23



Esa misma noche me llevó al punto más alto del orgasmo.

Estábamos en su celda y nadie había cerca, ni en los pasillos que rodeaban el lugar. Chanyeol me había prometido ser más cuidadoso y escucharme, así que consiguió un espacio solo para nosotros para que, según sus propias palabras, yo pudiera ser bullicioso.

Me desnudó contra su cama en medio de esos besos calientes que derretían mi juicio. Cuando vio mi piel blanca y limpia, se carcajeó y me dijo:

—Si para cuando hayamos salido de aquí, todavía no te has tatuado algo, entonces lo tomaré como una victoria.

No quería ser corrompido por nadie, precisamente, y hacerme un tatuaje en un lugar del cual yo dudaba la higiene no estaba en mi lista de cosas por hacer. Quizás, lo estaría si fuera mi lista de cosas para morir más rápido.

—¿Tú lo has hecho? —pregunté, viendo los tatuajes en sus brazos y el de sus costillas.

—No he estado tantas veces en prisión como te imaginas —se mofó, dando otro beso en los labios—, pero me gustan. Aunque..., quizás sí me gustaría verte con uno.

Fruncí los labios.

—Nunca he pensado en eso. Tal vez podría ser tu nombre sobre mi culo —blofeé.

—Oh, por los dioses, hazlo. Juro que te besaré el culo.

Me sonrojé.

—Serás de mi completa propiedad, entonces. Und ich bin sehr besitzergreifend*.

(*Y soy muy posesivo)

Me sonrojé todavía más.

—Me encanta oírte hablar alemán —confesé.

Puede que no haya entendido palabra, y puede que mi ignorancia me mantuviera alejado de sus pensamientos, pero su voz ronca en ese idioma era muy erótica. Inconscientemente, me removí en la cama, apretando mis piernas y apresando mi polla erguida. Él me vio relamiéndose los labios.

—No sabes lo que he dicho —me recordó, tirando de mis piernas hacia el borde de la cama.

—No necesito saberlo..., solo sé que me pone mucho.

Volvió a sonreírme, esta vez de una forma perversa y oscura. Me tomó del pelo y me alzó contra él. El tirón no fue doloroso, solo hizo que mi precoz polla chorreara un poco. Su boca estaba cerca de la mía, compartiendo su aliento cálido y lo mojado de su lengua contra mis labios.

Du bist ein schmutziger Junge. Mein Schwanz ist so hart für dich und ich kann es nicht erwarten, dich gegen die Gitterstäbe meiner Zelle zu ficken*.

(*Eres un chico sucio. Mi polla está muy dura por ti y no puedo esperar a follarte contra los barrotes de mi celda)

Jadeé.

Él me llevó contra los barrotes de la celda y me apoyó ahí. Mi culo quedó erguido y expuesto, sonrosado y muy listo para tomar la polla de Chanyeol.

—No me has preparado —mencioné, aunque ni yo mismo lo deseaba.

Dein Arsch braucht keine Vorbereitung, um mich zu empfangen* —dijo luego de un silbido, y luego vino un duro golpe contra mis mejillas traseras.

(*Tu culo no necesita preparación para recibirme)

—Mmgh.

Me arqueé más, empujando mis pezones contra el frío metal de los barrotes. Me sujeté tan fuerte como pude.

Ich werde jetzt deine Muschi lecken*.

(*Voy a lamerte el coño ahora)

Lo siguiente que sentí fueron sus manos abriendo mi culo y su lengua dando una lamida.

—¡Agh!

Mis piernas temblaron. ¡Dioses! Eso se sintió muy bien. Su lengua lamía mis pliegues y tenía sus uñas clavas sobre mi carne, abriendo mi culo tanto como podía. El sonido que provocaba me hacía avergonzar. Tan húmedo y sucio.

—Chan, ¡Chanyeol!

Su lengua logró entrar con la punta. Fue caliente y muy mojado.

Mis piernas estaban tensas, sujetadas apenas por las puntas de mis pies. El presemen que salía de mi polla chorreaba mucho que creó un charco en el piso. La escena era demasiado lasciva.

—Más —pedí con voz mimosa, empujando mi culo contra la cara de Chanyeol.

Sus dedos se empujaron contra mi entrada, dos de cada mano entraron y me abrieron.

—¡Oh, mmgh! Chan..., Chan, eso es...

Entonces metió su lengua más adentro.

Cerré mis ojos con fuerza. Estaba tan sensible y tan estimulado que me correría demasiado rápido, antes de que él pudiera meter su polla en mí.

—Despacio —supliqué—, voy a correrme.

Se alejó de mi mojada entrada, dio una lamida y luego un suave mordisco sobre las mejillas enrojecidas de mi culo.

—Na ja, wenn es hier drin nicht zu nass ist* —dijo con mucha socarronería, acariciando mi pene.

(*Vaya, pero si estás muy mojado aquí)

Masturbó mi polla con fuerza hasta que me corrí. Yo chillé y casi me desplomo, solo sujetándome de los barrotes.

—Tu agujero necesita de mi polla ahora —me dijo y lo escuché ponerse de pie. El sonido del cierre de su pantalón me provocó un sutil escalofrío en la espalda.

—No creo que pueda volver a correrme —mencioné, cansado.

—Ya verás que sí. Agárrate fuerte.

—Ugh.

Él empezó a deslizar su polla dura dentro de mi agujero. Aunque estaba algo abierto, sí sentí un leve escozor por la intromisión. Era ardiente y resbaladizo.

Su cadera chocó contra mí cuando tocó el fondo de mi culo, justo contra mi punto dulce.

—¡Ah!

