Capítulo 42: "Bailando en mis recuerdos"

Era un enorme auditorio de diseño único, moderno pero clásico a la vez, las luces del techo estaban débiles y otras apagadas, predominaban los reflectores que caían sobre la tarima, el reluciente suelo agarraba el color de las luces y el cuerpo tieso y tembloroso de Anabel se reflejaba en sus cerámicas, las personas veía con atención a la inquietada bailarina, algunos susurraban a oídos de su acompañante, otros tenía un suspiro de pena ajena, las otras dos participante se ponían la mano sobre la boca, anonadadas por la reacción de ella, Jennifer lo disfrutaba con aquel brillo en los ojos, para no llamar la atención, se tapaba la boca y se ríe entre dientes, jamás imagino a ver logrado tan cruda venganza.

Hasta que inesperadamente las personas suspiraban en aliento y volvió el inminente silencio, Jennifer voltea atenta ya que la música le era un tanto familiar, ve a Anabel danzando. Se movía con gracias y agilidad, de un lado a otro, su cuerpo al igual que sus piernas agarraban una pose elegantemente femenina, giraba con aquel fino toque de sus dedos, era completamente majestuoso, harmonioso y a un ritmo perfecto de cada tono alto y bajo, como si su cuerpo leyera las partituras de la melodía, extrañamente y para sorpresa de algunos, que conocen al detalle sobre este fino arte, notan que Anabel tenía los ojos cerrados y su rostro era completamente diferente, como si estuviera en otra parte, como si bailara en compañía de esa música.

Para Anabel era un viaje en el tiempo, veía en su mente los recuerdos de su infancia, el sonido de las risas de su colegio, las aventuras que tenía con sus amigas y hasta de las mascotas con que jugaba en el jardín, pero sobre todo comenzó a ver aquel distinguido chico de cabello blanco, a lo lejos detrás de las ventanas de su casa, detrás de su asiento, al lado de ella en la hora de salida, le vino la imagen de los muñecos que contempló en el sótano y entre todos ellos vio el de un niño entregándole un balón a una niña, en ese instante recordó el día en que Armin rescató su pelota, recordó el día en que la salvó de ese perturbador niño de la calle y recordó el día e incluso la hora en que Armin le compuso una esplendorosa música, la misma música que la salvó del día de los ensayo y es la misma música que está bailando ahora, el tema de ella la susurraba entre sus labios —Bailando en el cielo— como si la leyera de su corazón

Ella seguía conectada con su mente olvidando la realidad de afuera, era como si no quisiera abandonarla y estar sujeto a ella, mientras danzaba venían más imágenes, cada vez eran más fuertes, pareciera que estuviera adentro viviéndola de nuevo, observó el salón donde Armin seguía tocando esa curiosa melodía, luego volvió a ver los muñecos pero solo la pareja que estaban a punto de besarse, el deseo interno de ser como ellos cobro vida convirtiéndose en una imagen celestial, ahora Anabel danzaba sobre un lago montado en el cielo.

Curiosamente el cielo se dividía en dos, día y noche, y vio como esos muñecos cobraban vida y bailaban juntos, era tan exquisito, tan puro, muy conmovedor, los rostros inexpresivos de los seres cambio a un gesto de inmensa alegría y no variaba si no que se mantenía estática como si desearan a que fuera para siempre, seguían moviéndose pero no danzaban un ballet, era un estilo diferente como si fuera la de un vals, la pareja se agarra de manos y cintura girando unidos como si fueran uno, parecieran que estaban unificando sus cuerpos convirtiéndose en una misma persona, mientras lo hacían, acercaban sus rostros, más y más hasta que por fin lograron tocarse los labios.

