Capítulo 1
Nueva York. La gran manzana, ciudad de los grandes empresarios, vida bulliciosa, mezcla de culturas gastronómicas y por tiempo indefinido, mi lugar de residencia.
Dejo de observar hacia el exterior y admiro mi Oficina. Hace meses comenzaron a redecorarla por lo que todo luce nuevo e impecable a excepción de los retratos de mis hermanos y sus hijos, esos fueron traídos desde mi antigua vivienda.
De alguna forma se siente extraño volver a la vida de empresario después de pasar los últimos cinco años en las sombras mientras todos mis movimientos eran desde la distancia. Sin embargo, todo ha cambiado con el paso del tiempo, la vida ya comienza a cobrarme factura por rondar los treinta y cinco y en general, la forma de vida se ha vuelto más difícil de lo que era. Podría apostar que la última vez que estuve en Nueva York había menos contaminación y la mitad de población de la que hay ahora, incluso árboles, pues la mayoría ya fueron deforestados para construir edificios como en el que yo estoy sentado.
Pasar mi tiempo entre la naturaleza también me hace extrañarla ahora que estoy de vuelta en la civilización.
La puerta se abre y sin importar que no se haya anunciado, entra Arrnie muy sonriente junto a dos bolsas de cartoncillo con lo que supongo son nuestros alimentos.
—Extrañaba tenerte a cargo. — Se tumba sobre el sofá reclinable. — Prefiero ser el suplente a dirigir una multitud de empresas diferentes...
Concuerdo.
—Aún tienes la directiva de la editorial en California. — Le hago saber. Desde que anuncié mi regreso, ha estado en esta ciudad siendo una garrapata con la excusa de recuperar los años en los que no estuve a su lado, ayer incluso entro a mi habitación mientras yo estaba en la tina.
Arrnie y yo somos amigos desde pequeños. Creo que hubo un flechazo en el instante que nos percatamos que nuestros nombres tienen las mismas letras en distinto orden, en aquel entonces yo era más inseguro y él la persona con más autoestima que había conocido , así que se puede decir que hicimos match.
—Cierto, olvidaba que eres el dueño de medio mundo. — Bromea y saca la comida de las charolas.
Richard dejó todo su legado a mi cargo antes de desaparecer, muchos creen que se suicidó, otros que está en prisión, yo, en cambio, estoy seguro que nos asecha de entre las sombras y está esperando el mejor momento para salir, pues es imposible que un hombre como él simplemente haya desaparecido. Volviendo a lo anterior, Richard dejó todo a mi nombre, desde los hospitales hasta la editorial que me vio crecer. Mi primer reacción fue intentar desligarme e incluso vender todo, no obstante, al no declararse su fallecimiento, según una de sus cláusulas, el único que tenía que hacerse cargo sin poder deslindarme, era yo.
Así que de un segundo a otro, me volví uno de los hombres más ricos de todo el mundo. Fue difícil tener que salir en público, asistir a juntas y simular hacer una vida normal mientras por dentro estaba en el peor momento de mi vida. Esa fue una de las razones por las que ascendí a personas a cargos importantes, yo solo viajaba de vez en cuando a supervisar que todo fuera bien mientras me recuperaba en el pueblo que mi abuelo compró en Francia, lejos del caos y bullicio que se volvió el mundo después de que alguien filtrara la información de lo que sucedió el último día en que la vi.
Amé esa vida, ser normal sin tener peso en mis hombros; no obstante, todo llega a su fin y después de que uno de los gerentes desfalcara uno de los hospitales y otro abusara de los sueldos, decidí que lo mejor era volver y tomar el cargo de todo yo mismo junto con la ayuda de personas de mi confianza, como Arrnie, Regan y compañeros de la universidad.
—En la noche hay una fiesta...
—Ni lo creas. — Lo interrumpo y fulmino sin dejar que pueda terminar su oración.
—Eres un anciano en el cuerpo de un tipo que debería disfrutar los treintas. — no lo observo, en su lugar, prefiero ir a la barra por copas y uno de los vinos que saqué a la venta hace un año. — Además, hoy comienza la semana de la moda y...
—No iré. — Sentencio.
—Aguafiestas.
—Anciano niño. — Se encoge de hombros. —¿Irás la próxima semana a la graduación de Ruel?
Abro los ojos.
Mierda, había olvidado la maldita graduación de Ruel y Blake.
—Primero tengo que alinear las empresas de Richard y buscar personas que puedan ocupar los puestos en gerencia.
—No se te olvide que tienes el lanzamiento del nuevo robot asistente. — Lo fulmino nuevamente, pues efectivamente acaba de arruinarme la comida.
―Yo no tengo la culpa de que tu familia te heredara medio mundo. ― lleva la copa de vino a sus labios. ― por cierto, tu familia ha estado tratando de contactarte, dijeron algo acerca de un dinero.
Acaricio el puente de mi nariz.
Hace un mes dejé de pasarles mensualidades a cada miembro y le pedí al banco que rechazara todos los créditos a nombre de las compañías Greenwood, solo dejé a mis hermanos y a Verónica, pues en el tiempo que estuve fuera decidí que ya no iba a soportar mantener a tantas personas que no se dignan en tomar el mando en las empresas. Es injusto que mi familia trabaje para mantener a terceros.
