XXV . Futura esposa
Fuera de la habitación Namor molesto tomó el brazo de Mactzil moviéndola con brusquedad para que lo mirara.
—Ch'en a meentik le ba'ala'=¡Deja de hacer esto!—Con grosería y culpa, apretando su brazo.
—Ma' ta ts'áaj u láak'! Yaan in investigar tumen in wilej! Tuláakal tuméen Teeche' ma' a k'áat a ts'íibtik asab le reportes=¡No me diste de otra! ¡Tengo que investigar por mi cuenta! Todo porque tú no me quieres escribir más esos reportes.—Usando algunas palabras en español en esa oración extrañando a Namor, con ira le dijo.
—¡No lo haré más! ¡¿Me entiendes?! ¡Ella ya no es más un experimento!—Mactzil rio molesta, mostrándole que le entendía.
—¡¿Estás seguro?! Porque por lo que ahora veo estás dispuesto a someterla a esto.—El Dios la escuchaba con atención tratando de entender algunas palabras que no pronunciaba bien—.Ka por favor ma' taal yéetel le t'aano' "yaakunaj" teech le ka ts'aik yéetel a le sigues ts'áaik! Yaan a ts'o'oksik usando le útero bey ti' le ch'aaj inicial!=Y por favor no me vengas con la palabra "amor" ¡La estás disfrutando! ¡Vas a terminar usando ese útero como en el punto inicial!
Esa era la verdad de Namor, la culpa que tenía sobre enamorarse de Olivia era esa. Solo un plan donde Mactzil y K'ukulk'an participaron. Pero él ya no quería.
—Ts'o'ok ma' jach asab haci! Teene' le yakumech Mactzil. Ts'o'ok ma' jach asab jump'éel xook!
Wa táan in yéetel le tuméen le yakumech ma' utia'al u ts'aik teech le Ts'íibo'ob, wa in le ts'aiktech, tuméen le yakumech, le kin ts'íiboltik! Yaan in meentik in watan! Tumen in k'áat jump'éel ch'i'ibalil yéetel=¡Ya no es más así! Yo la amo Mactzil, ya acéptalo ¡Ya no es más un estudio! Si estoy con ella es porque la amo no para darte esos escritos, la amo, ¡la voy a hacer mi esposa! ¡Quiero una familia con ella!— Rebelando los sentimientos que tiene por otra mujer a quien él juro amar en un pasado.
Mactzil ya lloraba, aún cuando sus lágrimas no se notarán, sus manos estaban temblando, así era ella cuando se enojaba y se ponía peor cuando sentimientos estaban cruzados como está vez.
Le dolía escuchar lo bonito que se refería a ella.
—Túun ts'o'ok u a tu'ubsaj!. Bix venías waye' ti' le áak'ab ka' jo'op' Leti'e' táan ti' a Taas che'o'! In escribías tuláakal ku betiko'obe'.! Bix leti' táaj ke'el!.=¿¡Entonces ya se te olvidó!? ¡Cómo venías aquí en las noches mientras ella estaba en tu cama! ¡Me escribías todo lo que hacían! ¡Como ella tenía frío!?—Ya empezaban a ser gritos con cada vez más enojo en donde ambos tenían el deseo de golpearse.
A Namor le dieron unas groseras ganas de darle un golpe en el rostro, pero no lo haría, porque su arrepentimiento estaba hablandole, solo era su verdad hablando, de lo poco hombre que fue con ella. Mactzil les tenía ya odio a ambos, se sentía traicionada cuando no había traición que acusar, su juego le salió mal y ahora K'ukulk'an se había enamorado, la había olvidado.
—U bix le jump'éel t'ona'an. Ba'ax ku enferma.! Yu'ubik ke'el.! Lelo' u u yo'olal le románticas ba'alo'ob ku kaja'ano'obi'.! Ka láayli' bey le lastimas, ti' yaan u yeelel ti' seen wa k'uchul in wojéeltik!. Leti' jump'éel t'ona'an ma' waal ti' jump'éel nak' Talokano!
Leti' bik'iin u kíimil uts séeb bey juntúul humano normal!=¡¿De cómo es es una débil?! ¡¿Que se enferma?! ¡¿Siente frío?! ¡Eso lo se por las cosas románticas que vivían! Y aún así la lastimas, le va a doler tanto si lo llega a saber ¡Es una débil no hija de un vientre Talokano!
¡Ella morirá tan pronto como un humano normal!
Como amenaza, como advertencia de todo le gritó descargando el dolor de su corazón el cual había guardado creyendo que aún el corazón del Rey le pertenecía.
—¡Namor!—Lo llamo Yatzil terminando con la discusión de los dos.
Apenas Namor había terminado una discusión, para empezar con otra.
Mactzil se fue de ahí dejando a ambos primos solos en ese pasillo de piedra.
—¿Cómo se te ocurre meter a Olivia en esto? Solo es una base experimental, no sabemos cómo resultará. Cuando fui amiga de Mactzil, ella me lo dijo, las alteraciones pueden ser no las deseadas.—Explicó con un miedo en su voz.
—Tenemos que intentarlo, Yat, ella quiere esto, ella extraña aún un poco su vida de antes, dejala hacer esto y no le metas miedo.—Pidió como ruego, seguiría adelante.
