《Capítulo 22》🥀 Final

-¿Yoongi te lo ha contado?

-Por supuesto. El pobre estaba loco de preocupación,

-¿Ah, sí? -preguntó el pelirubio, sin poder disimular la ironía.

El tono provocó que al otro lado del hilo se hiciera el silencio.

-Pero no quiero hablar de eso.

-¿Y de qué quieres hablar entonces?

-Mira, Jungkook, el día de la boda, cuando no quisiste contarme qué había pasado entre Jisoo y Yoongi ... Tienes que contármelo ahora.

-Jimin, yo...

-Tengo que saberlo, Jungkook.

-¿Por qué?

-Porque creo que está con ella.

-¿Qué? Imposible.

-Los he visto tomando café en la cafetería de su oficina. Había ido a decirle que acababa de recuperar la memoria y los vi, muy juntitos... ella estaba apretando su mano. Luego, mientras estábamos comiendo, lo llamó alguien por teléfono y, de repente, decidió que tenía que irse a Jeju por un asunto de negocios.

-Será una coincidencia...

-Yo no creo en las coincidencias. Sigue enamorado de ella, ¿verdad?

-No, yo no lo creo.

-Cuéntame qué pasó -insistió Jimin.

Él dejó escapar un suspiro.

-No puedo.

-Cuéntamelo, Jungkook. Y dime por qué crees que se casó conmigo. Tú lo sabes, sé que tú lo sabes.

-Jimin, todo eso es el pasado. Las cosas han cambiado desde entonces. Yoongi ha cambiado.

-Por favor, deja de intentar protegerlo. Cuéntame la verdad. Puedo soportarla, te lo aseguro. He soportado cosas peores. Lo que no puedo soportar es la mentira.

Al otro lado del hilo, de nuevo, se hizo el silencio.

-Jungkook, por favor.

-Muy bien, de acuerdo... pero Yoongi me va a matar. Además, creo que te equivocas de medio a medio.

Jungkook le contó luego que Jisoo y Yoongi habían hecho el amor el último día, durante todo el día, lo habían hecho de todas las formas posibles, algo con lo que solían fantasear la mayoría de los hombres.
Después, ella se levantó de la cama, se vistió y le dijo con toda frialdad que iba a dejarlo y que, por la noche, cuando estuviera solo en la cama, podía imaginarla haciendo todas esas cosas... con su nuevo amante.

Lo último que le había dicho antes de marcharse era que seguía amándolo.

-Entonces, ¿por qué le dejó? -preguntó Jimin.

.

-Porque estaba a punto de declararse en quiebra -contestó Jungkook-. Tenía una buena parcela y sabía que en un año, dos como máximo, valdría una fortuna. No le importaba estar sin dinero durante un tiempo, pero a Jisoo sí. Ella quería vivir como una reina. Si hubiera esperado un poco, podría haberlo tenido todo, a Yoongi y la buena vida que buscaba.

-Ya veo. ¿Y por qué se casó conmigo? -preguntó Jimin, aunque tenía la horrible impresión de que sabía cuál iba a ser la respuesta.

-Al principio, yo creo que fue una especie de venganza contra Jisoo. Para demostrarle que había seguido adelante, que la había olvidado. Y supongo que también quería ponerla celosa.

-¿Celosa? -repitió Jimin.

-Eres una persona muy guapa. Más guapa que Jisoo. Para ella habrá sido un duro golpe ver que Yoongi se casaba con un hombre y además, más atractivo.

A Jimin se le encogió el corazón. Por eso le compraba esa ropa, por eso se alegraba tanto cuando su fotografía salía en la revistas.

Todo para poner celosa a Jisoo.

-Estoy seguro de que a Yoongi eso ya no le importa -siguió Jungkook-. ¿Recuerdas lo celoso que se puso esa noche, cuando estábamos bailando juntos? Jisoo ya no le importa, estoy seguro. Deja que llame a Yoongi al móvil y hable con él. Seguro que...

