realeza; sin embargo, gracias al tiempo que viví con mi abuelo, quién sí era parte de esa vida, conocí a muchas personas con las que formé una concreta amistad, una de ellas fueron los nietos de los ex monarcas de Mónaco.
Incluso salí con la ahora princesa, ambos teníamos alrededor de diez años; no obstante, lo nuestro no funcionó ya que yo no era del tipo que ella aspiraba a esa edad.

En fin, es momento de hacerle una pequeña visita a Arabella Grimaldi.

—¡Te estoy hablando! —Chilla la imitación de el tipo que salía en la película de las locuras del emperador. — ¿Dónde estacionaste el auto?

Ah, era eso.

—Si tan solo me siguieras, sabrías que voy hacia tal dirección. — Respondo sin prestarle mucha atención.

Al llegar, Hicimos una parada en una tienda comercial donde vendían croissants de pizza, mas al no haber donde aparcar, la dejé ahí y yo huí en búsqueda de un espacio, una vez que lo encontré, alcancé a Olivia en el puesto de artículos.

—Hablé con Rowan, también estarán en la gala de mañana. —No respondo y asiento.

No me sorprende, Rowan y Beck se la viven viajando, asistiendo a eventos y siendo partícipe de todo lo relacionado. Desde pequeña a Rowan le ha encantado la beneficencia, de hecho, era la única que acompañaba a Richard por gusto y no por obligación. De cierta forma me alegra que Beck apoye sus sueños y que los padres de él sean igual que ella.

El abuelo solía identificarnos por animales.
Rowan-una paloma blanca
Regan - un pingüino
Rina - un perro Yorkshire
Ruel-  un perro golden
Y a mí con un gato negro.

Enciendo el auto una vez que estamos ambos dentro.

Camino a lago que Olivia desea visitar la observo de reojo, últimamente, conviviendo cada segundo del día con ella, me he sentido diferente, como si no pudiera dejar de verla solo a ella y todo fue en picada desde que estuvimos en Italia, el día que la vi con ese hombre y yo no conseguí controlarme, sentí inseguridad y eso era algo que jamás había sentido, o no por una mujer .
Recuerdo todo como si apenas hubiese sido ayer, tenía una sonrisa impecable como siempre y a pesar del parsdisiaco atardecer, ella estaba ahí llamando la atención; sin embargo, no me veía a mí, veía a otro hombre y yo simplemente, sentí algo, ¿puede eso ser posible?

No he querido tocar el tema, preferí actuar como si nada hubiese sucedido y Olivia lo entendió, pues ni siquiera hizo un nulo comentario.

La aprecio, debo mi lealtad y gratitud a ella, mas de eso a tener sentimientos había y sigue habiendo una línea infinita.

Si no son sentimientos, ¿qué son?

—¡Hey! — Muerde su labio, es un tic molesto, ni siquiera estoy seguro que ella lo sepa. — El lago está a mano izquierda, sigues el camino hasta llegar a la vereda.

—¿Vereda?— Asiente frunciendo su frente.

A pesar de ser una locura, sigo sus instrucciones.

Luego de veinte minutos al fin estamos en la entrada del dichoso Lago.

Olivia camina a mi lado como una niña a la que sus padres la llevan a un parque de diversiones, es graciosa verla en ese plan, hasta que recuerdas que realmente es una niña en un parque de diversiones; ella no tuvo una infancia como la de los demás y aunque la mía fue una mierda, amaba los viajes con mis hermanos, cosa que Olivia jamás tuvo. Hay cosas que ella no puede ver con respecto a su forma de comportarse y que en estos días yo sí lo he hecho, pues detrás de la mujer fuerte aún hay una niña que no ha conseguido sanar.

Pago dos entradas junto con un bote, la encargada nos guía hasta nuestro transporte y de la misma forma nos muestra cómo hacer que avance.

¿Qué aquí no hay tecnología?