Al final Yatzil termino aceptando y es que su amiga aún le platicaba de ese mundo y veía lo mucho que le gustaba estar fuera del mar, añoraba ser normal y la apoyaría si era lo que quería.
Toda la tarde y noche los primos estuvieron con Olivia, cuidandola y haciendola sentir un poco más segura.
Namor realmente estaba preocupado, pero confiaba en Mactzil, en qué todo iba a salir bien, en el tiempo que se amaron conoció mucho de ella y sabía lo capaz que era de hacer lo que sea.
Confiaba también en ella, como ciudadana, como una persona que un día quiso.
Tal vez ese fue uno de los más grandes errores de Namor.
8 de Julio
La mañana llegó y con eso la cultivación de la planta que estaba en uno de los tantos salones del gran laboratorio. Namor fue a cortar con Mactzil ese milagro, era una planta que incluso se mantenía de diferente forma, fuera del agua.
—Yaan u meyaj jaaj=Va a salir bien ¿Verdad?—La vio ponerla en la piedra de un molcajete después de haberla cortado.
—Yaan u meyaj, K'a'abet in ka' le ba'ala', pedirte u sigan le Ts'íibo'ob, utia'al wojéeltik u evolución—.Va a funcionar, debo después de esto pedirte que sigan los escritos, para saber su evolución.—Pidió, concentrada en preparar la planta, estando también segura de que no estaría deacuerdo.
—Ba'ale'=Pero...—Quiso ir en contra Namor.
—K'a'abéet Namor, bey xan K'a'abet in wa'alik ti' u je'el bix Teeche' teech jump'éel reporte, teen xan óolal ti' Jaajal Olivia k tsáayak wojéeltik bix ayik'alo'ob máako'ob ma' nacidas ti' jump'éel nak' Talokano ti', le primeros ti' le=Es necesario Namor, también debo decir que así como tú haces los reportes, yo también, gracias a Olivia hemos podido saber cómo eran las personas no nacidas de un vientre Talokano, los primeros en la sociedad.
Todos los ancestros, los primeros en Talokan, eran débiles, igual que Olivia, con una fuerza menor y eso lo sabían ya gracias a Olivia.
Namor la escuchaba con atención, sintiéndose un monstruo por haber jugado de esa forma con alguien como Olivia que no necesitaba otra traición, otra tristeza, no la merecía con él eso lo sabía pero la quería con él, siendo como un infame ladrón que no merece su corazón.
Ver como la planta ya era líquida apenas lo sanaba un poco sabiendo que por primera vez daba algo más que mentiras a Olivia, dio un intento de que ella sea feliz.
En tal planta se podía notar su hermosa singularidad, de luz en sus hojas. Con ese filo que amarró a Olivia en ese mundo submarino.
En los ojos de K'ukulk'an se veía la esperanza de que todo saliera bien y poder ver más las grandes sonrisas de Olivia, porque cumpliría un poco su sueño, porque a partir de ahí se haría merecedor de ella.
—K ojel u le asab débiles, yéetel jump'éel kíimili' asab cercana ma' chéen u ts'o'oka'an wa ma' xan ti' resistencia=Sabemos que son más débiles, con una muerte más cercana no solo de edad si no también de resistencia.—Siguio Mactzil con la lista de descubrimientos, extrañando más a Namor por escuchar palabras en español.
Fue como una lanza en el pecho de Namor, avisándole que tarde o temprano ella se iría y él viviría, tal vez, muchos siglos más, con su ausencia, teniendo que vivir sin ella, otra vez, para estar solo, sin amor, otra vez.
Olivia ya estaba en la cama, echada en ella, con la mirada al techo, los nervios en punta, pensando que así como fue la primera vez, con dolor, eso volvería a sentir.
Yatzil estaba con ella, tratando de relajarla con caricias en su cabeza, tarareando alguna canción para así tratar de que sus pensamientos no la comieran, ella estaba también nerviosa por su amiga, ya no eran compañeras, eran más que amigas y si algo le pasaba era claro que Namor y ella sufrirían.
Ambas vieron entrar a Mactzil y Namor, juntos con la mezcla ya en un vaso especial para que ella la pudiera beber ya que se encontraban en ese ambiente marino.
Mactzil cómo si se lavara las manos, le dio el envase a Namor para que él, con sus manos, la llevará al milagro, o a la muerte.
Él se acercó para Olivia levantar un poco su cuerpo mientras Namor la sostenía de la espalda, beso su cabeza para entonces acercar el envase y de este bebiera.
La dejó beber apenas un poco, para verla de la nada desvanecerse.
—Beet ba'al=¡Haz algo!—Empezó la histeria de Yatzil viendo a su amiga con los ojos cerrados en los brazos de Namor que la veía.
—Táan u ma'alo'ob tu láakal, leti' u normal ti' le tuukula', u vitales bix u yóolo'ob=Esta todo bien, es lo normal del proceso, sus signos vitales están normales.—Dijo viendo las pantallas, demasiado tranquila.
Al final de cuentas le importaba muy poco si no despertaba de ese sueño.
Namor, ni Yatzil y mucho menos Olivia estaban tranquilos, estaba puesta en trance como la primera vez, pero oía, sentía, respiraba y el dolor por todo su cuerpo la recorría, sentía como quemar cada una de sus extremidades.
Podía sentir un dolor ensordecedor en las branquias de sus clavículas y sentía que por ahí ya no podía respirar.
