20
Faltaban pocos días para que Chanyeol saliera de la celda de castigo. Siete días ahí era mucho tiempo y no podía imaginar lo angustiante que habría de ser esa oscura soledad. Lo extrañaba horrores, con una necesidad preocupante. ¿Qué hacía yo ahora con esos sentimientos? Chanyeol..., él me protegía y había cuidado de mí siempre, pero eso, ¿qué implicaba? No necesariamente había amor en sus acciones, pero si un cariño fraterno.
Sin embargo, también él me había besado en más de una ocasión y había sido partícipe de muchas locuras mías que implicaban la desnudez. Quizás Chanyeol se sentía atraído por mí de una manera carnal.
Pero yo lo quería todo.
Era así de codicioso, incluso si sabía que no podría tenerlo.
Y quería hablar de ello con él para finalmente sincerarme porque ya no podía más con mis propios sentimientos. Quería decirle que lo amaba, que necesitaba su toque como el sol. Aunque temía no ser correspondido, solo esperaba no ser apartado de su lado.
Había encontrado un refugio en la biblioteca, donde podía sumirme en mi letargo y en los muchos escenarios de mi confesión, algunos más trágicos que otros. No obstante, ese día hubo algo maravilloso. El mejor inicio. El abogado de Seunghyun trajo los papeles del divorcio y, a pesar de que en ellos no me dejaba más que mi propio destartalado auto, los firmé sin pensarlo dos veces. ¡Era libre! De él y de sus maltratos, de su desamor y de sus mentiras. Libre para..., para ser de Chanyeol. Aquello me dio la valentía suficiente como para resolver finalmente amar sin reparos a Chanyeol.
Suspiré.
No sabía si estaba ansioso por verlo y hablarle, o era el miedo de su reacción. Como fuera, el uno acarreaba el otro.
—Hola —una voz dulce me trajo de regreso al mundo. Un muchacho alto y delgado, de cabello rubio y rostro aniñado—, ¿eres Baekhyun?
Ugh, por todos lo santos. Solo esperaba que no fuera otro loco con ansias locas de asesinarme.
—Sí.
—Oh, la nueva adquisición de Chanyeol.
Él lo había llamado por su nombre y el dato no pasó desapercibido por mi quisquilloso cerebro. Muy pocos lo llamaban así dentro de la cárcel. Yo encabezaba la lista, por no decir que era el principio y el fin. Entonces, ¿quién era ese hombre cuya confianza le brindaba un derecho que yo creí solo mío?
—¿Tú eres?
—Tu antecesor.
... Me perdí en esa parte.
—Chanyeol fue mi amante antes de que llegaras.
Genial, sí se trataba de otro enamorado con tendencias homicidas.
—Aunque aún me sigue dando protección —mencionó vagamente, pero tras su tono noté cierta malicia—. Supongo que en algún momento regresará a mí.
—¿De acuerdo?
Sí, era incómodo, y sí, quería matar al hombre por su muy impertinente charla.
Respira, Baekhyun, respira.
Aunque de todas formas ya estaba en la cárcel. Golpearlo no me causaría muchos problemas, en realidad.
—Oh, tranquilo. No tienes que estar tan prevenido conmigo. Quiero decir, solo trato de aconsejarte. Chanyeol es un hombre apuesto y pasional, pero también es muy peligroso si no conoces tu lugar.
—¿Mi lugar?
—Nadie tiene cabida en su corazón. La mayoría son solo juguetes.
—¿La mayoría? Quieres decir que tú no lo eres.
—Lo conozco desde hace demasiado tiempo. Antes de incluso estar aquí.
Aunque me interesaba saber qué crimen había cometido ese muchacho para estar en sitio tan horrible, reservaría esa pregunta para más tarde.
—Estás enamorado de él —resolví y no tuve que usar todas mis neuronas para atar cabos—, ¿no es cierto?
—... Sí, y me ha destrozado el corazón en más de una ocasión, es por eso que te lo advierto a ti también.
—¿Sabías de antemano que no podías ni debías enamorarte de él?
La pregunta salida de mis propios labios me supo a terapia, y siempre he sido terrible para dar consejos. Por uno de esos es que Taemin terminó con Minho casi en el altar.
—Claro que sí, pero no pude detener a mis sentimientos, incluso si él mismo me lo dijo. Aún recuerdo sus palabras: No puedo quererte, porque ese lugar en mi corazón ya está ocupado.
—... ¿Él ama a alguien?
—Sí. Desde hace varios años sé que está enamorado de alguien quien no le corresponde.
Así que Chanyeol estaba enamorado de una persona..., una persona que no era yo.
—No que ese sentimiento le haya impedido, por supuesto, acostarse conmigo, después de todo, es hombre.
Mi cabeza intentó justificar a Chanyeol por no guardar fidelidad a ese hombre que amaba. Pero, ¿está bien hacerlo cuando esa persona no te corresponde? No era equivocado ni un pecado, y tal vez lo hacía para sacar de su corazón el recuerdo de un amor imposible.
—Así que no le entregues nada más que tu cuerpo a ese hombre.
****
Uno de los hombres de Chanyeol me acompañó hasta las duchas, estaban vacías y solo un par de 'guardias' custodiaban la entrada. Ese día regresaría Chanyeol, o eso tenía entendido, pero ahora tenía más miedo de hablarle. Aquel muchacho, cuyo nombre todavía no sabía, me dejó con una marea en la cabeza que no era capaz de disipar ni siquiera durmiendo.