El bote ni siquiera necesita un motor, se maneja con remos.

—Tendrás que remar tú, yo no pienso mover un dedo. — Me quejo.

Los remos tienen moho y quien sabe que otros microorganismos infecciosos.

—El hombre más caballeroso. — Suelta despectiva.— Anda, rema, aún tenemos pueblos por conocer.

Cierro los ojos tratando de pedirle paz al universo.

¡¿Qué tanto daño he hecho?!

Olivia se acerca y me besa, posteriormente se echa para atrás como si nada.

¡Maldita bruja!

Suspiro y termino cediendo, así que comienzo a remar a pesar de tener la sospecha que hay millones de bacterias.

Mientras navegamos por el lago, Rati toma un par de fotos con su cámara nueva, me es divertido saber que la pagó con sus últimos euros, no permitió que me entrometiera en sus gastos...

Si tan solo supiera que he estado transfiriendo dinero en menor cantidad a su cuenta personal...

—Detén el bote. — Ordena.

Eso hago.

Paro a observar el alrededor, es precioso... ¿Cómo es que no me percataba?

¿Por qué no puedo mantener mis ojos lejos de ella?

Es frustrante.

—Posa bien, estoy tratando de inmortalizar el momento en el que la muerte se rodeó de violeta y blanco. — Ruedo los ojos.

—Dame eso. — Le arrebato la cámara.

Es la segunda que adquiere, ahora que lo recuerdo.

—Posa chica arcoíris. —Hunde sus cejas, arruga su nariz y me muestra su lengua.

Inmortalizo cada detalle.

Preciosa, es como describiría el paisaje, claro.

—¿Rainer?...— Prosigo fotografiándola.

—¿Mmju?

—Creo que me está viniendo el periodo. — con rapidez deslizo la cámara fuera de mi rostro.— Ya no porto el dispositivo, tenía que pasar tarde o temprano, aunque tardó bastante.

—¿Quieres que busquemos un ginecólogo? — Pregunto.

¿Cómo se me pudo pasar ese maldito detalle?

¡El puto dispositivo!

¡Maldito Richard!

¡Maldita naturaleza femenina!

¡Maldito Richard!

—En cuanto estemos en Mónaco, así estaré libre para la gala de los padres de Beck.

¡Maldito Beck!

¿Por qué? No lo sé, pero nunca es mal momento para maldecir a Beckham.

—Debemos volver, traes un vestido blanco. — La señalo.

Conduje por tres horas para nada.

Rápidamente vuelvo a remar a la salida, ahí le entrego el bote a la encargada después de ayudar a Olivia a salir. La primer parada que haremos será a una maldita farmacia.

—Me duele. — Señala su abdomen bajo. — Es como si el dolor se hubiera acumulado.

—Que bueno, olvidate del festival. — Abre los ojos.

—Iremos al festival así tenga que arrastrarme. — sonrío.

Mujer decidida, sexy y decidida, ¿Qué hice bien?

—Llama a Sasha, que lleve al hotel tampones o toallas, yo que sé. — Le ordeno.

Esa es una mejor idea, pues sé que me hará bajarme a comprarlas y es una humillación que solo experimenté una vez.

Rina, esa es la explicación.

—Lamento arruinar el viaje. — Abro la puerta del coche para que entre, posteriormente la Cierro y entro yo a mi asiento. — No era lo que yo había previsto para este día, debí insistir con la cita al médico.

Espero a que ría o haga un comentario Extra, mas no lo hace, lo cual me lleva a cuestionarme lo mal que la he tratado en el pasado.

¿Tanto me dejé manipular?

—¿Es en serio? — La encaro serio.

—¿Perdón?— Responde confundida.

¿Una disculpa?

¿Dónde está la Olivia que me daría la razón?

Ella sigue sin comprender, por ello, dejo mi orgullo a un lado y aclaro lo que trato de decir.

