5. "Dos balas"
- Aquí termina el juego.
Con un arma contra la espalda de cada uno de los compañeros de Erik, incluída la suya, se vieron completamente acorralados.
- ¡Erik! - se sorprendió Greg al verlo aun ahí.
Erik se giró rápidamente hacia Asier con una ceja arqueada y la expresión confusa.
- ¿Qué hace Greg aquí?
Greg no llevaba nada de ropa excepto el calzón y un calcetín habiéndolo perdido todo en el juego de cartas.
La mujer de detrás de Erik le metió un golpe contra el omóplato.
- Quieto - ordenó.
Greg se levantó de su sitio para acercarse a Erik ignorando todas las amenazas y éste a su vez también dio unos pasos en su dirección pero consciente de que no estaban en la mejor situación para hablar.
- Greg, no deberías estar aquí -lo cogió de las manos mirando a los lados -. ¿Por qué has venido?
- Cuando cancelaste el plan... No me lo tomé bien y quería disculpar-...
- ¿Que cancelé el qué? - lo interrumpió.
La mujer carraspeó e impostó la voz.
- ¿Estáis muy ocupados?
Como si no hubiera dicho nada Greg siguió explicándose con Erik.
- Me dijiste que no podrías venir porque te habían invitado a Nereidas. ¿Es esto lo que tanto te gusta? - señaló el lugar extendiendo ambos brazos.
Si Erik tuviera que describir la expresión de Greg en una sola palabra sería "decepción".
- Greg, yo... - le costaba hablar por un gran sentimiento de culpabilidad -, quería ir contigo a la feria, de verdad...
- ¿Por qué me dijiste eso entonces?
No sabía qué le había dicho. Juraría que el primer mensaje que recibió fue el de Greg diciendo que sería mejor ir a la feria el año que viene.
- No dije...
Erik recibió un disparo en el brazo derecho.
- ¡Ah! - se apartó de Greg agarrándose la zona que comenzó a sangrar.
- ¡Erik! - el rubio iba a acercarse pero Erik estiró el brazo izquierdo indicándole que se detuviera.
- Basta ya - los interrumpió la mujer esta vez -. ¿Os parece divertido acaso?
Se fue aproximando al moreno quien estaba algo encogido por el dolor. Llevaba la pistola en alto y le hizo una señal a sus compañeras para que les dieran espacio.
- El desnudo también, fuera - le dijo a Greg -. ¿Quién eres a todo esto?
- Yo...
- Oye, tú - habló Erik para distraer su atención de Greg -. ¿Me quieres a mí? Déjalos a ellos en paz entonces.
Ella centró su mirada en el moreno de nuevo.
- No te quiero a ti - fingió una risa -, pero sí que tienes algo que me pertenece.
Erik hizo una señal no verbal y seguidamente volvió a prestarle atención a la mujer.
- ¿Qué es eso que tengo tuyo?
Ella no dudó en acortar aun más la distancia entre ellos sin bajar la pistola y apuntándolo a la cabeza.
- Melisa.
- ¿Quién es Melisa?
- ¿Te burlas de mí? - se mostró más cabreada.
Erik intentó recordar ese nombre pero aunque le sonara demasiado no lograba identificarlo.
- No sé quién es.
- No te creo - volvió a dispararle a Erik en el mismo brazo.
Soltó un quejido de dolor inmenso y se encogió un poco más. Greg quería acercarse pero no podía entrometerse en ese encuentro. Erik no querría que lo hiciera.
- Te estás burlando de mí. ¿Quién te crees que eres? ¿Crees que tu vida tiene más valor que la de los demás?
- No creo...que eso sea cierto - dijo aguantando el dolor.
- Y Melisa... ¡¿Me estás diciendo que no te acuerdas de la mujer que te dio un hijo?! - subió notablemente el tono de voz.
De repente a Erik se le paralizó el alma al oír mencionarla. Abrió los ojos como platos recordando a esa mujer.
- Mel... - murmuró de forma inaudible.
Apretó fuertemente los dientes y exclamó antes de que la otra continuara hablando o volviera a hacer cualquier otro movimiento:
- ¡Ahora!
La oponente no sabía a qué se refería hasta que vio cómo todos los apresados consiguieron escapar de las armas y la sala comenzó a inundarse en un espeso humo. Tosían y se cubrían el rostro por la dificultad que les presentaba al respirar.
Erik corrió a agarrar a Greg del brazo y salió corriendo de la sala habiendo fijado previamente un destino. Se escondió tras una esquina y se agachó con el rubio.