—Mactzil Beet ba'al=¡Mactzil haz algo!—Después de un rato también pidió K'ukulk'an preocupado, teniéndola en brazos para mover el cuerpo de Olivia en busca de respuesta.
—Ma'alob, ts'o'ok u páajtal a bisik, ts'o'ok ta wilaj u branquias=Esta bien, ya te la puedes llevar ¿Ya viste sus branquias?—Ambos primos miraron como estás cerraban como por arte de magia para Mactzil comenzar a irse—Ti' je'el súutuko' yaan u yaantal u yáax=En cualquier momento va a tener su primer...
Suspiro.
Dio un suspiro, grande, profundo, invasivo, como si sus pulmones todo ese tiempo hubieran buscando expandirse otra vez.
Pero está vez de una manera colosal.
Olivia no abrió los ojos, el dolor ya había acabado y tal vez solo eran minutos para que, despertara.
Namor se subió con ella a la cama, teniendo su cuerpo metido entre sus piernas, mientras tomaba sus manos y balanceaba a su cuerpo con cariño para así, si tal vez lo escuchaba, supiera que estaba con ella, cantando algo en tarareos.
—Toda una vida
me estaría contigo
No me importa en qué forma
ni como ni donde
Pero junto a ti.—Recordaba la letra, recordaba esa noche.
Olivia comenzó a abrir los ojos, viendo frente a la cama a Yatzil durmiendo y encontrando sus manos unidas a las de Namor.
Entendió la canción que él cantaba, sorprendida porque las estrofas aún recordara.
Él no se había olvidado de esa noche, ni de ninguna otra, ya la amaba y eso lo obligaba a escuchar hasta el más mínimo suspiro.
—Toda una vida te estaría mimando.—Siguió, con voz ronca, Namor beso su cabeza.
—¿Te sientes bien?
—Me siento bien.—Tenía una sonrisa.
—Te ves perfecta.—Él rio feliz de verla bien, aún moviendo su cuerpo con el de ella.
—¿Funcionó?—Namor una vez más beso su cabeza—Aún no lo sabemos ¿Quieres ir a casa?
—Es lo que más quiero ahora.—Pidió con una sonrisa.
Namor al apartarse de ella, la oyó quejarse.
—¿Qué paso?¿Te duele algo?
—El cuerpo entero.—Le dijo tirándose con cuidado a la cama.
—Te dejo ahí con Yatzil, voy a preguntar a Mactzil y vuelvo por ti.—Olivia asintió y lo vio irse.
Namor llegó a la sala principal del laboratorio, viendo a todos trabajando y buscando con la mirada a Mactzil.
Una de sus principales trabajadoras se acercó a él.
—Mactzil tu ya'alaj teen tan u bin yaantal mayakche'o, bejla'e' ma' táan u=Mactzil me dijo que iba a estar ocupada, ahora no está.—Le dijo.
—Tu'ux yaan=¿Dónde está? ¿Dónde la encuentro?
—Ti' le peetlu'umo' te'elo' ka'anal in máako'=En la isla de allá arriba mi señor.—Dijo para retirarse con una reverencia.
Namor regresó viendo a Olivia una vez más dormida pero está vez Yatzil cuidándola, con su cabeza descansando en sus piernas y ella jugando con un mechón.
—Está cansada Namor y débil ¿Eso será bueno?—Preocupada—.Ni siquiera sabemos si esto funciono.
—Hay que llevarla a mis aposentos, te pido que te quedes con ella, yo voy con Mactzil a buscarla, voy a preguntarle algunas cosas.—Yatzil asintió.
Namor se acercó al ahora indefenso cuerpo de Olivia, Yatzil antes de salir le puso su respirador por si llegaba a necesitarlo, la cargo y salieron con Yatzil atrás de ellos.
Fueron directo a los aposentos, libre de agua para Namor quitarle el respirador.
Se quedaron callados, tratando de tal vez escuchar alguna queja de su parte, pero para nada.
Ambos se miraron sorprendidos, había funcionado. Namor acercó su mano a la nariz de Olivia que también tenía respiración y su piel, blanca como en el agua.
—Mactzil hizo el milagro
Tal y como lo dice su nombre.—Pensó Namor aún sintiéndose culpable por lo que aún lo tenía amarrado a ella.
—Iré a buscar a Mactzil, cuídala.—Yatzil asintió dejándolas solas.
Namor nado todos esos metros que significan llegar a la isla de la superficie.
Era la ventaja que tenían, si un día llegaban a descubrirlos tenían muchos kilómetros alejados de ésta, sería difícil encontrarlos
¿No?
Namor salió del agua, con el sol de un medio día pegando contra su piel canela. Sus pies pisando la arena húmeda y el ruido de civilización lo hizo sonreír.
Amaba ese lugar y su tranquilidad contraría a la crueldad de la superficie.
K'ukulk'an si era un Dios, pero su gente lo veía como un papá, como ese hombre que te protege. Así que muchos niños siempre iban detrás de él, les encantaba que los cargará e hiciera mimos.
Pero en especial una pequeña niña de esa aldea, que siempre que lo veía llegar corria a sus brazos para ser cargada por sus fuertes brazos.
Ese día no fue la excepción, la pequeña llegó corriendo hacia Namor que al verla correr hacia él se flexiono de rodillas recibiendola con un abrazo para subirla a sus brazos.