—No era tu obligación, si yo soy quien no quiero tener estos percances tenía que ser yo quien insistiera.— Me observa con detenimiento, como si creyera que algo va mal... — antes de meterme contigo no estabas en tratamiento y probablemente seguirías sin él, así que no es tu culpa, es mía por olvidar algo que yo te exigí desde un inicio.

Recuerdo la propuesta de Beck y Rowan, la situación en la que ellos viven. El imbécil se hizo un método quirúrgico para que mi hermana no sufriera cambios hormonales y aunque en su momento me parecía absurdo, tal vez tenga razón.

—Partiremos por la mañana a Mónaco, y hablaré con la agente de viajes para que posponga las reservaciones... — Enciendo el coche. — Después de regresar de las Maldivas volveremos a Francia y así sucesivamente como estaba el plan antes.

—Lo lamento. — responde apenas termino la oración y Ruedo los ojos.

Estoy molestándome por escuchar tantas disculpas.

Arreglo mi asiento, serán tres largas horas de viaje hasta llegar a donde nos hospedamos..


.....








—Podrías usar blanco al menos una vez en tu vida. —Se queja la chica con un tubo en la vagina.

—Es una fiesta blanco y negro, yo prefiero decantarme por un color más de mi estilo... Además. — le guiño. — El negro me hace lucir más apuesto.

—El negro te da más edad.

—Perfecto, no tengo problema en que piensen que soy un anciano que se folla a una colegiala con un tubo en la vagina.

—Es un tampón. — Me fulmina.— Repitelo, tampón.

—Tubo intravaginal. — bufa.

Sigo colocándome mi reloj, en silencio. Deseo estar en Mónaco, para así gastarme mi fortuna en accesorios.

—¿Confirmaste la cita con el diseñador? — Asiente frnrte al espejo. — Me alegro, costó mucho que aceptara vestirte en la gala.

—Es solo una gala, podría comprar un vestido en cualquier tienda. — La observo.

Ella no está enterada que a la gala a la que vamos es... LA GALA.

La última vez que asistí había desde familia real, políticos, magnates, galardonados, hasta doctores contribuyentes e empresarios. Para las mujeres es el lugar perfecto para encontrar un hombre que las patrocine, puesto a que la mayoría tienen fortunas que sobrepasan las ocho cifras.

Nadie que no sea descendencia podría asistir. Yo soy invitado gracias a mi abuelo y a la familia de Beckham lo hacen porque a eso se dedican, son socialites después del fracaso que su hijo causó en la empresa que aún lucha por reconstruir.

—¿Qué usarás? — Me levanto por un poco de perfume.

— Hablé con un colega, va a acceder ser parte de mi stylist a cambio de hacer una entrevista con Vogue.

—De pequeña soñaba con aparecer en Vogue, de hecho jugaba a ser una de las chicas que revelan sus secretos de Belleza.— Sonrío, la imagino.

—Puedo imaginar a la versión infante de la mujer con la que tengo sexo y eso no es nada agradable. — Ella me lanza una almohada. —¡Hey!

—Deja de pensar en mí como una prostituta.

—Deja de atar tus zapatos en mi rostro. — Contraataco sonriente.

Bufa.

—Ganaste. — Chasquea su lengua y sonríe.

—Siempre. — Ella me muestra su adorable lengua, usando sarcasmo en la palabra adorable.

Aguardo hasta que Olivia termine de estar lista, y aunque no comprendo para qué necesita tanto tiempo, prefiero esperar un poco a que después me lo reproche todo el camino, sus gritos son peores que los de un maldito perro.

