Capítulo 3
Olivia Blanchart...
Siempre he amado el aroma que desprende la piel después de ser lavada, es una mezcla de frescura y limpieza que crea un ambiente feliz para mi cuerpo.
Hoy la mañana está nublada a comparación de los calurosos días por los que ha atravesado Nueva York, según las noticias es la peor ola que a arribado la ciudad y con forme pasen los días irá en aumento como consecuencia de la contaminación y cambio climático. Así que aprovecho para salir a correr por Central Park y disfrutar el viento mañanero.
Ato mi cabello en una cola de caballo alta, al igual que me visto con un conjunto deportivo oscuro, zapatillas de correr y junto a mis audífonos, teléfono y cartera, comienzo a correr.
Doy un par de vueltas alrededor hasta que los músculos se me tensan y decido tomar asiento en una de las bancas con vista al puente Bow y el lago. Me gusta venir aquí y volver al pasado mientras pienso en todo lo que se quedó atrás para poder estar en donde estoy. Fueron cinco años desde que Rainer me dejó, muchos momentos de dolor, fuerza y transición de los que aprendí para convertirme en lo que hoy soy: la versión más honesta y fuerte de mí misma.
El móvil suena dentro de mis leggings, pulso el botón de los auriculares y atiendo la llamada.
-¡Olivia Genevive Rosetta Blanchart! -Su voz se escucha más fuerte de lo Normal, así que la regulo con los auriculares.
-Yo también te extraño, Jacke.
-Estoy en Nueva York con las niñas. Venimos para tu show. - El murmuro de mis sobrinas causa que Jacke las reprenda.
-¿Tienes quién los recoja? Puedo mandar a Bash y a Barry. -suspira.
-Te lo agradecería. Aterrizamos en cuarenta y cinco minutos.
-Bien, haré que los recojan en el aeropuerto.
-¿Estás en el departamento?
-Nop. -Niego aunque no pueda verme.
-¿Nicholas Está ahí?
-Completamente sola, bueno, con la multitud de central Park.
-No me agrada.
-Nadie te agrada. -Me levanto, creo que es hora de irme a casa.
-Me agradaba tu ex...
-Adiós, Jacke. - no lo dejo responder y cuelgo.
Durante estos años he salido con un par de personas con lo cuales he durado muy poco tiempo, sin embargo Jacke los ha detestado y acertado en su odio por ellos, ya que cada uno resultó siendo un imbécil. No obstante, Nicholas es diferente, aún lo estoy conociendo, pero es diferente.
Antes de ir a casa me detengo en un local de café muy común de la ciudad. Al abrir la puerta, el aroma a canela y cacao inunda mis fosas nasales causando que me sienta regocijada.
El lugar es de esos que tiene decoración estética y bonitos spots en donde se puede hacer fotos para colocar en Instagram. Kyliam es fanático del café y fue gracias a él que llegamos a este precioso lugar con las mejores bebidas de la quinta avenida.
-Buen día. - Saludo a la chica de recepción. -Un café expreso americano sin leche, con canela y dos sobres de azúcar.
-serían... - Anota todo en el computador. -Cinco dólares con setenta. -Asiento, saco dos billetes y se los extiendo.
-Quédate con el cambio.- Me apresuro a informarle.
-Muchas gracias. - Infiere con las comisuras de sus labios elevadas. - Puede esperar a la izquierda, mi compañera le avisará cuando su orden esté lista.
Me hago hacia un lado mientras espero por mi café.
Pienso un poco sobre el desfile del domingo y la presión sobre mis hombros para que todo quede tal cual como lo espero yo y los empresarios que están invirtiendo en promociones para el show. Es el siguiente paso para mi carrera, el escalón que necesito subir para que mis colecciones se cataloguen como lujo al nivel de Chanel o Prada. Fueron dos largos arduos años de trabajo, pero lo conseguí. Hice una colección de lujo silencioso y otra de extravagancia.
-...Un expreso americano con canela, sin leche y azúcar. - dejo mi mundo y busco la voz que acaba de ordenar casi mi misma bebida.
-Seis dólares con treinta. - Responde la chica de recepción.
Busco a la persona y de inmediato me arrepiento de haberlo hecho. Mis muslos tiemblan y pies tobillos comienzan a fallarme. Necesito sentarme, tomar aire y comprender que él está aquí.
¿Qué hace aquí?
Luce más amplio y fuerte que antes, o tal vez sea una ilusión por la ropa de licra que se ajusta a su pecho. Su cabello también está diferente, ahora lo tiene recortado de los costados y arriba sus definidos y húmedos rulos caen por su frente quedándose pegados en ella.