-No, por favor. No lo hagas. Esto es asunto mío, Jungkook. Prométeme que no le dirás nada.

-Pero...

-¡Prométemelo!

-No sabía que pudieras ser tan duro.

-Soy un superviviente, Jungkook.

Valientes palabras. Pero en aquel momento no se sentía como un superviviente. Más bien, como una víctima.

De nuevo.

Pero sólo sería algo temporal. Porque no volvería a vivir con miedo, aunque ese miedo estuviera sólo en su corazón.

No viviría con los celos, especialmente si era el quien los sufría. Prefería enfrentarse directamente con la verdad.

Había llegado el momento de entrar en acción.

-Adiós, Jungkook.

-Antes de colgar, prométeme una cosa.

- ¿Qué?

-Llámame cuando descubras que estás equivocado.

Yoongi no sabía dónde estaba Jimin. Lo había llamado a casa en cuanto había bajado del avión, pero no encontró respuesta. Y cuando lo llamó al móvil, comprobó que lo tenía apagado. Le había dejado un par de mensajes pero, por el momento, seguía sin saber nada.

Nunca habían estado pendientes el uno del otro, era verdad, pero siempre lo llamaba cuando se iba de viaje. Y Jimin no solía salir los jueves por la noche. Al menos, no salía solo.

Quizá estuviera en el gimnasio, pensó, intentando compensar los días que había estado en el hospital.

O quizá había decidido visitar a su madre.

Yoongi estuvo a punto de llamar a su suegra, pero pensó que sería absurdo. No quería actuar como el canalla de su primer marido, persiguiéndolo todo el tiempo.

No. Se daría una ducha, se metería en la cama y leería un rato. Había comprado uno de esos best-sellers en el aeropuerto y había empezado a leerlo en el avión.

Yoongi acababa de cerrar el grifo de la ducha cuando le pareció que alguien llamaba a la puerta. Después de ponerse la bata, fue a abrir, pasándose una mano por el pelo...

Sí, definitivamente había alguien llamando a la puerta. Y con ganas.

-¿Quién es? -preguntó, sorprendido. Normalmente, si era alguien del hotel solían anunciarse diciendo «Servicio de habitaciones» o algo así.

-Soy yo, Yoongi . Jimin.

-¡Jiminie! -exclamó él, abriendo la puerta.

Y allí estaba, precioso, pero con una expresión muy seria.

Yoongi no sabía si alegrarse o preocuparse.

-¿Que estás haciendo aquí?

-He tomado el último vuelo -contestó el menor, mirándolo de arriba abajo de la forma más extraña.

No de una forma sexual, no. Como si estuviera estudiándolo.

-Ya lo veo. ¿Por qué?

-¿No piensas invitarme a entrar?

Pero Jimin no esperó una invitación. Entró como una tromba y fue directamente hacia el dormitorio.

Y entonces Yoongi entendió. Pensaba que estaba allí con alguien. Lo había seguido, esperando pillarlo con otra persona.

Yoongi cerró la puerta y se volvió, airado.

-A lo mejor también quieres comprobar el cuarto de baño. Puede que esté escondida o escondido detrás de la cortina de la ducha... si hubiera cortina en la ducha -añadió en voz baja al ver que Jimin entraba en el baño.

Cuando volvió, comprobó que estaba pálido.

-Estás solo -dijo en voz baja.

-¿Estás seguro? Puede que ella o él no haya llegado todavía. Sea quien sea.

-Jisoo, por supuesto. La mujer de la que sigues enamorado.

-¡Jisoo! ¿Estás loco? No estoy enamorado de Jisoo, Jimin.

El se puso colorado.

-No me mientas. Los he visto juntos. Hoy. De la mano.

-Ella estaba apretando mi mano, sí, es verdad. Pero no puedo soportarla.

Jimin abrió mucho los ojos.

-¿No puedes soportarla?

-No, yo...

