Capítulo 38: "Planes malvados"


Anabel seguía danzando en la tarima del teatro, vestida con su malla blanca más su tutu escarchado, andaba sola ensayando, la música era un clásico se llamaba "Danubio Azul" giraba levantando sus piernas al compás de la alegre melodía, tocándolas con la punta de sus dedos, seguía rotando sin perder el equilibrio, a veces brincaba si la melodía agarraba más vigor, era como recitar un poema a través de su cuerpo, algunas poses parecían ser sacadas de una escultura griega, era algo muy esplendoroso.

La música de por si se aprecia muy bien en sinfonía de varios instrumentos acompañados con el violín, pero poco a poco los otros instrumentos que los seguían fueron descendiendo como si estuvieran bajando el volumen hasta desaparecer, solo quedaba la melodía de un piano pero se escuchaba tan viva y tan harmoniosa que no se necesitaba acompañamiento de otros instrumentos alguno.

Anabel seguía deslizando sus pies, sus caderas acompañados por el torso hasta finalizar con la cabeza, era muy minuciosa, deseando aspirar a la perfección o estar a unos centímetros de él, se dejaba llevar por la delicada y alegre melodía, cerraba sus ojos dejándose guiar por su corazón, el amor que le tenía a esta disciplina artística no cabía en palabras, tendría que sentirla como ella para poder entenderla, pero si es de lograr explicarla es como si te sintieras libre por primera vez en la vida.

El teatral escenario cambia desvaneciéndose poco a poco, la plataforma negra brillosa se iba transformando en un lago en forma de espejo, solo las ondas de los dedos de su pulgar en los pies distorsionaba su reflejo, ella seguía deleitándose sin necesidad de ver, quería sentir y solo sentir la música, no quería distraerse del escenario donde se manifestaba, no por ahora.

Pero repentinamente algo en su interior como un cesto sentido la despierta de su mente, abre sus ojos y nota que ya no se encontraba dónde estaba, pero extrañamente eso no la perturba, tan solo sigue danzando contemplando sus alrededores, era un enorme cielo azul celeste degradándose en un atardecer, enseguida la música cambia y era muy parecida o más bien era la música que compuso Armin el otro día, esta vez la melodía tenia armonía con el celestial paisaje, era algo extraordinario.

Mientras que transcurría la tarde y el cielo se va poniendo más amarillo, enseguida va emanando a través de la luz del sol un individuo, no se lograba ver su rostro debido al reflejo luminoso que tenía atrás, él camina pausadamente y Anabel se queda girando suavemente de un lado a otro esperando su llegada, se mantenía a la expectativa, deseando saber quién es.

Cuando se acerca aquel luminoso ser, le entrega la mano, ella seguía sin verle el rostro, no podía y no sabía porque, le coge la mano y los dos comienzan a danzar unidos como si fueran unos, Anabel al igual que con su corazón se deja guiar por aquel individuo desconocido, no sabían quién era pero sea quien fuese le hacía sentir una paz interior indescriptible.

De la nada se observó a si misma mientras bailaba, tenía un enorme vestido de novia, largo, blanco luminoso, escarchados como si las estrellas mismas hubieran bajados a posarse sobre ella, con guantes pulcros que cambiaban de color cuando el sol se reflejaba sobre ellas, se mantenía en blanco pero la tonalidad variaba, en pocas palabras Anabel tenía la desdicha de poseer un vestido que toda novia desearía tener.

Estaba transcurriendo el ocaso, salió la luna del otro lado, de repente Anabel siente un hormigueo en su cuello y resulta ser que se materializa un collar con un adorno de Luna, percibía que su vestido iluminaba al estar a bajo de ese enorme astro como si fuera un reflector de la noche.

El cielo se dividió en dos capas como si fueran cortinas blancas y negras pero esta vez eran el día y la noche junta como si estuvieran agarrados de las manos, Anabel representaba a la luna y él desconocido y luminosos compañero representaba al sol.