Para aminorar la espera, enciendo mi ordenador y reviso un par de correos, sé que son mis vacaciones, sin embargo, eso no quita que tengo responsabilidades y ahora un viñedo excéntricamente exuberante para aprovechar.
Pensé en dejar la producción de uva para él vino, aunque con el espacio sobrante me gustaría una plantación de lavanda que sería ocupado especialmente para la producción de fragancias. Solo son ideas, la última palabra la tiene mi equipo. Así que en eso trabajo, un plan para presentar a la junta con mi encargado de Marketing y  finanzas, si logro convencerlos, mi idea fue un éxito y no gasté millones en vano.

Así funciona mi mundo, la última decisión no es mía. Antes era así, cuando tenía dinero para desperdiciar; no obstante, ahora tengo que pensar las cosas antes de fracasar, pues un paso en falso y todo se va a la quiebra.

Negocios.

—¡Lista! — Escucho a Olivia protestar, no presto mucha atención, estoy apresurado tecleando en la laptop. —¡Dije que estoy lista!

Tecleo lo más rápido que puedo, he trabajado con los dedos, claro que puedo.

Siento el dulce perfume de Olivia acercarse tanto que me desconcentra, así que dejo se respirar por la nariz y lo hago por la boca hasta que termino de guardar todo el avance en la memoria y un usb.

—Bien, vamos a tu estúpido festival de las luces. — Espeto esperando a que ella se moleste.

Ya he estado en uno de esos festivales y en todos terminó con un par de mujeres en mi habitación, será raro romper esa tradición.

Tomo mis cosas antes de salir de la habitación, una vez afuera, me percato de lo bien que luce Rati, ella como siempre haciendo alusión a su apodo. Su vestido no es ceñido a sus glúteos, aunque la falda le da mayor volumen, en la parte de arriba el escote llega a la mitad de su busto que no es la mejor parte, lo mejor es su rostro, pues es la primera vez que no cubre sus pecas.

—Hey, Rati decidió mostrarle al mundo su piel. — Eleva su mentón y de esa forma su nariz se arruga tras ofrecer una sonrisa.

Basta, tengo que dejarme de fijar en los pequeños detalles.

—Una persona me dijo que se me veían bien. — Sonrío.

¿Por qué existen personas así?

Pará Olivia es fácil amar, yo no puedo, jamás podría entregarme como lo hace.

Tengo miedo de no llegar a quererla como merece, aunque mi mayor miedo es romperle el corazón, ella no lo merece.

—Anda, se hará tarde para tu festival. — Farfullo.

Afuera del hotel, Levi nos espera junto con Jake que son los que nos acompañarán a la fiesta.
Subimos los cuatro al coche, yo por mi parte, voy atrás con Olivia, mientras que ellos van adelante. La playa queda a hora con treinta minutos de donde nos estamos hospedando; no obstante, ya hicimos una reservación en un hotel cercano por si decido volver a dormir o sucede algo, ya por la mañana volvemos a la Villa y posteriormente emprendemos viaje a Mónaco. Ese es el plan.

Siento la mirada de Olivia sobre mí, de reojo la observo y efectivamente, me está observando.

Suspiro.

Me gustaría enamorarme, saber que se siente dar todo; sin embargo, el día que eso pase, el día que me enamore de Olivia lo sabré, veré una estrella fugaz brillar y aún así, Liv me parecerá la cosa más maravillosa. Palabras de Rowan, para ella eso significa amar.

Espero, simplemente espero....

Reviso pendientes en mi móvil hasta que llegamos a la playa. La primera en bajar es Olivia, seguida de Jake que es el encargado de proteger su vida, Levi sólo me observa y me gruñe, pues él quería quedarse a dormir, le sonrío y bajo, no todos tenemos lo que queremos...aunque bueno, yo soy la excepción.

—¡Ya hay mucha gente! — Chilla la alegría andante.

—¿Qué tiene de bueno? —Ella me golpea.

—El viaje te ha vuelto más amargado. — Reprende.

—Y a ti más alegre, no creo soportar tanta felicidad, suficiente tengo con Rowan.

—Mientras hacías cosas en el móvil, hablé con Rowan y quedó en visitarnos apenas lleguemos al hotel. — Bufo.