― ¿Algo más? ― asiente.
― Mañana tienes la conferencia de prensa con los nuevos directivos de las sedes de la industria, ¿has practicado el discurso? No creo que le parezca correcto a los inversionistas que solo quieras mantenerte con tus propios negocios y no los de Richard.
―No me dejaron otra opción.
― pobre hombre millonario que sufre por tener dinero que le es regalado― hace un puchero burlándose de mí, yo le lanzo un cojín.
―Mejor lárgate antes de que te golpee con algo más duro — sube y baja sus cejas. —Eres un hombre asqueroso.
Suelta una carcajada que podría jurar, se escucha hasta el primer piso.
—Me voy, pero llámame si te animas a ir al desfile de esta noche o a la fiesta posterior, escuché que Rina desfilara.
—No quiero ver a mi hermanita en ropa interior y tú tampoco — eleva sus manos en señal de rendición.
—Me voy, solo vine a traerte tus alimentos y a coquetear con tu hermosa asistente.
—¿No estabas tratando de reconquistar a Rebecca? — bufa casado.
—Quedamos en ser exclusivos hasta que la encontré follando con Walter Wallace.
—¿Lo que tú hiciste cuando tenían una relación seria? — Abre y cierra la boca con molestia.
—Fue diferente, ella me rompió el corazón.
—Estoy seguro que volverán mañana. — Sonríe
—De hecho...
Ruedo los ojos. Han estado saliendo y terminando durante dos años, siempre creí que terminarían juntos por lo parecidos que son, pero es justo que paren de ser estúpidos, cada semana ella lo engaña y regresan al siguiente tras follar un par de horas. Tal vez si Olivia estuviera para Rebecca, todo podría ser un poco más Sano.
Olivia.
Su nombre aún causa en dolor en mi pecho, pues no importan los años que transcurran, tener sentimientos hacia ella fue lo que necesitaba para darme cuenta que necesitaba ayuda y que la mejor decisión fue buscarla.
Pasé dos años en una clínica de rehabilitación. El primer lapso fue el más difícil porque quería buscarla; hacerle saber que aun la amaba, sin embargo, parte del proceso fue darme cuenta que lo mejor era dejarla ir, pues de una u otra forma ya lo había hecho al dejarla sola sin dejar explicarse. Después todo se volvió más fácil, sentía que yo ya había sanado, entonces volví a la ciudad un domingo de verano, no quería buscarla, no obstante, lo hice, y bueno, ese día comprendí que lo mejor que pude haber hecho fue dejarla crecer por su propia cuenta, lejos de mi apellido y los problemas que trae consigo. Lo que vi ese día fue a Olivia sonriendo en uno de los desfiles en donde ella era la diseñadora principal, dios, lucía más hermosa que nunca, sin ojeras y tristeza, realmente estaba brillando, iluminando el lugar con su presencia. Ahí me percaté que jamás la había visto de esa forma durante el tiempo que estuvimos juntos, entonces me di media vuelta y tomé un vuelo de regreso a Francia. Concluí que lo mejor era no interferir en la vida que ya había construido, pues en menos de tres años ya había fundado una pequeña compañía que al día de hoy se ha vuelto una promesa textil.
Amar también es dejar ir y ella tenía que irse para poder ver atrás y sentirse realizada, tal como yo me siento con respecto a mi compañía electrónica.
—Me voy, ni si quiera estás prestándome atención. — Se queja fingiendo estar indignado.
—Ve a trabajar, para eso te pago. — Rueda los ojos y se va.
No lo diré en voz alta, sin embargo, realmente extrañé tener la compañía de Arrnie, convivir con mi antiguo círculo social no llegó a la altura de lo bien que me siento cuando él está merodeando.
Me siento en la mesa y comienzo a ingerir la comida que mi mejor amigo trajo. Al finalizar, guardo todo en las bolsas, me lavo los dientes y vuelvo detrás del computador. La rutina de los últimos dos días.
Toda la tarde la paso ahí, sentado revisando papeles e ideando nuevas estrategias para poder modernizar los sistemas de las empresas de Richard. No es hasta que los ojos se me sienten cansados que me percato de la hora.
Diez Veinticinco.
Decido que ya no puedo seguir más, guardo los documentos, tomo la laptop y salgo de la oficina. Afuera ya no queda nadie, solo los hombres de vigilancia y un par de guardaespaldas que están a prueba antes de enviarlos con Rina.
Mientras bajo por el ascensor le envío un mensaje a Levi para que me encuentre en la entrada, así que apenas pongo un pie afuera de la empresa la camioneta ya está esperando por mí.
—Creí que nos quedaríamos a dormir afuera. — Es lo primero que dice una vez que estoy arriba del vehículo.
—Aún así no te pagaré horas extras. — Bromeo, Levi tiene un sueldo por las veinticuatro horas, lo que implica que jamás tiene horas extras.
—Explotación laboral.— Se queja.
