39. "Ellos nos están mirando"

- ¡Vamos, vamos, todos fuera, no os paréis! ¡El tiempo es oro!

Habían conseguido recorrer el pasadizo y abandonar los límites del establecimiento pero ahora llegaba la parte del plan en la que cien personas salían a la ciudad sin ser vistas ni alarmar a los transeúntes. Disponían de numerosos vehículos esperando y cada uno de ellos se dirigía a una zona diferente. La ventaja que tenían frente a las autoridades era que nadie sabía cuántos eran realmente ni qué buscar. Si fue Ramón quien avisó a la policía, como mucho tendrían la misma información que él, y ésta solo ponía en peligro a los miembros del equipo de Erik y Asier. Al menos durante las primeras horas de investigación.

- L-los ha cogido la policía... - se culpaba Greg mirándose las manos -. Se han entregado para protegernos... ¡Hay que ir a por ellos!

Varios miembros del equipo se tenían que encargar de los impulsos por remordimiento de Greg sujetándolo de ambos brazos mientras él forcejeaba.

- ¡Esto no es justo! ¡Ellos irían a por nosotros si la situación fuera la inversa! ¡Tengo que ir! ¡Soltadme!

- ¡Greg, para! - intervino Benny -. Esto nos jode a todos por igual pero no podemos atacar a la poli. Va en contra de nuestra primera regla y Asier no querría que fuera nadie.

- ¡Pero Asier y Erik están...!

- Nos han salvado a todos. Fue su decisión.

La pandilla dirigida por Benny se metió en la furgoneta correspondiente e intentaron llevarse a Greg consigo.

- Benny, no, por favor... - suplicó el chico -. Son tus compañeros...-

- Y mis amigos también - corrigió Benny -. Sube a la furgoneta ya. Nos vamos.

Greg dirigió una última mirada hacia el edificio que se estaba comenzando a inundar en llamas y lo volvieron a empujar adentro.

Elmer y Hugo viajaban en el mismo vehículo, pero la situación entre ellos no era mucho mejor.

- Sigue sin responder a nada... - informó Elmer.

- No reacciona en absoluto - añadió Orión -. Es como si estuviera dormido con los ojos abiertos.

Benny se acercó a Hugo con la furgoneta ya en movimiento y se sentó enfrente. Confirmó las palabras de Orión y Elmer estableciendo contacto físico e intentando llamar su atención sin éxito.

- ¿Qué le han metido? ¿Es alguna especie de droga? - se interesó.

Elmer no podía responder a eso. Las veces que Hugo venía a verlo nunca hablaba de sí mismo y solo quería que Elmer durmiera en sus horas de visita. Durante las tres semanas que estuvieron con Ramón, Hugo no había contado nada de lo que estaba pasando al otro lado de la puerta. Tampoco era como si a Elmer le hubiera agradado escuchar "hoy solo me han vertido vino por donde el sol no brilla mientras tres adinerados se turnaban en apagar los puros en las suelas de mis pies" pero se arrepentía de no haber insistido más en que Hugo se desahogase con él.

- Es todo culpa mía - admitió Elmer -. Soy el único que podría haberlo ayudado y no hice todo lo que estaba en mis manos.

Benny miró a Elmer consciente de algunas cosas que ocurrieron ahí dentro gracias a los guardas infiltrados, y se percató del audífono que colgaba de su oreja.

- No estabas en posición de ayudar a nadie siendo víctima también.

- Podría haber hecho algo.

- ¿El qué?

Elmer tocó sutilmente la mano de Hugo sin llamar la atención de nadie.

- Podría haber solucionado mis problemas de insomnio sin tener que preocuparlo tanto.

- ¿De verdad? - Orión arqueó una ceja cruzándose de brazos cuando Benny la silenció con un ademán.

- Sabes que, precisamente por preocupaciones como esas, Hugo se evadía de lo que tenía que soportar diariamente. No podías haber hecho más - concluyó Benny -. Pero sigo sin comprender lo que le ocurre ahora. Tendría que analizar su estado neuronal para detectar cual es el error y así deducir el tipo de droga, en caso de no obtener resultados tras estudiar un extracto de su sangre.