Odio tener que soportar a Beck, es como si no entendiera que lo odio y no lo quiero en mi familia, hace un mes le dije que quería asesinarlo y días después habló para pedirme permiso para casarse con mi hermana, hasta comienzo a pensar que lo hace porque me quiere tener cerca y la única forma fácil de lograrlo, es con mi hermanita.

—Hablaremos de eso más tarde. — Sonríe mostrando sus dientes, aún me causa gracia el desgaste entre ambos incisivos.

Le pido la mano a Olivia para empezar a caminar. Conforme más nos acercamos, más me arrepiento de haber aceptado venir con ella, es estúpido que haya tantas personas para ver la luz en el mar, no es nada de provecho...

—¡Rainer, observa! — Me golpea un poco el hombro.

—Olivia, no me golpees.— Respondo reacio.

—Hay mucha luz, todo es precioso.

Me gustaba más cuando me odiaba y quería asesinarme, ahora somos la representación perfecta de Jade y Cat del programa juvenil, victorious. No es que tuviera tiempo de ver ese tipo de cosas, simplemente Rina estaba obsesionada con ser Cat, inclusive hasta se tiñó el cabello de rojo y apenas mis padres se enteraron, quisiera decir que la reprendieron pero no, es Rina y solo le quitaron el televisor un par de horas.

¿Qué habría pasado si después de Rina, Veronica hubiera tenido otro bebé?

—Iré al Mar. — Dejo de sentir los dedos de Olivia entrelazados con los míos.

Le hago una seña a Jake para que vaya tras ella, mientras yo busco un trago en algún hotel cercano o establecimiento.
Al encontrar un hotel pido un par de preparados, para después llevarlos a una mesa cercana.

No planeo acercarme mucho a la playa, soy enemigo de la sensación de tener arena en partes impensables en el cuerpo, por ello Jake está con Olivia mientras bebo un Tequila Sunrise.

Es inevitable sonreír si admiras a Olivia, pues a pesar de la luz que genera su cuerpo en el agua cada que se mueve, podría identificarla por su luz propia. Su mano se eleva antes de sacudirse, me está saludando.

—Ella en verdad te gusta...

—Deja de molestar, Levi. — Ni siquiera lo volteo a ver. — y no, no me gusta.

—Mierda Rainer, mientele a tus hermanos o a tus padres, pero no le mientas al único hombre que ha estado contigo desde que dejaste de ser un adolescente precoz. — Ahora si le presto atención, pues si no lo hago no podría golpearlo.

—Sabes que no soy mentiroso y jamás fui un adolescente Precoz, solo fui un adolescente. —ríe, ambos sabemos que es una falacia. Levi me salvó de ir a la correccional de menores.

—Mas no niegas que he sido la única persona que ha estado contigo siempre. — Ruedo los ojos.

—Basta Levi. Recuerda que soy tu jefe. — El muy imbécil toma el trago que pedí para Olivia.

—¿Por qué ese rostro? ¿Lo pediste para una mujer y no para tu único amigo? — hundo mis cejas molesto.

Odio que las personas me conozcan.

—Arrnie es mi amigo, tu solo eres mi empleado...

—Ajá, empleado. — Espeta sarcástico.

—mientete como quieras. — carcajea.

— Deja de verla, eso no es clásico de un hombre que no está enamorado. — Se burla, odio que lo haga.

Bufo y lo observo.

— Si Olivia me importara como otra cosa, no dejaría que juegue tan cerca de Jake. — Centro mis visión en ellos.

— Él la carga como si no hubiera una línea de respeto, tal vez sea porque...

—Ella me quiere a mí, me lo dijo. — Hago que calle.

—Puede que te quiera, sin embargo, cabe la posibilidad que a él lo ame.

¿Amar?

Escucho que están apunto de lanzar los globos, así que me levanto y voy hacia ella.