—¿Por qué no hablamos de tu retiro, anciano? — Me fulmina.
—Te morirías sin mí.
—Y tú sin mí. — Sigo con nuestro juego. — ¿Quién le daría trabajo a una persona que está a un paso de la muerte?
—Si sigues diciendo que soy una reliquia te voy a abandonar aquí.
Me río.
—Perdón, había olvidado que los ancianos se molestan con facilidad...— Bufa.
Me gusta bromear con Levi al respecto de su edad. En realidad no está tan grande, de hecho está muy bien conservado para rondar los cincuenta y seis. A su edad, yo Desearía tener la misma fuerza que él tiene.
Nuestra pelea se ve interrumpida por un mensaje que me llega al teléfono. Lo abro y como era de esperarse es Arrnie aunque ya lo sabía pues él mismo me hizo colocarle un tono diferente para que supiera cuando me necesita. Observo su chat, son ocho mensajes perdidos.
Patán 1:
Mi amor.
H3yeejdyyy.
Becca me 3ngaño.
Puedez creeerlo0?
Ven por muah.
Creo que me metí en una pelota.
*peleota.
Patán 1:
Ven por mí. Es urgente.
No hay más mensajes excepto a su ubicación actual. La dirección que él manda no es tan lejos de donde nos encontramos, solo un par de avenidas y atajos y llegamos. Cuestión de media hora si hay demasiado tráfico.
Coloco la dirección en la pantalla de la camioneta y guardo el móvil en el bolsillo de mi pantalón.
—Sigue el gps. — Le ordeno a Levi.
Él parece notar mi seriedad y arranca sin importar que hayamos tenido una graciosa discusión antes.
He extrañado muchas cosas de la civilización y mi antigua vida, pero perseguir a Arrnie en sus borracheras no es una de ellas.
Durante el camino espero por más mensajes, mas no escribe. Por ello, una vez que Levi aparca en el bar al que mi mejor amigo me envió, le pido a Aslan que me acompañe.
Conozco el lugar, tiene muy buena categoría y nombre, ya que no dejan ingresar a cualquier persona. Para entrar tienes que presentar tu credencial y si después de que ellos te investiguen, apareces en Internet. Estás dentro.
Pasé muy buenas fiestas aquí, pues para los adolescentes millonarios es un escape si quieres liarte con alguien y que no lo sepa la prensa. Arrnie y yo solíamos venir cada día de los que me la pasaba en Nueva York.
—Rainer GreenWood, no hagamos esto tan largo. Soy amigo de Ivy. — Le digo al cadenero.
—Necesito su identificación, es por protocolo. — Ruedo los ojos, saco la tarjeta y se la entrego.
Es estúpido que me haga pasar por este tipo de cosas.
Minutos más tarde el hombre vuelve y nos deja ingresar a Aslan y a mí.
No es difícil buscar a Arrnie, pues está en la barra siendo socorrido por Rebecca.
—Llegué. — Espeto acercándome a ellos.
—¡Herrrmanito! — Arrnie arrastra la voz.
—¿Qué diablos le pasó? —Observo su rostro, tiene un ojo golpeado.
—Estaba conversando con Westin Deluca...
—¿Tu primo? — Asiente.
Ya sé hacia donde va.
—Arrnie creyó que lo estaba engañando y lo golpeó, entonces Westin se lo devolvió y...
—Es mejor que me lo lleve. — cansado, la interrumpo. —¿Tienes con quién irte a tu departamento?
Justo cuando termino ni pregunta siento un aroma muy familiar que de inmediato me lleva a viejos recuerdos.
No puede ser ella.
Ella no está aquí.
No, no lo está.
—No volveré a conducir solo porque Arrnie te dejó. — mi corazón se acelera. — Es un cuento de nunca acabar. — Bufa.
Claro que es ella, es su voz y aroma.
Es ella, ella está aquí...
No me giro, no me muevo o hago un mínimo gesto, debido a que no sé cómo actuar.
Ella está aquí, maldita sea. Olivia está aquí.
—Nos vamos, mis guardaespaldas se llevarán a tu novio. — Su voz suena molesta.
—Sobre eso... — Vacila Becca.
Ellas guardan silencio, solo puedo escuchar el bullicio y la música de fondo.
—¿Con quién está Arrnie? — Es ella la que rompe el silencio.
Mierda.
....
Holiwis!! Aquí estoy de nuevo en un nuevo capítulo de una nueva historia.
Cómo ya saben, he estado actualizando los capítulos viejos, aquellos que fueron subidos el inicio de la historia, sin embargo, hice un pequeño espacio para terminar este capítulo.
Hablando de las actualizaciones. No creo que haya una próxima esta semana, de igual forma trataré de escribir los días libres que tengo antes de la uni. Lol.
¿Qué les pareció éste comienzo?
Quién les gustaría que narre el siguiente, ¿Liv o Rain? Los leo porque eso exactamente es lo que haré.
Antes de irme quiero decir que la canción de fondo es nada más y nada menos que...“what the hell are we dying for”.
Que Comience el salseo.
Sin nada que decir, me despido. Siganme en instagram como @thifany.books
Besos.
-Thifany.
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