- ¿Cuánto tiempo necesitarías? - cuestionó Elmer con impaciencia.

- Dos días serán suficientes. El plan era saquear todas las cuentas de Ramón antes de levantar sospechas y luego largarnos todos del país. Lo de Hugo será un gran contratiempo pero tendré que hacerlo después de obtener el dinero.

- Hugo necesita ayuda - recalcó Elmer.

- Solo nos llevará una tarde aclarar todo el tema económico. No tengo otra opción. Hay que hacerlo cuanto antes.

Elmer tomó la mano de Hugo con más fuerza.

- Hugo estará bien - habló Benny -. Te prometo que haré todo lo posible.

No sabían ni lo que había provocado aquel estado. Estaban muy lejos de averiguar nada y un gran retraso podría causar serios problemas en el equipo. La salud de Hugo era importante pero la libertad de cien soldados peligraba también.

- ¿Benny, lograste contactar a Andy?

El chico negó con la cabeza y volvió a su sitio.

- El inmortal se queda en el edificio, ese era el trato.

- ¿Y qué hay de Lucas? - se interesó otro de sus compañeros -. ¿No vamos a esperarlo?

- Créeme, ese par son de los que menos te tienes que preocupar. Andy no saldrá de ahí sin él, y si lo hace se vendrá el Armagedón.

Lucas era el único que podría detenerlo. Solo lo había hecho un par de veces antes y no sabía si volvería a funcionar pero era la única opción que tenían.

Andy había matado a todos los guardias de Ramón y había llegado hasta la sala donde se ocultaban los invitados. Cuando salió de ahí, ninguno de ellos seguía teniendo la cabeza sobre los hombros y las llamas les devoraron la piel del cuerpo.
Andy no avanzó mucho más tras haber cumplido su misión cuando se encontró a su compañero en el centro del vestíbulo. Las llamas rodeaban a Lucas en un radio de un metro como si poseyera un campo de fuerza a su alrededor que impidiera su contacto. El calor era inevitable y el chico llevaba puesta una máscara para no sofocarse en aquel ambiente. Se mantenía erguido, esperando a que el mismo Andy se acercara a él. Lucas era plenamente consciente de que Andy no tenía control alguno sobre sus acciones en esa forma. Por eso esperó. No estaba preparado para lo que podría venir pero estaba dispuesto a morir si no funcionaba el plan. Vivir al lado de Andy era una lotería; nunca podrías saber hasta qué nivel podría aumentar su poder y destruir tus barreras.

Andy se fue acercando lentamente a su próximo objetivo sin identificar de quién se trataba y con todas las intenciones de acabar con él. Lucas se llevó una mano al pecho y apretó con fuerza sus colgantes. Cerró los ojos y pronunció levemente unas palabras que nadie más oyó a parte de él. Solo tenía que esperar a que Andy se acercara lo suficiente.

Un poco más...

Andy saltó sobre Lucas pero, como si de un muro se tratase, chocó contra él sin haberle hecho un solo rasguño y cayó al suelo. Lucas abrió los ojos viendo a la horrorosa criatura yacer a sus pies. Andy se volvió a levantar y pretendió herir a Lucas usando un solo brazo. Si bien el campo que rodeaba a Lucas protegiéndolo de las llamas tenía un radio de un metro, el que lo protegía de Andy estaba muy ceñido a su cuerpo. La última vez tenía más margen y temía que esta vez no tendría nada. La suerte estaba definitivamente de su lado pero esta sería la última vez.

Lucas agarró a Andy del cuello y el monstruo no podía usar ninguna de sus técnicas para evitarlo. No podía separar la cabeza de su cuerpo y volver a recrear las partes que falten. No podía quemar a Lucas para apartarlo. Ningún as que tuviera en la manga iría a funcionar.

Lucas mantuvo el agarre mirando fijamente a los negros ojos de Andy. Veía su agonía y su deseo de acabar con el mundo. Veía todo el dolor que aún había dentro del diminuto cuerpo y que se reflejaba en las pupilas del propio Lucas.