- ¿Ha dicho que tienes un hijo? -preguntó Greg intentando elevar la voz sin dejar de susurrar -. ¿Desde cuándo?
- ¿Cuándo cancelé yo lo de la feria? - le respondió Erik con otra pregunta usando el mismo tono -. Tú me escribiste diciendo que mejor el año que viene.
- Pero mira - le enseñó la conversación abierta en el móvil que había estado llevando en mano todo ese tiempo -. Lo has dicho muy claro. ¿Acaso estabas borracho incluso antes de venir?
Erik fue bajando los mensajes hasta leerlos todos.
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Tú: Eriiiiik!!✨ No habíamos dicho hora para quedar en la feria🙈🙈🙈
🌸🙊🐻ERIK💕✨🐣: Oye, lo siento mucho pero no podré acompañarte hoy
Tú: Pero hoy era el último día...
🌸🙊🐻ERIK💕✨🐣: Me han invitado a Nereidas esta noche y es mucho dinero que me ahorro yendo gratis
Tú: Erik, no pasa nada, ya iremos a visitar la feria el año que viene🙊 Tampoco era mucho lo que nos quedaba por ver así que no te preocupes ^^ ✨🎶🌸
🌸🙊🐻ERIK💕✨🐣: Estás seguro?
Tú: Sí, sí, no te preocupes ^3^
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- ¿Pero qué narices...? - fue lo primero que dijo Erik al acabar de leer la conversación -. ¿Qué es esto, Greg? Jamás te he escrito algo así. Mira - sacó su móvil para enseñarle la conversación -. Solo tengo tres de esos mensajes.
Greg comprobó como Erik tenía razón; él jamás había enviado eso.
- Entonces...¿sí que querías ir?- Greg lo miró con el rostro ruborizado -. No me sustituíste por venir a este lugar...
- No, por supuesto que no - iba a cogerle la mano de nuevo pero al mover el brazo derecho volvió a sentir el dolor de las dos balas -. Agh, mierda, hay que pirarse.
- Espera, Erik - lo detuvo Greg.
Le tomó el brazo herido y se miró el cuerpo: no llevaba nada de ropa que pudiera servirle. Entonces decidió estirar la manga agujereada de Erik y con los dientes la rompió un poco por la parte del hombro desgarrándola completamente ya con las manos. Usó ese trozo de tela para cortarle la circulación a la altura del disparo más alto.
- Esto debería ayudar por un tiempo - sonrió para animarlo.
Erik se miró el brazo y luego se dirigió a los hermosos ojos de Greg.
- Gracias.
Seguidamente se inclinó levantándose el borde del pantalón y encontrando un arma blanca que siempre llevaba de repuesto por si en alguna ocasión la iría a necesitar como era el caso. La sacó pero al levantar la vista y ver el rostro de Greg lo pensó unos segundos y la volvió a guardar.
- Saldremos de aquí de otra forma. Vamos - se levantó con una mano en la espalda de Greg.
El chico lo siguió, obviamente, pero no entendía porqué había dejado el arma de vuelta cuando la debería haber cogido aunque fuera para usarla en defensa personal.
Erik se asomó con cuidado por la esquina que los ocultaba. El humo ya prácticamente se había disipado y apenas había obstáculos para la vista. Logró ver a todas las mujeres en posición de ataque; ellas intuían que aun no se habían ido ya que bloquearon todas las salidas.
Entonces sonó una explosión. Erik sabía perfectamente de dónde provenía y quién la había provocado así que echó a correr agachado y cubriéndose la cabeza seguido por Greg. Cuando ya estaban al descubierto a ojos de las oponentes empezaron a oír disparos.
- ¡No levantes la cabeza! - le ordenó a Greg.
Llegaron hasta la barra detrás de la cual se escondieron. Erik hizo ademán de permanecer a la espera. Su próxima salida la indicó Iván asaltando a dos de ellas a la vez desde arriba. Les chocó las cabezas de forma que perdieran la consciencia inmediatamente tras el golpe. Después de eso aprovechó los muebles para realizar largos saltos en altura mientras dejaba paso a la intervención de Lucas quien sigilosamente atacó a otra de las mujeres con un solo golpe en el punto exacto del cuello. Con eso consiguió adormecerla y rápidamente enfrentarse a otra antes de que pudiera reaccionar siquiera pulsando lugares del cuerpo que la debilitaron haciéndola caer de rodillas sin fuerzas.
