Recorro los pasillos del edificio para llegar hasta las habitaciones de los internos de preparatoria. He estado por 3 horas en la biblioteca del campus leyendo cualquier cosa pero no he podio concentrarme, solo estaba gastando mis vista a lo estúpido, estoy cansado, tengo mucha hambre y ya no sé cómo no pensar en él y cada que lo hago mis ojos se cristalizan en adoración, mi pecho se incomoda por la necesidad de su calor y mi cabeza duele por su alejamiento.

Han pasado dos semanas y estamos comenzando la tercera desde que llegue al internado en Inglaterra. La última vez que tuve mi celular disponible fue cuando llame a Tao porque me sentía pésimo, quería que me ayudara, quería volver, había cometido un error por no pensar y solo actuar, pero mi madre, ella me lo arrebato, lo estrello contra el suelo del aeropuerto en Canadá y el móvil se hizo añicos. Llore pero calle. Mi madre era capaz de todo en ese momento. Está furiosa.

Se preguntaran por el celular que Luhan me facilito solo para nuestra exclusiva comunicación, bueno, lo deje con él en China.

Le he llorado cada noche, lo he extrañado cada día, le he añorado a cada segundo. Lo extraño tanto que siento que no podre soportar un día más sin él a mi lado. Me siento frustrado. No puedo dejar de pensar en todo lo nuestro. No puedo concentrarme en nada. En las clases me han llamado la atención más veces de las que voy al baño.

Gracias a mi madre puedo comprender algo de Ingles, pero igual aun batallo para adaptarme.

En mi habitación asignada estoy solo y no debería ser así, por cada habitación debe haber dos estudiantes, pero mi madre ha pagado una suma grande para que me aíslen. Ella ha dicho que lo merezco, que merezco que nadie se me acerque, a mí, un enfermo homosexual. No sé qué será el día que ella se entere que estoy esperando a dos hermosos bebés, los cuales han sido mi fuerza en mis días de batalla.

Me siento tan perdido. Me siento solo. Me siento muerto en vida. ¿Dramatizo? Quizá, pero ¿han estado enamoradas(os)? Es la peor y más hermosa maldición que te podría caer.

Cuando estás enamorado y el mundo es rosa, sientes que estas en el cielo (o al menos como imagino que se sentiría), que estas flotando y millones de mariposas te elevan y un cosquilleo inimaginable se apodera de tu estómago, siempre estas sonriendo pensando en esa persona solo deseando el momento para verle aunque sean unos segundos. Estas hechizado.

Pero, cuando tu mundo rosa es asechado por el negro, caes de golpe poniendo los pies en la tierra, las mariposas se esconden por el temor, el cosquilleo se esfuma y sientes un vacío enorme que quieres llenar, pero no puedes porque no sabes cómo. Te sientes inútil, desesperado, perdido. Anhelas tu mundo anterior pero lo has echado a perder y no hay forma de recuperarlo.

No sé de qué otra forma describir como me siento en este momento.

Llevo mi mirada baja, viendo mi caminar. No pienso en nada, solo me dejo abrazar por el vacío, claro, hasta que choco con un muro y casi caigo por no ser que unos brazos me sujetan de mi cintura ¿los muros tienen brazos? ¿Qué?

-Hey, cuidado –me dicen y yo levanto la vista de inmediato y unos ojos amables y luminosos, una sonrisa tierna decorada por hoyuelos, me recibe.

-T-Tú –vacilo incrédulo.

-Hola bonito ¿Qué coincidencia, no? –no digo nada y solo lo miro sin creérmelo por completo. El chico del súper mercado está frente a mí. Mis ojos se pierden en la tinta negra que besa su tez y que tanto me llama la atención tal cual niño y me sonrojo cuando veo sus ojos y risa juguetona hacia mí por lo curioso que he sido.

Empujo con cuidado con mis manos su pecho para que m suelte y el cede de inmediato.

-¿Q-Que haces aquí? –le pregunto.

-Siguiéndote –dice y yo abro mis ojos como platos y él suelta la carcajada-. ¿No te la creíste verdad? –bajo la vista avergonzado porque evidentemente si me la creí-. Solo he venido por unos cursos para reforzar mi doctorado. Quizá solo este uno o dos meses, todo depende de lo que suceda en este tiempo –sonríe ladino. Yo en cambio, solo formo una completa pero suave "O" con mis labios-. ¿Sabes dónde es el edificio de los dormitorios de preparatoria? Al parecer ya no hay espacio en los dormitorios de universidad y extras. A todo se les dio por venir en estas fechas para reservar sus cursos de Enero –ríe suave-, pero me han sugerido que puedo quedarme en los dormitorios de preparatoria y he aceptado, a fin de cuentas solo será una habitación para dormir y llegar por la noche, la mayoría del tiempo me la pasare metido en los libros y clases –explica.