Ya hablaré más tarde con Jake de esa dudosa confianza.

—Vamos Rati, escuché que lanzarán los globos. — Su sonrisa se ensancha.

—¡Vamos!

Una vez que ella camina hacia la multitud, busco a Levi con la mirada y al encontrarlo éste me guiña.

¿Eh?

Mi mente da vueltas hasta que llega a la conclusión.

¡Ese imbécil me engañó!

¡Fui burlado!

Yo, Rainer GreenWood caí en las estupideces de un simple hombre sin cerebro.

Tal vez el fin del mundo de acerque.

—Lo ves, Remy... — Sus ojos brillan.— los globos de los deseos llevan fuego real.

Que estupidez y negligencia, podrían causar un accidente. No respondo eso, simplemente  asiento.

—Deberías pedir un globo, yo te espero aquí. — Chilla y sin pensarlo, va con los demás.

Recargo mi cuerpo sobre un barandal. No es que no me agrade hacer ese tipo de cosas, la verdadera razón se deriva a que jamás las he hecho, pues no tuve una infancia normal,  fui un niño con menos tiempo del promedio para divertirse, y cuando lo tuve ya era muy tarde, un árbol que nace en dirección opuesta, es difícil que vuelva a enderezar. Sé que puedo comenzar a ser libre ahora que nada me ata a mi familia, sin embargo, ya no puedo, lo intenté los primeros días y a la semana ya estaba buscando viñedos en venta.

Me jodieron desde que nací.

Admiro la fuerza de Olivia, porque yo en su lugar no habría podido llegar hasta donde está, sería un limosnero sin futuro, y no es que dude de mi inteligencia, es que sé que habría sido difícil conseguir los medios para estudiar. La única buena idea que tuvo mi padre fue emparejarme con ella.

Si tan solo existiera un familiar cercano que la ayude a conocer algo de sus padres que no sea que fallecieron...

Sonrío, apenas lleguemos a Mónaco voy a comunicarme con los detectives para que me agenden una videollamada, haré que Olivia sepa de dónde viene.

—¡Remy! — Chilla.—¡Pide un deseo!

En cada mano trae un globo de diferente tamaño y por más lejana que esté, puedo ver su sonrisa. El día que Olivia deje de sonreír, el mundo no volverá a ser igual.

—Anda, quiero lanzarlos. —Niego divertido.

Me quejaba tanto de Rina, que el universo me envió una segunda.

Suspiro, ¿qué podría pedir una persona como yo?

¿Felicidad? Eso no existe a menos que seas Olivia Blanchart.

¿Dinero? Soy estúpidamente rico aunque quiera negar que lo soy.

¿Inteligencia? Tengo de sobra hasta para obsequiar.

¿Amor? Sé que mis hermanos me aman y con ellos me basta.

¿Qué puedo pedir que no lo tenga ya?

Vuelvo en si, sobre Olivia.

¡Lo tengo!

—¡Listo!— Ella eleva sus hombros.

Primero lanza con los ojos cerrados el más grande, seguido de eso, me observa y lanza el pequeño. Es mi turno de pedir el deseo, fácil.

Que el deseo de Olivia se cumpla.

Rati vuelve conmigo completamente consternada, sé que desde hace mucho ha deseado estar en un festival como este.
Sus brazos pasan alrededor de mi abdomen, así que levanto un poco mi brazo para que pueda reposar su cabeza ahí sobre mis costillas.
Este es el momento en que las parejas se demuestran su amor y llegan los besos, e incluso hay unas que graban videos, sé que ella amaría ser parte del resto; no obstante, no puedo complacerla con ello, las muestras excesivas y ordinarias de amor, no van conmigo.

