No se trata de ser el primero o el último, se trata de ser el inolvidable, aquel que ni con cien botellas de ron puedan olvidar...

Me falta un tornillo, pero valía la pena, me ataste a una condena incalculable, me encuentro inestable en esta barca sin propela, obtener mi esquela es inevitable...

Que estupidez pensar que dándolo todo no habrá modo de que esa persona se marche, que ridículo fue pensar que mi mundo y su decoro lograrían hacer que a mi vida te enganches...

Ojala que cuando beses otros labios sientas los míos, que su piel no te quite el frío, que no pares de temblar, que no logre iluminar tu lado sombrío y no llene ese vacío en tu palpitar...

Ojala que no pueda arrancarme de tus entrañas, que de forma extraña siempre me recuerdes, que no puedas dejar de verme cuando te bañas, anheles mis artimañas y desees poseerme...

Me falle tantas veces por no fallarte a ti, así que ojala no te olvides de mí y lo que conmigo hacías, que sueñes formar parte de mi rebeldía, que no logren hacerte feliz, que yo sea la matriz de tus locas fantasías...

Ojala que él no pueda estimular tu apetito, que entre gemidos y gritos se te escape mi nombre, que sean una hecatombe, un jardín marchito, que no puedas volar al infinito en los brazos de otro hombre...

Ojala que el agua de su manantial no te logre saciar, que sea salobre como el mar rojo, que no seas más que un antojo que quieran degustar y luego tirar , como un simple despojo...

Estoy harto del trueque con la hipocresía, de tus mentiras vacías, de ser solo un juguete, de no lograr que me respeten, de tus fechorías, de dejar mis días a la suerte...

Ojala que despiertes en su piel pensando en la mía, añorando la poesía que susurraba en tu oído, que mi recuerdo sea el castigo por tu osadía, que sus manos frías te hagan suplicar mi abrigo...

Sé que nunca fui tan importante como decías, sé que solo mentías, que para ti era un juego, te acercaste al fuego que producía solo porque así hacías engrandecer tu ego...

Ojala que no puedas quedarte dormida sin que mi mirada te tenga a tiro, ojala que mi silueta te arranque los suspiros y saque a flote eso que mantienes escondido...
Dile a ese lobo que por más que aullé la luna es de mi propiedad, que mi maldad es la serenidad de tu vientre, que soy el deseo eminente de tu calamidad, que soy la otra mitad de esa lujuria ardiente...

Ojala que cuando me pienses en voz baja, a través de la mirada se te escapen los secretos, que no exista un amuleto que te salve de la navaja llena de promesas que me clavaste al esqueleto...

Ojala que su toque te cause dolor, que su arcoiris no tenga color, ojala que no olvides mi trino cantor cuando sobre mi dejabas impregnado tu sudor...

Ojala que no puedan llenar la vacante, que no logren ser verdaderos amantes, que a ese placer le falte picante, que yo sea la figura del verdadero diamante...

Que su perfume sea un ácido que raspe tu olfato, que sea a amoniaco el olor de su fragancia, que no logre calmar las ansias de tu aparato, que seas un segundo plato sin importancia...

Que tengas brotes efímeros de diminutiva alegría y constantes toques de tristeza compulsiva, ojala que a sus sentimientos le hagan vasectomía y ya no tengas la garantía de una relación exclusiva...

¿Para qué me curaste cuando estaba herido? Si hoy me dejas solo, con el corazón partido, ¿Para qué uniste las piezas de lo que estaba destruido?, no me dejaste apagado, sino fundido...

Ojala que tu melancolía no tenga consuelo, que el tren al que esperabas no ponga freno, que no logres conseguir la calidez en su seno, que te sangren las manos cuando acaricies su piel o su pelo...

Ojala que también te espines cuando camines por su espina dorsal, que te sientas fatal cada vez que se aproxime, que sean una película de cine con trágico final...

Ojala que tus miedos se hagan gigantes, que tu cuerpo no aguante un segundo asalto, que tengas que decir "ALTO" y cuelgues los guantes, que seas otra roca pegada al asfalto...

Ojala que nunca te hablen con la verdad, que no encuentres la tranquilidad en su baticueva, que entre sus manos no obtengas la felicidad, ojala, ¡OJALA QUE NUNCA PUEDAS!