"Lo siento mucho" le habría gustado decirle. Quería decírselo cada vez que lo veía usar ese poder, cada vez que no lo usaba pero tenía que luchar contra sus demonios desde el interior. Su insufrible personalidad derivaba de su represión, pero Lucas conoció a Andy cuando aún era humano. Lucas conocía al verdadero Andy y jamás perdía la esperanza de devolverlo algún día a la normalidad.

Atravesó con dos dedos su mandíbula desde abajo con un rápido movimiento. Fue hundiéndolos lentamente dentro de su cráneo como si se tratara de una pieza de slime y llegó hasta su cerebro. No se detuvo hasta escuchar los ensordecedores gritos de la bestia, su cuerpo retorciéndose y cómo acabó debilitando las llamas hasta convertirlas en un incendio corriente.

Andy se desplomó entre los brazos de Lucas, su pelo volvió a depender de la gravedad terrestre pero no volvió al color albino. Lucas buscó otra salida subterránea aprovechando que la policía no hubiera entrado entre las llamas aún y salió por el mismo lugar que todo su equipo. Tardó mucho más que todos ellos pero tenía preparada una vía de escape también.

Las primeras dos partes de la misión habían concluído con cero bajas y dos detenidos. Solo quedaba un último paso: supervivencia.

*****

Dos días después...

Andy estaba acostado en su habitación como si todo hubiera sido solo una terrible pesadilla hasta que oyó entrar a Lucas y se levantó de golpe. Lucas le indicó que debía seguir descansando pero Andy lo apartó de un manotazo y se puso de pie.

Apenas se levantó, sus rodillas le flojearon y estuvo a punto de caerse cuando buscó apoyo en Lucas.

- Quiero...mirarme al espejo - dijo como una orden más que un deseo.

Lucas lo acompañó al lavabo y soltó al chico cuando ya podía apoyarse por su propia cuenta.

- ¿Queda tinte?

El tinte. Lucas disimuló su olvido con una falsa sonrisa y se apresuró en buscar en todas partes, cualquier mínima dosis, algo que no lo pusiera en mal lugar frente a Andy.

Andy golpeó el espejo a puño descubierto partiéndolo en pequeños trozos de cristal que se dispersaron por el suelo del baño.

- ¿Quieres que me enfade? - su pelo comenzó a elevarse sutilmente - ¿No puedes hacer algo bien? ¡No te pido muchas cosas, pedazo de inútil!

El castaño no se atrevía a acortar distancias con el chico y pretendía pedir perdón sin ningún éxito. Entonces recibió un bote de jabón en la frente y se cubrió con ambos brazos ante otros posibles objetos voladores.

Andy empezó a lanzar lo que su mano alcanzara y ni siquiera intentaba apuntar a Lucas. Después de su transformación era cuando estaba de peor humor pero solo necesitaba unas horas para comenzar a pensar por sí solo.

Lucas miraba de vez en cuando su reloj impaciente. Tenía que aguantar un poco más.

- ¿Qué está pasando aquí? - alguien más irrumpió en la habitación que quedó semiabierta.

Lucas corrió para echar a la tercera persona pretendiendo haberse disculpado con unos gestos y cerró la puerta echando el cerrojo.

Andy no lo perdió de vista y se acercó a él. Lucas se sintió acorralado contra la puerta por un chico de metro y medio y su intimidante aura.

- Tengo hambre - dijo manteniendo cierta monotonía en su voz -. Como no me traigas algo ahora mismo te juro que no me opondré al canibalismo.

Más claro que el agua. Lucas asintió varias veces seguidas hasta que Andy lo empujó fuera de la habitación.

Tanto alboroto acabó llamando la atención de Iván desde el salón.

- ¿Qué están tramando esos dos? - preguntó curioso mientras hacía florituras con la baraja de naipes.

- Lo de siempre - respondió Benny sin dejar su ordenador prestando nulo interés al tema -. Pensé que me sorprendería la revelación de Andy pero la verdad es que unos demonios era la explicación más lógica para su comportamiento.

- ¿Ha jugado a la ouija de pequeño o qué? - se burló Iván lanzando algunas cartas al aire y atrapándolas con la misma baraja.

Lucas se acercó a ellos y se plantó dedicándoles una seria mirada a todos los que tenía en frente. Iván se asustó al darse la vuelta y verlo justo detrás. El gigante hizo un gesto como si se cerrara la boca con una cremallera y se fue a por comida.