Pensé que podría estar mintiendo para ahuyentarme del lado de Chanyeol. O bien podría ser la más sórdida verdad, una que yo jamás conocí. No, debía dejar de pensar en eso. Verdad o no..., ya había decidido hablarle de mis sentimientos.
Me quité la camiseta horrorosamente naranja, preparándome para una ducha fría que al menos alejara por un par de minutos esas preocupaciones. Ahora, gracias a la protección de Chanyeol, podía disponer de las duchas para mí solo. Era un alivio no contar con esas miradas mañosas y lascivas de los reos, o incluso sus intentos por tocarme.
Había un agradable silencio que me permitió relajarme, o al menos lo intenté hasta que escuché un bullicio en la entrada de las duchas, luego la puerta se abrió.
—¿Quién diablos-? —me giré enfurruñado por ser interrumpido, y listo para recordarle a cualquier impertinente a quién le pertenecía.
—Hola, pastelito.
—Chanyeol... ¡Chanyeol!
Mis piernas se movieron solas, dando grandes zancadas que me llevaron a él una vez se cerró la puerta. Estábamos solos.
—¿Me extrañaste? —preguntó con esa tonta galantería que yo adoraba.
Lo abracé, sin importar si estaba sucio o no, y casi daba saltitos de alegría al verlo finalmente.
—Parece que sí.
—Creí que te quedarías en esa celda toda tu vida.
—De saber que así me recibirías, me habría escapado.
"Oh, dioses, no juegues conmigo, Park".
Mi diestra acarició su rostro, tenía el inicio de una barba que picó mis dedos. Fue una sensación curiosa y me pregunté cómo se sentiría contra el resto de mi cuerpo..., si él me tocara.
—Debo bañarme también —murmuró, mas no se apartó de mi mano o siquiera soltó mi cintura.
¿Cuándo me había atrapado?
Se restregó contra mi mano cual si fuera un pequeño animal, tan dulce y tan lejano de esa malvada faceta que aquí les mostraba a todos. Chanyeol tomó mi mano y la llevó a sus labios.
—Vamos.
Fuimos a la ducha con más espacio. Chanyeol empezó a desvestirse mientras el agua se entibiaba, pero yo me quedé estático. ¿Íbamos a bañarnos juntos? Bueno, la verdad es que ni siquiera debería ser una pregunta, era obvio que así sería.
No me había fijado antes, pero viéndolo ahora me di cuenta de que tenía el cabello un tanto más largo. Rebelde.
—¿No me acompañarás?
"Byun Baekhyun, no mires a bajo si no quieres tener problemas".
Chanyeol estaba desnudo, ¡desnudo por completo!, y sin ningún pudor.
Me di la vuelta y terminé de sacarme la ropa. Sí había estado casi desnudo frente a Chanyeol, sin embargo, ello no me impedía ruborizarme. Estaba muy avergonzado y no quería darme la vuelta.
Un tacto cálido rodeó mi cintura y de un momento al otro fue arrastrado hacia el cubículo; estaba entre los brazos de Chanyeol.
—¿Acaso no querías que te viera?
Uhh, ¿por qué tenía que hablarme al oído con ese tono bajo tan sugerente?
—Bueno, entre los dos yo soy el que tiene pudor.
Él se rio y me abrazó más fuerte. ¡Señor! Sentí su polla medio dura contra mi espalda baja. Ardiente. Y ese toque estaba por causarme problemas en la mía.
—El pudor no te sirve de nada conmigo, pastelito.
Suspiré. Me volteé para verle el rostro, sin importar que él no me soltara. El agua tibia caía contra su espalda, escaza y silenciosa.
—Eres un pastelito de manzana —murmuró, acariciando mi rostro—, con las mejillas rojas. Me dan ganas de morderte.
—Si lo haces, te devolveré la mordida.
Sus mejillas adquirieron un adorable tono rosado. No lo había visto sonrojarse muchas veces. En realidad, era más del tipo descarado que del apenado.
—Eso es interesante, ¿en dónde me morderías?
Su rostro, tan próximo al mío, me hizo sonrojar, y su boca estaba a escasos milímetros que casi podía sentirla.
Me pregunté qué le diría, si era ese el momento de confesarme o no. Sin embargo, sus caricias sobre mi rostro no me dejaban pensar con claridad. De verdad que me nublaba el juicio.
¿Y si así debía ser?
Bueno, tal vez no necesitaba palabras.
Así que lo besé. Tomé su rostro y lo acerqué al mío, esperando no haber sido brusco. Por un par de segundos, fue solo ese roce, sin profundizar, y temí que Chanyeol se alejara o- Pero no lo hizo.
Su boca se abrió y mordisqueó mis labios para abrirlos, luego sentí su lengua contra la mía, empujándose y enredándose. Era tan bueno. ¡Tan adictivo!
Mi polla chocó contra su pierna cuando me apretó contra él; y contra mi vientre, su polla se endureció.
—He esperado tres malditos años... y no aguantaré un segundo más —rugió contra mi boca.
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La última actualización del año!
Espero que la disfruten mucho.
Les deseo el mejor inicio de año. L@s adoro.
P.D. El siguiente cap es +18
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