Su glande acarició permanentemente ese lugar mientras esperaba que me acostumbrara, apenas haciendo leves movimientos para torturarme. Fue delicioso, pero me estaba volviendo loco. La sensación eléctrica y arrolladora adormeció por completo mis sentidos.

Mantuvo sus manos sobre mis caderas, acariciando mis huesos con la clara intención de dejar marcas sobre ellos. Su pecho tocó el mío y su aliento rozó mi oído. Dejó besos en mi cuello y en mi mejilla.

Sagen Sie mir, glauben Sie, dass ein Mann, der so viele Jahre lang dem Ehemann seines Bruders nachgelüstert hat, ein guter Mensch ist? Weil ich das getan habe*.

» Ich habe jede verdammte Nacht nach dir gelechzt. Ich wollte dich wie ein Verrückter in meinem Bett haben und konnte mich kaum zurückhalten*.

(*Dime, ¿te parece bueno un hombre que ha deseado al esposo de su hermano por tantos años? Porque eso he hecho)

(*Te he deseado cada maldita noche. He querido tenerte en mi cama como un loco, apenas conteniéndome)

Su diestra llegó a mis pezones para acariciarlos, los amasaba como si fueran pequeñas tetas rosáceas.

—Se un buen chico y dame un beso —pidió, volteando mi rostro hacia él. Yo lamí mis labios resecos, y cuando lo hice, él atrapó mi lengua y empezó a manipularla hasta que abrí la boca y recibí su hambriento ósculo.

—Mmgh, mmm.

Empezó a moverse, su cadera impactando fuertemente mi culo. Su miembro era retirado hasta el borde, dejando penas la punta dentro, luego volvía a meterlo, clavándolo en el punto más recóndito.

Yo deliraba. Se sentía tan bien que no podía decir nada coherente y solo unos cuantos berridos salían de mi boca. Sus gruñidos se mezclaban con mis jadeos, justo en mis labios.

Me dio un último beso antes de alejarse y centrarse en follarme duramente. La presión de sus manos sobre mis caderas me nubló el resto de los sentidos. Incluso si había tenido ya un orgasmo, mi culo goloso ansiaba llenarse de Chanyeol. No sabía, sin embargo, si sería capaz de volver a correrme.

—Tu polla ha vuelto a ponerse dura —me dijo y con la zurda tomó mi polla mojada y dura.

Casi era imposible que concibiera la idea de correrme una segunda vez, pero mi cuerpo caliente parecía opinar lo contrario. Mi miembro estaba realmente duro y rosáceo. Lo veía apenas mientras intentaba mantenerme en pie, viendo el charco de semen que creé.

Chanyeol gruñó con fuerza, follándome cada vez más fuerte.

—Channie —sollocé, demasiado cansado como para si quiera hablar bien—, no puedo... más.

Me dolían los pies y mis rodillas flaqueaban. Sin saber cuánto más podría mantenerme en firme, tomé la mano de Chanyeol y la apreté. Volví a suplicar, tembloroso y sobreestimulado.

Chanyeol redujo sus empujes hasta salir de mí, entonces me cargó en brazos y me llevó hasta la cama. Exhalé un suspiro cuando finalmente sentí mi cuerpo descansar. Mis piernas me lo agradecieron.

Con la mirada anegada de lagrimillas, vi a Chanyeol parado frente a mí. Sin camisa, enseñando sus músculos y la tinta; con su pantalón apenas abierto y la polla afuera. Una imagen por demás candente.

Ist das Kätzchen müde? Aber ich habe dein Loch noch nicht mit meinem Sperma gefüllt*.

(*¿El gatito está cansado? Pero aún he llenado tu agujero de mi semen)

Tomó mis piernas y las elevó para ubicarlas sobre sus hombros. Una fortuna que su celda tuviera solo su cama individual y ninguna litera estorbosa porque Chanyeol era muy grande como para ello.

Metió su polla otra vez en mi culo retomando el ritmo de sus empujes. Así, en esa posición, sus golpes llegaban todavía más profundo y cada uno rozaba mi próstata. Estando tan cerca, tanto como sabía que estaba él, tomé mi miembro y empecé a masturbarlo. El toque era apenas doloroso, sensibilidad producto de la corrida anterior, aunque quise hacerlo rápido, los músculos de mi brazo estaban agotados. Repasé mis dedos por el glande, recogí la humedad y me la llevé a los labios, probando los restos de mi corrida pasada, lamiendo mis dedos mientras Chanyeol no dejaba de mirarme.

Me sonrojé, pero muy descaradamente le sonreí.

—Gatito sucio —suspiró sin dejar de follarme—. Voy a llenarte.

Bajo su advertencia, yo moví mi propia mano más rápido para correrme. Él resoplaba ruidosamente mientras más cerca estaba de su orgasmo.

—¡Chanyeol!

Solté otras tiras de semen y... agua clarita. Ugh, creo que tuve un squirt.

Chillé y me retorcí. Chanyeol empujó su polla hasta el fondo y ahí se corrió bajo un duro gruñido contra mi boca.

—Te dije que podrías correrte dos veces.

Gimoteé y cuando se inclinó contra mí, dejando mis piernas alrededor de su cadera, entonces tomé el rostro de Chanyeol y lo acerqué para besarlo.

—Es que me pone mucho que me hables en alemán.

Él se carcajeó.

—Pero si no entendiste nada de lo que dije.

—Eso tiene solución. Enséñame alemán —pedí, acariciando con mis dedos su rostro—, y la próxima vez, seré yo quien te hable así.

Él sonrió. Creo que la idea le gustó.

—Yo haría cualquier locura que tú me pidieras.

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