Capítulo 31
KAO
Zee y yo salimos del baño y cuando pasamos por el control de la entrada, veo a una chica rubia discutir con la enfermera de la recepción.
-Por favor señorita, solo necesito saber cómo está el chico que entró ayer, creo que se llama Earth, le dieron una paliza y ..- le intenta explicar, pero la enfermera le corta y le dice que si no es familiar no puede darle información.
La chica resopla y está a punto de irse cuando la detengo un momento.
-Perdona, estás preguntado por Earth, ¿verdad?
-Hola, sí el chico que ayer le dieron una paliza-me dice mientras me mira detenidamente- ¿eres Kao?- me pregunta.
-Soy Kao ¿y tú quién eres? –le pregunto.
-Soy Anne, vi como esos bastardos atacaban a Earth y llamé a la policía y a la ambulancia, mis amigos y yo les gritamos y ellos salieron corriendo- me explica.
Miro a esta chica rubia, no debe medir más de 1.60 m., 20 años como mucho y bastante delgada. No puedo imaginármela intentando defender a Earth, pero lo hizo y seguramente le salvó la vida.
-Earth me dijo que te llamara, antes de desmayarse me dijo que llamara a Kao, pero enseguida llegó la ambulancia y no pude pedirle tu número o algo. Uno de esos tipos asquerosos le llamó maricón, y se me revolvió el estómago, no puedo creer que todavía pasen estas cosas. Además, se le cayó esto- me dice mientras me tiende la fina pulsera de platino que le regalé a Earth en su último cumpleaños. Tiene grabado su nombre y su fecha de nacimiento.
-Sí es suyo, muchas gracias Anne, salvaste a mi pequeño, te debo la vida, si alguna vez necesitas algo, por favor llámame- le digo ofreciéndole una tarjeta con mi número de teléfono.
-No tienes que agradecerme nada, hice lo que cualquiera hubiese hecho. Por cierto ¿cómo está?, le hicieron mucho daño- me pregunta un poco asustada por la respuesta.
-Está en la UCI, pero está estabilizado, esperamos que salga de esta con un poco de tiempo- le respondo no muy convencido de mis palabras.
-Espero de corazón que pueda recuperarse. Hay otra cosa que quiero decirte.
-Claro dime.
-Uno de los tíos que lo atacaban tenía un tatuaje en el cuello, logré vérselo cuando corría, una estrella dentro de una luna, algo como esto- me dice pasándome un dibujo hecho en un papel cuadriculado. Se lo he dicho a la policía, pero a lo mejor tú puedes hacer algo más- me explica mirándome a los ojos.
-Gracias Anne, de verdad, eres una gran persona- le digo.
-De nada, que tengáis mucha suerte, adiós- me dice mientras sale por la puerta.
Le hago una foto al dibujo que me ha dado Anne y se lo paso a Sammy. Necesito que investigue en la base de datos de la policía a ver si ella puede encontrar a ese tipo.
-Vamos- le digo a Zee y los dos salimos al encuentro del hombre que se ha atrevido a tocar a Earth.
El barrio donde vive ese bastardo es tan sucio como él. La dirección que me ha mandado Sammy corresponde a una casa blanca en la esquina de la manzana. Un Ford Ranger está aparcado fuera, detengo el Hammer justo delante, no quiero darle la oportunidad de que pueda escapar.
Zee baja del lado del copiloto y saca su arma, yo hago lo mismo y le indico con la cabeza que yo iré por detrás. Él se desliza a través de la valla que rodea la casa e intenta entrar por delante. Yo rodeo la manzana y entro al patio trasero saltando por encima del vallado. La puerta que da a la cocina está abierta y veo a un hombre sentado en la mesa junto a la ventana. Lo más sigilosamente que puedo compruebo si hay alguien más en la casa y no veo a nadie. Entro por la puerta y apunto al hombre que está en la cocina. Cuando levanta la cabeza y me mira a la cara puedo comprobar que es el mismo que atacó a mi pequeño. Tengo que usar todo mi autocontrol para no pegarle un tiro ahí mismo.