Yoongi no terminó la frase y se quedó mirando a su amante, atónito.

Durante el resto de su vida, jamás olvidaría ese momento, cuando de repente, lo que acababa de hacer Jimin empezó a tener sentido.

Cuando descubrió que su deseo se había hecho realidad.

-Estás celoso -dijo con voz ronca.

Jimin hizo una mueca.

-Yo... yo... yo... estaba equivocado.

-No, no estabas equivocado, cariño -dijo Yoongi , tomándolo entre sus brazos-. Nunca has tenido más razón en toda tu vida. Me amas, ¿verdad?

-Ay, Dios mío... qué idiota he sido.

-Si tú eres idiota, yo también. Porque yo también te amo, amor mío.

Los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas.

-¿Me amas? -preguntó, con voz entrecortada.

-Con todo mi corazón. Casi me muero durante el accidente, cuando pensé que te había pasado algo. Y luego, cuando no te acordabas de nada... fue un infierno.

-¡Pero te portaste de maravilla conmigo!

-Ése era el nuevo Yoongi .

-¿El nuevo Yoongi ? ¿Qué quieres decir con eso?

A Yoongi le daba un poco de vergüenza hablarle sobre el trato que había hecho con Dios. Pero lo hizo de todas formas.

Y se emocionó al ver que Jimin se emocionaba.

-Pero tú siempre has sido un hombre maravilloso.

-No lo suficiente para ti. Tú te mereces lo mejor.

-Oh, Yoongi , cariño...

-Llevo deseando decirte esto toda la semana. Quería decirte que te amo, pero me daba miedo.

-¿Miedo tú? Tú nunca tienes miedo de nada.

-Me daba miedo perderte, mi amor. Tú siempre habías dicho que no querías volver a amar a nadie, que no querías que nadie te amara. Cuando me di cuenta de que estaba loco por ti, no supe qué hacer.

-Oh, Yoonie ...

-Quería pedirte que vinieras conmigo a Jeju, pero no me atrevía. Temía que te pareciese raro. No sabía que me hubieras visto con Jisoo. O que pensaras lo que habías pensado.

El sonrió.

-Si tú has pasado por un infierno, yo también. Cuando te vi en la cafetería con esa mujer tuve que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para no entrar y llenarla de bofetadas.

-¡Jimin-ah!

-Sí, sí, lo sé. Nunca había sentido celos en toda mi vida y no te puedes imaginar la angustia que sentía. Me daba vergüenza... Odio los celos, ya lo sabes.

-Y lo entiendo perfectamente -asintió él. Aunque, privadamente, no podía evitar cierta sensación de triunfo.

-Los celos son una cosa terrible. Son algo irracional, primitivo. Tú no estabas haciendo nada malo en esa cafetería, sólo tomando un café. Y tienes razón, vi que era ella quien apretaba tu mano. Pero cuanto más intentaba decirme a mí mismo que eras inocente, más imaginaba todo tipo de traiciones... especialmente cuando tardaste tanto en subir al despacho después de que Lisa te llamase al móvil.

-Me preocupaba que Jisoo subiera detrás de mí y montase una escena. Así que llamé a un taxi y esperé hasta que desapareció.

-No pasa nada, Hyung. No tienes que darme explicaciones.

Pero Yoongi sentía que le debía una explicación. No quería que se preocupara por nada. Porque él se preocuparía si el ex de Jimin siguiera vivo.

-¿Sabes que Jisoo estaba convencida de que iba a volver con ella?

-¿En serio?

-Pensaba que podía volver conmigo después de todo este tiempo. Incluso imaginaba que yo seguía enamorado de ella. ¡Esa mujer está loca!

-Pero tú la quisiste una vez -señaló Jimin-. Y seguías enamorado de ella cuando te casaste conmigo.

-Pensé que lo estaba, pero no es así. No creo que lo que sentía por Jisoo fuera verdadero amor. Francamente, creo que entonces no sabía lo que era el verdadero amor. Era demasiado joven, demasiado egoísta.

