capítulo 5

Seguí entrando y saliendo de mi, yo cada vez me enloquecía más.

—Hay Dios mío - salió de mi boca

Con rapidez me voltio boca abajo y levanto mi cintura quedando muy cerca de él, acariciaba su sexo con el mío despacio, sabía exactamente como provocar deseo en una mujer.

Volvió a entrar en mi y se movía duro, a mi ya no me importaba si alguien me escuchaba yo quería gritar de tanto placer. Tomo mi cabello suelto y tiro de él mientras seguía entrando en mi, los movimientos eran de otro mundo, jamás alguien me había hecho sentir así.

Conforme paso el tiempo sentía como el estaba apunto del orgasmo igual que yo, los gemidos de los dos cada vez eran más fuertes y el corazón palpitaba más fuerte, (no solo el corazón)

Al final paso, los dos tuvimos un orgasmo como nunca jamás lo había experimentado, salia mucho fluido de mi, que parecía que estaba haciendo pipí. Se recostó en mi espalda mientras pasaba nuestro orgasmo, sus gemidos me excitaban tanto que sentía que podía estar con su pene adentro de mi siempre.

Al pasar ese momento tan delicioso nadie dijo nada y comenzó a pasarme mi ropa, era algo raro que no dijera nada, por Dios me agarró y me dió el mejor sexo de la vida, igual no es como que tenga mucha experiencia.

— Iré a ver si ya está tu vestido - Menciono abrochando su camisa

Salió de la habitación y yo espere sentada en la cama con la sábana en mi cuerpo desnudo.

Al volver me dió mi ropa, me la puse y me arregle y cabello un poco.

— Ya es tarde, te llevaré a tu casa - Me dijo y me regaló una sonrisa

Asentí y nos dirigimos a su auto. Todo el camino no menciono ninguna palabra, con pena yo le decía que calles tomar para llegar a mi casa, como dije antes no era de la chicas que tenían sexo a la primera.

Llegamos a mi casa y antes de bajar el tomo mi pierna y de acercó para besar mi cuello, poco a poco iba metiendo más su mano a mis pantaletas hasta lograr estar debajo de ellas, metió un dedo y se acercó para besar mi boca.

Yo solo soltaba pequeños gemidos en su boca mientras le seguía el beso. Al alejarse y secar su dedo me sonrió y se quedó así por unos segundos.

— Fue un gusto Señorita - Me dijo y se acomodo en su asiento

— Igual - Baje del auto

No supe que más decir, me moría de la pena.

Al llegar a mi puerta para intentar abrir escuche como su lujoso auto se fue. Me sentía muy cansada, el me había dejado muy cansada.

Solo quería llegar, darme un baño y dormir.

— Te estaba esperando - Escuche que alguien dijo y voltee a ver quien era

— ¿Que haces aquí? - Pregunte con un poco de miedo

...

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