-Veo que tienes bastante apetito después de un día algo movidito ¿eh? - le escupo a la cara mis palabras.
-¿Quién coño eres tú?
-Pues ahora mismo soy tu peor pesadilla- le contesto con una sonrisa en la cara.
De repente y no sé cómo otro hombre sale del salón y me apunta directamente con un arma.
-Suelta eso capullo y ponte de rodillas- me ordena y puedo ver que tiene un tatuaje en el cuello, después de todo no me han hecho buscarlos, aquí están los dos juntitos esperando por mí.
La sonrisa en sus caras es retadora, siempre me asombra lo engreídos que son estos delincuentes de poca monta.
Veo cómo cambia su semblante cuando Zee amartilla el arma contra su sien izquierda y de una patada lo tiene de rodillas y desarmado.
Me adelanto varios pasos hacia el tipo que estaba desayunando, sin dejar de apuntarlo en ningún momento.
-Bueno ahora tú y yo vamos a tener una charla amistosa- le digo acercándome a su cara.
-¿Qué carajo quieres?, no te conozco de nada.
-Bueno eso va a cambiar en unos minutos, de momento te voy a preguntar algo y si sabes lo que te conviene me dirás la verdad- le explico.
-Yo no sé nada de nadie- me espeta escupiéndome las botas.
Yo levanto el puño y lo descargo con todas mis fuerzas en su cara. Oigo el chasquido de su nariz rompiéndose y un grito desgarrador que sale de su boca. Está claro que no sabe lo que le conviene.
-Voy a volver a repetirte todo, porque creo que no nos hemos entendido. Voy a hacerte unas preguntas y tú me vas a decir la verdad. Asiente si me has entendido- le ordeno.
Él asiente sin decir nada y yo empiezo mi interrogatorio.
-¿Quién les pagó para que le dieran una paliza a un chico ayer?- directo al grano, no tengo tiempo que perder.
-No sé de qué me hablas, nosotros no hemos hecho nada de eso- me dice el muy imbécil.
Pongo mi arma en la mesa y saco el silenciador que tengo en el chaleco, lo enrosco al cañón y apunto a su rodilla izquierda.
-Bueno me parece que tú y yo no vamos a llegar a un entendimiento- le digo y disparo contra su rodilla. Antes que sus gritos alerten a los vecinos cojo el paño de cocina de encima de la mesa y le tapo la boca con él.
-Te informo que esa rodilla la puedes dar por perdida, la buena noticia es que aún te queda la otra para poder caminar- le susurro al oído.
Le pido al tipo que está con Zee que se quite el cinto de sus pantalones y me lo pase. Este parece ser un poco más inteligente y hace lo que le digo. Hago un torniquete en la pierna herida de su compinche para que no se desangre, no quiero que se muera antes de obtener respuestas.
-Te lo preguntaré una vez más, es la última oportunidad que te voy a dar, el próximo balazo será en la sien, ¿estamos claros?, asiente si lo has entendido- le ordeno.
Él asiente con sus lágrimas corriendo por sus mejillas. Viéndolo llorar me doy cuenta de una cosa, mientras estos bastardos le daban una paliza a Earth él nunca lloró ni suplicó por su vida, solamente luchó por sobrevivir, mi pequeño valiente hasta el final, vale mil veces más que estas dos escorias.
-¿Quién les pagó para darle esa paliza?- vuelvo a preguntar, quitándole el paño de la boca.
-Un pez gordo que está en la cárcel, ese tan famoso que sale en las noticias- me contesta retorciéndose de dolor.
Miro a Zee y tiene la misma cara que yo, el tío de Earth ha orquestado todo esto, es su venganza por haberlo metido en la cárcel.
-Pero qué coño te importa a ti ese pequeño maricón, no es nadie- se atreve a decirme.
Me levanto de la silla donde estoy sentado, apunto a la frente de este bastardo y veo que se mea encima, es tan cobarde que no puede darme más asco.
