El viento golpeaba su rostro con insistencia, como no hacerlo si ella se disponía a ir en contra de el. Su vista entre su camino y su reloj, llegando tarde a la firma de contratos. Se había quedado dormida y estaba muy disgustada por ese hecho, ella nunca llegaba tarde y mucho menos al ser la protagonista, no estaría dando un buen ejemplo.

   Ingreso al lugar con severo desespero, apurandose por los pasillos hasta llegar a su meta, el ascensor. Este mismo se veía como sus puertas se iban cerrando poco a poco. Ella aceleró más su paso, y como último recurso, llamó la atención de la persona que estaba dentro del mismo.

—¡Espere! — exclamó, apresurada. La mano del sujeto se posicionó en una de las puertas, abriendo el ascensor nuevamente. — Muchas gracias — sonrió esta al ingresar.

— ¿Llegando tarde? — inquirió el desconocido.

— Bastante — elevó sus mejillas en una sonrisa.

   Ella lo observó de reojo, pudo notar su barba ya crecida, una camisa celeste y unos pantalones color crema. Solo pensaba en el excelente estilo que poseía este hombre, con su pelo revuelto y aún leves facciones de recién levantado.

— ¿Nos conocemos? Es que tu cara me suena mucho — rompió el silencio, marcando el piso cuatro. — ¿Vas al cuatro? — Preguntó mirándola.

— Si, al cuatro — asintió. — Contestando a tu pregunta anterior. Quizás me viste en el cartel de afuera — se carcajeo.

— ¡Por supuesto! Eres Supergirl — se maravillo, apuntando con su dedo a la chica.

— La misma — sonríe. — Soy Melissa Benoist — extendió su mano en un saludo.

— Christopher Wood, pero dime Chris — extendió su mano también, con intensión de juntarlas, pero ella la quito por un momento.

— No reveles mi identidad secreta — le advirtió, ahora si saludanolo como corresponde.

— Será nuestro secreto — aceptó, mirando sus ojos, azules intensos... Nunca había visto tal maravilla.