Rainer se gira de imprevisto, lo que no me da tiempo de esconderme. Aún estoy conmocionada y mis sentidos no están muy bien que digamos. Es ahí cuando él se percata que yo estoy en el café.
Mierda.
Mi corazón se acelera y todo a mi alrededor se congela. Volverlo a ver es como volar a aquella noche de otoño cuando se fue sin pedir explicaciones o luchar por lo que teníamos. Rainer no era un niño, yo tampoco lo era, eso significa que sabía las consecuencias de las decisiones que estaba tomando y no le interesó, me desechó cuando yo ya no le servía.
Tuve la culpa de cosas que pasaron aquel día, sin embargo, no tuve la culpa de que no haya querido saber de mí en cinco años.
Él se acerca con timidez y se queda a menos de dos metros de distancia, la suficiente para que el abrumante aroma de su perfume me llegue... Ya no es el mismo, ahora su fragancia se siente más ligera aunque de igual forma, masculina.
-¿Olivia? - Su ronca voz particular le causa un vuelco a mi corazón.
Son microsegundos los que pasan durante el tiempo que nos observamos.
-Ra....
-¡Café expreso americano sin leche, con canela y dos de azúcar! -me interrumpe la voz de la chica de recepción.
Ky.
Mi hijo y la razón por la que Rainer pueda estar en la ciudad.
Él está aquí por Ky.
Dios, tiene que ser. Rainer lo sabe.
-Tengo que.... Tú... Yo... Café.... -Balbuceo y me dirijo por mi vaso. -Rainer...
Tomo el vaso y a paso apresurado salgo del establecimiento.
Necesito huir, alejarme y correr lo más lejos que pueda para protegerlo. Ky es mío. No lo quiero en su vida, simplemente él no lo necesita, nunca ha necesitado de alguien que ni siquiera sabe su natalicio.
¿Habrá venido por él?
Hago un recuento de todas las personas que saben de Ky: Rebecca, Ruel, Arrnie, Jacke y personal de seguridad. Nadie más, así que si Rainer lo sabe, tiene que haber sido uno de ellos.
Corro hasta mi departamento y sin saludar al personal de recepción me encierro en mis cuatro paredes.
Era Rainer, Rainer GreenWood. Está en Nueva York. Salió de su escondite.
Todos estos años traté de prepararme para este momento porque sabía que tarde o temprano nos volveríamos a reencontrar; sin embargo, no creí que sería tan pronto.
Estoy hiperventilando.
¿A qué volvió? No tenía que hacerlo, yo...
-¡Mami! - El rubio cabello de Ky aparece de la nada y se posa frente a mi nariz. - ¡Ashlyn hizo galletas de mantequilla!
-Estoy por terminar el desayuno, Señora Blanchart. -Infiere la mujer que contraté hace un par de meses para el cuidado y enseñanza de Kylliam.
-Gracias, Ash. -Levanto a mi hijo del suelo y lo cargo con un poco de dificultad hasta el espejo que se encuentra en la entrada del departamento.
Kylliam no heredó los rasgos de su padre, todo lo contrario; la tonalidad de sus ojos es tan profunda y parecida a la de Verónica que podría creer que se trata de un hijo perdido. Además, su cabello no es castaño, si no rubio cenizo casi blanco. En lo único que podrían parecerse es en la forma del rostro, nariz y labios definidos.
Sus comisuras se elevan antes de depositar un beso en mi mejilla.
-Te amo, mami. - Suelta sin motivo alguno.
-No comerás galletas antes del almuerzo. - Golpeo su nariz con mi dedo anular.
-Eso está por verse. - Entrecierra los ojos y se baja de mis brazos.
Fue cuestión de un año o menos desde que Ashlyn llegó a nuestras vidas y Ky logró tener una mejor estimulación al grado de considerarse una promesa estudiantil. Si bien antes había contratado cuidadoras, el vínculo entre ellos dos fue instantáneo e irrompible. Verlos siempre va a recordarme mi relación con Myrthe.
Camino a la cocina donde ellos se encuentran, ky ya trae una galleta en la mano y un trozo de brócoli en la otra.
¿Y si Rainer quiere quitarme ésto?
Tengo poder y puedo luchar, sin embargo, su apellido siempre va a pesar más, tanto que si lo quiere puede quitármelo por la vía legal sin serlo.
Un hombre que me abandonó no puede tener derecho sobre nosotros.
Te dejó porque besaste a su padre.
Su padre me besó a mí y esa no es excusa suficiente. Pasé meses sufriendo sin saber de él, buscándolo en todos lados y preguntando a la mínima persona que pudo haber tenido un acercamiento. Así que no, no merece volver a mí vida aún si estoy siendo egoísta.