El jefe de la aldea llegó apenas un segundo después con esa sonrisa que lo caracterizaba, una sonrisa tranquila.
—In a'alab u Mactzil waye', in u bisik yéetel=Me dijeron que Mactzil está aquí ¿Me puede llevar con ella?—Pidió con la niña que de nuevo jugaban con sus aretes, era una pequeña de apenas 2 años y medio.
—Taak, taalak ya'ab te'ela'=Venga, ha venido mucho por aquí.—Caminaban ambos hombres sobre esa tierra fresca.
—Ma'alob, ba'alo'ob ku séen meentik talam, le wíiniko'obo' Talokan ma' u yoojel yéetel Kexi' ka u wíiniko'obo' mina'an, ba'ale' le meyajo'ob chéem tuméen le áak'ab le jach ka yaan u yaantal aqh, le beetik in taal asab=Bueno, las cosas se han hecho difíciles, la gente de Talokan no lo sabe y espero que su gente tampoco, pero la presencia de barcos por las noches es demasiada y hay que estar aquí, por eso vengo más.
—Wa máako' Ba'ale' Teene' t'aan tu beetaj u le ch'úupal Mactzil=Sí señor, pero yo hablaba de la señorita Mactzil.
—Ah wa. Yéetel ba'ax ku taal seen=¿Ah, si? ¿A que viene tan seguido?—Se interesó para preguntar.
—Jump'éel le ko'olelo'obo' waye', suele bin ya'ab le superficie yéetel le le asab avanzada ich kastláan t'aan, ti' táan u ka'ansik le t'aano' tuláakal le aldea=Una de las señoritas de aquí, suele ir mucho a la superficie y es la más avanzada en español, le está enseñando la lengua a toda la aldea.—Dijo feliz.
—Ah wa. Je'elo'oba' in futura yatan u t'aan le Jach ma'alob, je'el taal u yáantik yéetel bey káanike'ex asab=¿Ah si? Pues mi futura esposa la habla a la perfección, podría venir a ayudarla y así aprendan más.—Propuso.
—Bey u jaajij u u k otoch.=A sí que es cierto el rumor de que se nos casa.—Namor sonrió como adolescente.
Llegaron a una pequeña aula que había casi en medio de la isla, al entrar todos los niños lo saludaron gustosos y Mactzil se levantó nerviosa.
Fue hacia él y salieron juntos, a caminar por ahí.
—Normal le u ka'ansaje' táan jach cansada=¿Es normal que esté tan cansada?—Empezó con sus preguntas preocupadas.
—Jach, ti' a tsikbalo'ob wa'alaj u le yáax ka'atéen u t'aan a yéetel, ma' lucía cansada, je'el t'ona'an, biin jach chéen ch'a'abil ch'a' le jump'éel wook utia'al u bisik teech le. U yéetel ka ti' k'áat chi'taj ti' le chamana bix u tu yilaj ka' u transformación tsikbalo' xan debilidad, tuláakal lelo' k ojel óolal ti' Jaajal ta=Demasiado normal, en uno de tus relatos dijiste que la primera vez que hablaste con ella, no lucía cansada, sí débil, que fue muy fácil tomarla de un pie para llevártela. Y cuando le preguntaste a la chamana ¿Cómo la vio después de su transformación? Relato también debilidad, todo eso lo sabemos gracias a ti.—Burlesca.
—Táak a p'atik u k'a'ajsik in le chun tuukulo'=¡¿Quieres dejar de recordarme el tema?!—Pidió molesto, tomando su muñeca con fuerza.
—Es solo para recordarte que eres un cabrón.—Toda esa frase en español, con casi nula dificultad para mencionar las palabras, quito su muñeca con brusquedad—.U wa a acercaste ti' leti', chéen bin beetike' yéetel u ti' jump'éel principio ti' tenías ach=Que si te acercaste a ella, solo fue por eso y que en un principio le tenías desprecio.
Y eso era cierto, porque en un principio era una locura enamorarse de "alguien como ella".
Jamás habría indigado en ella por sus prejuicios hacia la superficie. Ella había venido a abrirle les ojos sobre él, dándose cuenta no solo de su rareza también de su crueldad.
—Ka tuméen le k'ana'an ju'uno'ob u t'aan kastláan t'aan=¡¿Y por qué el interés por aprender español?!—Ella le sonrió lobuna y comenzó a ir de regreso al aula.
—¡Se pondrá bien! ¡Al rato ve al laboratorio, para que veas como está todo borrado! Y claro ¡Para que me entregues tu reporte del día!—Soltando una carcajada fuerte y una vez más completamente en español dejando a Namor sorprendido.
No por nada era de las mujeres más inteligentes en Talokan.
Namor regresó, viendo a Olivia recostada con Yatzil, platicando, mirando al techo.
—No sé mañana que dar de comer para mi cumpleaños.—Le dijo mientras jugaba también con la mano de Olivia.
—Volví Yat, gracias.—Ella asintió y siguió platicando con Olivia.
—Existe una tradición allá arriba, trata de cocinar un pastel, ponerle unas velas, para soplar pidiendo un deseo.—Recordando su último cumpleaños, solo pero feliz.
—¿Qué es un pastel?
Namor se sentó en la mesa, tomó una hoja de papel y comenzó a escribir lo que quisiera o no tenía que cumplir con Mactzil, al final había hecho esto por Olivia y tenía que hacerlo para así tener vigilada su salud.
