Capítulo 43: "La misteriosa carta de bodas"
Eran las cinco de la tarde, estaba por concluir con una intensa puesta de sol, se sentía el calor mezclado con la fría brisa del inicio de la noche, los árboles se mecían siguiente la corriente del cielo, el aroma de las flores de rosas rojas y claveles blancos se desprendían por todo el recinto. En un enorme jardín con un lago en el fondo reflejando el vigoroso cielo como si fuera un espejo se encontraba los presentes, vestidos de galas, sentados en sus presentables asientos blancos, los familiares de Anabel más lo de su futuro esposo estaban esperando a la más esperada, tan solo faltaban algunos pocos minutos y un "Acepto" para convertirse en esposa de un solo hombre por el resto de su vida.
Estaba Jeth vestido con un esmoquin negro y por dentro una camisa blanca más una corbata roja y Anabel saliendo al exterior, vestida de un hermoso y singular vestido de novia, su prenda agarraba más brillo con la caída el sol como si fuera un lucero, su rostro estaba cubierto de un escarchado velo, se acercaba poco a poco al compás de la melodía, dos niñas vestidas de blanco la seguían atrás lanzando pétalos de flores sobre ella y un niño de traje negro llevaba en una almohada roja los anillos de matrimonio.
Los presentes se levantan a recibir a la deslumbrante novia, la madre de Anabel sollozaba de alegría y Angélica solo veía con una leve sonrisa en su cara, algunos tomaron fotos sin perder ningún momento de la ocasión, el coro aullaba con más vigor cuando caminaba por la alfombra roja, se desprende del brazo de su padre haciendo declaración que está entregando a su hija ante el novio, ya estaba subiendo los tres escalones a punto de llegar, Jeth se acerca a agarrarle la mano y luego recoge los anillos a pocos milímetros de colocárselo en su dedo, solo faltaba escuchar al orador.
Estaban ellos dos enfrente del añoso señor a punto de escuchar su bendición para la boda, el rostro de Jeth marcaba una satisfacción tan victoriosa, lleno de vida con un tono petulante en el orgullo mientras que detrás del velo se escondía el rostro de Anabel, confusa y agobiada, tratando de disimular lo que siente por dentro, inoportunamente algo la tiene muy pensativa en el último momento como si estuviera en otro lado, por alguna razón esperaba a que este instante terminara, deseando a que su abrumador sentimiento desaparezca al decir "Acepto" Enseguida el señor inicia en casarlos...
<<————Hace 11 horas atrás————>>
------- Inicio del punto de vista de Anabel -------
Suena el chillante despertador, ya son las seis de la mañana, tan rápido pasa la noche, quisiera dormir un poco más, cinco minutos más pero molestosamente escucho sonar la puerta, grito embobada por el sueño, inquiriendo — ¿Quién EESSS?
—Soy yo Anabel— dice la voz por detrás de la puerta
— ¿Quién es yo?
—Tu madre ¡¿Quién más?! ¿Todavía no te has levantado?
No le respondí porque volví a coger el sueño "ZzzzzZZZZzzzz"
— ¡Anabel!— sigue tocando
Toc... Toc... Toc...
— ¡Voy a entrar!
Abre la puerta quejándose —Hija ¡Levántate!... Pero mira que desorden— recoge unos cuantos trapos tirados, continuando— Hoy tenemos mucho que hacer para que todo salga bien— abre las cortinas de mi balcón y yo me entremeto más en la sabana como si fuera un vampiro huyendo de la sofocadora luz
—Hija ¿Me estas escuchando?
—Si mamá— digo con la boca pegada en la almohada
— ¡Bueno!... te quiero abajo dentro de cinco minutos, no te tardes— cierra la puerta con algunas de mis ropas entre sus brazos.
Suspiro de alivio y me sigo meciendo en la cama, no puedo creer que hoy me vaya a casar ¿Seré una buena esposa? ¿Acaso Jeth será un buen esposo? ¿Estaré cometiendo la mejor decisión en casarme con él? Muchas preguntas invaden mi pesada cabeza, ya no podía echarme para atrás, llevamos planeando esto desde hace meses, me casaré con Jeth y viviremos juntos y seremos felices, pero extrañamente dudaba de mis palabras.
Me cambio y bajo las escaleras a tomar mi desayuno, mi madre estaba fregando los platos y mi padre leyendo el periódico matutino sin faltar un solo día en recibir el desayuno con su café en la mano y el periódico en el otro. Extrañare esa escena en todas mis mañanas, recibir a mi padre con un buen día siendo cubierto por el aroma del café más un beso en la mejilla y mi madre entregándome la comida en la mesa para que luego charlemos sobre lo que vamos hacer durante el día.