Ella sentía su suave calor como si la luz del sol la estuviese acariciando, poco a poco podía distinguir su apariencia, logro apreciar su traje negro reluciente, faltaba poco para poder distinguir ese rostro pero sea quien fuese, Anabel presentía quien era y se sentía muy feliz esperando a que fuera él.

Mientras se destapa ese luminoso velo, podía ver sus labios acercándose a los suyos, el baile se detuvo, la música proseguía con más suavidad, se escuchaba desde el fondo unos cálidos aplausos, Anabel no perdía de vista aquel distinguido ser ¿Podría ser...? ¿Es él...? ¿Es... ...?

Abre sus ojos, estaba oscuro pero podía discernir el umbral de sus cosas, voltea a su izquierda y nota en su despertador que marcaba las cuatro de la mañana, chasquea la lengua y arruga la almohada sobre su cara ya que se perdió la parte más importante de su sueño.

... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...

Han pasado los días y algunas semanas, él animo de Anabel cambio drásticamente, antes se le veía callada y muy pensativa pero ahora estaba más alegre y más viva ¿Por qué será? Los padres no sospechaban nada, más bien creían que se daba por la próxima fecha de la boda que serían en dos semanas, casualmente un día después de su función.

Ella reía cada vez más, se sentía renovada pero cuando llegaba la hora de ensayar se vigorizaba más, bailaba con aquel entusiasmo; cada movimiento, cada giro, cada soltura era de fina elegancia y belleza, parecía una escultura danzante y a la vez la personificación de la sinfonía misma.

De entre todas las demás ella sobresalía más, la malhumorada entrenadora levantaba la ceja y su tieso rostro rosagaba en un aire complaciente, se veía que estaba encantada con las habilidades y la gracia de aquella chica pero para Anabel no le era nada de eso, no media los pasos ni recordaba los movimientos, tan solo se dejaba llevar por la sinfónica música, pero no la música de cualquiera si no la que tocaba aquel especial pianista de cabello blanco.

En los descansos, Anabel le felicitaba buscando la manera de tener una cálida conversación con él, para ella aquel chico le era muy misterioso pero especial a la vez, se sentía segura pero al mismo tiempo temerosa, deseaba descubrir la dulzura que se esconde detrás de sus ojos y de su personalidad.

Inoportunamente Jeth aparece al finalizar los ensayos, no llegaba antes pues le parecía aburrido observar unas chicas brincando como niñas jugando al avión siguiendo una anticuada música de teatro, pero observa desde lejos a su futura esposa riendo con el rival de su infancia, aquella escena hace entrecogerse de las manos y tensar su mandíbula, él contaba los días para casarse deseando a que ya se termine — ¡De esta estupidez!— piensa él.

Llegaba a recoger a su chica y Anabel le observa sin prestarle mucha atención conversando con Armin, Jeth se sobresalta, exclamando —Hola querida ¿A caso no me viste llegar?

—Hola Jeth, si ya te vi— menciona ella sin mucho entusiasmo

— ¿Me dijiste solo Jeth?— inquiere afincando los dientes

—Ehh... si ¿Por qué?— pregunta ella sin entender su indirecta o finge no entenderla

—Ehh... por nada ¡QUERIDA!— un segundo de pausa— ¿Ya terminaste?— Jeth afinca la mirada sobre Armin como si le lanzara cuchillos a través de sus ojos.

Anabel le observa no muy agradada por su actitud diciendo — ¡Todavía no! tengo algo que hablar con la instructora, ya regreso— se aleja de él de una manera seca dándole la espalda

Jeth se aproxima afincadamente ante el chico advirtiendo — Crees que esto es divertido ¿VERDAD?— lo último lo dijo subiendo la voz

Armin tan calmado como la suave brisa del bosque, responde sin basilar viéndole a los ojos —No

— ¡Maldito albino mal nacido! tan solo queda dos semanas y ella será completamente mía, solo mía y tú—Señala con su dedo índice derecho— tan solo será un olvido ya que ella nunca te recordara ¡¿ESTA CLAROOOOOO?!

