10. "A la francesa."
La mañana llego y con ello un hermoso día soleado. El moreno abrió un poco los ojos, alargo el brazo buscando contacto ajeno... Si es que lo había.
Nada, no había nadie a su lado. Era mejor así, aunque era raro que a él le pasara. No recordaba que paso anoche y eso lo frustraba.
Le dolía la cabeza a horrores, agradecía que las cortinas no dejaran filtrar la luz. Se acomodo mejor y se cubrió hasta la cabeza... Ya después descubriría donde estaba y que había pasado el día de ayer.
[...]
—Ve~... —Se quejo el italiano, le dolía la cabeza horrible, le molestaba la luz y el ruido por mas mínimo que fuera no lo podía soportar. En pocas palabras, Italia Veneciano tenia la resaca de su vida. —Ve~...
—Aquí tienes Italia. —Susurro el alemán, dejando una taza de té en la mesa.
—Gracias Alemania Ve~... —Agradeció, subiendo un poco la cabeza. Viendo al fornido hombre.
Austria y Prusia estaban igual en la mesa desayunando. El albino aun estaba molesto, ya que el aristócrata no lo había dejado beber lo deseado.
Pero de algún modo lo agradecía, ya que así, no tendría resaca como Italia, México e Inglaterra.
—¿México sigue dormido? —Pregunto Austria. Bebiendo de su taza de café. El alemán asintió. —¿Te duele mucho la cabeza Italia?
—Ve~... —Fue lo único que dijo el país mediterráneo. Austria supo que esa era una afirmación. —No había tomado tanto en mi vida... Ve~...
El aristócrata simplemente entendió el estado del pobre chico. Nunca lo había visto tomar como un mexicano.
De hecho vio que intento seguirle el ritmo a los otros dos que bebían. Pero simplemente no lo logro y quedo inconsciente por la quita ronda de Whisky.
Ahora lo veía como, ni podía mantener las manos alejadas de sus orejas. Suspiro y ayudo al castaño a subir arriba otra ves y descansar lo que pudiera.
Alemania suspiro, cuando iba a reñir a su hermano por lo que paso anoche. Se oyó el timbre tocar.
A lo cual Prusia fue rápidamente a abrir. Dejando solo a su hermano menor.
Ludwig, bajo la mirada. A su mente vino lo que paso la noche de ayer. Donde el mexicano ebrio, lo había besado varias veces.
Un feroz color carmín decoro las mejillas del alemán, tanto que parte de sus orejas lo estaban.
¿Por qué no se había negado a ello? ¿No se supone que solo son amigos? ¡¿Qué clase de amigos se besan de esa forma?!
Antes de entrar en una gran histeria por ello, escucho las voces de su hermano y otro país en la entraba. Pero también logro oír pasos torpes, se oía el arrastrar de los pies. Y unos cuantos quejidos.
[....]
Gilbert al escuchar el timbre fue rápidamente a abrir. No quería roces con su hermano menor, lo dejar que se bebieran casi toda la cantina anoche.
Al abrir esperaba ver a sus dos mejores amigos... Pero solo encontró uno.
—Bonjour Gilbert, grand frère est là pour te plaire ~ —Menciono el país galo, mientras veía a su amigo.
El cual casi le cierra la puerta en la cara. Antes de que eso sucediera, se oyó a alguien maldecir por las escaleras. Para ver bajar al mexicano, que se sostenía la cabeza con algo de fuerza.
—Uhg... No vuelvo a tomar. —Se auto prometió, su que sabia que al final lo volvería a hacer. Cuando estaba abajo por completo. Vio a los dos hombres de la puerta.
—Mon amour~! —Exclamo el francés, entrando en la casa de los alemanes. Y abrazando al desconcertado mexicano. —¿Quien diría que te encontraría Aquí ~? Hermano mayor te saludara como se debe~
El moreno trataba de quitar al galo de encima suyo. Si estuviera en sus 5 sentidos ya hubiera dejado a Francis a 5 metros bajo tierra.
Cuando el francés iba a besar los labios del mas bajo, solo sintió un fuerte golpe en la cabeza.
Se separo rápidamente, mientras gritaba de dolor. Al ver al causante, sinceramente esperaba ver a España... Aunque a decir verdad, Francia ya no tendría cabeza de ser ese el caso.
En su lugar vio a Alemania con una olla de acero inoxidable en las manos.
—¡¿Por que hiciste eso?! —Exclamo el "País del amor". Alemania no dijo nada y se llevo al mexicano lejos del francés. —¿Desde cuando Alemania actúa así?
—Desde que México llego. —Fue lo único que dijo Prusia. Esto intrigo al europeo, el cual miro sorprendido a su amigo.
Mientras él ayudaba a su amigo, Alemania le servía una taza de café al mexicano. El cual agradeció gustoso, bebiendo de aquella infusión, claro, antes ya le había agradecido de quitarle a Francia de encima.
—México, ¿puedo preguntarte algo muy importante? —El latino asintió firmemente. —¿Qué significa "Suague lé"?
El mexicano escupió el café que tenia en la boca. Ahogándose un poco. ¿Había oído bien? ¿Había oído un "Te amo" en Mazateco?
Después de evitar morir ahogado por café pregunto la palabra nuevamente. La palabra que le dio el alemán fue la misma.
Un sonrojo invadió sus mejillas. ¿Él le había dicho eso? En parte agradecía habérselo dicho en dialecto, pero mal. Porque tuvo que recurrir al alcohol para decírselo y lo malo es que no fue en español.
Antes de poder decir que sucedía, Austria frutado por interrumpir su momento GerMex, le dijo que su jefe lo buscaba.
Mientras tanto, Francis observaba todo desde la sala con su amigo. Sonrió de forma ladina.
Así que, después de que México se bañara y se cambiara. Francia estuvo "pegado" al latino, viendo como Alemania morían internamente de celos; aunque se llevo varios golpes de parte del menor, supo con certeza que sus sospechas eran ciertas.
Antes de irse, toco en el despacho del fornido hombre, que se encontraba ahí desde la comida.
—¿Qué sucede Francia? —Pregunto intrigado el serio país, mientras veía al país del amor entrar a su oficina.
—Querido Ludwig, ¿puedo preguntarte algo muy serio? —Pregunto el galo, mientras tomaba lugar frente a él.
—¿Qué sucede Francia? ¿Por qué tanta seriedad? —La intriga y algo de nerviosismo lo ataco.
—A ti, ¿te gusta México verdad? —Pregunto con naturalidad. El alemán nervioso no supo que responder, porque ni siquiera él conocía esa respuesta. Francia sonrió y dijo. —Creo que tenemos que hablar seriamente Alemania...
—Ohayo y Doitsu!
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