Nadie te enseña como actuar en este tipo de situaciones, por ende, voy a seguir mi corazonada y nadie tiene derecho a juzgarme por la forma en que arreglé y estoy arreglando algo que rompieron los demás...
-Tío Ruel llamó...
¿En qué momento se sentó en la silla?
-Vendrá el domingo. - Sonrío al ver su dentadura llena de brócoli.
-Dijo que papá sigue en Australia salvando canguros, pero que vendrá pronto. - Aplaude con sus manos en modo feliz.
Sí, claro. Canguros.
-Ashlyn quiere conocerlo. - Fulmino a la mujer. - ¿Cierto, señorita Ash?
Más le vale decir que no o tendré que prescindir de sus servicios.
-Ehh... Yo... -Balbucea.
-Me daré un baño y más tarde terminaremos de hablar de papá.- La interrumpo.
-Ya quiero verlo, tal vez su cabello sea como el mío o sus ojos...
- A comer, ky. -Le señalo su plato. Él rueda sus ojos.
-Injusticia. - Aprieta la cuchara con sus puños.
-Más tarde vendrá la educadora...
Ky no deja que yo termine y se gira en dirección de Ashlyn. Es en situaciones como esa que podría decir que mi hijo tiene un vínculo más grande con su cuidadora que conmigo. A veces solo queda aceptarlo, seguir con la vida y llamar a los abogados antes de que quieran quitarme este tipo de experiencias por un capricho.
......
Dejo la bata blanca en el perchero junto a mi bolso dando por terminado el recorrido en el laboratorio donde las diseñadoras siguen trabajando con los últimos detalles de las prendas que serán exhibidas en el desfile. Mañana tengo una cena muy importante con un par de diseñadores que quiero que trabajen para mí, así que necesito irme al departamento antes de la seis para comenzar a arreglarme y estar lista en el momento que Rebecca pasé por mí para llevarme al restaurante. Si todo sale bien esta semana, estaré dando el paso más importante de mi corta carrera.
-Señora, Blanchart. - Tomo asiento y por al puerta entra Devon, mi secretaria y asistente provisional. -El señor Wellington desea verla.
Nicholas.
Al ser mi pareja, él puede ingresar sin problema, sin embargo, para Nicholas es importante mi decisión; por ello, siempre pregunta si puede verme para no interrumpir.
-Deja que pase, Devon. - Le sonrío y ella asiente.
Mi novio es creador de una firma de joyería de lujo e inversionista en un conglomerado de marcas de lujo famosas. Ambos nos conocimos en una fiesta por parte de la revista vogue, puesto a que tanto él como yo, éramos un especie de debutantes. Fue así como coincidimos y comenzamos a quedar fuera del ámbito profesional.
-¡Preciosa! -Me levanto y camino hacia él. - Pasé a verte antes de que tenga que partir a Francia.
Nick rodea mi cuerpo con su brazo y delicadamente tira de mi cintura para que nuestros labios puedan hacer contacto.
-¿Francia? - Pregunto al separarme, él porta una su peculiar sonrisa encantadora.
-La reapertura de la boutique me está dando problemas nuevamente. - Con las yemas de los dedos coloca un mechón de mi cabello detrás de mis orejas.
-¿Creés...
-No me perdería el desfile de mi pequeña gran diseñadora. - Me giña. -Trataré de volver a la ciudad antes y si por alguna razón no llego, le diré a Ross qué haga una video llamada.
-Tal vez te extrañe -Bromeo. Claro que voy a extrañarlo.
Hace un puchero aplanando su labio inferior y luego sonríe nuevamente. Creo que jamás había visto que alguien me observara como él lo hace, pues pareciera que sus ojos destellan y lo único que se refleja en ellos, es mi silueta.
-Podría quedarme y perder el vuelo, pero... -Beso el torso de su mano y me alejo.
Tiene que irse.
-Lo entiendo, Cariño. -Suspira. -Hasta el domingo.
-Prometo no extrañarte. - Me acerco y rodeo su cuerpo con mis brazos.
-Si sigues abrazándome no podré irme. - Besa mi coronilla. -¡Mierda! Olvidé que necesito un gran favor.
¿Favor?
-Un viejo amigo de la universidad acaba de mudarse a la ciudad tras vivir en Europa por cinco años. - Lo observo y escucho con detenimiento. -Hoy tiene un evento importante al cual fui invitado...
-Si planeas...-Lo interrumpo una vez que descifro cuáles son sus intenciones implícitas.
-Solo necesito que te presentes y lleves un obsequio.
-Nicholas...- Él aplana sus labios.