—Es pan, pero grande, redondo o cuadrado, con una crema dulce que lo cubre, ese pan es suave y esponjoso y a veces incluso puede estar relleno, de chocolate.—Sonrió ante el recuerdo de su sabor.
—Voz lenta y cansada.—Escribio Namor mientras las escuchaba hablar.
—Te haré uno, juro que te va a encantar y cantaré las mañanitas para ti.—Le sonrió Olivia y Yat a ella aún cuando no se vieran—¿Hay harina de trigo?
Namor se levantó para poner una mano en su pierna, sintiendo su normal temperatura para eso también anotarlo.
—No linda, pero hay de maíz ¿Te sirve?—Ella asintió.
—Vale, me voy que necesitamos hacer de comer y mi mamá seguro me necesita.—Se levantó Yatzil viendo recostada a Olivia para mirar a Namor—.Si se siente mal o algo, llámame, no importa la hora.
—Tranquila que estaré aquí con ella.—Su prima asintió para salir de los aposentos.
Ambos se quedaron un momento callados, con la incomodidad sobre ellos, por no saber qué esperar.
Namor entonces se acostó junto a ella y Olivia se abrazó a él sintiendo su calor corporal.
—¿Cómo lo hizo Mactzil?—Sintiéndose tonta por no saber.
—Organismos genéticamente modificados, ingeniería genética.—Acariciando su espalda.—Son organismos cuyas características son cambiadas, introduciendo genes que proceden de otras especies, en este caso, la humana, que ahora te hace respirar en el agua y en el aire.
Olivia sonrió al oír eso, sintiéndose un poquito más libre.
—Escribire los ingredientes que necesito para el pastel, puedes escribirlos y traducir—Él asintió levantándose y tomar una hoja.
—4 huevos.
Aceite de oliva suave.
Azúcar.
Harina de maíz.
Levadura.
Ralladura de limón.
Mantequilla.
Crema de leche.
Un molde y algo para remover.
Namor asintió después de que le dictará, para empezar a traducirla, Olivia estaba por dormirse, pero al verlo soltar el lápiz abrió de golpe los ojos.
—¿Podemos subir a la superficie? Quiero que el aire me pegue en todo el rostro.—Pidió como niña chiquita.
—Esta bien.
Namor la cargo para nadar, pero para salir de los aposentos la ayudó a levantarse de la cama para guiarla caminando en su debilidad.
La tomó en brazos y salieron, ella sentía como chocaban contra el agua, con velocidad hacia la superficie.
Nadaba en diagonal acercándose a la roca en medio del mar y que estaba apenas un poco alejada de Talokan.
Hasta que Olivia lo vio dirigirse en vertical, con velocidad hacia afuera, ella cerró los ojos e incluso respiro ese oxígeno en el agua teniendo miedo de que no funcionara.
Que aunque en los aposentos había podido, su miedo y mente la convencían de que no podría.
Sintió el sol en su piel blanca, el aire moviendo mechones de su cabello y el pasar del aire por su nariz.
Namor rio al verla asustada pero ella poco a poco abrió los ojos y siguió inhalando profundamente, saliendole una gran sonrisa.
—Funciono.—Dijo feliz para Namor soltarla y nadar hacia la roca que quedaba a dos metros apenas.
K'ukulk'an la tomó de la cintura haciéndola saltar para que subiese y después él.
Olivia sonreía, jugando con sus pies en el agua, sintiendo esa brisa del mar, el calor en sus fosas nazales llegar, la ponia feliz esa sensación.
Miró un momento también los pies de Namor, con sus alas ya curadas no sabiendo si ya podía usarlas.
—Me alegra verte feliz.—Namor mirando su sonrisa a su lado.
—Gracias Namor.—Dijo con una sonrisa infantil.
—Esta vez no tienes respirador, bésame.—Ambos rieron un poco para Olivia subirse en él.
Comenzó ella el beso, besándole solo el labio superior para por fin enredar sus labios, dando un beso retador, dónde ambos buscaban el control, uno con pasión, ganas y amor.
La lengua de Namor la tenía buscando la suya, jugando con sus labios y ella también con el cabello corto del Dios.
La tenía tomada de la cintura, pero esas manos bajaron a su culo que apretaba con deseo.
Olivia termino el beso con besos pequeños y ruidosos, terminando con una mordida seductora en el labio inferior de K'ukulk'an.
—¿Y si vamos a la habitación?—Rieron enamorados, Namor recosto su cabeza en el cuello de ella mientras Olivia aún jugaba con sus mechones.
—Tengo que contarte, haremos tu Hetzmek en unos días, para que quedes presentada cómo alguien de y para Talokan.—Para por fin verla a los ojos encontrando su sonrisa.
—¡Yo, feliz!—Rio—¿Qué nombre maya me podrías?
Namor rio cautivado por lo tierna que era Olivia, por ver a una mujer suelta con él, que mostraba cada una de sus facetas.
—Ninguno, amo como sale de mis labios tu nombre, es perfecto, no lo cambiaría.—Ella sonrió robándole un beso pequeño.
—Y yo amo escucharte decir mi nombre, K'ukulk'an.—Un beso más le dio, dándolo más profundo que el anterior, mientras sus brazos estaban enredados en el cuello de Namor sintiendo el metal frío.