En ese momento el sol y la luna se estaban combinando en un hermoso eclipse solar, detrás de la oscuridad aparecieron las estrellas alrededor de ellos y se escucharon los aplausos desde el cielo, enseguida Anabel escucho una voz de alguien muy familiar que decía

— Armin, si este es la última vez que te voy a ver quiero que sepas que...que...QUE... te amo, sé que tú no sentirás los mismo que yo siento por ti pero a mí no me importa, tú me haces sentir especial— a ella se le eriza el bello de su piel cuando escucho el nombre de "Armin" como si lo oyera por primera vez en años, vuelve a sonar

—Esto sonara bien raro y a ningún chico se lo he pedido, solo a ti si tú quieres pe...pe...ro quisiera que el ultimo recuerdo que yo tenga de ti sean tu... tu... tus labios sobre los míos, quisiera que mi primer beso fuera tuyo así que ¡por favor bésame!— en ese momento le llego la imagen de aquel chico besando sus labios, lo sentía en los suyos como si lo estuviera viviendo, recordó todas las emociones que tenía años de no volverlas a sentir, se sentía diferente, como si volviera a nacer, parecía que su corazón estuviera rejuveneciendo de lo marchitada que estaba, se acordó de aquel esplendoroso sueño cuando fue rescatada del temible dragón, volvió a la escena del angelical caballero sosteniéndola entre sus brazos, ella le quita el casco y por fin ve el rostro de su amado, volvió a percibir el mismo beso como toda una bella princesa rescatada.

Regresa a la anterior imagen y ve que el sol se está separando de la luna, luego escucha una voz tan familiar y tan calmante como la mirada que siempre le acompañaba, diciendo

— Yo también te quiero mucho Anabel espero que conozcas a alguien que te haga feliz...

Ella sin ordenarlo como si su corazón estuviese hablando a través de su boca, dijo en voz al cielo —No hay ninguno que me haya hecho feliz como lo hiciste tú

Por inercia observa de frente y ve a la encantadora pareja de muñecos apreciándola con aquella satisfaciente mirada, era como si su trabajo de traerle los recuerdos estaba finalizando, Anabel se queda embelesada mirándoles e inesperadamente la pareja se despiden en una elegante reverencia, detrás de ellos aparece una puesta de sol y se van detrás de él hasta desaparecer, cayendo la noche.

Anabel se queda parada sintiendo la fría brisa de la noche y la luna reflejándose en el lago, enseguida siente una cálida energía venir hacia atrás, su corazón late con más fuerza pero era de un inexplicable entusiasmo, voltea y ve que aparece el sol en un amanecer, de repente en su segadora luz surge un ser luminoso, el mismo ser que vio en otros de sus sueños, el que le rescato de la espeluznante melodía del fantasma de la ópera y del horrible monstruo oscuro que lo acompañaba.

Le entrega la mano pero su rostro es segada por la luz de atrás, Anabel la recibe lentamente pero sin perder de vista tan desconocido semblante, mientras rosaba sus dedos se sentía viva, feliz, completa y de una paz tan abrumante que perdió todo recuerdo de la realidad en ese momento, tan solo se concentraba en el ser que se entregaba, la luz pierde más fuerza hasta que por fin logra distinguir quien era pues se trataba de Armin.

Aves blancas vuelan alrededor de ellos y plumas caen desde el cielo como si fueran copos de nieve, Anabel estaba tan maravillada que una lágrima sale de sus ojos, quería llorar, ya no lo aguantaba más, se sentía que fue rescatada como la princesa de su sueño, Armin se acerca hacia ella para besarla y a pocos milímetros de tocar sus labios la música finaliza.

Abre sus ojos, estaba jadeando, sus ojos estaban lagrimeando y se le escapa una gota, deslizándose sobre su mejilla, la gente estaba con la boca abierta, un suspiro de silencio mesclado con los respiros de asombro, inundaba el ambiente del auditorio, Anabel sin perder su porte se inclina haciendo una torpe reverencia y todas las personas se levantaron de sus asientos para aplaudirle en palma al techo, porque jamás en sus vidas habían visto a alguien moverse tan divinamente, su presentación fue majestuosa, digno de no ser olvidada.

Muchos lanzaron flores pues estaban muy cautivados, Anabel veía al público, se limpiaba sus lágrimas pero cuando ve a su izquierda, observa al pianista que la rescato de una humillante derrota, su corazón late con fuerza y quería volver a llorar, retrocede unos pasos hasta esconderse detrás de la sombra y sale corriendo directo al baño.