-Solo lleva el paquete y desfila por la alfombra roja con joyería que mi equipo te indicará, por favor. - Une sus manos debajo de su mentón. - puede servir como publicidad para tu desfile.
Gruño y él sonríe.
Sabe perfectamente que es lo que más necesito en este momento, así que bufo.
-Me debes una muy grande. -Ríe mientras besa mi mejilla.
-Tengo que irme, te daré los detalles con Ross y Eva. - Besa mis labios y se aleja. -Te amo, ¿lo sabes?
-Odioso. - Grito esperando que pueda escuchar.
No responde, solo envía un par de besos al aire.
Giro mi cabeza hacia la izquierda en donde puedo observar mi reflejo. Esa soy yo con una sonrisa estúpida, una que solo Nicholas puede hacerme sacar a relucir.
Desearía poder amarlo, es lo que más se merece y juro por dios que cada día lo intento; sin embargo, hay algo que no me deja exponerme por completo.
Nicholas merece más de mí.
Vuelvo mi atención a mi trabajo y me concentro en los últimos detalles, así Como en un par de correos que mi asistente filtró para que yo pudiese contestarlos
Al rededor de las seis de la tarde, Jake pasa a recogerme para llevarme a casa de Nicolás, que es en donde van a arreglarme. A primera instancia luce tranquilo, mas segundos más tarde sonríe de una forma tan dudosa que me hace prestar mayor atención en su rostro.
-¿Estás viéndote con alguien? - el coche de detiene en un semáforo, por lo que él me observa confundido hundiendo sus cejas.
-¿Celosa? - Ruedo los ojos.
-¿Básico? - Sonríe.
Adoro su sonrisa, es de esas que tienen arcadas bonitas, dentaduras perfectas y labios definidos. Dios, él definitivamente se llevó los mejores genes de los Blanchart.
-Respondiendo a tú pregunta... -El semáforo cambia. -Sí, con tu ex novio, para ser exactos.
Un impulso recorre toda mi espina dorsal.
-Creo que sigue s...
-En la siguiente calle a la izquierda. - Lo interrumpo.
No necesito saber nada de Rainer, él es parte de mi pasado y ahí se debe quedar por mi bien y el de mi hijo.
-Saldré con él esta noche. - Lo ignoro girando mi cabeza hacia la izquierda. - Me está ofreciendo la vicepresidencia de la editorial Greenwood...
-Bajo aquí. - Señalo el edificio blanco de dos plazas en donde Nicholas tiene su bodega de joyería.
-Lo entiendo, no quieres saber nada de mi futuro esposo. - Lo fulmino.
-Realmente odio que tengas una buena relación con él.
-Y yo odio que ya no la tengas. -Le muestro mi dedo medio.
-Ya bájate, llevaré a los niños a la biblioteca.
-Usa mi tarjeta. - Expreso antes de salir.
El coche arranca, aunque no sin antes dejarme saber que era lo que pensaba hacer.
Afuera de la bodega, uno de los guardaespaldas de Nicholas me da acceso sin siquiera saludarlo; por lo que entro al edificio y me concentro en respirar antes de afrontar todo lo que tengo por delante.
-Señora Blanchart, su comida ya está preparada y los vestidos están por llegar...- Farfulla uno de los asistentes que tendré la noche de hoy.
-Tome asiento y relájese, nosotros haremos todo por usted...
Un chico coloca un sofá en rueditas detrás de mí, por lo que otra persona aprovecha para empujarme quedando yo sentada frente a una mesa con verduras sazonadas y una pequeña porción de proteína animal.
Mientras yo como, los estilistas se encargan de mi pedicura y cabello. Es así como durante todo lo que resta de la tarde y parte de la noche la paso ocupada haciendo video llamada con Ky y siendo la musa de una decena de personas...
.........
Holiwiiiss!!
Sí, lo sé; desaparecí por muchísimo tiempo, pero antes de que me ataquen quiero explicarme, lol. Primero que nada, estoy estudiando, por lo que prácticamente mi tiempo es nulo si viajo todos los fines de semana de la ciudad de mi uní a mi ciudad natal. La segunda excusa, es que me coloqué uñas acrílicas, las cuales me impedían poder escribir.
Juro que intenté actualizarles..
Quiero pedir perdón si el capítulo no es lo que esperaban, pero quise narrarles cómo es la vida de Olivia ahora que es dueña de su estilo de vida.
No me funen.
Xxxx.
Aclaro antes de despedirme que es probable que no tengan actualización pronto, así que les agradezco su paciencia y apoyo.
Muchas gracias.
Sin nada que decir, síganme en Instagram como @thifany.books
Besos.
Lxs amo.
-Thif.
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