Armin sigue con la misma apacible actitud y la suavidad de su indiferente mirada, afirmando —Si

Jeth arruga la cara pues no esperaba aquella tranquila reacción y prosigue —Sabes lo que voy hacer ¡¿HAAA...?!—un segundo de silencio— después de que me case, me tomare una foto acostada con ella y te la voy a enviar para que sufras de mi deleite sobre ella pues voy disfrutarla hasta lo más ULTIMO de su pureza virginal, mientras que tú te pudrirás en este teatro completamente solo mientras que tus bolas se secan, maldita rata blanca HAHAHAHAHAHA...— Jeth le da una chasqueante bofetada con un gesto burlón, esperando alguna reacción en provocación para iniciar una pelea y así dar motivo suficiente a que lo despidan pero para su malestar nada de eso sucede, Armin voltea para verlo de frente, el fleco de su largo y liso cabello medio cubría sus ojos pero él tono de su mirada cambió, era algo escalofriante y cálida a la vez, era muy difícil de explicar pues no había gesto alguno tan solo la expresión de su intensos ojos, contestando con una voz un poco pesada y firme a la vez

—Al final ella decidirá con quien se quedara.

Para Jeth aquel comentario le fue muy extraño, como si estuviese planeando algo, le sonaba como una amenaza disfrazada, se echa para atrás sin saber que decir, su ojos se inquietan un poco, cierra sus puños y pasan segundos de mirada intensas acompañado de un tenso silencio, Jeth absorbe un aliento de aire y responde en tono desafiante entrecogiendo sus ojos— ¡Ya lo veremos!

Regresa Anabel con su bolso en la mano izquierda, diciendo con un gesto curioso—Ya estoy lista— Jeth le agarra la mano sin decir nada y la jalonea hasta la salida, Anabel se despide de Armin de manera rápida y sencilla—Adiós no vemos mañana— cosa que le puya de fastidio a su novio por la idea de volverle a ver al día siguiente.

Pasan los días y Jeth siente que poco a poco va perdiendo a su futura esposa, no se concentraba en los partidos ni si quiera en los estudios, cada minuto cada segundo andaba pensando en ellos— ¿Qué estará haciendo con ella?— a veces imaginaba a Armin haciéndole recordar sobre su infancia y o tras veces bailando juntos pero una idea nueva le venía entrando con repulsión en la mente, ellos dos juntos besándose, recordando su amor.

Ya no lo soportando más, no quería seguir esperando otra semana más, le era una amargura insoportable pero increíblemente no era por celos de perder a Anabel si no el miedo de ser derrotado por un pobre tonto como él, quería actuar y maquinaba una manera de hacerle eliminar —No me importa lo que sienta Anabel quiero que él desaparezca.

Faltaba seis días para la boda y cinco para la presentación, Jeth había contratado a dos grandulones armados haciéndose pasar por empleados de limpieza, les ordenó que pareciera un accidente, lo suficiente para que no haya sospecha alguna, los dos hombres asintieron seguros y sonríen malévolamente por la perturbante tarea que se les encomendó, para estas personas matar le era un oficio divertido y muy retador.

Entran al teatro sin dificultad, aparentaba ser sencillo pues los vigilantes no mostraba interés alguno, tan solo con verle el uniforme y el falso carnet le bastaba<<Para que más>> pensaban, además nadie se imaginaria a que asesinaran a un simple pianista ya que subliminalmente lo consideraban como alguien sin importancia.

Aquellos uniformados hombres entran a la sala, se acercan a la tarima a buscarlo con ganas, no lo ven pero de lejos notan una sombra —Debe ser él— susurra uno —Vamos a ver— ordena el otro, continúan andando y ven que ese bulto negro entra en una sótano por debajo de los vestidores —Que extraño— piensa uno pero siguen caminando, entran al oscuro cuarto.