Estuvieron ahí un largo rato aún viendo el bonito cielo. Olivia jugaba con la perforación de su barbilla, por simple causa.
Miraban el mar, solitario e infinito, que daba miedo.
—¿Crees que Talokan me acepte de verdad?—Preguntó por lo de su hetzmek—¿Qué un día no me vean como una invasora?
—Ellos ya han empezado a quererte, pero si no lo hacen está bien, porque te amo yo.—Olivia sonrió y se recargo en su hombro.
Ya no eran más mentiras el amor que sentía por ella.
Eso esperaba él que ella entendiera.
—En la isla de la superficie.—Empezó.
—Dijiste que me llevarías.—Recordó para tomar su mano, morena y grande, con venas saliendo de ella, estaba segura que con ella cubría su rostro.
—Lo haré, lo prometo, allá, están empezando a dar clases de español, deberías ir y ayudarlos a aprender, lo hablas a la perfección.
—No, yo no sé enseñar, seguro me desespero.
—Estoy seguro que no, lo harás perfecto mi amor
—Ella rio sintiendo nervios por ser llamada así.
—Bien, lo haré, lo intentaré.—Las olas comenzaron a llegar más intensas a la roca avisando el cambió brusco del mar—.Cuentame otra de tus historias.
—Bien.—Llevo la mano de ella hacia sus labios para besarla y comenzar a hablar—.Cuentan, que en los primeros días de la creación, las aves eran pelonas, con cuerpos flacos, arrugados y pálidos donde sus venas se les notaba en la piel, eran tristes.
Su tristeza era por su falta de belleza y canto sin igual.
El Dios Chaac, desde su templo, las miraba con dolor, él y sus hermanos, habían hecho lo que hoy ves; mar, aire, peces, maíz.
Y él estaba convencido de que las aves eran la peor creación.
Chaac.
Itzamná.
Hunab Ku.
Ah Puch.
El Chuah.
Creadores de todo este mundo que hoy nos dan.
Un día, Chaac salió de paseo a los campos llenos de naturaleza, cuando de pronto escucho el aleteo y cantar de lo que parecía ser un ave en las ceibas más altas.
Él trato de recordar si tal vez ellos habían creado semejante criatura, pero no, no habían hecho aquella maravilla.
La creación medía unos treinta centímetros, todo el cuerpo cubierto de plumas hermosas, color verde esmeralda, su pecho y abdomen eran color rojo gracias a esas plumas, ese color tan rojo como la sangre.
Mientras el ave hermosa volaba, con la luz del sol sobre ella, su grande cola de plumas, se volvía tornasoladas, verde, azul, amarillo, rojo, naranja, los colores se mezclaban creyendo incluso que veía cosas sin sentido.
Entonces el ave bajó y se presentó
"Quetzal"
El ave, le dio un mensaje, por todas las aves de la creación.
—Olvidaron ponerles un alma, por eso vuelan por el cielo, hacia ninguna dirección, el aspecto de todas es igual, nada las distingue, es por eso que en sus ojos no hay brillo y su piel es pálida. Que vayan ellas hasta la cima más alta de la selva, coman semillas que con estas su alma tomara forma y entonces sus cuerpos se iluminarán con hermosas plumas y su voz, cantará su felicidad.—Namor hablaba con voz lenta, una voz hermosamente narradora que a cualquier niño haría dormir durante la noche, incluso eso amaba Olivia, su voz tranquila.—El Dios hizo caso, siendo humilde y bondadoso, llevo a todas las aves, estás hicieron lo dicho por ese Quetzal hermoso.
Las aves comenzaron su transformación, unas adquirieron plumas suaves, finas, pico pequeño y pecho inflado, con notas melódicas cantadas
Entonces Chaac las llamo "gorriones".
Otro grupo, con plumas amarillas, rojas, tal vez, anaranjado, blancas también, con pico largo y alas en forma de picos, Chaac los llamo "canarios".
Otros más, pájaros más grandes, con plumas verdes y amarillas, con ojos bellos, de sus gargantas no salían cantos, si no palabras, tratando de agradecer lo hecho por Chaac, llamados "loros".
Con felicidad Chaac iba nombrando a cada una de esas bellezas, los ojos del Dios iluminados de felicidad y belleza, siguiendo el aleteo de todas esas aves.
Las aves, después de ese día de gloria, agradecidas, ofrecieron sus plumas bellas a Dioses y emperadores, dando a si su agradecimiento.
Olivia lo había estado escuchando todo ese tiempo con atención, cautivada por su voz, aún jugaba con la mano de Namor, sintiéndose como niña pequeña a la que le contaban cuentos para dormir.
—Fue, muy hermosa esa historia.—Sonrió para besar su mejilla mientras sus manos seguían juntas.
—Fue él, el que nos dio la oportunidad de ser felices en el mar, dándonos la planta.
—Ahora Chaac me la dio a mi también.
Sonrisas adornaban sus rostros en ese momento, sintiéndose bien en ese lugar, recibiendo la luz del sol.
—Recuerdo, cuando murió mi madre.—Olivia se separó queriendo observar y escucharlo con atención—.Le roge y suplique que no me dejara solo, que me quedaría sin amor.
Los ojos de Namor se volvieron un mar, pero en ningún momento se derramó por su rostro, no era un hombre que llorará.