Iván volvió la mirada a los demás y no pronunció ni una palabra más, al menos que Lucas oyera.

- Están pirados - susurró al compañero más cercano gestualizando sus palabras como si pretendiera atornillarse una tuerca a un lateral de la cabeza.

El teléfono de Benny sonó y el chico lo cogió enseguida.

Iván seguía pendiente de Lucas hasta que vio cómo Andy salía lentamente de su cuarto con la cabeza agachada y frotándose la frente. Como si lo hubiera recorrido un escalofrío, volvió la mirada hacia Benny.

- Voy para allá - concluyó su breve conversación mientras cerraba a su vez el portátil.

- ¿Qué ocurre, Benny? - se interesó Sam -. ¿Es Hugo? ¿Hay novedades?

Benny negó con la cabeza.

- Sigue repitiendo una y otra vez que lo están observando, que hay cámaras instaladas en todas partes y que vienen a por él - introdujo el ordenador en una mochila y se la echó al hombro -. Dice el médico que podría tratarse de esquizofrenia, ya que es bastante común que se produzca de un día para otro en jóvenes adultos tras sufrir un trauma, pero mis análisis no han detectado anomalías neuronales. Voy a ir a ver qué ocurre y compararemos nuestras investigaciones.

- ¿Y cuándo nos vamos? - intervino Iván ansioso -. Tenemos MUCHA pasta, nos van a pillar como sigamos un día más en la ciudad.

- Mañana por la noche, recuerda el plan - dijo dirigiéndose hacia la puerta -. En las pistas del aeropuerto a las diez.

Iván bufó insatisfecho y volvió a coger la baraja.

-Llevaos solamente lo imprescindible y dejad encendido el horno - especificó Benny -. Nos vemos en 24 horas.

Cerró la puerta y Andy levantó la cabeza instantáneamente como si tuviera vía libre sin el que ahora ocupaba la labor de jefe. Miró a la salida y luego volvió la cabeza hacia Lucas.

- El chico ese...no tiene mucho que perder, ¿no? - preguntó en voz baja aún procesando la información de Benny.

- ¿Hablas de Hugo o de Benny? - preguntó Sam habiéndolo oído.

Andy no estaba hablando con ninguno de ellos y dio a entender su desinterés en continuar la conversación con una sola mirada. Iván se encogió tras el sillón para no tener que verlo siquiera.

Lucas trajo un tupper que Andy agarró violentamente sin agradecerle y se dirigió de vuelta a su cuarto.

- Prepárate, Lucas. Tenemos que ir a un sitio.

El resto del equipo no sabía si tener miedo por lo que planeaba hacer Andy o ignorar otra de sus movidas con Lucas. Intervenir no era una opción para ninguno de ellos, y los únicos con valor suficiente para enfrentarlo no tenían el honor de estar presentes en la reunión.

*****

- Tenéis que iros, corred - decía Hugo con los ojos abiertos sin pestañear como si tuviera pinzas sosteniéndole los párpados -. Vienen a por mí, marchaos vosotros.

El médico estaba discutiendo detalles con Benny en el salón mientras otro de sus compañeros se encargaba de controlar a Hugo desde su cuarto.

- Me vigilan, hay cámaras en todas partes. Aquí hay cámaras y micrófonos. Me están escuchando. Me quieren sacar en internet y luego matarme como mataron a mi madre. Tenéis que iros ahora.

Hugo no miraba a nadie en concreto; era como si pretendiera localizar las cámaras con rayos X. El chico que se encargaba de vigilarlo había pasado de encontrar la situación divertida a empezar a preocuparse seriamente por él.

- ¿Lleva así dos días? - le preguntó a Elmer cuando entró en la habitación.

El castaño afirmó colocándose a su lado contra la puerta con los brazos cruzados y dejándole su espacio a Hugo.

- El día que salimos de ese edificio no decía ni una sola palabra, y ahora ni siquiera puede dormir sin un calmante. Espero que encuentren la solución pronto porque esto no parece ir a mejor.