Mientras corría le invade la confusión, ya no veía a Armin con aquellos ojos de amistad ahora era diferente, entra al baño y se limpia la cara, se estaba quitando todo el maquillaje de su rostro, se trataba de una reacción nerviosa pues se sentía muy agobiada, se ve en el espejo y recordó el día en que se vistió inapropiadamente para llamar su atención cosa que no funciono al final.

Cada recuerdo era una punzada en su alma, se sentía que estaba dividida en dos, pero muy en el fondo tenía claro a quien le pertenecía, ya no quería seguir recordando— ¡No más! por favor —suplica tapándose los oídos con las palmas, tenía que tomar una decisión pero esta vez es diferente ya que el amor que le tiene a Armin está cobrando mucho más fuerza, lamentándolo mucho vino un día antes de su boda.

Estaba a un paso, no, a milímetros de cambiar el rumbo de su vida, tenía dos caminos y sabia cuáles eran sus consecuencias, sabía que las dos decisiones era buenas pero a la vez mala, era muy estresante, no comprendía a qué consecuencia asumiría mejor, ella estaba encariñada con Jeth pero quizás no le ame ¿Y si lo amara después de casarse? Ya no sabía que sentía, no lo soportaba más y comienza a llorar en el lavamanos.

Enseguida se abre la puerta y oportunamente era su mejor amiga, ella le conoce al igual que la palma de su mano y sabía que al final de la obra no estaba del todo bien consigo misma, percibió algo diferente en ella como si leyera sus emociones. Se acerca a su triste amiga y le acaricia la espalda sin decir ninguna palabra, a veces la compañía de alguien querido dice más que mil consuelos.

Anabel se desahoga llorando en sus hombros, Angélica le abraza, diciendo —Ani, te admiro

Anabel se detiene por escuchar tan inoportunas palabras y luego inquiere en sollozos—Mjs, Mjs ¿Por qué? Mjs, Mjs

—Porque siempre has sido una mujer fuerte, mucho más fuerte que yo

Anabel se queda muda pues nunca espero escuchar ese tipo de consuelo y de alguien que ella siempre le considero mucho más fuerte, responde —Mjs, Mjs Yo no soy fuerte, Mjs, Mjs... no lo soy, no como tú

—Eso no es cierto Ani, créeme que no lo es, tú siempre sabes afrontar los problemas sin huir de nada, nunca te has echado para atrás, te apasiona lo que haces y logras tus objetivos pensando en los demás, pero a veces, hay que escuchar a esa cosita que tenemos justo en el pecho y no tanto la cabeza, pues... hay cosas que la razón no puede resolver si no el deseo de amar.

Como siempre las palabras de Angélica le caen como tobo de agua fría apagando el fuego de su angustia, pareciera que conocía la racionalidad de su tristeza, ella gime un poco de la risa y pregunta — ¿Cómo lo haces?

— ¿Hacer qué?

—De conseguir las palabras correctas en el momento indicado

—Hehehehe... bueno amiga es que te conozco muy bien y también...—Un segundo de silencio— son palabras que salen de mi corazón, porque te quiero mucho

Ella se limpia las lágrimas de sus ojos, contestando—Yo también te quiero mucho, mi Ami

Las dos se vuelven a dar un acogedor y tierno abrazo, uno que nunca olvidaran.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

Minutos después Anabel sale a recibir las felicitaciones por parte de su instructora y la directora de danza, ahora faltaba escuchar los resultados de los jueces, Las tres chicas estaban paradas en todo el medio de la tarima, las luces caían sobre ellas, el intenso silencio por saber el nombre de la ganadora ya que era la que iba a quedar en la academia, sus dos compañeras estaban nerviosa por esperar a que pronunciara el nombre por parte del juez.

Aquel hombre habla con sus compañeras, decidiendo, arreglando las últimas dudas, revisando cada minúsculo detalle y ya tenían a la ganadora, todas las chicas andaban tensa de los nervios, se agarran de las manos pero Anabel no estaba del todo preocupada pues andaba algo distraído por todos sus recuerdos regresados.