Era un hombre fuerte, nunca lloraba y rara vez se expresaba.
Por la única mujer, persona, por la que lloro, fue por su madre que despidió hace ya tantos siglos pero que aún recordaba con amor.
—Me dijo que los Dioses me darían un milagro, para ser feliz.—La miró un momento dándole una sonrisa—.Olivia, ese eres tú.
Ella ya lloraba y cuando dijo que era ella rio feliz con las lágrimas corriendo en sus mejillas, lo abrazo.
—En serio te encanta hacerme llorar...—Lo abrazó y él enterró su rostro en el cuello de su amada aún recordando con amor y dolor a su madre.
Regresaron felices, tomados de las mano hacia los aposentos.
—Mañana, haré un pastel para Yatzil ¿Me ayudas?—Pidió con una sonrisa.
—No tengo ni idea de como, nunca he cocinado tal cosa.
—Yo tampoco.—Rio un poco—.Pero me gustaba ver su preparación, parecen sencillos postres, así que si lo haremos juntos, no eres el único que no sabe.
—De acuerdo.
Llegaron a casa, con comida que ya ponían las mujeres que apoyaban en casa, Namor a ellas les dio el papel con los ingredientes para el pastel, ellas asintieron y dejaron sola a la pareja.
Ambos se sentaron, era comida variada y que hace mucho Olivia no probaba.
Había pan con mermelada, una sopa a base de papa, con pequeños trozos de lo que parecía jamón, y dos piezas de pollo, que era rostizado.
—¿Tú pediste todo esto?—Viendo todo, con ganas de comerlo todo.
—Anda come, no sé cual sea tu comida favorita, pero come.
Recordaba lo feliz que lo hacía la comida, sobre todo si era hecha por las manos amorosas de su madre y si ella, se sentía débil comer la ayudaría. La vio servirse de esa sopa que estaba en una olla, tomó el pan pero sin untarle mermelada y empezó a comer, mientras Namor la miraba como si fuera una niña pequeña probando un dulce.
Él también comenzó a comer, tomándo su pieza de pollo, que era una pierna, barnizada con un chile.
—Mi comida favorita, tengo demasiadas, como las empanadas o tartas, pero comida, recuerdo que de niña, la nana de mi casa solía cocinar para mi hermana y yo, preparaba una salsa, me parece a base de leche, chipotle y fríjol, con ella remojaba unas tortillas para después estás rellenarlas de pollo y encima queso y chorizo ¡Era delicioso!
—Me suena a comida Mexicana.—Dijo con sonrisa probando ese regusto salado y picoso del pollo.
—Si, recuerdo que decía eran, enfrijoladas, era Mexicana.
—Si, buenos para la próxima ordenaré eso.—Sonrieron para seguir comiendo.
—¿Y tú? ¿Cuál es tu comida favorita?—Metió algo de pan a su boca para después sopa, lográndolo remojar y así el sabor fuera mejor de lo que ya era.
—El pozole, comida mexicana, tiene un oscuro pasado.
—¿Oscuro? ¿Por qué?
—Era hecho a base de carne humana.—Olivia puso los ojos como platos para soltar un risita.
—¿Ya no hacen eso verdad?—Él negó divertido.
Terminaron de comer, Olivia se levantó juntando todos los platos, para que las mujeres que cocinaban vinieran por ellos, ella se fue con ellas para que le mostraran dónde cocinar dejando así solo a Namor en su escrito.
Escribía concentrado pero también con culpa, porque aún cuando le había dicho a Mactzil que ya no escribiría para ella, eso hacía.
Olivia vio como había una mesa de madera en la que cocinaban todo, una barra de cocina igual de madera, tomó un frasco de los tantos que había ahí, para abrirlo y acercarlo a su nariz sabiendo que eran especias, no recordando la última vez que olió algo.
Había una estufa, pequeña por la que ella pasó su mano.
Y a su lado, madera para fuego.
Había ollas, sartenes colgados en las paredes, era hermosa aún cuando le faltará decoración.
Las mujeres la dejaron ahí sola husmeando.
Abajo de la barra de la estufa había vasos, platos, cucharas.
Todo perfectamente ordenado.
Namor la veía de espaldas, incada hacia los trastes, pero no sintió su presencia.
Después pasó a la otra barra de la cocina, viendo ahí un par de cosas para cocinar y precisamente vio el costal de harina de maíz .
—¿Te gusta?—Anunciándose para comenzar a entrar.
—Le hace falta, un poco de decoración, pero está muy bien surtida.—Cerró esa alacena levantándose encontrando el cuerpo de Namor cerca.
K'ukulk'an la cargo de la cintura haciéndola subir en un brinco a la barra.
Comenzó el beso mientras ella tenía las manos en su pecho duro.
Era un beso fuerte, dónde el la tomaba de la cintura pegando su cuerpo al de él así provocando a ambos.
—¿Puedes o todavía te sientes muy cansada?—Dijo con burla besando su cuello esbelto.
Ella dirigió su mano a el bulto que ya empezaba crecer en sus shorts mientras apenas y separó sus labios.
—Nunca para que me tomés.—Enredando los dedos en su cabello.
Namor subió a sus labios, con besos aún, para empezar a amasar sus senos ya algo caídos y con estriar a sus lados.
Los apretaba con sus grandes manos.