Aunque no lo aparentase, Elmer en realidad estaba desesperado. Las únicas esperanzas que le quedaban residían en las palabras de Benny, porque las del doctor no le hicieron ninguna gracia. Y cuando Hugo dormía, Elmer no podía hacerlo. Se pasaba la noche comiéndose la cabeza por sentimiento de culpa, responsabilidad, pensando en algún modo de resolver la situación, algo que lograse devolver a Hugo a la normalidad.

Y si algo había comprobado que no funcionaba era su mera presencia.

Hugo se dio cuenta de que Elmer se encontraba en el mismo cuarto que él y automáticamente se dirigió a él a toda velocidad como si fuera la única persona del mundo que lograra ver.

- ¡No te acerques tanto! - pretendió empujarlo sin saber dónde estaba la puerta -. ¡Tienes que irte!

Hugo sólo reaccionaba ante él por algún desconocido motivo y Elmer seguía viniendo para descubrirlo. Estaba sumamente preocupado por su estado y temía perderlo por completo.

- ¡Vete, tienes que irte de aquí antes de que nos encuentren!

- ¿Quién nos quiere encontrar? - intentó entablar una conversación con él.

- ¡Ellos! ¡Ellos vienen! Están en todas partes...

Hugo se frotaba la frente de vez en cuando tratando de recordar algo. Elmer mantenía la calma tocando el anillo de su pulgar con sutileza mientras intentaba pensar.

- Vete, hay cámaras y micrófonos. Nos miran, nos quieren controlar. Quieren... Quieren grabarme contigo sobre el cadáver de mi hijo.

Pillando a Elmer desprevenido, el castaño alzó la mirada.

- ¿Qué?

Se había sorprendido al haber oído algo nuevo por primera vez en esos días. Seguía sonando a disparate pero cualquier palabra que saliera de su boca podría ser una pista.

El compañero de Benny se quedó igual de impactado que Elmer mientras miraba al chico buscando alguna explicación.

- ¡Han matado a Jake! - gritó Hugo agarrando a Elmer de la ropa y mirándolo a la frente como si tampoco supiera dónde se encontraban sus ojos -. ¡Lo mataron delante de mí y me violaron encima de su cadáver!

Elmer empezaba a asustarse mucho por lo siguiente que podría soltar tan espontáneamente. Lo agarró de los codos para amortiguar un poco el agarre.

- Hugo, eso no es cierto...

- ¡Lo vi con mis propios ojos! Lo rompieron por la mitad... ¡Y no pude salvarlo! Luego mataron a otra persona. Quieren matar a todos.

- ¿Algo de esto ha pasado de verdad o...? - susurró el compañero de Benny para que solo lo escuchara Elmer.

- Jake está bien - le respondió -. Está en casa de mis padres. No entiendo por qué está diciendo esto. Parece que hubiera tenido una pesadilla.

- ¡Digo la verdad! - volvió a intervenir Hugo perdiendo a Elmer de vista buscando algo a su alrededor -. Están en todas partes... Tienes que irte. No quiero que te graben. Me están grabando. Quieren matarme como a mi madre.

Hugo se apartó de los dos chicos y se agachó para mirar debajo de la cama.

- Aquí...esconden un cadáver - señaló la oscuridad que había bajo el colchón -. Es el hombre que mataron después de Jake. Es su sangre en la que me bañaron para el vídeo. Tengo sangre de esta persona y de Jake por todo mi cuerpo...

No había nadie debajo de la cama. Su habitación estaba completamente limpia.

- Iros de aquí - seguía repitiendo sin dejar de mirar debajo de la cama -. Nos están mirando. Quieren matarnos a todos.

Volvió a mirar a Elmer y se volvió a acercar corriendo para empujarlo a lo que Elmer se defendió.

Seguía diciendo lo mismo una y otra vez, pero no volvió a mencionar la muerte de Jake y la violación. Elmer no sabía cómo procesar todo aquello. Cada vez que se presentaba ante Hugo, parecía hacer reaccionar al chico de un modo distinto. Hugo no se percataba de la presencia de nadie más. Aunque no hubiera nadie en la habitación seguía diciendo que tenían que irse y que los querían matar a todos, que los estaban observando. Sin embargo, demostró que Elmer era distinto a los demás, que era alguien para él y que, aunque no fuera capaz de ampliar mucho la información que transmitía, logró decir algo más esta vez.