Pasan las horas y Jeth observa el reloj mientras lee una revista muy a la expectativa pero al mismo tiempo relajado esperando a que lo llamen por el teléfono, definitivamente eso sucede, él se quita el humeante cigarrillo de su boca con un tono sonriente, coge del móvil y contesta

—Haló

—Jefe ¿Es usted?

—Si ¿Ya terminaron?

— ¡Olvídelo jefe!— un segundo de jadeo— simplemente olvídelo, ese chico no es normal.

— ¡¿De qué están hablando?! Son dos grandulones lo suficientemente capaces de poder fulminarlo ¿Cómo es que no pueden?

—Usted no entiende, intentamos... créame que intentamos pero ese monstruo es muy fuerte y muy inteligente, pareciera que nos estaba esperando y aparte aparecieron cosas extrañas alrededor de nosotros, fue algo horrible— suena en el fondo la sirena de una ambulancia — lo siento jefe pero renunciamos, adiós— cuelga la llamada.

—IDIOOOOTAAAS... BUENOS PARA NADAAAA...— lanza el teléfono hacia el suelo, agitado del enojo, intenta de calmarse caminando de izquierda a derecha, inhalando aire, observa en el piso la foto de una mujer semidesnuda y se le activa otra macabra idea, susurrando mientras se soba la barbilla— Excelente— sonríe malévolamente.

En los bares más escondidos y liberales de la ciudad contrata a una prostituta; la más esbelta, hermosa, de curvas tentadoras, seductora alguien que ningún hombre pueda resistir y entre ellos esta Jeth resistiendo el deseo de disfrutarla por una noche, esa mujer cobra muy caro y pide un 50% por adelantado, él con el desdén de pagarle antes de su trabajo le cuenta que su misión no es solo tentarlo a lo más lascivos deseos sexuales sino también en a cavar con su vida.

Aquella seductora mujer de pechos grandes, excesivo maquillaje y de labios carnosos pintando de un tono intenso, se quita el cigarrillo de la boca, le sopla el humo en su cara haciéndole toser y le mira fijamente con el tono claro de sus ojos como si lo sedujera, diciendo —No hay ningún problema querido— coge del vaso con licor costoso, bebe y continua— Créame que no hay ningún hombre por muy millonario, armado o inteligente que sea, se ha salvado de mí, los eh asesinado sin dejar huellas pero... solo hay un pequeño detalle— vuelve a beber del vaso.

— ¿Y cuál es ese pequeño detalle?— inquiere Jeth observándola con cierta incomodidad

La mujer se le acerca, le acaricia el pecho, su labios se dirigen a los suyos y a pocos milímetros de tocarlo le responde con su aliento bañado en licor, diciendo —Pero el precio te será el doble, guapo— enseguida le besa empalagosamente, succionándole sus labios con toda ricura, Jeth no se resiste y se deja llevar por el momento, aprovechando en tocarla lo más que puede, ella se retira dejándole sus labios manchados a los suyos al igual que su fuerte olor a perfume mezclado con el aroma del alcohol, aquel excitado hombre asiente con los ojos exaltado, el encanto de aquella ramera es de un éxtasis peligroso, como si estuviera bebiendo un veneno con sabor a dulce fresa, ahora comprendía realmente porque ningún hombre se le puede resistir, estaba seguro de que Armin como hombre no sería la excepción, afirma seguro diciendo—Trato echo...


Continuara...

Hola queridos lectores ¿Ya se están preparando para los últimos capítulos? Pues... yo también. En fin siguiente intriga: Jeth está furioso, buscando la manera de eliminar a Armin y ya por fin desaparecerlo de la vida de Anabel ¿Lo lograra? Contrató a una prostituta para tentarlo a los más engorrosos deseos de los hombres ¿Armin será la excepción? Si él ya está a comenzando a tener emociones, sentirá el deseo de hacerle como dicen por ahí el "Chaca chaca" a esa mujer, mmm... quien sabe en mis libros todo es posible, muajajajaja... lo sabrán en el siguiente capítulo, un saludo ^^


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