Erik aprovechó esa distracción para huir junto a Greg a la salida ya desbloqueada. Desde ahí vieron una furgoneta frenar de golpe frente a ellos.
- ¡Rápido, subid! - se asomó Asier por la ventana.
Los chicos que ya estaban dentro abrieron las puertas del maletero y le ayudaron a Erik a subir. No fue hasta ese momento que Erik se dio cuenta de que había estado sujetando la mano de Greg desde que comenzaron a huir.
Justo detrás de ellos entraron Lucas e Iván de un salto en el vehículo en movimiento y ya luego se cerraron las puertas a tiempo para detener las balas de las mujeres que aun habían quedado en pie.
- ¿Cómo estás, Erik? - se preocupó Greg por enésima vez -. ¿Te duele mucho?
- No, solo cuando lo muevo... - dijo respirando con mayor dificultad.
- Aguanta, crack, ya queda poco - lo animó Iván -. En unos minutos ya estarás en casa sobando.
Erik se sujetaba el brazo herido recostado contra la furgoneta pero de tanto movimiento y baches le empezó a resultar muy incómodo. Greg no sabía como ofrecerse habiéndose dado cuenta. Tardó demasiado en hablar porque llegaron enseguida al piso común.
Asier aparcó el vehículo en el garaje y lo primero que hizo al salir fue acercarse a su amigo quien buscó apoyo en el hombro de Greg.
- ¿Vas bien? - le preguntó a Erik.
- Creo...que las balas siguen dentro.
- ¿Quieres que te lleve?
Negó con la cabeza.
- Greg lo está haciendo muy bien.
Habiendo sido mencionado, Asier miró al chico con rencor. Tenía tantas cosas que decirle... En realidad quería hablar seriamente con ambos por separado. Esto no podía continuar de esa forma.
Erik fue acompañado hasta ser recostado en una camilla. Greg permanecía todo el rato al lado de él y esta vez tuvo la iniciativa de apoyarlo mediante el contacto de sus manos. Era lo menos que podía hacer.
- Lucas te dejará como nuevo, no te preocupes - dijo Asier desde el otro lado de la camilla mientras esperaban a que el otro chico llegara ya preparado con los utensilios necesarios.
- Gracias - sonrió Erik en agradecimiento por no haberlo dejado tirado.
No es que lo hicieran pero Asier era ese tipo de persona que decía "si caes no arrastres a los demás". En el grupo cada uno tenía que salvarse como fuera mas la cooperación también era importante siempre y cuando no se arriesgaran las vidas de nadie. Esa era la política que ahí seguían.
Lucas se acercó con unas pinzas y varios botes.
- ¿Podrás sin anestesia? - dijo Asier analizando los contenidos de los botes -. Porque parece que ya no queda.
- Claro, no podrá ser peor que los disparos - rió.
Asier rió también pero de forma sarcástica.
- Eso es lo que tú crees. Buena suerte.
Dicho eso le dio unos golpecitos en la pierna y se dirigió a los sofás para tomar asiento mientras transcurría la operación.
En cuanto Lucas introdujo las pinzas en las perforaciones Erik ahogó un grito retorciéndose.
- Mierda...
Con los labios y párpados fruncidos giró la cabeza en dirección contraria a donde Lucas operaba. Apretaba con mucha fuerza la mano de Greg pero el chico resistía; sabía que el dolor por el que estaba pasando Erik en ese momento era mucho mayor.
Cuando Lucas consiguió sacar la bala con mucho cuidado Erik logró soltar el aire que había estado aguantando. Lo primero que vio al abrir los ojos fueron los de Greg. Esos colores miel dándole fuerzas solo con su presencia y quitándoselas a la vez. Greg era definitivamente su fuerte y su mayor debilidad.
Volvió a retorcerse cuando Lucas fue a por la segunda bala.
- Avisa, hombre - se quejó con los ojos cerrados.
Lucas no hablaba, era cierto. Andy era el único quien podía traducir su lenguaje gestual. Se conocían desde hacía eternidades y no hacía falta ni que hablaran para entenderse entre ellos. Siempre iban juntos y se complementaban de esa forma, pero Andy... utilizaba a Lucas para hacer los trabajos sucios. ¿Esa era su forma de pago por hacerle de traductor?
