-Halley. - Escuchaba alguien desde lejos que me hablaba.

Abrí mis ojos y pude ver como Kyle y Nate me observaban asustados.

-¿Qué ha pasado? -Dije agarrándome la cabeza.

-Te quedaste encerrada, gritabas como loca, cuando pudimos abrir la puerta, te hemos encontrada desmayada.

Al decir lo último me acorde lo todo, recordé el aliento de la anciana y eso hizo que se me pusiera la piel chinita.

-Vámonos, no quiero pasar otro minuto en este lugar.

Me ayudaron a pararme y subimos las escaleras.

Al llegar arriba, cerramos la puerta y caminamos hasta la puerta pero alguien salió de la nada, haciendo que los cuatro pegáramos un grito.

-Tranquilos chicos, solo somos nosotros. -Dijo Maya con Jordan a un lado.

-¡Chicos! -Corrí y los abrace.

-Los estuvimos buscando, ¿dónde estaban?

-Se llevaron arrastrando a Grace, encontramos una puerta secreta y eso nos llevo a un pasillo largo con dos habitaciones, en esas habitaciones, encontramos los cuerpos de esta familia y además encontramos un cuarto de tortura.

Maya se quedo congelada.

-Sí... -Dije con miedo.-Si quieren los demás quédense aquí, por favor, no se muevan.

Le enseñe la primera habitación donde estaban los seis cuerpos, me quede alejada, no quería devolver mi alimento de nuevo, ella se adentró a la habitación, se quedo en medio de la habitación cerró los ojos, comenzó a temblar y por último se desplomó en el suelo, yo corrí a ayudarla, la saque de ese cuarto.

-¡¿Maya??

Ella no reaccionaba, seguía temblando y pronunciado unas palabras.

Cuando por fin recobró el conocimiento se sentó y vi como sus brazos temblaban.

-Ellas los mataron.
-¿De qué hablas?
-Bueno, La anciana, una de las señoras y la niña, mataron a los demás, después la señora y la niña se suicidaron, pero los mataron de una forma tan inhumana.... Debemos de salir de aquí, las tres mujeres no descansaran nunca y mataran todo lo que esté vivo.

-De acuerdo, me estas asustando, lo mejor será que subamos.

Subimos las escaleras de dos en dos, hasta que abrimos la puerta y le dimos un buen susto a todos.

-Maya, he encontrado esta foto.

Saque de mi mochila, la vieja foto y se la di, ella se quedó observando la foto.

-Vengan. -Todos nos acercamos para admirar más bien la foto. -ella -señaló a la de la derecha. -ella -señaló a la niña que estaba sentada en frente de su madre. - y ella. -dijo señalando a la anciana. -Son las peligrosas si las llegan a ver, tenemos que huir de ellas, los demás no son peligrosos, si llegan a ver a El Niño y les indica que hagan algo, no duden en hacerlo, él nos ayuda, no quiere que tengamos el mismo destino que su familia.

Todos asentimos, me devolvió la foto y la guarde, salimos de esa habitación y caminamos por el pasillo que estaba oscuro y tenebroso, además de que el clima no ayudaba en nada, ya que caigan gotas y truenos.

Caminamos, pero me detuve al escuchar una canción.

Witzy witzy araña subió su telaraña
Vino la lluvia y se la llevo.
Salió el sol, se secó la lluvia.
Witzy witzy araña otra vez subió.

Me quedé helada al escuchar esa voz, era de la niña, voltee para alertar a los demás, pero ya no estaban, estaba sola en aquel pasillo, cada vez se escuchaba más cerca y más tenebrosa la canción.

Camine alumbrando con mi lampara el pasillo, trate de gritar el nombre de Nate, pero no me salían las palabras del miedo que sentía, seguí caminando, pero la niña paso corriendo a un lado mío, por instinto, salte hacía el lado de la pared golpeándome el hombro.

La niña se quedo ahí sonriéndome tan diabólicamente, trataba de calmar mi respiración, pero no podía.

-Mira lo que me hizo hacer.

Se quito el flequillo de su frente y pude ver que en medio de su frente había un agujero de una bala, yo me sobresalte y me tape la boca, ella me agarro el brazo con una fuerza increíble e hizo que metiera mi dedo en ese agujero, al instante en que lo metió, yo lo saque y salí corriendo como una loca, pero tropecé con algo y caí al suelo, la niña me agarro de los tobillos y me arrastraba por todo el pasillo yo trataba de sujetarme con todo lo que estaba a mi alcance pero era inútil, gritaba el nombre de todos, pero nadie venía a mi rescate, hasta que los vi en las esquina del pasillo, ellos se me quedaron viendo horrorizados, mientras me metía al cuarto de ella y se cerraba la puerta.