En el fondo estaban todos sus familiares esperando con los ojos muy abiertos a que dijera el nombre, el juez se acerca al micrófono y dice con aquella calma y una sonrisa en sus labios —Anabel Rodríguez

La mamá de Anabel grito de alegría y abrazó a su esposo y todos cayeron en aplausos, las dos participantes la abrazaron de satisfacción y aplaudían al final, Anabel estaba contenta, pudo cumplir su sueño, era el más grande logro de su vida, convertirse en una bailarina de teatro profesional pero muy en el fondo dicho logro no la llenaba de satisfacción, había algo que más quería, pero estaba lejos de obtenerlo.

Recibe los abrazos y besos por partes de sus familiares y amigos, pero atrás en el fondo, escondido en la oscuridad de las cortinas, estaba Armin, aplaudiendo solo con toda su tranquilidad y alegría en los ojos, por primera vez sus labios se estiran un poco esbozando un gesto alegre como la mirada que lo acompañaba.

Anabel quería acercarse a su amado pianista, decirle por fin lo mucho en que lo ama, confesarle a ver recordado todos los momentos en la cual se conocieron, volver a vivir esas mismas experiencias pero inoportunamente aparece Jeth enfrente de ella, la coge de la cintura, arrastrándola hacia otra dirección, diciendo con aquella seductora mirada —Siempre supe que ganarías, mi campeona— le besa muy empalagosamente, Anabel se sentía un tanto incomoda por esa sorpresiva llegada, ella separa sus labios, diciendo —Gracias querido— luego asoma la mirada por encima de su hombro derecho y no ve a nadie, ya que Armin se había ido.

Jeth agrega sobándole las mejillas con cierta ternura —Bueno hermosa, hoy tuviste un triunfo ¡mañana obtendremos el nuestro!— le vuelve a besar muy apasionadamente, sintiendo el sabor de su lengua

Después del beso ella baja la cabeza muy pensativamente, no estaba del todo contenta y como novia complaciente, afirma —Si querido. Eeehh... ya mañana obtendremos nuestro triunfo.

—Así se habla mi amor.

Anabel afirma con la mirada con un gesto no muy complaciente y se aparta de él, Jeth observa hacia las cortinas con aquella petulante sonrisa pues estaba a un paso de ganarle pero no era suficiente, había algo más, un truco, el ultimo por debajo de su manga, el que culminaría su triunfo, el que le haría desaparecer de la vida de Anabel, llamado "influencia de dinero por parte de su padre" a Armin le entregan una hoja más un sobre, era una carta no muy alentadora pues es de despido.

Él no comprendía ¿Por qué lo despidieron? ¿Qué hizo de malo? ¿Por qué ahora? No tenía ningún sentido, pero irónicamente el disgusto, la frustración o el simple desagrado de a ver sido botado tan sorpresivamente y sin ninguna explicación, eran sentimientos que Armin no lo conocía del todo bien, termina de leer la hoja y lo guarda consigo mismo, sin reclamar, sin pedir explicaciones, ni siquiera torcer el gesto, revisa el sobre y tenía los billetes de su liquidación, ya era seguro, tan solo camina al sótano para guardar sus cosas y marcharse al día siguiente, volviendo a desaparecer de la vida de Anabel, sin saber que ella por fin le recuerda.


Continuara...

Hola queridos lectores, espero que la hayan pasado genial esta semana quería informarle que este libro "Sin Emociones" participara en los Wattys2016, sé que con la ayuda de ustedes tendré el apoyo que necesito pero también quiero pedirles un favor, recomiéndele este libro a sus amigos, eso me ayudaría mucho y sé que lo harán, muchas gracias.

Ahora llego el momento esperado, Anabel por fin recordó a Armin gracias a la melodía de la música que le compuso "Bailando en el cielo" ¿Qué tal? ¿No se lo esperaban de esta manera, verdad? "Lectores: Mmmm... tal vez"... Yo: jejejeje publico exigente, pero ahora no llega el final feliz así que los recibo con la siguiente intriga: Jeth está apunto de deshacerse de Armin ¿Lo lograra? Anabel no ha desistido de sus planes para la boda ¿Por fin se vestirá de blanco para mañana? Y la pregunta que todos se hacen ¿Por fin Anabel volverá con Armin? Mmmm... en mi libros cualquier cosa puede pasar muajajajaja... eso lo sabrán en el siguiente capítulo a pasos de concluir, un saludo ^^

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