Me había hipnotizado, mis ojos se habían puesto sobre él y en un instante no pude volverme hacia nadie más, era un sueño, ¿Cómo alguien así de hermoso podía existir en este mundo? El tiempo se detuvo y giró por todo su entorno, apenas me recobré para decírselo a mi amiga, oh dios, tenía que hablar con él, nadie más iba a poder tener el privilegio de hacerlo sentir más especial como yo.

Me acerqué con pasos lentos, apenas perceptibles, mi corazón sufrió un apretón salvaje cuando sus ojos azules cristalinos, iluminados con un ese destello magistral se encontraron con los míos, mi cuerpo se desencajo de mi cabeza y por un momento quise salir corriendo, no iba a poder hacerlo pero me armé de valor y lo hice.

Conversé con él y al final logré mi objetivo, fue el gran triunfo del año o más bien del siglo, tenía su número telefónico.