De ahora en adelante será diferente para mí, hoy será mi último día como hija, mañana comenzare mi vida como una mujer casada y tal vez una futura madre. Mis padres andaban callados y yo comía de mi pan con huevo acompañado de un juego de naranja, nadie decía nada y se por qué razón, rompo el silencio, diciendo
—Los voy a extrañar
A mi padre se le hace un nudo en la garganta leyendo el periódico y mi madre voltea con sus ojos vidriosos, ella se me acerca y me besa la frente, diciendo —Nosotros también cariño— le doy un fuerte abrazo, uno que jamás le había ofrecido, pues... tal vez este sea el último día en que viva con ellos, mi padre nos acompaña con un fuerte abrazo para las dos y rompe a llorar, luego en sollozos declara —Mjs... mjsss...mjsss... Sabía que este día algún vez llegaría, el día en que mi pequeña se casa... pe..pe...pero... no..no lo esperaba tan pronto...— vuelve a llorar y le abrazo besándole la frente, luego añade —Esta es la parte en que todo padre sufre feliz, sufre porque no va a tener a quien ama contigo pero feliz ya que lo ve convirtiéndose en una mujer, mi querida pequeña, ya dejaste de ser una pequeña pero yo...— vuelve a caer en lagrimas
—Awww... papá no importa en donde este yo, siempre seré tu pequeña— mi ojos comenzaron a gotear y mis lágrimas se deslizaban sobre mis mejillas, él en sollozos respiros asiente y me besa la mejilla, mi madre le agarra la mano con sus ojos aguados pero no sede a las lágrimas, hasta que los tres juntos volvimos a abrazarnos como una familia.
------- Fin del punto de vista de Anabel -------
Dos horas después en el teatro, Armin se estaba preparando para recoger sus cosas, con el dinero que le dieron compra una maleta, lo suficientemente grande para llevar lo que poseía, observa la sala por donde descansaba por última vez, toca algunas teclas del viejo piano guardado, haciendo eco por todo el lugar y finaliza palpando el atril, baja el bastidor y cierra la tapa, empuja rodando el piano hasta perderlo en la oscuridad y volver al lugar de donde la consiguió.
Guarda lo último que tenía en su maleta y la cierra, de repente aparece un niño, un niño que lo acompañaba cuando él estaba solo y no se encontraba Anabel ni nadie más, era el nieto del director del teatro, aquel niño se había encariñado con Armin, lo suficiente como para pesar su partida, aquel chiquillo se le acerca y le pregunta con una mirada triste —Armin y ¿A dónde vas?
Armin voltea y lo observa sin mostrar algún distinguido gesto pero en sus ojos se percibía la tristeza de su alma, baja la cabeza en un tono pensativo diciendo —No lo sé, tal vez a un lugar donde pueda comenzar de nuevo, iniciar una vida y lograr sentir como el resto de los demás— aquel pequeño de pelo rojo baja la cabeza aguantando el llanto en su garganta, sube la mirada e inquiere con los ojos llorosos— ¿Qué pasará con los muñecos que recogiste?
Armin se detiene, voltea diciendo —Ellos... — baja la mirada— Ya cumplieron con su trabajo pero ¿Puedes hacerme un favor?
— ¿Cuál?— pregunta el intrigado niño con los ojos abiertos
—Cuida de ellos porque me recordaron a dos personas
— ¿A quiénes?— insiste el chiquillo curioso
—A... una bailarina y a otra persona que...— un segundo de silencio— nunca tuvo la oportunidad de sentir el amor verdadero.
Vuelve a andar y le da la espalda al niño y este se limpia las lágrimas de sus ojos cayendo en pequeños sollozos, Armin escuchaba como se entristecía el pequeño pero siguen adelante pues como nunca ha llorado, no sabe cómo tratar a alguien que lo ha padecido.
El niño camina detrás de él para seguirle, no quería perder cada momento en tenerlo cerca, se notaba que lo quería mucho como si fuera su hermano. Armin sale del sótano directo a la tarima, su cuerpo es cubierto por la fuerte luz de los reflectores saliendo al exterior, él observa los asientos del fondo y se queda tieso como un muñeco, pensando y solo pensando ¿Qué estará pensando? Se preguntaba el niño ojeándolo a la distancias, escondido entre las sombra de las cortinas, el pequeño se descubre y pregunta
— ¿Qué estás viendo? — mirando sin ningún objetivo claro hacia el fondo
Armin baja la cabeza en su tono típico de misterio diciendo — ¿Cómo se sentirá ser aceptado por todos?
Él niño esboza un gesto pensativo, se soba la barbilla respondiendo —Mmmm... nunca me lo eh preguntado, creo que bien... ¡Supongo!
Armin voltea y le pregunta con un tono de voz suave como si le estuviera susurrando las palabras —Y... ¿Cómo es sentirse bien?