-¿Y ahora lo sabes?

-Ahora lo sé, cariño -sonrió Yoongi , apretándolo contra su pecho-. Es lo que siento por ti. Te adoro, Jimin. Te adoro. Y te admiro. Eres un ser increíble por sobrevivir a lo que has sobrevivido con ese monstruo. No creo que muchos se hubieran atrevido a seguir adelante con sus vidas después de lo que tú tuviste que pasar. Y me siento tan agradecido de que hayas confiado en mí. De que te hayas casado conmigo... Soy un hombre muy afortunado.

El negó con la cabeza.

-Soy yo el afortunado. Pensé que nunca diría que me alegro de haber perdido la memoria, pero así es. De ese modo pude mirar de verdad al hombre con el que me había casado. Al recordar a Kai entendí por qué había elegido a mi segundo marido. Creo que te he amado siempre, Yoongi. Pero no me había dado cuenta hasta hoy. No, creo que ya lo sabía anoche, cuando hicimos el amor.
Por eso lo recordé todo esta mañana, porque era seguro hacerlo. Me hiciste sentir seguro, Yoongi. Puede que a ti no te parezca importante, pero lo es para mí.

Y allí estaba, la mirada que tanto había esperado. La mirada de verdadero amor.

El corazón de Yoongi latía a mil por hora.

-Siento mucho haberme puesto celoso -dijo Jimin, apoyando la cara en su pecho.

-Yo no -dijo él-. Porque si no te hubieras puesto celoso, no estarías aquí y seguiríamos fingiendo que no nos queremos. Y eso no sería bueno -añadió, con una sonrisa en los labios-. Sobre todo, ahora que vamos a convertirnos en padres.

-¿Tu también lo crees? -preguntó Jimin.

-Sí.

-Puede que nos equivoquemos.

-En fin, esta noche es la segunda mejor noche del ciclo, ¿no?

-Sí...

-¿Qué tal si probamos de nuevo? Por si acaso.


Jimin estaba acostado en los brazos de Yoongi, después de hacer el amor, saboreando el momento y pensando que una felicidad así sólo se encontraba una vez en la vida.

Pero, claro, un hombre como Min Yoongi sólo se encontraba una vez en la vida.

-Yoongi ...

-¿Sí?

-Tengo que hacer una llamada.

-¿Ahora? ¿A estas horas?

-Sí.

-¿A quién tienes que llamar?

-A Jungkook.

-¡Jungkook!

-No te pongas así. Nos amamos y confiamos el uno en el otro, ¿no?

-Sí, pero...

-Nunca más volveremos a ponernos celosos. Pero tengo que hablar con Jungkook porque le prometí una cosa.

-¿Qué le prometiste?

-Puedes escuchar -dijo Jimin.

-Muy bien -gruñó Yoongi , buscando su celular -. Voy a llamarlo.

-¿Dígame? -Oyeron una voz al otro lado-. Espero que esto sea importante. Son las dos de la mañana y estoy trabajando.

-Es importante -dijo Jimin.

-¡Jimin!

-Tenías razón, Jungkook. Yo estaba equivocado. Yoongi no está enamorado de Jisoo. Me quiere y ama a mí... casi tanto como yo a él. Ahora puedes seguir trabajando.

-Y ustedes pueden volver a lo que estuvieran haciendo -rió Jungkook.

-Desde luego -sonrió el, mirando a su marido-. Justo eso es lo que pienso hacer.

♡♡♡ Fin ♡♡♡

Si les gustó esta historia y quieren epílogo, diganmelo en los comentarios.

Gracias por la interacción en capítulos pasados, es lindo cuando veo que están super metidas en la historia 🌼

Espero pronto traerles más fics para que se entretengan. 🌼🌼

Nos vemos en otro universo alternativo del Yoonmin hahaha🌼🌼🌼

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