Elmer salió de la habitación yendo hacia el doctor y Benny con esperanzas de escuchar una buena noticia.

- Unas horas antes de que rescatáramos a Hugo, le habían insertado una sustancia que retenía sus emociones - informó Benny señalando gráficos en su ordenador -. Se trata de una droga que parece eliminarte las ganas de gritar, reír o enfadarte, pero que en realidad lo que hace es bloquear tus pensamientos e impide que actúes de forma lógica. Solo realizas movimientos por inercia o por orden externa.

- Eso explicaría por qué se comportaba de ese modo el primer día, ¿pero lo de ahora? - Elmer se unió a la conversación.

- Ha detonado la bomba - dijo -. Todo lo que la droga reprimió salió a la luz de golpe, pero para haber causado este efecto debió de haber estado reprimiendo sentimientos muy potentes. Lo que ocurrió justo antes de la droga es lo que más debería haberse marcado en él.

Lamentablemente, en ese escenario no tenían a nadie de los suyos para poder informar de ello, pero sí que sabían qué había ocurrido antes.

- El hermano de Sam tenía que hacer tiempo antes de la actuación de Hugo - murmuró Benny intentando encajar hechos -. Pero su trabajo era solo eso, dar largas hasta llegar al límite.

- Hugo dijo...que mataron a dos personas delante suya y que lo violaron sobre los cadáveres - compartió Elmer incómodo recordando sus palabras previas -. No sé si tiene algo que ver con esto pero tal vez de algún modo se relacione.

Temas así era de lo que menos querría hablar Elmer con personas ajenas. Exponer a Hugo contando algo tan horrible habría sido impensable de haber tenido opción.

Benny miró a Elmer pensativo y cogió un papel para hacer un esquema. Elmer intentó visualizarlo escuchando los trazos pero su oído no era tan preciso como antes y se perdió a mitad del dibujo. Se intentó ajustar más la sensibilidad del audífono.

- Voy a contactar con Kamel para saber qué pasó exactamente ahí.

Benny sabía que Ramón contrató a Kamel como asesino para hacer la escena real pero, teóricamente, todo iba a ser un juego de manos por parte de Kamel para que Ramón viera lo que quisiera ver. No tenía que haber cadáveres reales. Y menos aún violación alguna sobre los mismos.

Tenían estudiado el equipo de Ramón por completo, lo tenían vigilado desde dentro por si se realizaban cambios en la seguridad, sabían cómo engañar a Ramón y cuáles eran sus puntos ciegos. Sabían que las máscaras del uniforme realmente eran cámaras también y que, en ciertas habitaciones, lo que no viesen los guardias no lo vería nadie. Y cuando Hugo acabó en el camerino esperando una supuesta actuación en el escenario, Kamel tenía que engañar a las cámaras porque esas eran todas las pruebas que Ramón tendría de lo realmente ocurrido en ese camerino.

Por primera vez en la vida, a Benny le tembló el pulso al marcar un número de teléfono. No quería creer que su compañero podría haberse salido del plan de forma tan radical y por eso se decantó por comprobarlo. Quería escuchar de boca de Kamel decir que nada de eso era verdad, porque de lo contrario significaría que sacrificaron al hombre que tenían que salvar por salir ilesos.

Consiguió llamar y escuchaba impaciente a que cogiera el móvil. El doctor estrechó sutilmente una mano.

- ¿Quieres que hable yo? - se ofreció al ver a Benny de ese modo.

Benny era un gran líder sin duda. Asier confiaba en que él podría llevar el puesto cuando algo le pasara. Benny era muy calculador, inteligente y además tenía gran conocimiento sobre muchos campos científicos. Sin embargo, había una gran diferencia entre ellos dos como líderes: Asier aprendía y rectificaba sus errores, mientras que Benny no soportaba salirse de un plan que él mismo había organizado. Una cosa era un contratiempo, y otra muy distinta era el derrumbe.

El joven negó con la cabeza ante la propuesta del doctor y siguió esperando a que alguien cogiera el teléfono al otro lado de la línea. Su pie comenzó a marcar un ritmo constante y se llevó los dedos a la boca.