Aquel pequeño se queda mudo, sin hallar alguna explicación en palabras sobre su infantil mente pero como todo niño responde de alguna manera sin temer a equivocarse — ES... Es... aaahhh... cuaaando estas feliz y no te sientes mal
Por obvia razón Armin se queda igual pero no objeta ni nada parecido, más bien comprende la idea de su pequeño amigo y solo se limita en acariciarle la cabeza, despeinando su fino cabello rojo. Le vuelve a dar la espalda para marcharse, de repente él niño ordena
—Armin espera
Se detiene y escucha —Siempre quise preguntarte ¿Cómo se siente vivir sin emociones?
Armin se queda callado, no sabía cómo explicarle, nadie se lo había preguntado alguna vez y mucho menos en ponerse a pensar en eso, paradójicamente se queda en la misma situación del niño sin saber que palabras buscar a una sensación completamente desconocida para él pero Armin como buen amigo, busca la manera de responder su inquietud diciendo —Es cuando vives sin sentirte feliz pero tampoco te sientes triste
Él jovencito esboza una media sonrisa de labios, asintiendo la cabeza, comprendiendo lo inexplicable o difícil que es la sensación de no sentir nada para él como el de sentir para Armin —Me voy a sentir triste cuando te vayas— añade escapándole otra lágrima deslizándose sobre su rosada mejilla, Armin voltea, se acerca detenidamente ojeando su rostros, se agacha y rosa con su dedo índice sobre la gota impregnándose en ella, toca la gota hasta secarla sobre su dedo índice y pulgar, preguntando con ojos curiosos — ¿Cómo lo haces?
— ¿Hacer qué? — inquiere el confuso chiquillo restregándose los ojos
—Hacer que gotas de agua salgan de tus ojos
El niño niega con la cabeza diciendo —No lo sé... pasa cuando me siento muy triste
—Comprendo — suspira Armin con un tono de tristeza en su mirada, el niño se le queda viendo diciendo
—Armin
—Dime pequeño
— No sé porque pero...— un segundo de silencio —creo que tu si tienes emociones
— ¿Por qué crees eso?
—No lo sé...—Niega con la cabeza —solo veo que lo expresas de otra manera, tu tristeza, tu felicidad y tu amor de una forma diferente
Enseguida Armin se puso a reflexionar en lo que dijo y le vino la imagen de los muñecos, sin darse cuenta estuvo ilustrando los inolvidables y emocionales momento en que vivió con Anabel, los maniquís era una manifestación de sus emociones a pesar de ser aparentemente inexpresivos como el, los acomodo de tal manera como si sintieran alegría, tristeza y amor, recordando a la pareja de novios danzantes a punto de besarse, ahora sin darse cuenta Armin comprendió que estaba iniciado a sentir como el resto de los demás, pronuncia en un gesto rozagante viendo si ningún punto fijo al fondo
— Tal vez me eh estado equivocando y creo que pueda tener otra oportunidad de sentir el amor verdadero...
... ... ... ... ... ... ... ...
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Se encontraba Anabel viéndose en el espejo, vestida de blanco con un ramo de flores en sus manos, estaba su madre contemplándola tan cariñosamente diciendo — ¡Mírate! estas hermosa mi niña
—Gracias mamá— pronuncia ella observándose con cierto agrado pero al mismo tiempo no muy complacida. Enseguida entra Angélica vestida de rojo y la madre de Anabel se sobresalta con un suspiro de impresión, diciendo —Ohhss mírate, tú también estas muy hermosa mi niña ese vestido te queda muy bello —ojea la señora de arriba abajo la prenda
—Muchas gracias señora Rodríguez usted también se ve muy linda, esos aretes con ese vestido le asiente muy bien
—Ayyy... gracias, tú sabes que las jóvenes como nosotras tenemos que aprovechar en lucirnos bien hehehehe...
—Hehehehe... si claro, bueno con usted a mi lado ya me siento opacada hehehe...
—Hehehehe... ups lo siento... hehehe... bueno las dejo por un momento, voy a buscar a mi hombre
—Vaya tranquila
Cuando la madre de Anabel sale cerrando la puerta el rostro de Angélica cambia a uno preocupada diciendo
—Ani ¿Cómo te sientes?
Anabel voltea fingiendo una sonrisa, inquiriendo — ¿Por qué preguntas eso?
—Porque no has hablado mucho y tampoco te ríes ¿Qué tienes?
—No lo sé Ami, no lo sé... hoy debería ser el día más feliz de mi vida y no entiendo porque me siento triste — su rostro cambia a un color rojo y sus ojos se vuelven vidriosos. Angélica le soba la espalda diciendo — Anabel tu no lo amas ¿Verdad?
Ella niega con la cabeza mirando hacia abajo, diciendo —No lo sé, estoy confundida pero...—Un segundo de silencio— creo que no lo amo
—Entonces ¿Por qué te haces esto?