Ella guío su rodilla a él y suavemente comenzó a frotarla en su erección, lo oía quejarse, gemir mientras ella sonreía.
Le encantaba escucharlo gemir.
Tenía las manos en su pecho, mientras aún se besaban y ambos gemian del gusto, con las ganas subiendo más y más.
Namor paso una mano tocando sus bragas, húmedas a su tacto, ella se quejo ante eso.
—¿Qué? Aún no te hago nada.—Con voz ronca para besar su mejilla.
Colo más sus manos debajo de la falda, poniendo las yemas de sus dedos a los lados de sus bragas para bajarlas con delicadeza, se miraban con deseo, Olivia se mordía el labio inferior.
—Trata de ya no traer bragas, quiero usarte cuando quiera.—Acercándose por otro beso para ella tomar su rostro con solo una mano.
Se besaban, mientras el daba pequeños círculos en su clítoris con sus grandes yemas de los dedos, lo pellizcaba sintiendo como movió su cadera por su queja.
Namor entonces con esa misma mano, con un movimiento rápido la tomó de la cintura bajando de la barra y poniéndola de espaldas a él.
La tomó de las caderas pegando a las propias, haciéndola sentir su erección aún guardada, entonces Olivia empezó a moverse sobre ese bulto que la rozaba haciéndola sentir más ganas y él poner los ojos en blanco deseando tenerla.
El por fin la liberó, viéndola dura para ella, levantó su falda viendo su culo ante él, pasó su mano dándole un pequeño azote, tomó su polla y la pasó por su entrada mientras ella se sostenía en la barra y gemía por ese contacto húmedo en sus labios.
Namor empezó a tocarse detrás de ella, enredando su propia mano en su virilidad, repartiendo ese pre semen para después poco a poco comenzar a entrar, sintiendo como sus labios lo apresaban y sus paredes lo apretaban, era tan estrecha.
Sentía ese calor de su coño, su humedad que le permitía resbalar, esa cavidad rugosa que ella tiene, obligándolo a gemir por esa sensación.
Olivia llevo su mano atrás, abriendo su culo para él, permitiendole ver como entraba y salía de ella.
Namor bajo su cuerpo al de ella, mordiendo un tirante de su vestido para quitarlo y besar la parte alta de su espalda, dejando un lindo camino húmedo con su lengua y comenzó a marcarla con sus besos, dejando tres partes rojas en su piel mientras ella gemía y aún entraba y salía de ella con paciencia.
Se movía una y otra vez, de dentro hacia afuera, en círculos. Namor metió una de sus manos hacia sus piernas estimulando más su clítoris hinchado y latente.
Ella movía sus caderas con placer, sintiéndose sobre estimulada, con una mano en la barra y la otra permitiéndole ver a K'ukulk'an su entrada.
Los fluidos rodeaban y goteaban ya de ambos, haciendo todo mucho más fácil, se sentía tan húmeda, después de tanto tiempo de hacerlo en agua.
La hacía sentir aún más placer, escuchando así ese sonido cremoso ante sus movimientos.
Ambos ya se sentían llegando, con el toque que ella aún recibía en su clítoris y él por la humedad que sentía rodeandolo, tragandolo cada vez más completo.
Tomó la muñeca de la mano que sujetaba su culo y la puso en su espalda baja, tomó también su otra mano haciendo que casi perdiera el equilibrio y empezó a follarla más rápido y duro, sintiendo como tocaba ese lugar esponjoso y escuchando sus libres gemidos que no censuraba.
La tenía así, presa, en cada estocada veía como la carne de sus nalgas rebotaban.
La follaba más rápido, con más vehemencia, sintiéndose ya cerca con ella, escuchando los gemidos agudos, sintiendo el roce húmedo en sus paredes.
—¡Namor!—Gritó y gimió de placer sintiendo sus piernas ya fallar.
Apenas unas estocadas más que hacían eco, ambos se corrieron, Namor dejando un río dentro de ella, incluso haciendo que una gota de semen resbalara fuera de sus labios.
Namor la soltó, para oirla exhalar con fuerza y apoyarse en la barra, él solo me movió un poco, queriendo quedarse ahí más, pero la dejaría descansar.
Salió de ella haciéndola sentir ese vacío dentro de ella, volteo hacia él, con las piernas débiles, se burló de ella para besarla y cargarla, la llevo a la habitación, dejándola descansar para ambos dormir abrazados.
"Pues no, no te voy a desear feliz año nuevo...
Yo te deseo coraje para decir basta, te deseo que olvides a quien se olvidó de ti, te deseo que puedas cerrar puertas y abrir ventanas, te deseo que no te conformes, que no te quedes con la culpa, te deseo que te atrevas, te deseo que te quieras, te deseo ojeras y risas, te deseo locura y magia, también te deseo errores para aprender, te deseo viento para dejarte llevar, te deseo chispas en la mirada, colores para los días grises, paraguas para las malas tormentas y lluvia para calarte, te deseo abrazos de los que duran toda la vida cuando cierras los ojos, te deseo viajes y nuevos recuerdos, te deseo huracanes de emociones que te hagan sentir, te deseo que te quieran sin que te necesiten, te deseo una nueva canción favorita y una nueva fecha que te haga sonreír, te deseo besos bonitos, brindis con los labios y te deseo ganas... las de seguir".
Texto: Alicia.
Cosas que nunca te dije(Facebook)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top