Erik conocía la voz de Lucas, pero no por mucho tiempo. Fue un día que volvió sin lengua y Andy dijo que se la habían cortado para que permaneciera en silencio por algo que vio. Claro, siendo analfabeto tampoco podía escribir pero esa gente no contaba con que tuviera a alguien quien pudiera interpretar sus gestos.
Ellos dos tenían un estilo muy parecido respecto al físico: ambos usaban piercings, dilataciones, tatuajes, peinados poco comunes, ropa ancha. En el caso de Lucas era para guardar todo el botín que obtenía tras algunos de sus paseos. Andy con su baja estatura y cuerpo delicado con escasa masa muscular llevaba camisetas que le venían algo más grandes y por eso se remangaba hasta la parte baja del hombro.
Cuando Lucas acabó con ambas balas las dejó en una placa de petri y pasó a desinfectarle las heridas a Erik y a vendarle el brazo. Aquello ya no era nada en comparación con las pinzas revolviéndole los interiores.
Erik se incorporó sentándose en el borde de la camilla y le agradeció a Lucas por su trabajo. Él era quien se encargaba de las tareas cirúrgicas por tener muy buen pulso. Era carterista al fin y al cabo; tenía mucha agilidad y precisión con las manos.
- Greg - se dirigió al rubio -, tendrás que quedarte aquí esta noche. Es muy peligroso salir después de lo que ha ocurrido...
Greg no dejaba de mirarle los vendajes del brazo pero sin ignorar la cantidad de cicatrices y tatuajes extraños que nunca antes había visto. Era la primera vez que Erik llevaba el torso descubierto frente a él.
- Erik... - intentó hablar en un tono de voz muy reducido para no llamar la atención de sus compañeros que aun se encontraban en la misma sala -, no sé qué está pasando ni en qué estás metido - bajó la mirada -. No me cuentas nada y estoy viendo a toda esta gente por primera vez excepto a Asier y Benny. Esa mujer quería matarte y dijo que tenías pareja y un hijo. No puedo entenderlo. ¿Por qué no recibiste todos mis mensajes? ¿Por qué pareció que hubieras cancelado nuestra quedada para ir a ese lugar? ¿Te has besado...con alguna de esas mujeres? - murmuró nervioso -. ¿Qué significa un beso para ti? Nunca hablamos de estas cosas. ¿No...confías en mí?
Aquel bombardeo inesperado de preguntas dejó algo perplejo a Erik.
Greg se frotaba las manos con nerviosismo. No era capaz de mirar a Erik a los ojos y no parecía siquiera que estuviera hablando con él.
- Yo...no sé qué decirte, Greg.
Greg fruncía los labios sin dejar de mirar abajo apoyado sobre la camilla. Era como si en cualquier momento fuera a...
Erik vio una gota desintegrarse contra el suelo.
Greg estaba llorando.
-Ey, Erik, ¿te queda mucho? - lo llamó Iván.
Su corazón se había hecho pedazos en un instante. No sabía cómo reaccionar al ver a Greg con lágrimas en los ojos.
Greg no volvió a decir nada. Le costaba mucho articular una palabra en ese estado.
- ¿Erik? - volvió a llamarlo Iván.
- Yo... - murmuró Greg -. No quiero molestaros...
Se levantó comenzando a caminar hacia la salida. Todos los compañeros de Erik quedaron en silencio al verlo a punto de marcharse; no sabían qué decir ante tal situación.
Como acto reflejo Erik siguió a Greg y usó el brazo herido para detenerlo. El dolor físico no podía acercarse ni a kilómetros a lo que Erik sentía en ese momento.
- No puedo...dejarte ir.
Con el rostro en lágrimas Greg no se atrevía a mirar a Erik. Se cubrió con una mano y volvió a hablar con la voz quebrada.
- Puedo...esconderme en el pasillo, si es...lo que quieres.
- No, no quiero eso, en absoluto. Por favor - suplicó -, quédate aquí, Greg.
El chico quería librarse sutilmente del agarre pero Erik permanecía firme en esa posición.
Si lo dejaba marchar en ese momento tal vez nunca volvieran a estar como antes...
Erik lo abrazó por la espalda. Ambos brazos abarcando todo el cuerpo de Greg como si realmente pudiera cubrirlo por completo y su rostro hundido en su nuca.
Greg dejó de llorar. Sus mejillas y párpados húmedos, la boca entreabierta y los ojos como platos. Agachó la cabeza cerrando los ojos y cerró las manos en puños.
Él tampoco quería perderlo pero no era lo suficientemente fuerte como para aceptarlo todo a ciegas.
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