—Porque pienso que es la mejor decisión
—Anabel, yo ando de acuerdo con que te cases con él pero... si no es el hombre con que tú quieres vivir y amar, entonces estas cometiendo la peor decisión de tu vida
—Pero ¡¿Qué puedo hacer?! Ya está todo planeado yo...— Repentinamente está sonando la puerta, Angélica fastidiada por la inoportuna interrupción pregunta — ¡¿Quién ESS...?!
Vuele a sonar la puerta "Toc... toc ...toc..." — ¡¿Quién ESS...?!— insiste ella
"Toc... toc ...toc..."
"Toc... toc ...toc..."
— ¡Acaso esta sordo! — Exclama ella con la mirada irritada y avisa — ¡YA VOYYY... UN MOMENTO!... AHSSS...
Se dirige a la puerta, gira la perilla y jala de ella, cuando abre no ve a nadie, estira su cabeza de izquierda a derecha y observa a su lado derecho la sombra de un niño corriendo hasta perderse en la distancia, enseguida siente en la punta de sus pies algo, baja su cabeza y era el sobre de una carta, la recoge y cierra la puerta
— ¿Quién era? — pregunta Anabel
—No lo sé, creo que era un niño
— ¿Un niño? — inquiere la novia con un gesto extrañada
— Si y dejo esta carta con tu nombre
— ¡Una carta!
—Si
—Déjame ver— recoge el sobre y lo abre hasta desdoblar la hoja y comienza a leer, las pupilas de Anabel se movían de izquierda a derecha, concentrada en las palabras de esa carta, seguía leyendo y suspira en aliento poniéndose una mano en el pecho justo donde está el corazón, su rostro se puso rojo y sus ojos se abrieron como plato, estaba tiesa como un muñeco, tan solo se le oía la respiración, Angélica no aguantaba la intriga, preguntando — ¿Qué dice?— inesperadamente vuelve a sonar la puerta
"Toc... toc... toc..."
Sale corriendo Angélica y abre la puerta lo más rápido que puede, tanto así que sintió los puñeteos del visitante —Ups... lo siento Angélica, no esperaba que abrieran tan rápidamente ¿Te di duro?
—No señor Rodríguez, no se preocupe— menciona ella sobándose la frente
—Hija ya te están esperando ¿Estas lista?
Anabel dobla la carta y lo guarda en el fondo de sus pechos —Si papá— afirma sonriendo cálidamente para su padre
—Vamos hija— extiende su mano y ella la sujeta para presentarse ante el novio y Angélica no supo de lo que decía esa misteriosa carta pero el rostro de Anabel lo demostraba como si fuera una carta que le salvaría la vida o tal vez algo diferente.
... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Ya el momento esperado estaba llegando, por fin Anabel estaba enfrente de la persona con que viviría y amaría por el resto de su vida, la mirada de Jeth era de una manera extasiada, estaba feliz, rozagante por la luz que lo cubría, aparentaba ser el elegante novio perfecto, mientras que iba deslizando el anillo de boda, el orador dice lo siguiente
—Estamos todos reunidos aquí en la unión de estas dos personas que se prometieron amor perpetuo, ahora, antes los ojos de Dios y antes los ojos de todos ustedes uniremos a estados dos personas que prometieron amarse, respetarse, unidos en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe en santo matrimonio.
Si alguien se opone en la unión de estas dos personas que hable ahora o calle para siempre <<Todos se mantienen callados>>
Ahora procederemos a la declaración de sus votos en persona. Jeth Corona ¿Prometes aceptar en amar, proteger, respetar, compartir los momentos felices como los malos y estar unido a ella en las buenas y en las malas, hasta que la muerte los separe?
—Acepto— afirma Jeth con una sonrisa en sus labios terminando de colocar el anillo en el dedo de la novia.
El orador gira viendo a la novia con una suave mirada, diciendo —Anabel Rodríguez ¿Prometes aceptar en amar, proteger, respetar, compartir los momentos felices como los malos y estar unido a él en las buenas y en las malas, hasta que la muerte los separe?
Enseguida Anabel retrocede un paso y vacila al hablar, pasan los segundos y ella balbucea —Yo, eh yo... yo, A...a...a...Aa...
Continuara...
Hola queridos lectores, otro de los últimos viernes deesta serie "Sin Emociones" espero que les haya gustado el capítulo de hoy, sinmucho que de decir... Siguiente intriga: Hoyes el día más esperado, la boda de Anabel ¿Se casará? ¿Dirá Acepto? O ¿Pasaraalgo más? ¿Qué creen que pasará? Tal vez aparezca Armin gritando: Noooo... y golpee a Jeth ylisto final feliz jejejeje... bueno cualquier cosa puede suceder y todo eso losabrán en el siguiente capítulo, un saludo ^^
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