-Ese pequeño maricón, como tú lo llamas, casi muere de la paliza que ustedes le dieron y aun así se resistió y no gritó ni se meó encima como tú. No te atrevas a nombrarlo con esa puta boca tuya, vale mil veces más que tú- le digo con mi cara pegada a la suya.
-Y otra cosa más, será mejor que recen todo lo que sepan para que no muera, porque si lo hace, los dos seguirán sus pasos. No habrá sitio donde puedan esconderse, los encontraré y los enterraré vivos. Ahora se van a portar bien y no le dirán a nadie de esta conversación porque de lo contrario su esperanza de vida será muy corta.
Con esta promesa en el aire, Zee ata al otro tipo, que no ha abierto la boca, y a mi nuevo amigo, juntos a la silla de la cocina y salimos de esa casa rumbo al hospital.
Una vez dentro del coche golpeo el volante con las manos, no me puedo creer que el tío de Earh se haya atrevido a hacer esto. Se cree intocable el muy hijo de puta, ya veremos lo intocable que es cuando le ponga las manos encima.
Nos llevo de nuevo al hospital y corro hacia la habitación de Earth. Saint está hablando con él con su mano apretando fuertemente la de mi pequeño. Sus ojos rojos me dicen que ha estado llorando, siempre he admirado el amor que ellos dos se tienen, tan sincero y falto de egoísmo.
-Saint, ya estoy aquí, Zee está fuera para llevarte a casa a descansar. Necesitaría que mañana te quedaras con Earth porque tengo que hacer unas gestiones importantes, tu novio te pondrá al día de todo en un rato- le explico.
-Claro vendré a primera hora- me dice mientras le da un beso a Earth y se despide de los dos.
Me siento al lado de mi duende perfecto y siento una opresión en mi pecho tan grande que no me deja respirar. Tiene que despertar porque si no lo hace no sé cómo podré sobrevivir. Ni siquiera puedo imaginar un mundo sin mi pequeño, no quiero pasar ni un solo día sin él.
El sonido de mi teléfono me saca de esos pensamientos, miro la pantalla y la carita de Gun me dice que es él el que llama.
-Hola cariño, ¿estás bien con la abuela?- le pregunto.
-Hola papá, estamos bien, ¿cómo está papi?, quiero verlo por favor- me pide.
-Ya es tarde para eso, pero te prometo que mañana te paso a buscar y podrás ver a papi, tienes que ser fuerte ahora y aguantar un poco ¿vale?- le explico.
-Vale, lo haré, seré valiente por papi- me dice.
-Así me gusta precioso, ¿Off está contigo?, ¿necesitan algo?- pregunto.
-Sí, está conmigo, sus padres no regresan hasta el lunes- me responde.
-Bien , entonces pásame a la abuela para que pueda hablar con ella.
-Vale, buenas noches, te quiero- se despide.
-Yo también te quiero- le respondo.
Oigo como llama a su abuela y le pasa el teléfono.
-Hola, Kao ¿cómo sigue mi hijo?- su voz es de sincera preocupación.
-Rose, de momento está estable, ¿estás bien con los niños, puedes quedarte esta noche con ellos?
-Estamos perfectamente, no te preocupes por eso son chicos muy buenos- me contesta con orgullo.
-Mañana pasaré a recogerlos a los tres para que puedan venir a ver a Earth.
-Muy bien, estaremos preparados, buenas noches- se despide.
-Buenas noches- le respondo y cuelgo la llamada.
Giro mi cabeza para concentrarme en el cuerpo de mi pequeño amor. Poso mi cabeza sobre sus piernas y lloro todo el estrés que acumulo, dejo que salga pensando que el dolor se mitigará pero este dolor nunca acabará hasta que Earth vuelva conmigo.
Nunca he sido religioso pero le pido a lo que sea que esté allá arriba que me lo devuelva, que le permita vivir, él se lo merece, se merece lo mejor de este mundo.
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