-B-Bueno, yo soy de preparatoria. Si quieres vamos. Voy hacia allá –sugiero.

-Me parece perfecto, Sehun –cuando mi nombre escapa de sus labios, siento un escalofrió recorrerme el cuerpo. Extraño.

-Recuerdas mi nombre... -musito.

-Como no hacerlo. Eres algo muy bonito como para que se olvide rápido –asiento sin saber que más decir. Asomo mi cabeza por detrás de su hombro y veo su maleta en el suelo.

-Vamos, quizá quieres descansar por el viaje. Te llevare rápido –lo único que quiero es salir de esta incómoda situación.

Doy varios pasos para seguir mi camino pero no escucho que me siga. Me paro y me giro para verlo. Lo veo parado donde mismo. Pero lo que me llama la atención son sus manos hechas puños y la vena que sobre sale en su cuello, es como si estuviese molesto por algo, pero sería ilógico. No he hecho algo que le moleste ¿cierto? ¡Oh! ¡He olvidado su nombre, quizá por eso está molesto!

-Yo, perdona. No soy muy bueno recordando. Discúlpame –le digo y sus puños desaparecen.

Cuando se gira, una sonrisa ilumina su rostro.

-Oh, no te preocupes bonito. Mi nombre es Yixing, para servirte... –serán mis nervios o falta de cuerda-lidad, pero esta vez es diferente a la del súper mercado. Siento... miedo.

-Vamos Yixing –le invito y el asiente ahora sí, caminando a mi lado.

En todo el camino hasta el edificio de los dormitorios, sentí su mirada sobre mí. Podría apostar a que mis palmas de las manos están rojas por lo mucho que mis uñas se aferraron con nerviosismo a ellas.

-Listo, aquí es –sonrió en cuanto le miro. Pero esa sonrisa es más de alivio que de otra cosa.

-Umh, muchas gracias bonito. Ahora yo buscare el número de habitación por mi cuenta. No creo que la 112 este muy lejos –no digo nada pero siento como mi corazón se detiene y mis pulmones bloquean el aire. E-Es mi habitación-. ¿Sucede algo? –pregunta con preocupación. No digo nada porque no encuentro mi habla-. Sehun, bonito –su mano acaricia mi mejilla y eso hace que reaccione porque me echo hacia atrás. Él baja su mano con lentitud y yo me siento culpable al ver su rostro. Lo he hecho sentirse mal.

Ah, quizá he sentido todo lo anterior por la situación que he pasado y Yixing es una buena persona. Él podría ser un buen amigo. Vamos Sehun, seamos positivos.

-Lo siento, no estoy muy acostumbrado al tacto –solo al de Luhan, quiero agregar pero me contengo.

-No hay problema, lo entiendo –me sonríe otra vez y me siento más culpable. Yixing parece ser una persona buena. No debería de sentir rechazo hacia su persona.

-Estarás conmigo -le informo y él parece desconcertado.

-¿Qué? –inquiere confuso.

-Que seremos compañeros de dormitorio. Otra coincidencia –sonrió, por primera vez, sincero y no forzado con él.

-Vaya... esto si da miedo ¿no crees? –el rasca su nuca nervioso y asiento risueño.

Tener algo de compañía no me hará nada mal ¿cierto?

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N/A: 

¡Hola Donitas de mi vido después de años de no actualizar este fanfic!

La verdad, no he quedado conforme con el capitulo. No me ha gustado nada. Pero ya era mucho sin actualizar. Espero que el siguiente sea mejor.

Una disculpa enorme por mi tardanza pero la inspiración se me fue con este fanfic y me bloquee horrible...

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Hablemos del capitulo: 

¿Les gusto? (no se ni para que pregunto si quedo horrible, iugh)

¿La siguiente narración quieren que sea de Luhan, Sehun o Yixing?

En este capitulo me falto agregar muchas cosas sobre el embarazo de Sehun, pero en el próximo le pondré mucha miel, drama y terror, a veda :D

*

¿Que fanfic quieren que actualice ahora?

*

Bueno, ahora si me despido. 

¡¡Muchas gracias por seguir leyendo y esperar por mi!!

¡Las hamito mucho!

**Disculpen mis faltas ortográficas**