Dejo de centrarme en las parejas que lanzan los globos, para hacerlo en Olivia y su galaxia de pecas, pues me gusta revisarlas desde la primera a la última.
Adoro su piel tal vez un poco más que sus labios y el sexy lunar en forma de corazón que yace en su comisura superior, aunque bien podría haber una pelea con sus ojos, un tipo de azul tan excéntrico y que jamás había visto.

La belleza es subjetiva, lo sé, pero estoy completamente seguro que para la multitud, Olivia también lo es.

—¡Una estrella fugaz! — Conecta su mirada conmigo unos segundos pues después la regresa al cielo.

Es una locura que desde sus iris consiga ver dicho fenómeno espacial.

Rompo la conexión para observar el lunar en forma de corazón, es pequeño y poco visible por su tono café claro, que con maquillaje es invisible. No soporto la tensión que yo mismo he creado y me dejo llevar por un impulso... Beso a Olivia como las parejas ordinarias lo hacen.
Tarda unos segundos en seguirme el juego, no obstante, una vez que lo hace mi corazón se acelera y mi abdomen se contrae, me asusto un poco, pues es la primera vez que algo así me sucede en un simple beso, pero no me aparto. Se siente bien.

A la hora de separarnos el flash de una cámara me desconcierta.

—Capture el momento. — Levi eleva la cámara de Olivia.

Ese maldito imbécil.

Rati se limpia un poco los labios y corre por la cámara, posteriormente regresa a mí.

—Digna de una portada de novela. — Hundo mis cejas aún sintiendo la opresión en mi abdomen.

Tomo la cámara y observo las fotos que el imbécil tomó.
En la primera solo estoy yo observando a Olivia, en la segunda también y así en las siguientes cuatro; ya después lo reprenderé; para la quinta ya aparece la estrella fugaz, en la sexta nos encontramos besando y la séptima es la última que sacó con flash, en ella el fondo es indescriptible pues los globos de luz están esparcidos en el cielo, pero no por eso la luna y dicha estrella están ocultas en ellos, también se aprecia la luminiscencia del mar.

Olivia tiene razón, una foto de portada de novela.

Le devuelvo la cámara a ella, mi mente solo pueda pensar una cosa.

"el día que me enamore de Olivia lo sabré, veré una estrella fugaz brillar y aún así, Liv me parecerá la cosa más maravillosa..."

No fue exactamente lo mismo, pues ni siquiera despegué mis ojos de ella, la estrella no me importó en lo más mínimo.

Por más que desee negarlo, hay cosas que no se pueden ocultar, el dinero y el cariño son una de ellas.

Estoy empezando a sentir cariño por ella, la quiero y no por gratitud como lo hacía, ahora lo hago como algo más.

La quiero.

Así como he conseguido que mi nombre sea reconocido, así haré que nadie se meta con ella porque a las personas que realmente me importan van primero que yo.

—Gracias por este día, Remy. — Sonrío, ya me he acostumbrado a ese nombre de Rata de película.

—No hay de qué. — Me encojo de hombros.

—Te quiero, Remy. — Suspiro.

—Yo también, Rati, prometo que yo también. — Respondo deliberante.

Hoy, veintidós de agosto es el día en que una mujer consiguió que Rainer GreenWood la apreciara realmente.

Abrazo a Olivia, parecía tan fácil quererla que realmente lo fue.

—Te quiero. — Vuelvo a repetir pues aun es increíble para mí, poder decirlo. — Te quiero.

Sonríe.








......

Oliwisss!!!

¿Qué tal?

Espero que le haya gustado porque comenzamos con lo bueno, la parte que nos encaminara hacia el final.

Espero que el capítulo les haya gustado, en especial a esas tres personas que han estado conmigo comentando en los capítulos, siempre estarán en mi corazón y ahora en la dedicatoria de un capítulo. Espero no haberlas decepcionado.

Por mi parte es todo, creo.

Siganme en instagram como @thifany.books, trato de estar activa.

Sin más que decir.

Me despido.

Besos

-Thifany.

Dejo imágenes de apoyo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top