"El teléfono móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura".

Benny lanzó inconscientemente el teléfono por acto de impulso y luego recuperó su compostura.

- Lo siento - dijo mirando hacia su portátil sabiendo que tenía la mirada del doctor fija en él y que Elmer también intentaba entender su comportamiento.

- Entonces... - Elmer intentó unir las piezas -... Hugo tenía razón.

- No - interrumpió Benny elevando el tono sin darse cuenta -. No... No lo sé.

- Hugo sufrió de un trauma con ese tal Kamel y después lo drogaron para que no se alterara y que pudiera seguir trabajando - concluyó Elmer -. Cuando el efecto se pasó, Hugo ha empezado a repetir en bucle los pensamientos que más lo atormentaban, pero ha logrado decir algo más y, a estas alturas, me creo cada una de sus palabras cambiando nombres.

Benny miró a Elmer buscando algún error para contradecir su argumento pero el castaño no se equivocaba en su deducción.

- ¿Hay algo que se pueda hacer? - insistió Elmer -. ¿Medicina?

El doctor no había pronunciado palabra durante los últimos minutos pensando en algún método funcional para un caso así.

- Tal vez, sea cuestión de tiempo... - dijo -. Pero necesitará ayuda para dormir y conservar energías durante el día.

Elmer lo pensó durante unos segundos y entonces decidió volver a la habitación.

- Estaré dentro si encontráis algo - dijo insatisfecho con la rápida respuesta del médico.

Pastillas calmantes. ¿Eso era todo lo que podía ofrecer? Silenciarlo no era una cura y menos una opción.

Elmer intentó entrar en el cuarto pero la puerta estaba algo atascada.

- ¿Salva? - llamó al compañero de Benny que aún se encontraba dentro y que no pareció haber oído su nombre.

Elmer hizo un poco más de fuerza y empujó la puerta con su cuerpo logrando abrirla.

- ¿Salva? - volvió a repetir su nombre.

Ni siquiera escuchó a Hugo hablar y, preocupado, volvió al pasillo para llamar a Benny.

Tanto él como el doctor acudieron corriendo y se encontraron a su compañero acostado en el suelo como si se hubiera desmayado, pero no vieron el cuerpo de Hugo.

- ¿La ventana estaba abierta antes? - preguntó Benny acercándose al orificio para asomarse con cautela mientras el doctor se encargaba de Salva.

- No...

La cama deshecha, las cortinas arrancadas, la ventana abierta, Salvador derribado y Hugo desaparecido. Todo sin haber hecho ningún ruido a dos salas de los chicos.

- ¿Dónde está Hugo? - preguntó Elmer esperando una información que aún no había recibido.

No estaban en un piso alto pero saltar desde la ventana sería mortal igualmente para quien fuera que hubiera entrado ahí.

De repente el móvil de los tres comenzó a sonar a causa de las notificaciones. Benny fue el primero en agarrar el suyo y se fijó en los mensajes.

Samir: "Andy ha ido a casa de Hugo, creo"

Samir: "No lo pierdas de vista"

Samir: "No estoy seguro de qué quiere pero, cuando salió después de ti, Lucas llevaba varias bolsas"

Samir: "Ten cuidado"

Benny había recibido esos mensajes media hora después de que fueran enviados. Y, al parecer, a todos les había pasado lo mismo.

Impredecible, peligroso, inevitable, inmortal. Ese era el sujeto al que se estaban enfrentando o, más bien, al que no podría enfrentar nadie a parte de Lucas. Benny se puso nervioso y no sabía cómo actuar ahora. A Asier no le habría pasado.

"Asier sabría qué hacer" pensó.

Pero entonces se oyó un leve quejido desde debajo de la cama que llamó la atención de todos. Elmer se asustó por un momento pensando que realmente Hugo tenía razón al decir que había un cadáver ahí.

Para su sorpresa, no era quien se esperaba.

Hugo se arrastró con apenas la fuerza justa para que lo vieran los demás y alzó la mirada viéndose perdido en un desconocido lugar.

- ¿Por qué...estoy en el suelo?

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